En el marco de la ceremonia conmemorativa del 61º aniversario del Voto de las
Mujeres en México, y del Día Internacional de las Mujeres Rurales, habló el Magistrado Presidente del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación, José Alejandro Luna Ramos, dijo:
Señor Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos.
Distinguidas
y distinguidos representantes de los Poderes de la Unión.
Distinguidas
y distinguidos integrantes del presídium.
Señoras
y señores:
Muy
buenas tardes.
El
acontecimiento que hoy nos congrega, se encuentra en el fundamento de aquello
que define un Estado democrático de derecho: la igualdad.
El
derecho al voto de las mujeres, que alcanzó su proclamación constitucional hace
61 años, no significó solamente la transformación del sistema político y social
de México, sino, también, una genuina evolución jurídica de inmensas
proporciones; incluyó a las mujeres en la deliberación del futuro político de
nuestro país.
Esto
saldó una gran deuda del Estado mexicano con la sociedad.
Cuando
un proceso de democratización no ha alcanzado la completa paridad de género,
éste sigue siendo imperfecto para regir la convivencia social, como bien lo
dijo el ilustre filósofo inglés en el Siglo XIX, John Stuart Mill.
La
subordinación de un sexo a otro es malo de por sí, y constituye uno de los
principales estorbos para el perfeccionamiento humano, que debe reemplazado por
un principio de igualdad perfecta que no admita poder o privilegio de un lado,
ni incapacidad del otro.
A
pesar de que el sufragio de las mujeres pudo ser consecuencia automática del
pensamiento ilustrado de la humanidad, lamentablemente no fue así.
Tuvo
que ser consecuencia de movimientos sociales incansables y valientes
reconocimientos estatales, los cuales nos han dejado un amplio legado de
enseñanzas para asimilar, de manera definitiva y para siempre, cualquier
manifestación de ventaja de un género sobre otro.
Mujeres,
como Refugio García, quien presidió el Frente Único Proderechos de la Mujer
para promover el voto femenino en 1935; o Cristina Salmorán que, a través de su
lucha y esfuerzo, logró convertirse en la primera Ministra de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación.
Como
ellas hubo, habrá, y hay extraordinarias promotoras de la igualdad.
No
fue sino hasta el 17 de octubre de 1953, cuando tuvo lugar la promulgación de
la reforma constitucional que reconoció el derecho del voto para la mujer en
México, hecho que debemos honrar y recordar cotidianamente.
Sí,
debemos honrar la presencia de las mujeres en la vida pública, haciendo nuestra
la normalidad social de la igualdad, implementando cualquier acción que sea
necesaria para incorporar a nuestros genes culturales la justa exigencia del
trato igualitario.
Las
decisiones públicas no se entienden sin la voz y determinación de las mujeres.
En efecto, hoy, frente a ustedes, puedo decir que hemos recorrido, como
sociedad, un largo camino hacia la paridad.
Un
claro ejemplo de ello, fue el Congreso de la Unión aprobó durante este año la
iniciativa del Ejecutivo Federal, y con el consenso de los diferentes actores
políticos, la Reforma Constitucional sobre Paridad de Género, garantizando la
igualdad entre hombres y mujeres en el terreno político-electoral.
La
sociedad mexicana debe estar orgullosa, ya que a través de un importante
esfuerzo de organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas e
individuos podemos decir: La paridad es una realidad a nivel constitucional.
Reconozco
que aún queda mucho por hacer.
Prueba
de ello, es que las instituciones aquí, presentes, reafirmamos nuestra
obligación de proteger, garantizar y promover los derechos fundamentales de las
mujeres, a través de la creación de un Observatorio de Participación Política
de la Mujer, para lograr sinergias que cierren las brechas de género desde el
enfoque de la igualdad.
El
observatorio de participación política de la mujer logrará impulsar y evaluar
los alcances en la materia.
Particularmente,
nos permitirá medir el acceso de las mujeres a la vida política nacional, con
la finalidad de que podamos construir políticas públicas que permitan un mayor
empoderamiento de las mujeres.
Queridas
amigas y amigos:
El
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, además de dedicarse a
la tutela de los derechos político-electorales de las mujeres, ha sido un actor
decisivo en la efectiva defensa de su ejercicio, mediante sus sentencias.
El
Tribunal Electoral se siente orgulloso de su invariable talante proteccionista
y progresista en esta materia, en cumplimiento irrestricto de las normas
constitucionales e internacionales que la rigen.
Estoy
aquí, frente a ustedes, convencido que gracias al trabajo de incansables
luchadoras, como las que nos acompañan hoy en este acto, México será mejor.
Los
anhelos ancestrales de la justicia igualitaria son cada día una realidad más
palpable. Y las aspiraciones por alcanzar mejores condiciones democráticas,
tendrán que dirigir, en todo momento, nuestro actuar.
Muchísimas
gracias.
-MODERADORA:
Se proyectará a continuación, el video: La lucha por el Reconocimiento de la
Ciudadanía de las Mujeres, el Triunfo de la Paridad y los Retos que Vienen.
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