3 jul 2007

Monitor: la opinión de Guadalupe Loaeza

'Monitor'/Guadalupe Loaeza
Publicado en Reforma, 3/07/2007;

A todos los trabajadores de InfoRed.
"Ay, Guadalupe, es una tragedia lo que sucedió con Monitor. Tengo 31 años y en la casa mis papás siempre escuchaban el programa desde las seis de la mañana. Personalmente llevaba 26 escuchándolo todos los días. La verdad es que es una injusticia... Cómo son las leyes en nuestro país", me dijo ayer muy tempranito por el teléfono una amiga. Se oía de verdad desolada. Después de hablar con ella, abrí mi correo y cuál no sería mi sorpresa de encontrarme con más de 25 correos lamentándose de lo mismo. "Pues nada... que hoy en la mañana me quedé helada y de una pieza... entendí que mi país está cada vez más fuera de órbita. Mientras el mundo avanza, estamos aquí peleándonos contra nosotros mismos, con nuestras leyes que sólo son para los poderosos. Estoy muy triste, pues el hecho de continuar escuchando la 1320 y 1560 con pura música sin sus comentarios, sin la verdad, sin la voz, que no sólo México sino el mundo también escucha, me hace confirmar que estamos en un caos y quiero irme lo más pronto posible a donde sea, pero no estar más aquí", escribió Lola Martínez. En otros correos evocan varias emisiones que llegué a tener cuando colaboraba en la época de Radio Red de Clemente Serna por más de 15 años, ininterrumpidamente: Detrás del Espejo, Mujeres Maravillosas, Presente Imperfecto, Parejas Inmortales, Obsesiones, En busca de la música perdida, En busca del sexo perdido, Nostalgias, y otros programas cuyo título ya no recuerdo.
Fue María Luisa Serna quien me invitó en 1986 a colaborar en Radio Red. "Con que nos compartas tu singular estilo de narración es suficiente", me dijo. Así fue. A partir de ese año, comencé a participar con una cápsula de cinco minutos, la cual pasaba diariamente justo antes del Monitor de las seis de la tarde. La rúbrica musical era inconfundible, un cha-cha-chá, muy de los cincuenta, llamado: ¡Muchacha! Al cabo de un año, me dieron un programa de entrevistas en el cual entrevisté desde a "Los Bribones" hasta a Rigoberta Menchú. Tiempo después, José Gutiérrez Vivó me pidió que participara en un programa de una hora a las cinco de la tarde, todos los domingos. El primero de ellos se lo dediqué a Federico Fellini, quien acababa de morir el 31 de octubre de 1993.
Gracias a Radio Red, conocí a muchas personalidades de todos los ámbitos; me beneficié de la lealtad de un auditorio adicto a la emisora desde hacía más de 30 años; pude tender muchos puentes con muchos tipos de público; me permitió, asimismo, hablar de una barbaridad de temas muy diversos entre sí, sin haber sido jamás censurada. Gracias a la época dorada de Radio Red, conocí al maestro Alfonso Zárate, al espléndido politólogo Jaime González Graf (q.e.p.d), a Ikram Antaki (q.e.p.d), a Héctor Madera Ferrón (q.e.p.d), conductor del programa nocturno: Hasta que amanezca; al filólogo Arrigo Cohen (q.e.p.d), al químico Luis Manuel Guerra, a Lydia Pérez López, a Ramón de Flores, a Ramón Pieza Rugarcía, a Margarita White, a Tere Aviña, al doctor Lammoglia, a Gustavo García, a Claudia Ojesto, a Alicia Ibargüengoitia, a Alberto Barranco, a Bernardo Barranco, especialista en religiones; a José Luis Morales Baltazar, a Miguel Aguirre Castellanos, a Mario Molina, a Martha García, al ingeniero Jorge Olea, a la reportera Estela Livera, al economista Arturo Damm, a los conductores: Martín Espinosa, Miguel Velasco y José Reyes García.
De José Gutiérrez Vivó se podría decir todo: que era muy mal jefe; que nunca recibía a nadie; que era muy soberbio; que su oficina era como un búnker; que odiaba la autocrítica; que desconocía su programación y a sus conductores; que nada más se rodeaba por incondicionales que repetían automáticamente: "Dice el señor Gutiérrez..."; que corría a su personal sin explicación alguna; que era descortés; que era malagradecido; que era demasiado egocéntrico; que tenía muy mal genio y que jamás informaba a su personal respecto a la situación de la empresa. Pero lo que nadie puede negar es que José Gutiérrez Vivó "marcó el paso en la radio", como decía su slogan. No hay duda de que es el conductor de la radio que ha logrado mayor influencia y penetración entre los radioescuchas. Formó un auditorio crítico y participativo. Cambió las estructuras de los noticiarios de larga duración e innovó todos los servicios radiofónicos, como por ejemplo: la Red Vial. Gutiérrez Vivó siempre fue sumamente creativo y visionario, de allí el éxito de sus programas y trasmisiones especiales como: Monitor, su Contacto, sus trasmisiones desde Davos, sus crónicas desde Oriente y Medio Oriente. No hay que olvidar que fue el primero que llevó a la radio comercial debates políticos; el primero en trasmitir controles remotos desde las casas de los candidatos; el primero en abrir el teléfono para que el público opinara; el primero que transmitió el Informe presidencial y posteriormente un análisis con su mesa de expertos en política; el primero que trataba el auditorio como ciudadano y como adulto; el primero que hizo un programa especial con el químico Guerra de ecología; el primero que lanzó un "opinómetro" respecto a asuntos políticos; el primero en reunir a todos los presidenciables en elecciones pasadas; el primero y el único que ejerció la democracia en su propio medio al transmitir las convenciones de Andrés Manuel López Obrador desde el Zócalo, al mismo tiempo que le daba entrada a las ideas de los opositores; el único que denunció las explosiones en Guadalajara, señalando a Pemex como el responsable. Gracias a la tecnología de punta con la que contaban sus reporteros, Radio Red fue el único medio que logró una comunicación efectiva y de servicio con el auditorio en los sismos de 85. Nunca se me olvidará que cuando se cayeron las Torres Gemelas de Nueva York, el comentario de Gutiérrez Vivó fue "esto no es un accidente, esto está provocado". Y cuando se estrelló el segundo avión, me acuerdo perfecto que insistió: "no es un accidente, esto alguien lo ha provocado".
Por último quiero confesar públicamente que Enrique y yo (juntos teníamos dos programas) lamentamos mucho haber dejado al Grupo Radio Centro, pero sobre todo a la familia Aguirre por seguir al periodista Gutiérrez Vivó. Siempre he lamentado que no se hubieran puesto de acuerdo en sus diferencias. No sólo yo salí perjudicada familiar y laboralmente, sino más de 400 familias que se quedaron desprotegidas y en la total incertidumbre.
¿Y por qué nos fuimos de Monitor? Por el absoluto desinterés por parte del director general de la empresa hacia nuestro trabajo.

1 comentario:

El OpInaDor dijo...

Mucho gusto Fred Alvarez. Mi nombre es Agustín Aguirre. Siempre platiqué con mi papá para que me contara anécdotas de la familia. Me contó de las tantas aventuras que de pequeños vivieron mi tío, él y sus demás hermanos. Fueron buenas, y pocas recuerdo por la presura con la siempre cargaba.
Al ver en tu blog este comentario, me gustaría saber cómo era mi tío en el aspecto laboral y que si pudieras me comentaras que cosas aprendiste de Miguel Aguirre Castellanos.
De antemano gracias y espero contar con tu comentario.

Atte. Agustín Aguirre González, mi blog "Di Agio credo"