14 ago 2025

Las columnas políticas hoy, jueves 14 de agosto de 2025

Regresó a México un manuscrito de Hernan Cortés.., fechado el 20 de febrero de 1527 .....

¡Cuándo se robó el documento?, y sobretodo quien lo hizo?.

El documento histórico  regresa a México gracias a una operación conjunta del FBI, el gobierno de Nueva York y autoridades mexicanas.


La Embajada de EU en México informó que el manuscrito fue devuelto este miércoles (13.08.2025) por la Oficina Federal de Investigación FBI al Gobierno de México.

"La repatriación de este valioso artefacto cultural —que las autoridades creen fue robado en la década de 1980 o 1990— fue el resultado de una estrecha colaboración entre el FBI, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York, el Departamento de Justicia y el Gobierno de México", apuntó la representación diplomática en un mensaje en la red social X.

Además, la embajada de EU refirió un publicación del FBI en la que la agente Jessica Dittmer indicó que el documento "se trata de una página original del manuscrito que fue firmada por Hernán Cortés el 20 de febrero de 1527".

Según Dittmer, el documento "describe el pago de pesos de oro común para los gastos de preparación para el descubrimiento de las tierras de las especias, por lo que realmente da una idea de la planificación y preparación para el territorio inexplorado de aquella época".

El valioso documento es parte de los que previamente EU entregó al Archivo General de la Nación en julio de 2023.

El 26 de agosto de 2021 el Instituto Nacional de Antropología e Historia  interpuso una denuncia ante la FGR después de que, de 2017 a 2020, especialistas reportaran como robados 10 documentos en las décadas de 1980 o 1990.

El caso estalló a raíz de que un grupo independiente de historiadores encontró que la casa de subastas Swann Galleries, en Nueva York, ofertaba una orden real española dirigida a Cortés y Pedro de Alvarado en 1521, el año de la Conquista.

¡Enhorabuena!,

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Apoya avión de EU operativo de Harfuch: REFORMA, nota de Benito Jiménez

Ayer una aeronave de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), que salió de Texas, fue detectada sobrevolando sobre Valle de Bravo y Tejupilco, en el Estado de México, en los límites con Guerrero, zona donde opera el grupo criminal La Familia Michoacana, controlada por los hermanos José Alfredo "La Fresa" y Johnny "El Pez" Hurtado Olascoaga.

Omar García Harfuch, admitió que la operación de ese avión no tripulado en esa zona mexiquense fue a petición del Gobierno mexicano en apoyo a una investigación en Tejupilco y otras áreas del Estado de México, sin embargo, no detalló a qué agencia pertenece.

"Sí, claro, no es un avión militar, no es un dron militar, son aviones no tripulados, que vuelan a petición específica de alguna institución del Gobierno mexicano; vuelan específicamente en apoyo y colaboración para investigaciones que nosotros tenemos en nuestro País, en este caso está volando la zona de Tejupilco y otras áreas del Estado de México", dijo el mando federal en conferencia de prensa.

El quid es ese dron si es militar.., nos deben iformación…..

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Las columnas políticas hoy, jueves 14 de agosto de 2025

Templo Mayor de Reforma.

MÁS ALLÁ de la violencia verbal de Donald Trump, puede ser una buena noticia que el gobierno mexicano se esté apoyando en el de Estados Unidos para combatir el crimen organizado.

EN UN MOVIMIENTO impensable en otros tiempos, Omar García Harfuch no sólo reconoció que un avión no tripulado estuvo operando en México, sino que lo hizo a petición suya como parte de un operativo en la zona colindante (y caliente) entre Michoacán y el Estado de México.

LLAMA LA ATENCIÓN que inclusive opositores como el panista Ricardo Anaya coincidieron en que la participación estadounidense en cuestiones de seguridad podría resultar benéfica para México. Tienen con qué y saben cómo.

QUIENES no la han de estar pasando muy bien son ciertos personajes de la 4T formados en la vieja izquierda que veía como pecaminoso todo aquello que viniera de Estados Unidos. Aunque, bueno, podrán estar muy incómodos, pero difícilmente se atreverán a decirlo.

CADA QUIEN TIENE sus manías. Así como hay quienes matan mosquitos con Windex, hay quienes tienen la manía de negar la realidad y decir que tienen "otros datos".

