"A Seis Años del "Culiacanazo": La derrota que doblegó al gobierno de AMLO
El 17 de octubre de 2019, Culiacán, Sinaloa, fue escenario de horas de terror y caos que culminaron en la captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, alías El Chapo.. Este fallido operativo, conocido como el "Culiacanazo", no solo paralizó la ciudad con balaceras y vehículos incendiados, sino que expuso una profunda crisis de estrategia, comunicación y mando en el gobierno federal.
El día del caos y la liberación
La tarde de aquel jueves, la capital sinaloense se paralizó. Un enfrentamiento entre elementos de la Guardia Nacional (GN) y el Ejército contra miembros del crimen organizado desató el terror. El saldo inicial fue de ocho personas fallecidas (civiles, agentes y agresores) y 19 heridos, además de 19 bloqueos y 55 internos fugados de la prisión de Aguaruto. El daño social y psicológico, especialmente a la población infantil, fue incalculable.
La respuesta del Gobierno Federal se caracterizó por la tardanza y las versiones encontradas.
Primeras Horas (Tardías): Las redes institucionales enmudecieron. La primera información oficial, pasadas las 17:00 horas, fue un llamado a la calma del gobierno estatal.
La Primera "Mentira": Horas después, a las 20:28, el Gabinete de Seguridad emitió un video. El Secretario Alfonso Durazo afirmó que una patrulla de rutina de la GN fue agredida en el fraccionamiento Tres Ríos y, al repeler el ataque, tomaron una vivienda donde se identificó a Ovidio Guzmán. Ante el asedio y las acciones violentas del crimen organizado, se acordó "suspender acciones". Se evitó nombrar directamente la liberación.
La Confirmación Extraoficial: En minutos, medios como Reuters y el abogado de la familia Guzmán confirmaron lo inevitable: Ovidio había sido liberado.
La confesión y el conflicto de mandos
Al día siguiente, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), desde Oaxaca, avaló la decisión, indicando que fue tomada en conjunto por el Gabinete de Seguridad para evitar una masacre, priorizando la vida humana sobre la ley. Esta se convertiría en su justificación central.
Sin embargo, en Culiacán, el Secretario de la Defensa Nacional (SEDENA) reconoció que el grupo responsable del operativo "actuó de manera precipitada, con deficiente planeación" y, crucialmente, "omitiendo además obtener el consenso de sus superiores" (el Gabinete de Seguridad).
El vuelco presidencial y la interrogante legal
La narrativa cambió drásticamente ocho meses después. En junio de 2020, AMLO confesó en su conferencia mañanera que él mismo dio la instrucción para detener el operativo y liberar a Ovidio, contradiciendo sus declaraciones previas de que solo había "avalado" la decisión del Gabinete.
Esta declaración generó profundas interrogantes:
¿Por qué mintieron en el primer informe? ¿Quién orquestó la versión del "enfrentamiento casual"?
¿Hubo un delito? Expertos y legisladores señalaron una posible contravención al Artículo 16 Constitucional, que obliga a poner inmediatamente a un detenido a disposición judicial. Dejar libre a un detenido es sancionado por el Código Penal Federal.
¿Por qué el Presidente se contradijo? La confesión presidencial, que lo asumía como autor de la orden, dañó y deslindó a sus subalternos (como el Secretario Durazo, quien fue denunciado por mentir a los legisladores).
El análisis final es contundente: la Ley Nacional del Registro de Detenciones y la Constitución fueron ignoradas. La FGR (Fiscalía General de la República), facultada para ejecutar la orden de extradición solicitada por Estados Unidos, brilló por su ausencia o silencio. La ciudad fue tomada por asalto y la autoridad federal y local se replegó, dejando al descubierto una fragilidad institucional que convirtió el evento en una derrota histórica para el gobierno, dejando al país como una República bananera ante el control del crimen.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario