Los 'rockets' venezolanos
Revista Semana, 25 de julio de 2009;
Varios lanzacohetes que los suecos les vendieron al gobierno venezolano terminaron en manos de las Farc. Todo apunta a que los dos generales más cercanos a Hugo Chávez están involucrados.
El pasado pasado 2 de junio, durante la cumbre de la OEA que se desarrolló en San Pedro Sula, Honduras, altos funcionaros del gobierno colombiano buscaron con urgencia a los representantes del gobierno de Venezuela. Tenían una información extremadamente sensible que debía ser entregada a los venezolanos con la mayor discreción posible. El asunto, sin duda, era delicado.
Se trataba, nada más y nada menos, de un informe sobre el hallazgo en un campamento de las Farc de varios lanzacohetes de propiedad del Ejército venezolano, los cuales terminaron en manos de esa guerrilla. La preocupación no era para menos. Si bien en el pasado se ha encontrado material bélico de las Fuerzas Armadas del vecino país en poder de la subversión, principalmente munición y fusiles, la gravedad de lo encontrado en las selvas colombianas consistía en que se trataba de la primera vez que se hallaba artillería de ese tipo, con alto poder destructivo, en manos de la guerrilla.
Al recibir la información, los funcionarios venezolanos se comprometieron a realizar una investigación para tratar de explicar al gobierno colombiano cómo había terminado material de guerra reservado del Ejército venezolano en manos de la subversión. Los días se convirtieron en semanas y hasta el viernes pasado, casi dos meses después de entregado el informe, la explicación venezolana no había llegado. Desde hace meses los altos mandos militares y funcionarios del gobierno consultados por SEMANA sobre el asunto optaron por no pronunciarse al respecto siguiendo instrucciones del presidente Uribe. Ese hermetismo aumentó la semana pasada a raíz del nuevo deterioro de las relaciones con Venezuela (ver artículo siguiente). Sin embargo, SEMANA investigó y reconstruyó este grave episodio de profundas repercusiones internacionales.
Los 'rockets' suecos
La historia comenzó a mediados del año pasado en las selvas de La Macarena, durante una de las múltiples operaciones que el Ejército colombiano adelantó contra uno de los jefes guerrilleros más temidos, sanguinarios y perseguidos por el gobierno: Gener García, alias 'Jhon 40', jefe del frente 43 de las Farc. Al mando de 300 subversivos, es uno de los principales objetivos de las Fuerzas Militares ya que, entre otros, es uno de los hombres de confianza de Jorge Briceño, alias 'Mono Jojoy', y desde hace años es el principal responsable del control del negocio del narcotráfico en el oriente del país, razón por la cual ha sido solicitado en extradición por el gobierno de Estados Unidos.
A finales de julio de 2008, durante una de las persecuciones contra 'Jhon 40' y sus hombres, el Ejército llegó hasta uno de los campamentos del jefe guerrillero. Aunque el subversivo alcanzó a escapar, en el lugar los militares encontraron algo que los dejó sorprendidos. En una caleta estaban escondidos varios lanzacohetes AT-4. La extrañeza de los uniformados era explicable ya que se trata de un arma que ni siquiera las Fuerzas Militares tienen. Es considerada una de las armas de infantería más efectivas y letales del mundo. Es una especie de bazuca de sencilla manipulación y transporte. Un solo hombre puede dispararla fácilmente y su poder la hace muy eficaz para destrozar vehículos blindados, búnkers o instalaciones fortificadas (ver recuadro y video).
En octubre, en otro campamento de las Farc, en esa misma zona, el Ejército encontró partes de otros lanzacohetes de ese mismo estilo.
Los militares colombianos sabían que por el modelo (AT-4) esos artefactos eran fabricados por la empresa Saab Bofors Dynamics de Suecia. Los proyectiles tenían anotados los números de serie. Esa información le fue entregada a la embajada sueca en Bogotá y a las autoridades en Estocolmo, con el fin de buscar ayuda para establecer el origen, pero sobre todo conocer cómo llegaron a Colombia esos lanzacohetes. Hace un poco más de tres meses llegó la respuesta oficial para confirmar que los números de serie de los lanzacohetes encontrados en los campamentos correspondían a un lote que había sido vendido hace algunos años por la firma sueca al Ejército de Venezuela. SEMANA habló con diplomáticos de la embajada de Suecia en Bogotá, quienes confirmaron efectivamente que habían sido enterados de que material bélico fabricado por una empresa de su país había sido encontrado en Colombia. Afirmaron que "estamos muy preocupados por esa situación y el gobierno de Suecia está colaborando activamente en la investigación".
