17 oct 2014

El nudo de los divorciados que se han vuelto a casar

El nudo de los divorciados que se han vuelto a casar
En el debate de los círculos menores, la mayoría de los padres sinodales se demostró favorable a continuar estudiando la posibilidad de admitir a los sacramentos, en ciertos casos y bajo determinadas circunstancias, a los divorciados que se han vuelto a casar
Opinión de ANDREA TORNIELLI/Vatican Insider, 17 de octubre de 2014
La mayor parte de los padres que están participando en el Sínodo sobre la familia comparten el enfoque de la exhortación “Evangelii gaudium” de Papa Francisco. Y comparten también el enfoque de la misericordia y del acompañamiento para las familias en dificultades e “irregulares”, invitando a continuar estudiando la posibilidad de volver a admitir, en determinados casos y bajo ciertas condiciones, a los divorciados que se han vuelto a casar a los sacramentos.

Es lo que se deduce al leer las 10 síntesis que contienen la fiel relación del debate que se llevó a cabo en los círculos menores del Sínodo, divididos por lenguas. No hay que esperar soluciones rápidas, clamorosas aperturas ni mucho menos cambios doctrinales. Todos afirmaron claramente que no se pone en discusión la indisolubilidad del matrimonio. Pero, más allá de una minoría que elevó bastante su voz (esa que, sirviéndose de algunos espacios mediáticos, dio origen a las fantasías sobre el Sínodo “piloteado” o “censurado”), parece que muchísimos padres sinodales, pastores en contacto con la realidad concreta de las familias y de sus dramas en todo el mundo, pretenden mantener abierta una puerta sobre este argumento.
Se expresaron claramente para que se mantenga abierta la cuestión los tres círculos de lengua italiana, uno de los círculos de lengua inglesa y uno de los de lengua española; uno de los dos círculos franceses reprodujo ambas posturas. Otros dos círculos, uno inglés y otro español, no citaron el argumento, por lo que no cancelaron la posibilidad de una posible reflexión ulterior. Los que se expresaron, en cambio, claramente en contra de la hipótesis aperturista en relación con los divorciados que se han vuelto a casar, fueron un círculo inglés (en el que el relator era el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, cuyas posturas son bien conocidas) y otro español.
«Con respecto a la readmisión a los sacramentos de la penitencia y de la eucaristía, los padres del círculo (“Italicus A”), aún siendo sensibles a la problemática, proponen que el argumento sea estudiado a la luz del n. 84 de la “Familiaris Consortio” con el fin de precisar eventuales condiciones diferentes de la disciplina actual».
También en el círculo “Italicus B” se pidió proceder sin prisas en relación con el argumento, que requiere una «necesaria profundización capaz de involucrar a expertos en la materia», y lo mismo en relación con las propuestas de «recorridos penitenciales». El mismo círculo insistió en la necesidad de subrayar que «estamos frente a un desarrollo progresivo de la doctrina» y que «es garantía para la pastoral, porque permanece dinámica y no cede a la tentación de iniciativas que, usando las palabras de Papa Francisco, expresan una pereza pastoral».
Sobre la necesidad de un «lenguaje nuevo y que anime» habló el círculo “Italicus C”: «Con respecto a las situaciones objetivas de pecado, los mismos padres, sin faltar al anuncio de la verdad, parten de la convicción de que el Evangelio de la misericordia es una parte imprescindible e integral de la verdad misma y, como consecuencia, no puede ser reducido a la observancia de una mera actitud pastoral sobre las personas». En cuanto a la posibilidad de que los divorciados que se han vuelto a casar accedan nuevamente a los sacramentos, «el círculo votó una propuesta, aprobada por mayoría, que abre tal posibilidad en condiciones precisas y en momentos definidos de la vida eclesial y familiar, valorando el significado de la eucaristía como sacramento para el crecimiento de la vida cristiana, sin dejar de mantener firme la doctrina sobre la indisolubilidad matrimonial».
El círculo “Anglicus A” se expresó en contra de la readmisión a los sacramentos, pero indicó la necesidad de un enfoque más positivo, acogedor y que involucre a estas personas en relación con su «unión con Cristo mediante otros medios».
El círculo “Anglicus B” afirmó que no se trata de «producir nuevos docimentos o de repetir simplemente la enseñanza de Jesús, sino de buscar y encontrar un lenguaje que pueda ayudar a los hombres y a las mujeres, y especialmente a los jóvenes de nuestro tiempo, a abrir sus corazones y sus mentes al Evangelio de la familia». Después de haber afirmado claramente la doctrina de la indisolubilidad, «aconseja el examen de posibles recorridos penitenciales y de discernimiento, a través de los cuales, en particulares circunstancias, una persona divorciada puede participar a los sacramentos».
El círculo “Anglicus C” escribe que el documento final del Sínodo «debe expresar positivamente el amor de la Iglesia para todas las personas», un amor que «acoge a los pecadores». Mientras el círculo “Ibericus B” escribe que los «pastores y los expertos de teología y de derecho tendrán que llegar a propuestas más claras sobre el tema de una eventual readmisión de los divorciados que se han vuelto a casar a la comunión eucarística».


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