23 mar 2007

Los Tratados de Roma

  • El primer espacio político transnacional del mundo/JEREMY RIFKIN, autor de El sueño europeo: Cómo la visión europea del futuro está eclipsando el sueño americano (Ediciones Paidós).

Publicado en EL PAIS, 24/03/2007);

Mañana, 25 de marzo, la Unión Europea (UE) celebra el 50º aniversario de la firma del Tratado de Roma, por el que se estableció la Comunidad Europea. La UE es una extraordinaria estructura de gobierno sin paralelo en la historia. Quinientos millones de seres humanos en 27 países, desde el Mar de Irlanda hasta las puertas de Rusia, se han agrupado en menos de tres generaciones para crear el primer espacio político transnacional del mundo.
Tengo que decir, ante todo, que no soy ingenuo respecto a Europa, sobre todo en cuanto al lado oscuro de su historia. Soy consciente de que se ha derramado más sangre en Europa que en ninguna otra región del mundo. Sin embargo, tras dos mil años de luchas y conflictos, Europa salió de la Segunda Guerra Mundial decidida a empezar un nuevo capítulo en las relaciones entre los seres humanos. Y lo ha conseguido.
A diferencia de otras formas de gobierno en el pasado, cuya razón de ser siempre era la extensión del poder y la expropiación de personas, recursos y territorios, la UE se concibió con un objetivo distinto: el deseo de aunar los intereses colectivos, ampliar la reciprocidad y crear una paz duradera basada en la confianza entre los pueblos.
Lo que ha cambiado es que, por primera vez en la historia, un colectivo determinado de la raza humana se atreve a pensar como especie. En este sentido, el experimento de gobierno de la Unión Europea es tanto un vuelco revolucionario en la conciencia como un cambio en la imaginación política.
Desde mi punto de vista, el de un observador estadounidense que ha pasado gran parte de su vida en Europa, lo que está claro en medio de la ciénaga cotidiana de peleas mezquinas, restos de prejuicios e hipocresías vergonzosas, es que poco a poco va saliendo a la superficie una nueva visión del sentido de la vida, al menos entre los europeos con formación universitaria.
En primer lugar, el Sueño Europeo es muy distinto del Sueño Americano que marcó la pauta en el mundo durante los siglos XIX y XX. El Sueño Americano habla de oportunidades individuales. Definimos nuestra libertad en función de la autonomía y la movilidad; por eso estamos enamorados del automóvil. Nos enseñan que la lucha para lograr nuestros propios intereses, a solas, en el mercado, es la mejor vía hacia la felicidad personal y el progreso de la sociedad. Y, hasta hace poco, el Sueño Americano gozaba de buena salud.
Los jóvenes europeos, en cambio, tienen otro sueño. Cuando se les pide que digan qué visión tienen del futuro, inevitablemente responden que sueñan con una "buena calidad de vida", que es un interés más colectivo.
A pesar de las numerosas diferencias que existen en la que es, sin duda, la región con más diversidad cultural del mundo, hay ciertos denominadores comunes que comparten casi todos los europeos jóvenes y con educación. Facilitar la buena calidad de vida, asegurar el desarrollo sostenible, propugnar los derechos humanos y sociales, hallar el equilibrio entre trabajo y ocio, responsabilizarse de los que son menos afortunados y construir puentes hacia la paz: éstos son los rasgos determinantes del incipiente Sueño Europeo y lo que de verdad se celebra en el 50º aniversario de la Unión.
Como es natural, los sueños son lo que a la gente le gustaría ser, no lo que es. Los europeos tienen que recorrer todavía mucho camino hasta que sus sueños se hagan realidad. Pero lo que es más interesante del experimento europeo, a pesar de todos los fallos humanos, es que una parte significativa de la raza humana esté intentando -aunque sea débilmente- aspirar a una "conciencia global" en una era interconectada a escala mundial.