Los suecos tienen razones para preocuparse. Si bien la venta de ese armamento a Venezuela fue hecha por una empresa privada sueca y no directamente por ese gobierno, la legislación de ese país, así como las normas para la venta de ese tipo de armas son muy estrictas, especialmente en lo que tiene que ver con quién es el destinatario final de las armas. De ahí que no entiendan cómo lanzacohetes vendidos al gobierno venezolano terminaron en un grupo considerado terrorista por la Unión Europea.
SEMANA se comunicó con los representantes de la empresa Saab Bofors Dynamics en Estocolmo, quienes afirmaron que "es extremadamente desafortunado que eso haya ocurrido, pero es algo que se sale de nuestro control. Nuestro cliente era el Ejército de Venezuela. Saab siempre actúa cumpliendo la legislación sueca y las regulaciones internacionales para la venta de material de defensa".
La pregunta obvia es cómo salieron entonces esas armas de los cuarteles de Venezuela a los campamentos de las Farc. Y es allí en donde el asunto se vuelve mucho más complicado para el gobierno venezolano.
Los generales y las Farc
En el campamento de 'Raúl Reyes' en Ecuador, se hallaron varios computadores del jefe guerrillero. En los computadores, cuya autenticidad fue certificada por Interpol, se encontró información que describe en detalle las polémicas relaciones de las Farc con Ecuador y con Venezuela. Pocas semanas después del bombardeo del primero de marzo, se conoció públicamente el contenido de parte de la información que guardaba 'Reyes' en donde se evidenciaba, entre otros, estrechos vínculos y colaboración económica, política y militar de funcionarios y militares del gobierno de Hugo Chávez con la guerrilla colombiana.
Muchos de esos documentos fueron entregados por el gobierno de Colombia a Venezuela pocas semanas después del bombardeo. Chávez siempre ha negado públicamente cualquier colaboración de su gobierno con la guerrilla. Algunos de los correos más polémicos eran aquellos en los cuales 'Reyes' y otros jefes guerrilleros intercambiaban comunicaciones sobre la entrega de armas por parte de Venezuela a las Farc. Caracas siempre lo negó.
Sin embargo, ha llamado la atención la coincidencia de la información de algunos correos y los lanzacohetes que Suecia le vendió al Ejército venezolano y que acabaron en poder de la guerrilla.
El 4 de enero de 2007 'Iván Márquez' le envió un correo electrónico a 'Reyes' y otros miembros del Secretariado, en el cual les da un reporte con varios puntos. "Como estaba previsto, el 3 de enero me reuní con los generales (Cliver) Alcalá y (Hugo) Carvajal con el cual ya me había reunido en tres ocasiones en compañía de Ricardo (Rodrigo Granda)). Hablamos del Plan Patriota, canje, la 'para-política' y de tres aspectos del plan estratégico: finanzas, armas y política de fronteras", afirma al comienzo de su carta. "Entre tanto nos van a hacer llegar (la próxima semana) 20 bazucas (no recuerdo el calibre) de gran potencia, según ellos, de las cuales 10 serían para Timo (Timochenko) y 10 para acá. Alcalá sugirió que fuera una cantidad mayor", dice el cuarto de los ocho puntos del e mail de Márquez. Pocos días después de esa comunicación, el 20 de enero de 2007, Márquez envió un nuevo correo dirigido a 'Tirofijo' y al Secretariado. Allí les confirmó, entre otras cosas que "los aparatos que hemos recibido con Timo son cohetes antitanque de 85 mm., dos tubos y 21 cargas. El amigo dice que tienen más de 1.000 cargas y que próximamente nos hará llegar otras más, así como algunos tubos". (Ver facsímiles)
Cuando fueron hallados y divulgados los correos, en mayo de 2008, Venezuela le restó cualquier credibilidad al contenido. Las autoridades colombianas, por su parte, sabían de tiempo atrás de la vieja intención de las Farc de tratar de conseguir armamento pesado en cualquier lugar del mundo. Aunque los correos de Márquez eran muy claros sobre el tipo de arma que había recibido la guerrilla por parte de los generales del Ejército venezolano Cliver Alcalá y Hugo Carvajal, la realidad es que ni las Fuerzas Militares ni los organismos de seguridad nacionales tenían la certeza o evidencias que ese tipo de armamento lo tuviera la guerrilla.