AHÍ ESTÁ el caso de Jalisco donde, durante todo su sexenio, el emecista Enrique Alfaro se aferró a deslindarse de cualquier asunto relacionado con el crimen organizado en la entidad. "Ese es un tema de la Federación", decía para escudarse.

SIN EMBARGO, muchos de los delitos eran del fuero común... como las estafas con tiempos compartidos. Su gobierno hizo como que ese asunto no era de su incumbencia, y ahora el Departamento del Tesoro de EU lo puso nuevamente en evidencia.

Y NO ES para menos, pues las autoridades de aquel país calculan que los fraudes con supuestos tiempos compartidos les han costado a sus ciudadanos ¡350 millones de dólares en los últimos seis años! Pero Alfaro decía que no pasaba nada. 

¡UY, QUÉ DELICADO! El alcalde de Piedras Negras, el morenista Jacobo Rodríguez, de plano explotó cuando le preguntaron si estaba dispuesto a poner el ejemplo, sometiéndose a una prueba antidoping como la que les piden a otros funcionarios.

EL PRESIDENTE MUNICIPAL balbuceó primero y luego increpó a quien le hizo la pregunta, pese a que se supone que para eso es su conferencia mañanera. "¿Qué te hace pensar que vengo drogado?", preguntaba una y otra vez el alcalde, buscando zafarse del asunto.

AL FINAL, ooobviamente, no contestó si estaría dispuesto a hacerse una prueba para detectar consumo de estupefacientes. ¿Será que el morenista coahuilense no quiere que se sepa algo? Es pregunta limpia.

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Gracias a Trump: Catón…

EN REFORMA

Qué vergüenza. La lucha contra la criminalidad, la corrupción y la impunidad en México no la está encabezando la presidenta de México, sino el presidente de Estados Unidos. Sucede que los ciudadanos que disentimos de la 4T hemos de estar agradecidos con el nefasto Trump, quien aparece ahora como el único valladar capaz de contener las torpes acciones y las sospechosas omisiones de la camarilla que en hora mala se apoderó de nuestro país. Muy bien usó el periódico Reforma la palabra "ofrenda" para calificar la entrega que Sheinbaum hizo a la justicia americana de 26 narcotraficantes mexicanos. En efecto, tal acto tuvo toda la apariencia de un sacrificio hecho por un feligrés a su deidad, o por un vasallo a su señor. La Presidenta, víctima de su propio régimen, se debilita, en tanto que la imagen del amarilloso ocupante de la Casa Blanca se fortalece tanto en su país como en el nuestro. Los actos de corrupción cometidos por mexicanos no son descubiertos aquí, sino en la nación vecina, y de allende el Bravo viene la esperanza de que las cosas mejoren, no de nuestro gobierno, sometido visiblemente a los dictados del caudillo, atento sólo a la conservación y perpetuación de su poder. Lo dicho: qué vergüenza... Procuraré en seguida atenuar ese sonrojo con el relato de algunas lenes historietas humorísticas….

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Estrictamente Personal

Dichos y hechos/Raymundo Riva Palacio

El Financiero,  agosto 14, 2025 | 

Los dichos no concuerdan con los hechos. Después de enviar otros 26 narcotraficantes a Estados Unidos, el Departamento de Estado actualizó su alerta de viaje para México, incorporando la categoría de la administración Trump que fija nuevos parámetros: el terrorismo.

Sus anteriores definiciones, como inseguridad y violencia, sobre las cuales fijaban las alertas, se convirtieron en terrorismo luego de la reclasificación del presidente Donald Trump a los cárteles de las drogas en febrero pasado, que cambió las reglas del juego. La alerta en papel es terrible al establecer que, salvo Campeche y Yucatán, en todos los estados hay riesgo de ataques terroristas, sembrando en el imaginario un Osama bin Laden tropical.

La realidad es diferente. Nada ha cambiado de fondo en el problema de la violencia e inseguridad en México, salvo que a los cárteles de las drogas ya no se les llama así, sino “terroristas”. Por lo demás, seguimos con un discurso maniqueo sobre el combate a la delincuencia, cifras manipuladas sobre homicidios dolosos, Culiacán en guerra, regiones bajo control del narco y una debilidad institucional imposible de ocultar con propaganda.