Los aniversarios son una oportunidad, no sólo de reflexionar sobre los logros del pasado, sino también de fijar futuros objetivos. Me gustaría sugerir cuatro prioridades fundamentales para los próximos 50 años de integración europea.En primer lugar, los europeos deben sentar un ejemplo para el mundo transformando las relaciones internacionales y abandonando la lucha geopolítica tradicional que ha dominado las relaciones entre pueblos y naciones desde la Paz de Westfalia de 1648 para iniciar una "política de la biosfera". En años venideros, nuestro bienestar individual y colectivo va a depender cada vez más de nuestra capacidad de entender que la biosfera del planeta es nuestro hogar común. El cambio climático, la pérdida de ecosistemas y hábitats, la extinción de especies y la disminución de las reservas de agua dulce son una amenaza para la mera supervivencia de la civilización, y exigen un cambio de paradigma en nuestra forma de pensar sobre la tierra.
Segundo, los europeos tienen que mostrar al mundo que los seres humanos pueden vivir juntos en esta tierra, con toda su diversidad. De hecho, el apodo de la UE es "unidad y diversidad". En la práctica, los europeos todavía tienen que demostrar que Europa puede ser verdaderamente una plaza pública mundial, un lugar en el que las diásporas culturales del mundo puedan vivir juntas respetándose mutuamente y en un espíritu de tolerancia. La creciente xenofobia y el ascenso de los movimientos políticos ultranacionalistas están sembrando las semillas de un nuevo y violento sentimiento en contra de los inmigrantes en algunas regiones de Europa. La prueba de fuego del Sueño Europeo será su capacidad de acoger e integrar a millones de inmigrantes procedentes de fuera de la UE, sobre todo las minorías musulmanas del norte de África y Oriente Próximo. Por su parte, los nuevos inmigrantes tienen que encontrarse con sus anfitriones europeos a medio camino y convertir el Sueño Europeo en parte de su propio sueño.
Tercero, los Estados miembros de la Unión Europea necesitan encontrar una forma de racionalizar y equilibrar su modelo social y su modelo de mercado para asegurarse de que las virtudes de cada uno complementan los puntos débiles del otro. Fomentar la iniciativa personal, recompensar el espíritu emprendedor y promover el desarrollo del mercado, sin dejar de garantizar el reparto amplio y justo de los frutos del progreso económico, son pasos fundamentales para el futuro de una Europa social.
Por último, los europeos deben tener un papel mucho más importante en el escenario mundial y convertir su modelo de paz y cooperación transnacional en un modelo para todo el mundo. En Asia, Latinoamérica y África están en marcha intentos de crear espacios políticos internacionales como la Unión Europea. La UE puede facilitar el proceso si comparte sus "mejores prácticas", actúa como espuela y como conciencia y construye relaciones de cooperación con otras regiones que estén disponiéndose a emprender su propio recorrido hacia una era mundial transnacional.
Por ahora, es suficiente con que todos los que procedemos de otras partes del mundo digamos feliz 50º aniversario a la Unión Europea y a nuestros amigos europeos. Vuestros logros son una fuente de inspiración y un reto que nos empuja al resto a aspirar también a más.

  • Europa significa libertad y solidaridad/José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea
Publicado en EL PAÍS, 23/03/2007);
Hace 50 años se gestó un nuevo capítulo de la historia europea. Al celebrar el 50º aniversario de los Tratados de Roma, podemos mirar hacia atrás y ver logros sin precedentes. Y tenemos que esperar con interés los nuevos retos. Europa ha sido un motor de mejoras durante los últimos 50 años. Este aniversario es la ocasión de poner al día nuestro proyecto común, que adquiere pleno sentido en la era de la globalización.
Los argumentos a favor de Europa siguen siendo convincentes. Podría explicar las razones subyacentes al enfoque común de la política de energía y también podría exponer por qué necesitamos que el mercado único aúne el crecimiento económico con la justicia social. O bien podría defender la necesidad de construir una Unión Europea fuerte y eficiente, capaz de conformar la globalización con los valores e intereses europeos.
Pero en esta ocasión quiero ante todo centrarme en los valores que mejor definen la Unión Europea y su historia: la libertad y la solidaridad.
A lo largo de estos 50 años, la Unión Europea ha servido de inspiración y constituido un impulso hacia la libertad y la solidaridad. Permítanme ilustrar esto con dos momentos decisivos en mi vida.