Pero el hallazgo de los tres lanzacohetes encontrados en La Macarena, los cuales tienen las características de los descritos por Márquez, y la confirmación por parte de los suecos de que habían vendido esas armas a Venezuela, se convirtieron en la prueba reina.
Los dos militares venezolanos que son mencionados por Márquez en su correo hacen parte del círculo de mayor confianza del Presidente venezolano y no han estado ajenos a ser señalados de ayudar a las Farc. El general Alcalá es el comandante de la 41 Brigada Blindada y Guarnición Militar de Valencia. Pero el más polémico, sin duda alguna, es el general Hugo Carvajal, jefe de la Dirección General de Inteligencia Militar de Venezuela (Dgim). En febrero de 2008 SEMANA reveló una extensa investigación que evidenció la estrecha colaboración de Carvajal con las Farc, así como la protección efectiva que ese oficial les daba a grupos de narcotraficantes colombianos. Carvajal estaría, también, implicado en la tortura y el asesinato de dos miembros del Ejército colombiano en territorio venezolano.
El caso ocurrió en abril de 2007, cuando el capitán Camilo González y el cabo Gregorio Martínez se infiltraron en territorio venezolano para dar con guerrilleros colombianos que actuaban en ese país. Pero fueron descubiertos y brutalmente torturados y asesinados en la sede de la Guardia Nacional localizada en Santa Bárbara, estado Zulia, (ver artículo anexo en SEMANA.COM).
El año pasado el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó en la lista de Traficantes de Narcóticos Especialmente Designados, popularmente llamada la 'Lista Clinton', a Carvajal y tres altos funcionarios del gobierno venezolano, el ex ministro del Interior y Justicia de Venezuela Ramón Rodríguez Chacín, y Henry de Jesús Rangel Silva, director de los Servicios de Prevención e Inteligencia (Disip).
El asunto de los lanzacohetes del Ejército venezolano en manos de las Farc, sin duda se conoce en un momento crítico de las relaciones entre los dos países. Sin embargo, aunque el gobierno de Uribe ha intentado manejar discretamente el asunto para no "echarle más leña a la hoguera", es claro que Venezuela está en mora de explicar, y no sólo a Colombia, sino también a Suecia, por qué terminaron esas armas en poder de las Farc.
**¨
Correo. Enero 4 de 2007
Camaradas Secretariado. Cordial saludo.
1- Como estaba previsto, el 3 de enero me reuní con los generales Alcalá y Carvajal (Con el cual ya me había reunido en tres ocasiones en compañía de Ricardo). Hablamos del Plan Patriota, canje, la “para-política” y de tres aspectos del plan estratégico: finanzas, armas y política de fronteras.
2- Por expresiones de Carvajal, parece que a nivel gubernamental se duda del triunfo por la vía armada. El argumento es la intervención gringa. Sin embargo ante el tema insurrección popular y ofensiva final, pareció admitir la posibilidad. Alcalá es de otra visión. Es apoyo entusiasta a lo nuestro.
3- Ante el tema del préstamo a 4 y 6 años y a la necesidad de coordinación de esfuerzos, plantea mejor propiciar la entrevista directa con el presidente para tratar esos aspectos gruesos. Alcalá dice que ofrece Maracaibo como escenario para tal encuentro y que se encarga de la seguridad. Carvajal opina que sería mejor Caracas. Les entendí que van a consultar esas posibilidades.
4- Entre tanto nos van a hacer llegar (law próxima semana) 20 bazucas (no recuerdo el calibre) de gran potencia, según ellos, de las cuales 10 serían para Timo y 10 para acá. Alcalá sugirió que fuera una cantidad mayor.
5- Reiteran la oferta de munición, lo cual debemos precisar con Alcalá.
6- De nuevo se planteó la posibilidad de aprovechar las compras de armas de Venezuela a Rusia para incluir unos contenedores con destino a FARC. Sin asentir ni negar dijeron que no debería ser de la misma característica del material que están importando.
7- Nuevamente se habló de que Alcalá está próximo a asumir el control del puerto de Maracaibo, lo que nos daría una gran ventaja para desembarque de carga nuestra.
