Las últimas horas de Gertz
En su texto de hoy en El Financiero, Riva Palacio narra las frenéticas 48 horas que culminaron con la renuncia de Alejandro Gertz Manero a la FGR. El autor concluye que, aunque hubo tensiones con la presidenta Sheinbaum, la salida fue una orden directa desde Palenque ejecutada por Andrés Manuel López Obrador, a pesar de su alianza previa.
El detonante de la crisis: La crisis fue desencadenada por filtraciones de funcionarios leales a Omar García Harfuch a quien López Obrador consideraba un enemigo. Específicamente, se filtró una investigación de la Fiscalía contra el empresario Raúl Rocha (dueño de Miss Universo) por narcotráfico, tráfico de armas y robo de combustible, a quien se le otorgó un criterio de oportunidad.
La investigación tocaba directamente a Andrés Manuel López Beltrán (hijo del expresidente) y al exdirector de Pemex, Octavio Romero Oropeza, quienes son socios de Rocha.
Sheinbaum reclamó a Gertz por la filtración y por no haberla consultado a ella o a García Harfuch sobre el beneficio otorgado a Rocha, además de la preocupación por la relación con López Beltrán.
A pesar de la molestia de Sheinbaum, la renuncia fue ordenada desde Palenque. La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, fue la encargada de transmitirle personalmente a Gertz el mensaje de López Obrador de que debía dimitir. Gertz inicialmente se negó a cancelar las investigaciones.
El senador Adán Augusto López intervino en la negociación, acudiendo a Palacio Nacional y convocando una sesión en el Senado para gestionar la presentación de la carta de renuncia.
García Harfuch se adjudicó su salida de la fiscalía, revelando implícitamente que la crisis la había detonado su equipo, sin saber cuáles serían las consecuencias finales
"La salida de Gertz -dice Ray-, no fue bien vista en Washington, porque, pese a sus antecedentes, no había sido un dique en la cooperación bilateral, como lo fue en el sexenio de López Obrador, y temen que las investigaciones en curso se cancelen
Riva Palacio señala que la salida de Gertz y la llegada de la fiscal interina, Ernestina Godoy, garantizará la conclusión de los casos sensibles que Gertz se había negado a cerrar (incluyendo los que involucran a los hijos de López Obrador y el huachicol fiscal), lo que fue un desenlace bienvenido "sobre todo en Palenque".
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"Las últimas horas de Gertz",/ Raymundo Riva Palacio
Columna Estrictamente Personal
El Financiero, diciembre 01, 2025
Las últimas 48 horas de Alejandro Gertz Manero como fiscal general fueron una demostración de fuerza, pero no de la presidenta Claudia Sheinbaum o del coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, sino de Andrés Manuel López Obrador, cuya mano no se apreciaba en un principio, pero que fue quien ordenó el sacrificio de quien había sido su aliado. Paradójicamente, la crisis la detonaron funcionarios leales al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a quien López Obrador considera un enemigo. Grupos enfrentados se unieron, por diferentes razones, para tumbar a Gertz Manero.
Ocho fuentes consultadas durante el fin de semana, que tuvieron acceso a información de primer nivel en los centros de toma de decisión, permiten construir una nueva aproximación a lo que sucedió entre el miércoles y el jueves, cuando se decidió no sólo la suerte de Gertz Manero, sino que se cerró una puerta que peligrosamente se había abierto con la investigación contra Raúl Rocha, el empresario regiomontano que es dueño del certamen Miss Universo, por delitos de narcotráfico, tráfico de armas y robo de combustible, que tocaba a Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente, quien es su socio en varios negocios, y al exdirector de Pemex, Octavio Romero Oropeza.
La crisis se detonó el miércoles, cuando Abel Barajas en Reforma y Carlos Loret en X dieron a conocer la investigación de la fiscalía contra Rocha, y que le habían otorgado el criterio de oportunidad. La presidenta habló con el fiscal para reclamarle la filtración, pero no por la investigación en sí misma, sino por hacerlo testigo cooperante. Sheinbaum se quejó de que no le hubiera consultado a ella o al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, sobre el beneficio a Rocha, que además seguía siendo contratista de Pemex.
