17 oct 2014

La Iglesia católica debe pedir perdón a los homosexuales,

La Iglesia debe pedir perdón a los homosexuales, dice Darío de Jesús Monsalve, obispo colombiano.
LIMA, 16 Oct. 14 / 11:48 pm (ACI).- El Arzobispo de Cali (Colombia), Mons. Darío de Jesús Monsalve, señaló que la Iglesia debe pedir perdón a los homosexuales por haber realizado juicios hirientes y que “no debemos crear conflicto” con las parejas del mismo sexo.

En una entrevista publicada por el diario colombiano El Tiempo el 15 de octubre, Mons. Darío de Jesús Monsalve señaló que “la Iglesia debe mejorar su relación con esta comunidad (homosexual)” y debe brindarle “más acogida y pedirles perdón por las heridas que les hemos causado con juicios hirientes y dañinos sobre su tendencia”.
 El Arzobispo de Cali señaló que las parejas homosexuales “expresan algo constructivo y positivo del humano, que es el afecto”.
 “La Iglesia puede ayudar a entender esas manifestaciones como válidas, es decir que se dan, y ayudar a las personas a construir sus vidas. No debemos crear conflicto con esas relaciones, porque ya bastantes conflictos tiene la humanidad como para convertir en problemático algo que debería ser aceptado”, indicó.

ACI Prensa contactó el 16 de octubre al Prelado colombiano que, para dar razón de sus declaraciones, tuvo a la mano la traducción no oficial de la “Relatio post disceptationem” (Relación luego del debate) del Sínodo de la Familia, publicada el lunes 13 de octubre por el Vaticano.
Con relación a sus declaraciones al diario El Tiempo, Mons. Monsalve dijo que “esos son términos que tomo de la ‘Relatio’, son tomados del número 50 de la ‘Relatio post disceptationem’”.
En el párrafo 50 del documento se indica que “las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”.
 La “Relatio post disceptationem” ha sido duramente criticada por los Padres Sinodales, quienes, en la duodécima Congregación General, cuestionaron su “pésima traducción” y pidieron que se realicen profundos cambios en ella.
 Para los obispos reunidos ahora en los llamados círculos menores por idiomas, el texto difundido a inicios de semana es “un documento de trabajo que no expresa una opinión única y compartida por todos los Padres Sinodales”.
 El Arzobispo de Cali aseguró que, en su entrevista con El Tiempo, “lo que yo hago son comentarios que están, incluso en el lenguaje, ceñidos a esos números 50, 51 y 52 de la famosa ‘Relatio post disceptationem’. Ese es el tema, ahí no hay nada nuevo”.
 “Lo que estamos insistiendo es que la Iglesia no excluye por ningún concepto a las personas que tiene que evangelizar, ese es el tema de la acogida, que creo que el Papa lo ha puesto y creo que en el Sínodo hay un poco de escozor con algunos”, dijo a ACI Prensa.
 Mons. Monsalve explicó que en la mencionada entrevista con el diario colombiano dijo “que hay que pedir perdón a las personas que se han causado heridas, y eso no es solo con los homosexuales, sino con las personas que se ha calificado de prostitutas, a las personas que se ha calificado de divorciados, de separados, de abortistas, lo que sea”.
 “La Iglesia debe renunciar a un lenguaje que se convierte en una exclusión”, añadió.
 Respecto a las uniones homosexuales, el Arzobispo valoró “el criterio que está dando el Sínodo, que es el criterio de acoger la realidad positiva”.
 “Tenemos que pensar muy seriamente en que esas parejas existen de hecho, y el hecho de que existan no quiere decir que sean excluidas de la misión de la Iglesia”. El tema no es si la Iglesia acepta o no las acepta, dijo, o “si las promueve o no las promueve, sino ver si las asume o no las asume en su misión, que es evangelizar”.
 “Nosotros tenemos que hacer una propuesta del Evangelio, pero no simplemente entrar en un conflicto con la cultura y la sociedad como tal”
 Para el Arzobispo colombiano, “hay que sacar estos puntos del contexto netamente ético, antropológico y situarlas en un contexto relacional y misionero”.
 No se deben cerrar las puertas, dijo, sino tener “una actitud digamos de Evangelio, que es misericordiosa previa al juicio moral. La moral es una consecuencia de la conversión a la fe cristiana”.
 Mons. Monsalve pidió un cambio “de una Iglesia que se siente propietaria de la moral, se siente propietaria del matrimonio, de la familia, a una Iglesia que se siente servidora del Evangelio, y que va ayudando a la gente a entender qué es el proyecto de vida cristiana que Jesús está proponiendo a la humanidad”.
 Tras señalar que la Iglesia debe “volver a ubicarse” en una situación misionera, el Prelado dijo a ACI Prensa que “eso le exige a la Iglesia diferenciar lo que es el lenguaje en un cristianismo convencional y un cristianismo que surge de la evangelización, lo que es el lenguaje interno para comunidades creyentes y lo que es el lenguaje social y la manera de manejar las cosas”.
 Refiriéndose nuevamente al Sínodo, Mons. Monsalve señaló que “se dice que hay que tener en cuenta, hablando de parejas y de acceso a los sacramentos de las parejas divorciadas, dice que ese discernimiento tiene que tener en cuenta la ley de la gradualidad, y dice que hay que hacer distinción entre pecado de pecado y pecado de gracia y circunstancias atenuantes”.
 “A mí me parece que esta es una apertura mucho más misionera”, dijo.
 Las puertas que deja abiertas el Sínodo
El círculo “Gallicus A” considera «no cambiar la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio y sobre la no admisión de los divorciados que se han vuelto a casar a los sacramentos», pero indica que habría que «aplicar esta doctrina de la Iglesia a las diferentes y dolorosas situaciones de nuestra época con una actitud renovada de compasión y de misericordia hacia las personas». El círculo “Gallicus B”, por su parte, refiere la postura de algunos de sus padres a favor de que se mantenga la disciplina actual y la de otros que proponen la adopción de «otra disciplina, pero bajo condiciones bien precisas».
 Resultó, en cambio, sustancialmente no aprobado en el debate de los círculos menores el enfoque sobre la aplicación de la “gradualidad”, así como la analogía con lo indicado en el Concilio Vaticano II en relación con las demás confesiones cristianas y religiones, para poder afirmar elementos positivos existentes en los matrimonios civiles y en las convivencias.
Los padres sinodales presentaron cientos de enmiendas al texto de la polémica “Relatio” que resumía el trabajo en el aula y que fue presentada el lunes pasado por el relator del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö. Se pidió una redacción diferente de ciertos pasajes sobre las personas homosexuales, pero manteniendo una actitud de acogida y subrayando al mismo tiempo la enseñanza de la Iglesia al respecto. Sobre todo, se pidió que el documento final, que será sometido a la votación de la asamblea del sábado por la tarde, sea más equilibrado y presente lo que la Iglesia cree sobre el matrimonio y la familia, animando a los que viven fielmente, a pesar de las dificultades, el Evangelio de la familia. «Hay un principio claro –dijo antes de ayer el cardenal Christoph Schönborn–, debemos ver primero a la persona antes que su orientación sexual. No hay que ver la alcoba de las familias. Primero tenemos que ver la sala de estar. Cada quien tiene una dignidad que va más allá de cualquier otra cuestión».

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