8- Creo que es el resumen del intercambio. Como decía, Alcalá tiene más prisa de que se den las cosas. Parece un amigo sincero de nuestra causa. Por los días del golpe fue quien tomó con tanques el aeropuerto de La Carlota cuando los “escuálidos” (derecha) pretendían tomárselo. Igualmente fue quien se tomó el cuartel de la policía metropolitana de Caracas que había entrado en rebeldía contra el gobierno de Chávez. Vamos a ver hasta donde se puede avanzar en esta relación. Es todo, Iván
***
El Montesinos de Chávez
SEMANA revela escandalosos nexos del general venezolano Hugo Carvajal con las Farc y los narcos.
Semana, sabado 2 de febrero de 2008;
La gente que le habla al oído al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se cuenta con los dedos de las manos. Y de ese grupo selecto, uno de los más cercanos, leales y a quien más confianza le tiene es al general Hugo Armando Carvajal Barrios: el cerebro de la inteligencia venezolana. El asunto no tendría mayor importancia para Colombia de no ser porque desde hace varios años, y especialmente en 2007, el nombre del general Carvajal se ha visto salpicado por casos de extrema gravedad que atentan contra la seguridad nacional de Colombia.
Dos agencias de inteligencia de países con gran experiencia en materia de espionaje tienen información que consideran altamente confiable de que Carvajal ha facilitado protección y documentos de identificación a guerrilleros y narcotraficantes de Colombia en territorio venezolano –incluido el recién asesinado capo Wílber Varela, ‘Jabón’ (ver siguiente artículo)–. Y como si fuera poco, el general está en la mira de estas agencias por su supuesta participación en la tortura y el asesinato de dos miembros del Ejército colombiano que, según información de Bogotá, perseguían a guerrilleros que estaban refugiados en Venezuela.
Lo más paradójico es que Hugo Carvajal es un hombre prácticamente desconocido en Colombia, a pesar de ser el jefe de la Dirección General de Inteligencia Militar (Dgim), un organismo de carácter militar que está a la misma altura del Ministerio de Defensa y del Ministerio del Interior y recibe instrucciones, responde y rinde cuentas sólo al Presidente de la República, Hugo Chávez. “Hoy en día la Dgim es un monstruo de siete cabezas que tiene un perfil relativamente bajo pero su poder es inmenso. Sería como si en Colombia existiera una entidad, bajo el mando de un solo hombre, que manejara la Inteligencia de las Fuerzas Militares, la Policía, el DAS y el CTI”, dijo a SEMANA un oficial de la Dgim que pidió el anonimato.
¿Por qué se viene a conocer esto ahora? ¿Qué se está moviendo detrás de todo esto? SEMANA habló con cuatro oficiales activos de diferentes organismos de inteligencia y de la fuerza pública venezolana y ellos explican que la información comenzó a filtrarse en la medida en que el general Carvajal, con acciones irregulares, se fue granjeando la animadversión de sectores de la Fuerza Armada Nacional (FAN) y otros organismos de seguridad.
Dicen los testigos que aparte de sus relaciones con la guerrilla, Carvajal le ha dado gran importancia a la contrainteligencia y ha cometido excesos que van desde cacerías de brujas injustificadas hasta torturas de miembros de las propias FAN por simples sospechas de deslealtad. Muchos uniformados en el interior de las Fuerzas Militares inconformes con esta situación han decidido denunciar o entregar información a cambio de recompensas.
Por eso no es extraño que diarios como El País de España y The Washington Post de Estados Unidos hayan publicado en los últimos meses informes sobre los nexos entre uniformados de Venezuela y guerrilleros de las Farc. Ya en octubre de 2005 SEMANA reveló las relaciones de dos generales de la Guardia Nacional (GN) con la mafia colombiana, publicación que dio lugar a que la Vicepresidencia del vecino país anunciara una investigación formal.
Pero ninguna de las revelaciones hasta ahora conocidas es tan grave y preocupante como la información a la que tuvo acceso esta revista sobre el general Carvajal. SEMANA intentó infructuosamente tener alguna reacción por parte de miembros de la Dgim en Caracas. También habló con el encargado de negocios de la Embajada de Venezuela en Bogotá para conocer alguna reacción oficial del gobierno venezolano a las denuncias, pero al cierre de esta edición no había sido posible.
Habla con ‘Grannobles’
Hugo Carvajal nació el primero de abril de 1960 en Puerto La Cruz, en el occidente de Venezuela. Desde hace ocho años está vinculado a la Dirección General de Inteligencia y en julio de 2004 fue nombrado por Chávez como director de esa entidad. Pese a su gran poder, es un hombre de un perfil muy bajo. Conocido con el sobrenombre de el ‘Pollo’, por su apariencia física, algunas de las actividades en las que se ha visto involucrado hablan por sí solas.