De acuerdo con dos fuentes, había preocupaciones adicionales en el reclamo: que no se hubiera informado previamente a Estados Unidos por el tipo de delitos, y que se estableciera una relación de Rocha con López Beltrán y Romero Oropeza. En Washington, sin embargo, ya sabían de esa relación de su sociedad. Son socios de restaurantes en Nueva York –como también en la colonia Condesa de la Ciudad de México–, lo que para la justicia estadounidense, al tener negocios en ese país y haber utilizado su sistema financiero, implica que pueden ser juzgados y sentenciados, si se les descubre un delito, en sus cortes.
En Palacio Nacional y en la secretaría de seguridad había mucha molestia por las filtraciones de la fiscalía, y en las primeras horas de la crisis señalaron que ni el caso Colosio ni la investigación de Rocha las habían presentado en la Mesa de Judicialización, donde se revisan los temas de alto impacto. Los textos de Barajas y Loret aportaban información que golpeaba a García Harfuch y a César Oliveros, a quien había colocado en la Fiscalía Especial para la Investigación de Delitos en Materia de Hidrocarburos, adscrita a la Fiscalía Especializada en Delitos en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), al señalar que algunos de sus colaboradores habían sido reclutados por el crimen organizado y le estaban vendiendo información a Rocha.
García Harfuch tenía razones para haber explotado contra Gertz Manero, y cuando cayó, se adjudicó su salida de la fiscalía, revelando implícitamente que la crisis la había detonado su equipo, sin saber cuáles serían las consecuencias finales. La persona de su equipo que tenía la información de la fiscalía era Oliveros, que desde el principio fue su carta fuerte para ocupar la FEMDO, y quien, tras la caída del fiscal, fue nombrado en ese cargo por la interina, Erestina Godoy. Otro incondicional de García Harfuch, Héctor Elizalde, con quien ha trabajado desde que estuvieron en la Policía Federal hace 20 años, fue nombrado titular de ese organismo, como también quería el secretario desde el inicio del sexenio.
No obstante la molestia de Sheinbaum, no le pidió la renuncia. En Palenque, la reacción fue muy diferente. La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien es el enlace entre Sheinbaum y López Obrador, visitó personalmente a Gertz Manero, a quien le transmitió el mensaje de que tenía que renunciar. Lo importante, dijo un funcionario, no era el mensaje, sino la mensajera, porque le decían que había caído de la gracia del expresidente. Por razones que aún son un misterio, porque Gertz Manero siempre había jugado del lado de López Obrador, se negó a cancelar las investigaciones.
El senador Adán Augusto López fue llamado a la acción. El miércoles de las filtraciones, fue a Palacio Nacional –a la vista de todos– para hablar con la presidenta. El senador tenía prohibida la entrada a Palacio y únicamente podía ingresar acompañado de legisladores y para tratar temas relacionados con la cámara. El senador le fue a informar el plan para eliminar al fiscal. Internamente, López le dijo a miembros de la Junta de Coordinación Política que actuaría contra Gertz Manero porque era inminente que actuara penalmente contra él por el tema de La Barredora. Pero había sido un señuelo.
El senador convocó el miércoles a una sesión ordinaria para el jueves a las 10 de la mañana, donde se conocería, presumían, la carta de renuncia de Gertz Manero. A esa hora, no había movimiento en el Senado, pero el fiscal estaba atrincherado en su oficina. Mario Maldonado escribió en El Universal que funcionarios del Senado recogieron la carta en Palacio Nacional para llevársela a Gertz Manero para que la firmara. Una fuente dijo que la carta la llevó directamente la secretaria de Gobernación, pero no se logró una confirmación independiente. De haber sido así, habrían sido dos veces las que López Obrador le envió el mensaje que tenía que irse.
La salida de Gertz Manero no fue bien vista en Washington, porque, pese a sus antecedentes, no había sido un dique en la cooperación bilateral, como lo fue en el sexenio de López Obrador, y temen que las investigaciones en curso se cancelen. La preocupación es correcta. Gertz Manero no había cerrado los casos contra los hijos de López Obrador, el senador López o el huachicol fiscal, como se lo había pedido la presidenta, pero con la llegada de Godoy garantizará su conclusión. Hay muchos contentos por este desenlace, sobre todo en Palenque.
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