El fenómeno devastador para una sociedad sumergida en la violencia se ha normalizado, es una discusión que habría que tener en otro momento. No querer ver, o minimizar lo que está haciendo Estados Unidos, respondiendo a sus expresiones intervencionistas con palabras sin densidad, es otra cosa.

Estamos viendo en cámara lenta cómo avanza la construcción de condiciones para moldear la opinión pública de Estados Unidos y el mundo, en caso de que decidan actuar militarmente en México contra el narcotráfico. Es un método conocido. Washington, sin distinción de partido, ha utilizado como punta de lanza a los medios de comunicación de su país –históricamente brazo de la diplomacia de las cañoneras del Departamento de Estado–, para ir probando –mediante trial balloons (léase globo de sonda)– cómo responderían los gobiernos ante situaciones extremas donde violan leyes internacionales, y medir hasta dónde podrían llegar minimizando el costo político.

El ejemplo más reciente (2003) fue la forma como manipularon a la corresponsal de seguridad nacional de The New York Times para que, a través de ella, sembraran que Saddam Hu-ssein tenía armas de destrucción masiva en Irak, el argumento con el que el gobierno de George W. Bush justificó sus acciones militares en las Naciones Unidas y obtuvo el respaldo de una coalición de países para invadirlo y derrocarlo. Otro clásico fue la preparación mediática de la invasión de Panamá, cuando su líder, el general Manuel Antonio Noriega, pasó de ser aliado útil de la CIA durante los años de la Guerra Fría, a un dictador corrupto y violento, involucrado en el negocio de las drogas.

A través del Times, The Washington Post y las entonces influyentes revistas Time y Newsweek, comenzaron a publicar filtraciones de las diferentes agencias policiales y de inteligencia, al tiempo que comenzaron a salir expedientes judiciales de los tribunales de Miami donde vinculaban a Noriega con el Cártel de Medellín. En la televisión lo mostraban como una persona siniestra, con sus lentes negros, vestido con casaca militar y rodeado de escoltas armados. Un año antes de la invasión (1989) enviaron más tropas a la zona del Canal de Panamá, empezaron las sanciones económicas y se comenzaron a congelar cuentas panameñas en Estados Unidos.

El mismo método, reforzado, está saliendo en el caso mexicano: declaraciones en los más altos niveles sobre un gobierno que no gobierna, sometido a los cárteles de las drogas, cómplices por omisión de las organizaciones “terroristas” que trabajan con el gobierno de China para introducir fentanilo a Estados Unidos, intervención directa contra instituciones financieras mexicanas a las que acusa de ser parte de este entramado criminal, filtraciones sobre planes militares para enviar tropas a México para cazar a los líderes de los cárteles y recolección de inteligencia con aviones espías de la CIA que vuelan sobre territorio mexicano sin pedir autorización alguna al gobierno mexicano. Haber hecho visible que lo estaban haciendo, provocó que la presidenta Claudia Sheinbaum autorizara la colaboración de su gabinete de seguridad con la CIA, y empezó a recibir información sobre los cárteles, una forma de elevar la presión a México.

A base de los recursos retóricos y mediáticos, Sheinbaum ha ido cediendo ante las exigencias estadounidenses, como la incorporación de datos biométricos a las leyes, el plan contra la extorsión y el incremento en el combate al huachicol. Acciones como la entrega de los 26 narcotraficantes, reconociendo que aun desde la cárcel seguían operando y no podían contenerlos, son intentos de patear hacia delante la exigencia concreta de Washington: abrir procesos judiciales contra políticos y funcionarios de Morena vinculados con el crimen organizado.