El primero fue la Revolución Portuguesa de 1974. A la sazón yo tenía 18 años. Como la mayoría de los jóvenes en Portugal, quería liberarme de la dictadura que negaba a mis compatriotas aquello de lo que ya gozaban los demás europeos occidentales. No podíamos leer los libros ni escribir los artículos que queríamos. La actividad política estaba controlada por las fuerzas de seguridad. Vivíamos en una sociedad cerrada y atrasada. La Revolución lo cambió todo. Gracias a la solidaridad de las democracias occidentales, gracias a la perspectiva de llegar a ser miembro de la familia europea, la libertad triunfó en mi país y, al mismo tiempo, en España y Grecia.
La segunda experiencia fue el cambio que se produjo en toda la Europa Central y Oriental en las décadas de 1980 y 1990, a partir de la determinación mostrada en la lucha por la libertad en Budapest en 1956 y en Praga en 1968. Este cambio empezó en Polonia y culminó con la caída del Muro de Berlín y el Telón de Acero en 1989. También en este caso el objetivo era la libertad, y Europa la fuente de inspiración. Y también en este caso la solidaridad resultó esencial.
A través de esas experiencias llegué a entender que Europa significa libertad y solidaridad. Y no sólo para algunos, sino para todos los europeos. Lo que se inició en los seis Estados miembros fundadores en el decenio de 1950 se ha extendido durante los últimos 50 años al norte y al sur, al este y al oeste de nuestro continente.
Me precio de ser el presidente de la Comisión Europea en el momento de la gran ampliación de 2004-2007. Esta ampliación ha demostrado una vez más que la perspectiva de la integración europea alienta y consolida la libertad mediante la solidaridad. Hoy, en esta gran Europa abierta los ciudadanos tienen la libertad de expresar lo que piensan y de vivir y viajar por donde quieren.
Uno de los grandes logros de la Unión Europea ha sido la aparición de un auténtico espíritu europeo que convive con las identidades nacionales, regionales y locales. La integración europea no ha acabado con la diversidad, sino que la ha reforzado. Al haber construido un orden jurídico, político y económico común sobre la piedra angular de los Tratados de Roma, podemos vivir nuestras diferencias como fuente de enriquecimiento mutuo.
Durante siglos, los Estados europeos guerreaban entre sí. Ahora vivimos en paz. No en la paz de un equilibrio precario entre poderes y amenazas. Hoy en día gozamos de la paz en libertad y con solidaridad.
Se trata, ciertamente, de una experiencia única en la historia. Nuestras generaciones tienen el privilegio de vivir en la realidad los sueños de nuestros antepasados. Pero no debemos darla por sentada. Hay que alimentarla con esmero.
Con este espíritu de renovación, libertad y solidaridad, los jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros, el presidente del Parlamento Europeo y yo mismo, como presidente de la Comisión, nos reuniremos el domingo 25 de marzo, precisamente 50 años después de la firma de los Tratados de Roma. La Declaración de Berlín no será un acto de nostalgia, sino un acto de compromiso. Nos comprometemos a preservar y promover Europa como el mejor lugar del mundo para vivir, una sociedad abierta y una economía abierta, en un esfuerzo común para lograr la cohesión económica y social. Para lograr una Europa de resultados, para garantizar que nuestras instituciones sean democráticas, eficaces y responsables, y para fomentar nuestros valores y asumir nuestras responsabilidades en el mundo. Nos comprometemos a situar a Europa en el lugar que le corresponde, es decir, al servicio de sus ciudadanos.
El déficit de visión de Europa/
Jan-Werner Müller, profesor de Teoría Política y la Historia de las Ideas de la Universidad de Princeton. Autor de Patriotismo constitucional.
Publicado en LA VANGUARDIA, 22/03/2007);
Los festejos para celebrar el 50 aniversario del tratado de Roma llegan en un momento oportuno. Es el momento de que la UE ponga fin a su periodo de reflexión autoimpuesto tras el rechazo de la Constitución europea por franceses y holandeses y reinicie el proceso de unificación que empezó en Roma hace 50 años.