Un oficial activo de la Guardia Nacional venezolana, que habló con SEMANA bajo la condición de mantener el anonimato, reveló que a mediados de mayo de 2006 el general Carvajal sostuvo una reunión con Germán Briceño Suárez, alias ‘Grannobles’, un importante jefe de las Farc y hermano del ‘Mono Jojoy’. “La reunión tuvo lugar en la finca llamada Corocito, ubicada en San Silvestre, estado Barinas. En el lugar había efectivos de la Guardia, la Disip y la Dgim. Era un grupo de aproximadamente 20 personas, aunque había más en la seguridad perimetral a cargo de la GN. De la guerrilla estaba Briceño (‘Grannobles’) acompañado por un pequeño grupo de cinco a siete irregulares. Después, en dos helicópteros de las FAN llegaron otros 21 guerrilleros”, afirma el oficial que dice haber estado presente en el encuentro.
Según él, el general Carvajal y el guerrillero Briceño hablaron sobre estrategias de coordinación política, militar y económica. Carvajal se habría comprometido a suministrar apoyo logístico y comida a los frentes que actúan a lo largo de la frontera. “Briceño le pidió a Carvajal protección por parte de la Disip para un grupo de 21 guerrilleros que llegaron en los helicópteros, ya que operan en diferentes lugares de Venezuela. Le pidió al general suministrarles a esas personas documentos de identidad así como credenciales que los acreditaran como miembros de la Disip o de la Dgim para poder moverse mucho más tranquilamente en territorio venezolano”, dijo el oficial a SEMANA.
Uno de los guerrilleros que gozan de estos privilegios es Yeison Armando Escobar, alias ‘Cocorinche’, miembro del frente 45 de las Farc. “En octubre del año pasado ‘Cocorinche’ fue uno de los designados por las Farc para coordinar personalmente con el general Carvajal los temas de seguridad y la logística para el desplazamiento de Iván Márquez a Miraflores para el encuentro con el presidente Chávez”, afirmó a SEMANA el oficial de la GN, quien dice además que el subversivo cuenta con carné de la Disip y de la Dgim, así como permiso para porte de armas.
Otro de los oficiales que se destapó con SEMANA, un comisario de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención, o Policía política (Disip), añadió que también les dieron ese tipo de documentos oficiales a Didier y Yesid Ríos. “Desde octubre de 2007 ellos están viviendo en Isla Margarita y allá cuentan con seguridad permanente por parte de miembros de la Dgim, asignados por el general Carvajal”. Conocidos en Colombia como ‘el clan de los Ríos’, Didier y Yesid hacen parte de una familia que trabajó durante años para el comandante del Frente 16 de las Farc, Tomás Medina Caracas, alias el ‘Negro Acacio’, en envío de droga y lavado de activos.
Didier, Yesid y otros seis miembros del clan escaparon hacia Venezuela en 2001 después de la ofensiva que lanzó el Ejército contra el ‘Negro Acacio’ y que fue conocida como Operación Gato Negro. En noviembre de 2005 el DAS y la Fiscalía colombiana incautaron propiedades que el ‘clan de los Ríos’ administraba para las Farc valoradas en 30.000 millones de pesos.
No es la primera vez que el nombre del general Carvajal aparece vinculado a la protección y suministro de credenciales oficiales de organismos de inteligencia venezolanos a guerrilleros y narcotraficantes. SEMANA tuvo acceso a los carnés que le fueron suministrados a Hermágoras González, un narco colombiano solicitado en extradición por Estados Unidos, quien desde hace varios años se refugió y trafica en el estado Barinas.
El nombre de este narcotraficante colombiano salió a la luz pública en octubre del año pasado en un reportaje de The Washington Post como uno de los mayores exportadores de coca hacia Norteamérica y Europa. Hermágoras, que es enlace de traficantes colombianos, entre ellos el asesinado Varela, se mueve libremente por Venezuela con dos identificaciones oficiales. Una lo acredita como comisario de la Disip y otra, como agente de inteligencia de la GN. Un informe elaborado por la propia GN, al que tuvo acceso esta revista, relata la irregularidad (ver fotos y facsímil). “La orden de suministrar los documentos oficiales a Hermágoras González así como a otros narcos y guerrilleros se la dio el general Carvajal a Pedro Luís Martín, que era el director de inteligencia de la Disip y ahora es uno de los hombres de confianza del general”, afirmó el funcionario de la Disip que habló con SEMANA.
