Un estudio reciente de la Oficina de Contraloría del Congreso norteamericano -GAO, por su siglas en ingles- (United States Government Accountability Office), reconoce no contar con un sistema confiable que permita establecer con certeza la cantidad de cocaína que ingresa a ese país.
GAO sostuvo en el estudio Drug Control: Agencies Need to Plan for Likely Declines in Drug Interdiction Assets, and Develop Better Performance Measures for Transit Zone Operations GAO--06-200, fechado el 15 de noviembre que ese país no ha seguido en su integridad las recomendaciones de una oficina asesora, que concluyó desde el 2001 que este país "no tiene el sistema de informática ni la infraestructura de investigación necesarias para evaluar la efectividad de las políticas de lucha contra las drogas".
En particular, el Consejo Nacional de Investigación, que asesora la oficina del zar antidrogas, aseguró que no existe "información confiable y adecuada en el precio y uso de las drogas''.
El cuestionamiento de GAO pone en entredicho el anuncio hace unas semanas del denominado zar antidrogas John P. Walters, quien defendió el balance de la lucha contra la producción de drogas en Colombia, esgrimiendo que el precio de la cocaína en EE UU aumentó 19% en siete meses y su pureza decayó un 15 por ciento.
La ambigüedad en la información sobre la interceptación de drogas es tal, agrega el informe, que el reporte de la oficina del zar sobre la cantidad de cocaína que se envió hacia EE UU en el 2004 es calculada en una cifra entre 325 a 675 toneladas. "Semejante rango tan amplio no es útil para evaluar las operaciones en las zonas de tránsito'', señalan los investigadores de GAO.
En el período analizado por el estudio (2000-2005) el gobierno de EEUU ha entregado $6,000 millones a Colombia ( a través del Plan Colombia) y otros países de la región para la lucha antinarcóticos, el desarrollo de soluciones alternativas y reformas judiciales.
El estudio de GAO señala, sin embargo, que una mejor coordinación entre diferentes organismos del gobierno y la colaboración de países de la región, ha contribuido a hacer más efectiva la interdicción de cargamentos y ha propiciado un aumento en las capturas de cocaína.
Las capturas aumentaron de 117 toneladas métricas en el 2000 a 196 en el 2004, según el reporte.
Según GAO, mantener este nivel de ofensiva no será fácil, pues la disponibilidad de la flota de aviones para la lucha antinarcóticos ha venido en descenso. En el 2005, afirma el reporte, el número de horas de vuelo en operaciones de interdicción de aviones P-3 de la Marina de EE UU se ha reducido en 60 por ciento, en comparación con el año fiscal del 2000.
La reducción de 3,560 horas a 1,490 obedece, afirma la oficina de investigaciones, a problemas estructurales en las alas de los aviones.
A esto se suma el retiro de aviones patrulleros del gobierno holandés, el deterioro de las embarcaciones guardacostas y las fallas constantes del radar para detectar actividades de narcotráfico.
Las Go fast
Los narcos cambian constantemente de rutas tanto en el Pacífico como en el Caribe; la zona de tránsito de drogas es un área de seis millones de millas cuadradas que abarca Centroamérica, México, el mar Caribe, el Golfo de México y una zona del Pacífico que va desde Panamá hasta Perú.
Normalmente los narcotraficantes usan lanchas de alta velocidad llamadas go fast, las cuales transportan de 500 a 4000 kilos de cocaína y utilizan entre dos y cinco motores fuera borda. Eso les permite alcanzar velocidades de más de 40 nudos, además de que son difíciles de detectar en alta mar y están dotadas de sofisticados equipos de navegación, como el sistema GPS (sistema de posicionamiento global), sistemas de comunicación vía satélite, y, disponen de lentes de visión nocturna. Generalmente son de color negro, azul o verde, lo que les permite camuflarse en el mar.
El costo: La go fast más económica cuesta entre 60,000 y 80,000 dólares, pero la última generación puede superar los 100,000 dólares.
El documento de 52 cuartillas esta disponible en: http://www.gao.gov
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