Sheinbaum se resiste mientras que su aparato de propaganda se purifica en las declaraciones diplomáticas del gobierno de Estados Unidos para ocultar los déficit que tiene con Washington y seguir tendiendo cortinas de humo en México. La presidenta no es insensible a lo que está haciendo Washington, admiten altos funcionarios federales, pero debe pensar que puede escaparse hacia delante. Eso no va a suceder. El diagnóstico que tiene el gobierno estadounidense sobre el régimen es bastante negativo, como lo muestra el Reporte Sobre Derechos Humanos que dio a conocer el Departamento de Estado esta semana:

“Temas relevantes sobre los derechos humanos (en México) incluyen reportes creíbles de: asesinatos arbitrarios o ilegales, desapariciones, tortura o castigos inhumanos o tratamiento degradante, arrestos o detenciones arbitrarias, serias restricciones de la libertad de expresión y de la libertad de prensa, incluida la violencia o amenazas contra periodistas, y endurecimiento o amenazas de acusaciones civiles o criminales a fin de limitar la expresión; así como violencia y amenazas contra activistas y sindicalistas”.

Hay señalamientos que son herencia del pasado, pero hay algunas que ya le tocan a su gobierno, y que arrastra de la administración de Andrés Manuel López Obrador. En su conjunto, la visión que tiene Trump y su gabinete sobre México es muy negativa, y tratar de timarlos como hizo su predecesor no va a funcionar. A su favor, nada menor, es que sí tiene salidas políticas y diplomáticas que frenen una intervención militar, pero sabiendo cuáles son, debe encontrar la voluntad política para hacerlas.

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Gertz y la adicción a fabricar

Política zoom/Ricardo Raphael

Milenio,  14.08.2025

Mintió Alejandro Gertz Manero teniendo a sus espaldas, como testigo, a la presidenta Claudia Sheinbaum. La estampa ilustra la incurable tendencia a la fabricación de la Fiscalía General de la República.

Durante la conferencia mañanera del lunes, el fiscal general de la República afirmó que —independientemente del montaje orquestado para detener a Israel Vallarta en el rancho Las Chinitas— hay seis personas que fueron secuestradas.

Con esta afirmación hace suponer que el montaje y la verdad sobre el secuestro son dos hechos que pueden aislarse, pero tal cosa es imposible.

Hoy se sabe que Israel Vallarta y Florence Cassez fueron detenidos la tarde del jueves 8 de diciembre de 2005. También ha sido probado que ambos fueron privados ilegalmente de su libertad hasta la mañana del viernes 9 de diciembre, cuando se celebró el circo mediático donde, a través de la televisión, se escenificó la aprehensión de ambos —supuestamente en flagrancia— y al mismo tiempo se liberó a tres de las presuntas víctimas referidas por Alejandro Gertz (Ezequiel Elizalde, Cristina Ríos y Christian Ramírez).

Si Vallarta y Cassez fueron detenidos el jueves, no es verosímil que las víctimas hayan permanecido en cautiverio en Las Chinitas hasta la mañana siguiente, cuando llegaron las cámaras de televisión. Es ridículo suponer que la policía pidió amablemente que esperaran, más de 10 horas, amarradas y encerradas con el solo propósito de televisar el fin de su cautiverio.

Esos tres secuestros no se sostienen. Por eso Vallarta fue absuelto. El cuarto plagio supuesto es el de Raúl Ramírez, esposo de Cristina y padre de Christian. Hay que informarle al fiscal Gertz que este caso se eliminó de la lista de delitos adjudicados a Vallarta cuando la SCJN resolvió sobre la libertad de Cassez, ya que el MP no pudo presentar pruebas concluyentes.

Restan dos plagios por aclarar: el de Valeria Cheja y el de Shlomo Segal. Respecto de ambos casos, la jueza Mariana Vieyra argumentó que no hay evidencia que lleve a sustentar la acusación realizada por el Ministerio Público y, por tanto, igualmente absolvió a Vallarta de estos delitos.

Zoom: Si cuatro de los seis supuestos secuestros están relacionados con el montaje del rancho Las Chinitas, y si ese teatro destruyó la posibilidad de que estas personas hubiesen sido plagiadas, ¿por qué Gertz Manero mintió, otra vez, en horario estelar y en cadena nacional, en esta ocasión frente a la presidenta Sheinbaum?

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Extorsión bilateral/Carlos A. Pérez Ricart 

REFORMA, 14 agosto 2025;

Ya lo sabíamos, pero esta semana se confirmó con nitidez: en seguridad y justicia, lo que sucede más allá de la frontera influye más que cualquier hecho en territorio nacional.

La política mexicana en estos ámbitos no se dicta desde Palacio Nacional. Se decide en Washington.