A estos indicios se suma también una grabación en manos de agencias extranjeras que demostraría que el general Carvajal les dio la voz de alerta a narcotraficantes para que evadieran una importante operación antidrogas. “El 5 de septiembre de 2007 se iba a realizar una operación para incautar 2.900 kilos de cocaína que estaban escondidos en un almacén en la ciudad de Puerto La Cruz y que iban a ser exportados a Europa. La droga pertenecía a varios narcotraficantes colombianos y un porcentaje del cargamento era del frente 10 de las Farc. Se detectó una llamada del general Carvajal a miembros de la GN y la Dgim que custodiaban el cargamento alertando sobre el inminente operativo. La droga fue cambiada de lugar y la operación se frustró”, dijo a SEMANA un miembro de un servicio de inteligencia extranjero que estaba coordinando la operación.
¿Orden de asesinatos?
El nombre del general Carvajal ha estado relacionado con asuntos aun más complejos. En julio del año pasado, el general fue alertado por uno de sus hombres de confianza de la Disip sobre la efectiva colaboración que venía suministrando un informante de apellido Rodríguez a la DEA en la cual quedaba muy mal parado por nexos con narcos un importante industrial venezolano cercano al gobierno de Caracas. “En Estados Unidos se estaba adelantando una causa judicial contra el empresario que permitiría atacar una red de traficantes y lavadores que actúa en Colombia y Venezuela. Rodríguez era clave en el caso. Después de ser alertado de que él estaba colaborándonos, Carvajal dio la orden a un equipo de hombres del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas(Cicpc) quienes secuestraron, torturaron y asesinaron a Rodríguez”, dijo a SEMANA un agente de la DEA asignado en Venezuela. El caso es conocido, según él, por el coronel Néstor Reverol, presidente de la Oficina Nacional Antidrogas de Venezuela (ONA).
Aunque todos los hechos anteriores dejan ver muy graves actuaciones del general Carvajal, quizás el señalamiento más grave tiene que ver con el papel que el jefe de la Dgim habría jugado en la tortura y el asesinato de dos miembros del Ejército colombiano en territorio venezolano. En abril del año pasado SEMANA reveló la historia del homicidio del capitán Camilo González y del cabo Gregorio Martínez. Los uniformados se infiltraron en territorio venezolano para dar con guerrilleros colombianos que actuaban en ese país. Pero fueron descubiertos y brutalmente torturados y asesinados en la sede de la GN localizada en Santa Bárbara, estado Zulia. “Los que descubren a los militares colombianos y se dan cuenta de que están haciendo inteligencia son oficiales de la Policía de Santa Bárbara. Ellos los capturan y los llevan a la sede del Destacamento de Apoyo Aéreo Número 1 de la Guardia Nacional. Desde allá se le comunica la captura al general Carvajal, quien envía a un coronel de la Dgim. Él es quien se encarga de torturar a los colombianos durante varios días. En algunos de los interrogatorios estuvo presente un guerrillero que nos dijeron era del ELN. Después de sacarles toda la información, el coronel llamó al general Carvajal para ver qué hacía con ellos. Carvajal le da la orden de ejecutarlos. Lo hizo porque sabía que, como estaban en una actividad de espionaje, el gobierno de Colombia no podía protestar y, además, era un claro mensaje a los militares colombianos de lo que les espera a los que descubran acá (en Venezuela)”. Este escabroso relato fue narrado a SEMANA por un oficial de la GN que prestaba su servicio en la guarnición en donde fueron asesinados los militares.
El oficial afirmó que el coronel al que le encargaron la tortura es un hombre de toda la confianza del general Carvajal. “Él (el coronel) trabajó en San Cristóbal en el año 2005 y allí se convirtió en un contacto clave de la Dgim con la guerrilla colombiana”, dice el oficial de la GN. “Siempre fue más cercano del ELN que de las Farc, tanto que la gente del ELN se refería a él como ‘comandante Raúl’”.
El general Carvajal está, pues, en la mira de las agencias de inteligencia como lo estuvo en su momento Vladimiro Montesinos: el hombre que concentró todo el poder de la inteligencia en Perú mientras les vendía armas a las Farc. Sin duda, los señalamientos contra el general Hugo Carvajal son de tal gravedad, que el gobierno de Venezuela tendrá que aclarar.