17 oct 2014

La “Relatio post disceptationem”, fue una mala traducción

Estimado Manuel
Y ahora resulta que la culpable es la traducción del la RPD/FA
La Otra Opinión, 16 de octubre de 2014

Con aprecio para mi amigo Manuel Arellano compañero de este espacio, versado mejor que yo en estos temas.
Las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer”, afirmó el “Relatio post disceptationem” (RDP o Relación después del debate), documento borrador que resume las ponencias de las 265 intervenciones de la primera parte del Sínodo de la Familia que se reúnen por estos días en Roma.
El texto fue leído el 13 de octubre por el Cardenal Peter Erdo, Relator General del Sínodo del Familia en el Vaticano y generó una intensa polémica en el mundo. Pero resulta que lo que se dijo no es, leamos:
El documento que nos dieron a conocer a través de los medios vaticanos señala:

Acoger a las personas homosexuales
Punto 50. “Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo (acogedoras), aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?

Punto 51. “La cuestión homosexual nos interpela a una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realísticos de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual: por lo tanto se presenta como un importante desafío educativo. La Iglesia, por otra parte, afirma que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer. Tampoco es aceptable que
se quieran ejercitar presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen ayudas financieras a la introducción de normas inspiradas a la ideología gender. * léase como perspectiva de género o teoría del genero).