De vuelta al siglo XIX. Retrocede a la casilla uno.

El calendario de arrestos, extradiciones y operativos conjuntos se mueve al ritmo de la agenda política de Estados Unidos, no al de las necesidades más apremiantes de México. Trump nunca ha ocultado el método: elevar la presión hasta forzar concesiones. La llamamos cooperación, pero en el diccionario aparece bajo la entrada "extorsión".

En menos de una semana, tres hechos lo confirman: la transferencia (curiosa palabra) de 26 traficantes de droga; la captura de 27 integrantes del CJNG en Aguascalientes con apoyo explícito del FBI; y el arresto en Houston de un exfuncionario tabasqueño acusado de corrupción vinculada a Pemex, en un caso que Washington reclama bajo su jurisdicción.

Los episodios no son aislados. Forman parte de un patrón que se ha repetido en lo que va del sexenio: ante la amenaza de la Casa Blanca, México responde con concesiones: entrega reos, abre la puerta a la "cooperación policial" y calla ante la expansión de la jurisdicción estadounidense.

Se entiende: son gestos que buscan evitar un choque frontal o un escalamiento que podría derivar en sanciones, restricciones comerciales o intervenciones más agresivas. En apariencia, son decisiones pragmáticas: mejor ceder en lo específico para preservar lo general. En la práctica, ceder para evitar el siguiente golpe.

¿El problema? Que el monstruo jamás se sacia.

La paradoja duele. Cada concesión erosiona un poco más la soberanía que se pretende proteger. Cuando México extradita a La Tuta, a El Cuini u otro apodo morfológicamente imposible, no solo lo pone en manos de la justicia estadounidense: lo inserta en un sistema de protección de testigos que convierte su información en munición política. Cartuchos listos para la extorsión que viene.

Las cortes de Texas o Nueva York acaban con expedientes que apuntan a narcotraficantes, funcionarios o empresarios mexicanos que nunca enfrentarán a la justicia nacional ni repararán a las verdaderas víctimas. Cada vez que eso ocurre, la capacidad del Estado mexicano para controlar su narrativa y sus procesos judiciales se erosiona. Cada vez resulta más imposible escapar de la trampa.

Trump y sus fiscales conocen el mecanismo de memoria y lo usan como palanca. Un caso exitoso allá -una condena mediática, una declaración explosiva- refuerza la idea de que Washington es el verdadero garante de justicia en la región.

Así funciona la extorsión bilateral.

El problema es que este proceso no tiene final. Es un monstruo de mil cabezas. Cortas una y otras tres crecen en su lugar. Hoy son extradiciones; mañana, jurisdicción extraterritorial en casos de corrupción política; y después, posiblemente, acciones directas en territorio mexicano. Cientos de drones volando nuestros cielos.

La frontera de lo posible se traslada con cada concesión, y lo que ayer parecía impensable puede convertirse mañana en realidad.

México juega un juego que no puede ganar si lo único que ofrece es cooperación reactiva. La cooperación no es mala en sí misma; el problema es la asimetría. Estados Unidos pide, México cumple. Washington redacta las reglas, México las acata. En ese marco, cualquier gesto que se venda como "defensa de la soberanía" es, en el mejor de los casos, retórico. Así opera el desequilibrio cuando las palabras se acaban.

Entretanto, el sistema de justicia mexicano permanece anquilosado: investiga poco, procesa menos y nunca sanciona. Esa inacción nutre la narrativa que legitima la intervención de Washington: si México no puede o no quiere, Estados Unidos asumirá la tarea. Cada vez que lo hace, crece el número de mexicanos que perciben esa intromisión como inevitable, incluso como una solución deseable.

Las consecuencias de ese círculo vicioso son tan impredecibles como temibles.

La única salida posible -aunque parezca lejana- no está en cortar cabezas al monstruo, sino en dejar de alimentarlo.

Eso implica reconstruir, con recursos y voluntad política reales, las capacidades judiciales y de seguridad internas. Significa investigar y procesar en México lo que hoy se resuelve en cortes del otro lado de la frontera. De lo contrario, seguiremos entregando piezas a cambio de tiempo, hasta que el monstruo, insaciable, decida venir por todo.

@perezricart

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