Los líderes europeos no han logrado ofrecer a los ciudadanos de Europa una visión nueva y sustancial. ¿Cómo debería lograrse, entonces, una refundación (Neubergründung)de Europa, como lo llamó la canciller alemana, Angela Merkel, en su primer discurso parlamentario sobre política europea? En teoría, existes tres visiones fundamentalmente diferentes y enfrentadas sobre el futuro de la UE. Algunas aún adoptan la forma de un “Estado de estados nación”. Quienes piensan así - y a los que, imprecisamente, se llama federalistas-se refieren a la Constitución como un paso necesario hacia una federación europea. Una federación de este tipo se puede justificar diciendo que la sustancia moral de un Estado nación se vio profundamente comprometida por la beligerancia pasada o como una medida preventiva para mantener bajo control cualquier posible ansiedad de un nuevo conflicto. Es más, el científico político británico Glyn Morgan sostuvo que un concepto robusto de seguridad paneuropea también requiere de un Estado paneuropeo y que es irresponsable por parte de las elites de Europa mantener una posición permanente de dependencia estratégica de Estados Unidos, en unión de la idea de que sólo una UE fuerte puede salvar el “modelo social europeo”.
Sin embargo, los últimos años pusieron de manifiesto la ausencia de un respaldo mayoritario a una federación europea por parte de los estados que conforman Europa, punto que subrayó el debate sobre el fallido tratado constitucional. Muchos de los argumentos “federalistas” parecen dudosos: en particular, no existe ningún modelo social europeo único. Las diferencias, por ejemplo, entre los países escandinavos, los países mediterráneos y los países atlánticos liberales como Irlanda y Gran Bretaña suelen ser más pronunciadas que las que existen entre Europa en su totalidad y Estados Unidos.
En los últimos años se ha reforzado una visión alternativa de la UEque se puede describir como un multiculturalismo supranacional.Esta visión implica una Unión cuya función principal es la de permitir y mantener la diversidad y la diferencia. En lugar de estados homogéneos tradicionales, esta Europa busca ser una comunidad de diversidad,una especie de pueblo de otros,para robarle una frase al jurista Joseph Weiler. Según esta visión, la tolerancia se convierte en la virtud europea cardinal. Los profetas del multiculturalismo supranacional rechazan una democracia federal. En su opinión, lo que es factible es una llamada demoi-cracia;es decir, el gobierno no de un pueblo o demos,sino de muchos pueblos o demoi que aseguran y buscan mantener su diversidad.
Algunos elementos de esta visión suenan atractivos. Es cuestionable, sin embargo, lo creíbles que pueden ser los jefes de Gobierno europeos que promueven este tipo de multiculturalismo paneuropeo y, al mismo tiempo,denuncian enfáticamente las supuestas ilusiones multiculturalistas puertas adentro, algo que se ha convertido en retórica política estándar en casi todos los países.
La tercera visión no es ninguna visión sino una justificación de la burocracia de Bruselas. Bruselas mantiene funciones que aun dentro de los estados nación suelen delegarse en instituciones que no son elegidas democráticamente. Los bancos centrales son el ejemplo clásico. Las zonas de políticas que los ciudadanos consideran más importantes –la política social y la educación– siguen bajo la dirección de los estados miembro. Por tanto, Bruselas no es ningún posible gobierno, sino una autoridad regulatoria. Esta autoridad es parte de un sistema de verificaciones y equilibrios nacionales y supranacionales que, si bien no se asemeja a una democracia nacional, impediría que el despotismo se arraigara en Bruselas. Ninguna de estas tres visiones es enteramente ajena a la actual realidad de la UE o a sus posibilidades futuras. La federación se ha convertido en una perspectiva distante, pero sigue recibiendo honores en los discursos de los políticos. Las demoi-cracias ganan apoyo porque su visión tiende a reforzar el statu quo y deja abiertas casi todas las opciones. Los tecnócratas ven cómo se consolida su posición cada día que pasa cuando la supuesta crisis de legitimidad no termina de producirse.
Ahora bien, ¿existe un entendimiento político paneuropeo para el que se pueda alcanzar un consenso o que exija una mayoría? Si la respuesta es no, abrazar un enfoque pragmático de la Unión como una especie de Commonwealth es la alternativa más honesta para cualquier visión de altos principios. El clásico argumento de que la UE, como una bicicleta, siempre debe avanzar hacia delante para no caerse no es válido: el periodo de reflexión puede ser frustrante para los federalistas, pero también demuestra que, incluso en un punto muerto, la UE continúa.Las elites de Bruselas probablemente no admitan este hecho sin más: su retórica sigue oscilando entre el profundo pesimismo y una suerte de agente de relaciones públicas proeuropeo al que solamente le preocupa cómo venderles mejor la Unión a los ciudadanos europeos. Pero eso será imposible si no existe una visión que se venda a sí misma.