Punto 52 . “Sin negar las problemáticas morales relacionadas con las uniones homosexuales, se toma en consideración que hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas. Además, la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños.“
 Ese lunes 13, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gehrard Ludwig Mueller, aclaró que “no hay nada nuevo”, y recordó que “la Iglesia no rechaza a los homosexuales” y “siempre se preocupaba de ellos desde el punto de vista pastoral. Y por otro lado, no podemos decir que una pareja gay es realmente una pareja o puede formar una familia”. El Secretario del Sínodo, Mons. Bruno Forte subrayó que "La Iglesia no comparte que la palabra ‘familia’ se pueda aplicar a una unión homosexual”.
¡Y todo la semana se dio un debate, unos a favor y otros en contra!
Una especie de posicionamiento entre obispos conservadores y liberales.  Por cierto, el papa Francisco, precisó el pasado 14 de octubre que las discusiones en el Sínodo no son “ni doctrina ni normas definitivas”, sino propuestas para un documento de trabajo que será enviado a las diócesis para preparar el Sínodo de 2015.  “Ante todo, es importante recordar una vez más que lo que se habla en el Sínodo no es ni doctrina ni normas definitivas: no habrá ‘resultados’ del Sínodo, ya que el Sínodo solo está preparando un documento de trabajo que será discutido en todas las diócesis del mundo para preparar el sínodo de octubre de 2015”.
Y agregó que “será este segundo Sínodo el que presente una serie de recomendaciones al papa, y él aprobará (o sea Francisco) lo que considere mejor para el pueblo de Dios. Pero por el momento, no hay nada definitivo en ningún sentido, por lo que las noticias que atribuyen tal o cual decisión al Papa o al Sínodo no son ciertas”, señaló.
Ese mismo martes, la Secretaría General del Sínodo –a través del P. Federico Lombardi-, también advirtió que a la “Relatio post disceptationem” se le ha “atribuido un valor que no corresponde a su naturaleza”.  “Dicho texto –recordó-, es un documento de trabajo, que resume las intervenciones y el debate de la primera semana y que ahora se propondrá a la discusión de los miembros del Sínodo reunidos en los Círculos menores –o padres sinodales–, según lo previsto por el mismo reglamento del Sínodo”.
El vocero vaticano indicó que el trabajo de los Círculos menores se presentará a la Asamblea en la Congregación general matutina del próximo jueves, 16 de octubre. O sea hoy. 
Y hubo ya posicionamiento. Por lo que ni se preocupen ya que las cosas van a cambiar, o más bien nunca cambiaron.
Resulta que fue una mala traducción del documento del RPD la causante del desorden informativo que hizo que diversos medios y que se afirmara, entre otras cosas, que la Iglesia había modificado su enseñanza sobre el “matrimonio” homosexual.
Precisemos. 
La versión original del documento RPD estaba escrita en italiano, idioma que Francisco eligió como oficial para el Sínodo, en los sínodos anteriores el lenguaje oficial había sido el latín, estimado por su precisión y por su falta de ambigüedad.
Y el punto que generó la controversia está en el párrafo 50 que aparece luego de valorar los dones y los talentos que los homosexuales pueden dar a la comunidad cristiana.
El quid de todos es la pregunta: “le nostre comunità sono in grado di esserlo accettando e valutando il loro orientamento sessuale, senza compromettere la dottrina cattolica su famiglia e matrimonio?”
Y en la traducción al inglés proporcionada por el Vaticano, se lee lo siguiente: “Are our communities capable of providing that, accepting and valuing their sexual orientation, without compromising Catholic doctrine on the family and matrimony?”
La traducción en español es :¿Nuestras comunidades están en grado de serlo (acogedoras), aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”
¡Y por ahí nos fuimos todos!
¡Pero la palabra clave en el italiano es “valutando” que fue traducida al inglés como “valuing” (valorando)!
Esa dichosa palabra debió haber sido traducida como “evaluando” o “considerando” o “sopesando”. 
¡Punto!
Con la traducción que se hizo al inglés, en contraste, se sugiere una valoración de la orientación sexual, lo que generó una confusión entre quienes son fieles a las enseñanzas de la Iglesia católica, apostólica y Romana.
Si bien el “paper“ se indicaba que la traducción no era oficial, empero sí fue la traducción que la Sala de Prensa de la Santa Sede difundió para supuestamente “ayudar a los periodistas“ que no conocen bien el italiano, y eso generó un verdadero desmadre, dicho sea con todo respeto.
El documento fue inicialmente dado a conocer en italiano, poco antes de que el Cardenal Peter Erdo, Relator general del Sínodo, lo leyera ante la asamblea sinodal. Luego de una media hora, el texto estaba disponible en español, francés, inglés y alemán, y se envió a través de un boletín de la Sala de Prensa de la Santa Sede. Así nos llegó a todos.
Es decir, la mala traducción se hizo en las instancias finales. Y ahora se debe corregir.
Por cierto, este jueves 16 de octubre, los obispos reunidos en los Círculos menores pidieron hacer serios cambios a la "Relatio post disceptationem" (RPD) de cara a la emisión de la "Relatio Synodi" (RS), documento conclusivo de la Asamblea que será enviado a las diócesis del mundo para preparar el Sínodo del 2015.
Así lo expresaron durante la duodécima Congregación General, donde se presentaron las relaciones de los diez Círculos menores, divididos por lenguas, dos en francés, tres en inglés, tres en italiano y dos en español. Hay en esos grupos obispos mexicanos.
De entrada, durante la congregación, los padres sinodales expresaron su “perplejidad por la publicación” del RPD. Así, en el grupo ibérico A, se lamentó “la pésima traducción del documento” y “se hizo notar que lo primero que debía aparecer era dar un saludo a todas las familias cristianas que viven con fidelidad, amor y sacrificio el evangelio de la familia y que son testigos de Cristo ante la sociedad toda”. Por ello, pidieron que se anime “a todas las parroquias y movimientos laicales que unidos a ellas trabajan con y en favor de las familias para promover en los hogares la vivencia del evangelio de la familia”.
Por su parte, el grupo ibérico B advirtió que la RPD “no enfatizaba suficientemente el mensaje positivo del evangelio de la familia, quizá porque refleja principalmente las preocupaciones pastorales de las conferencias episcopales sobre las sombras que se ciernen sobre la familia y el mundo actual”.
 “Estamos conscientes de la finalidad netamente pastoral y no académica del sínodo, del cual se espera un nuevo impulso decidido a la pastoral familiar y un apoyo a todos los laicos, familias y movimientos que se encuentran en este camino. No obstante esta finalidad –advirtieron los obispos- creemos indispensable insistir sobre los elementos doctrinales básicos que eviten parcializaciones o incluso magisterios paralelos”.
En ese sentido, recordaron que la RPD fue “solamente un instrumento de trabajo”, y por tanto mejorable, “abierto a las necesarias precisiones, y para el círculo ha sido un instrumento de trabajo útil”. 
Además, advirtieron que ha faltado dar énfasis a “temas importantes como el aborto, los atentados contra la vida, el amplio fenómeno de la adopción, las decisiones en conciencia de los esposos, así como una mayor claridad sobre el tema de la homosexualidad”.
¿Y los divorciados y vueltos a casas?
En la asamblea de este jueves se pidió prestar más atención a ellos “testigos a veces heroicos de la fidelidad matrimonial”.
También los Padres sínodales reiteraron la “imposibilidad” de equiparar las uniones homosexuales al matrimonio entre hombre y mujer. Dijeron que se debe acompañar pastoralmente a las personas con tendencia homosexual protegiendo su dignidad humana, pero “sin que esto parezca una aprobación, por parte de la Iglesia, de su orientación y su forma de vida”.
Los también llamados círculos menores afirmaron que la Iglesia “debe ser una casa acogedora para todos” para que nadie se sienta rechazado. 
Sin embargo, pidieron mayor claridad para evitar “confusiones, vacilaciones y eufemismos en el lenguaje”.
Pues bien, estos debates continuarán hasta la redacción de la "Relatio Synodi" (RS), documento conclusivo y definitivo de la Asamblea que será enviado a todas las diócesis para preparar la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se realizará del 4 al 25 de octubre de 2015 sobre el tema ''La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo''.
Los textos emitidos por cada círculo se encuentran ya disponibles en:

