5 nov 2007

Los Cerezo Contreras

La conexión con los Cerezo/ Emiliano Ruiz Parra
Reportaje Guerrilla y Guerra Sucia. Los hermanos Cerezo, hijos de Tiburcio Cruz Sánchez, y sobrinos de Gabriel Alberto Cruz, han padecido las consecuencias del reciente activismo del EPR
Publicado en Enfoque de Reforma, 4/10/2007.- "La vida afuera va a ser bien difícil, por lo que se ve", escribe Antonio Cerezo Contreras a su amiga Alejandra Rivera en una carta fechada el 6 de septiembre de 2007 en el penal de máxima seguridad de El Altiplano. Para entonces, ya habían pasado cuatro meses desde que el EPR reclamara la reaparición de dos de sus militantes y se habían dado las dos primeras explosiones en instalaciones de Pemex.
Los hermanos Cerezo Contreras no son ajenos a la cadena de acontecimientos que desató la presunta desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, quien es considerado sucesor de su hermano mayor, Tiburcio, en el liderazgo del grupo armado.
Héctor, Antonio y Alejandro Cerezo Contreras fueron detenidos el 13 de agosto de 2001 en su casa de Xochimilco, en donde se suponía que vivía su padre, Francisco Cerezo Quiroz, cuyo nombre de registro civil es Tiburcio Cruz Sánchez, identificado por servicios de inteligencia gubernamentales como el dirigente fundador del Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR).
A los hermanos Cerezo Contreras se les acusó de las detonaciones de petardos en puertas de vidrio de sucursales de Banamex en el Distrito Federal, ocurridas el 8 de agosto de 2001, reivindicadas por un grupo guerrillero escindido del EPR: las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP).
A pesar de que fueron absueltos por daño en propiedad ajena y transformación de artificios, Héctor y Antonio recibieron una condena de siete años y medio por terrorismo, asociación delictuosa y almacenamiento de armas, cartuchos y artificios. Alejandro, que llegó a La Palma a los 19 años, fue exonerado y liberado a los 22.
En una carta a sus hijos fechada el 12 de agosto de 2004 desde la clandestinidad, Emilia Contreras Rodríguez -cuyo nombre oficial es Florencia Canseco Ruiz- recuerda que en 1972 decidió, con Tiburcio, dejar la casa familiar en Oaxaca ante el asedio de los agentes de la Dirección Federal de Seguridad.
"Tomé la decisión de que cambiaría nuestra vida para siempre, me alejé de mis papás, mis hermanos, mis amistades, de la familia de papá (Tiburcio Cruz Sánchez) para buscarlo, reunirme con él y protegernos de la persecución del gobierno, con la falsa esperanza de que al ya no estar con la familia, ésta estaría a salvo por no saber más de nosotros.
"El que nos hubiésemos alejado de nuestros seres queridos nos protegió a nosotros pero no a ellos, que sufrieron como tantas familias la represión por el hecho de ser familiares", reflexiona en la misiva.
Los Cerezo Contreras -sobrinos carnales de Gabriel Alberto Cruz Sánchez- crecieron en la colonia Peña Alta de San Juan Ixtayopan, de la delegación Tláhuac del Distrito Federal. Como el resto de colonos, eran invasores de propiedades federales. Sus padres, Francisco Cerezo y Emilia Contreras, se convirtieron en los líderes comunales para gestionar la regularización de la tierra, el agua, trazar las calles y construir la iglesia.
"Nos cobran el ser hijos de quienes somos, el que no reneguemos de ellos y públicamente nos declaremos orgullosos de nuestros padres. A mis padres les cobran los años que llevan luchando, a su manera, contra el Estado", afirma Antonio en una carta a Alejandra Rivera -militante del Partido Obrero Socialista- fechada el 4 de febrero de 2005.
En el archivo epistolar de Alejandra Rivera, de más de 40 cartas que abarcan de 2002 a 2007, los hermanos Cerezo Contreras reafirman su convicción en la revolución socialista, inquieren y opinan sobre Andrés Manuel López Obrador, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, las teorías de Lenin, Stalin y Trotsky, además de que hablan de los cuentos, novelas y poemas escritos en la reclusión.
"Como faltan 20 meses para salir le he puesto un mes a cada dedo de los pies así que éste es el mes del dedo más pequeño del pie izquierdo... se nota que me falta la tele, ¿no? No pierdo el optimismo ni las ganas de continuar luchando por un mundo mejor, por un mundo socialista, ¿sabías que a veces canto La Internacional para motivarme? Lo hago en voz baja, pero con todo el corazón", le escribe Héctor el 25 de diciembre de 2006.
A pesar de que están en el mismo penal federal, los hermanos Héctor y Antonio Cerezo no se ven porque están recluidos en diferentes módulos. Después de la desaparición de su tío Gabriel Alberto y los ataques del EPR, el Comité Cerezo recibió anónimos en su correo electrónico.
"Vas a negociar Tiburcio? la muerte o vida o libertad de tu hermano Gabriel? la salida de la c^rcel de tus hijos? vas a dejar las armas? la tranquilidad de las familias cruz sanches, canseco ruiz y los arce c"rigo? vas a dialogar con el senado? vas a dialogar con tu pueblo? la tranquilidad de tus hijos? Te aconsejamos que es lo que puedes hacer: sigue poniendo bombas (sic)", señalaba uno de los correos por el que los Cerezo interpusieron una demanda ante la PGR por amenazas.
"La semana pasada fui a juzgados. Vino la PGR a tomarnos una declaración respecto a las amenazas contra mis hermanos y contra nosotros mismos. Pude ver a Toño y pudimos platicar un rato y hasta darnos un abrazo. Me alegró mucho verlo, teníamos como tres años de no estrechar nuestras manos. Nos transmitimos fortaleza y cariño", cuenta Héctor en una carta fechada el 12 de agosto pasado.
Sometidos al régimen de máxima seguridad, los Cerezo Contreras pueden recibir correspondencia, pero si en las cartas se adjunta algún impreso o dibujo, se les castiga con 15 días de aislamiento. Héctor cuenta que, camino a los juzgados, vio a Felipe Álvarez, líder de San Salvador Atenco, pero sólo lo pudo saludar con una ceja, pues si le hubiera hecho una seña con la mano o si le hubiera hablado, el aislamiento hubiera sido de 30 días. Los Cerezo, cuya condena se cumple en febrero de 2009, cierran sus cartas con una consigna: "¡Presos hoy, libres siempre!".
Otro desaparecido
El 26 de septiembre pasado, el ex guerrillero del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) Francisco Paredes Ruiz desapareció en Morelia. Paredes acababa de regresar de Ciudad Madera a donde había ido a conmemorar el aniversario de la toma del cuartel militar de esa ciudad, ocurrida el 23 de septiembre de 1965. Para Yanahui y Cristina Paredes, la desaparición de su padre está relacionada con la desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez.
"Es un mensaje de 'no se muevan', quisieran advertir 'tranquilícense o seguimos a todos los luchadores sociales", presume Yanahui, de 23 años, que un año antes perdió a su madre víctima de un cáncer de páncreas.
El 18 de octubre, el EPR difundió un comunicado en donde descarta que Paredes Ruiz fuera militante de su organización, pero exige su presentación con vida al igual que la de Edmundo Reyes y Gabriel Cruz Sánchez.
"Por lo que esperamos pacientemente y con prudencia señales claras y concretas y les decimos que es el momento de tomar en serio nuestras exigencias para que no nos obliguen a escalar nuestra Campaña Nacional de hostigamiento", advierte el EPR.

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