Y lo positivo de la mala traducción
Quizá fue deliberada –no sabemos–, pero sirvió para conocer mejor lo que piensan los obispos del mundo, y sobretodo nuestros obispos mexicanos, enviados al Sínodo.
 Me refiero en concreto a José Francisco Robles Ortega y don Carlos Aguiar Retes, dos hombres muy importantes en la iglesia mexicana. El primero de ellos, es hoy cardenal arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, fue seleccionado moderador de uno de los dos "círculos menores" en español, y el segundo, Aguiar Retes es Arzobispo de Tlalnepantla y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y fue designado directamente por el papa Francisco parte de una comisión de seis "padres sínodales" que participarán en la redacción del documento final del Sínodo.
De hechos son cuatro los mexicanos que participan en las discusiones: un cardenal, dos obispos y un laico en calidad de asesor. Además de Robles Ortega y  Aguiar Retes, están en Roma, monseñor Alonso Gerardo Garza Treviño, Obispo de Piedras Negras, y Rodrigo Guerra López, director general del Centro de Investigación Social Avanzada, quien es el único de los cuatro que no tiene voz ni voto en la reunión, a diferencia del resto. Rodrigo es un laico comprometido y muy preparado, lo conocí hace años a través de un amigo común.
¿Me pregunto y por que no fue el arzobispo Primado de México Norberto Rivera Carrera?
No sabemos. Los que fueron los nombró personalmente el papa Francisco.

Las diferencias de nuestro obispos.
Para Aguiar Retes es impensable que la Iglesia defienda un único modelo de familia: “La Iglesia, y este sínodo en particular, no pretende defender un modelo de familia. Pretende entender las diferentes situaciones que están viviendo los fieles católicos en sus realidades familiares", dijo. Un asunto que compartimos, ya que es una realidad en este siglo XXI.
Pero para monseñor Francisco Robles Ortega el asunto es distinto: "Esta humanidad, a mí me da la sensación, está extraviada, está perdiendo esta institución (la familia) por experimentar otras formas de convivir, pero en ello no ha encontrado la realización y la felicidad". (nota de la corresponsalía de Reforma en Roma.).

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