Texto de Shlomo Ben-Ami

  • Adiós a las guerras/Shlomo Ben-Ami, ex ministro de Asuntos Exteriores de Israel. Fue el negociador principal de las conversaciones de paz de Camp David y Taba.
Tomado de EL PAÍS, elpais.com, 23/03/2007);
El Gobierno italiano sufrió recientemente un duro revés al perder una votación parlamentaria en la que se decidía el envío de tropas de ese país a Afganistán; por otro lado, Gran Bretaña y Dinamarca han anunciado su inminente retirada de Irak. Mientras que el Gobierno de Bush está desplegando 21,000 soldados más en Irak y urge a sus aliados a que envíen más tropas a Afganistán, éstos rechazan la política de Estados Unidos en Oriente Próximo. Parecen cada vez más convencidos de que en todo conflicto asimétrico entre un Estado, por poderoso que sea, y una insurgencia armada movida por el fervor religioso, la “victoria” siempre será esquiva.
El dogma de la transformación militar que defiende Donald Rumsfeld -el desarrollo de la capacidad tecnológica de los ejércitos permite asegurar la victoria con menos tropas- fracasó rotundamente en Irak. Ni tampoco pudo Israel vencer a Hezbolá en el Líbano, pese a su apabullante superioridad tecnológica. En el norte de Israel cayeron en 33 días más misiles y cohetes que en Gran Bretaña durante toda la Segunda Guerra Mundial. De modo que los israelíes tendrán que vérselas con un fenómeno completamente nuevo: una entidad asimétrica, Hezbolá, con la potencia de fuego de una nación-estado.
Se diría, pues, que el debate acerca de si es conveniente incrementar el número de fuerzas de tierra estadounidenses en Irak no viene al caso. Ni la experiencia soviética en Afganistán en los años ochenta del siglo pasado ni la OTAN hoy confirman que el número de tropas es lo que importa en el campo de batalla moderno. Cuando no existen frentes militares geoestratégicos, como sucede en Kosovo, en Afganistán y en Irak, la superioridad numérica ya no equivale a victoria. Aquella idea de Carl von Clausewitz, el gran teórico militar, de que las “batallas decisivas” eran el “centro de gravedad” de la guerra es sencillamente irrelevante en unos conflictos que no tienen un “centro de gravedad” visible.
Es cierto que las guerras, desde la época de la victoria de Aníbal frente a los romanos, en el 216 a. C. hasta la Guerra del Golfo de 1991, tenían este centro de gravedad, con una concentración masiva de fuerzas capaz de poner de rodillas al enemigo, pero esas guerras inter-estatales son hoy un anacronismo histórico. La mayoría de los estados están hoy delimitados por unas fronteras que generalmente se aceptan como legítimas, y por lo general acatan las normas de conducta internacionales en tiempo de guerra.
De hecho, la obligación de los Estados de acatar unas normas de conducta humanitarias mientras que sus enemigos son libres de cometer barbaridades es lo que hace irresolubles las guerras asimétricas. Es más, en una época como la que vivimos, de medios de comunicación globales y tribunales internacionales para los crímenes de guerra, los criterios de los Estados a la hora de emplear la fuerza militar son más complejos que nunca.
El combate entre Estados todavía se puede dar en donde existan primeras líneas de combate estratégicas, como en la frontera de Israel y Siria, la de India con Pakistán y la frontera que divide las dos Coreas. En estos casos, la guerra, como demostraron los egipcios en 1973, podría ser todavía una vía válida para resolver un conflicto determinado. Podría suceder que a los sirios les tentara la idea de lanzar una ofensiva contra Israel con el objetivo de salir del impasse en el que se encuentra el futuro de los Altos del Golán.
En el caso de Cachemira, sin embargo, puede que el conflicto asimétrico en el que se enfrentan en la actualidad aliados o representantes del Estado y grupos terroristas no degenere en una guerra abierta, precisamente porque India y Pakistán cuentan con una fuerza nuclear lo suficientemente disuasoria. En realidad, estos conflictos asimétricos dirimidos mediante representantes o grupos aliados han llegado a convertirse en la nueva manera que tienen los estados de evitar tener que pagar el precio de una guerra general.
La naturaleza cambiante del campo de batalla significa esencialmente que la guerra en cuanto que hecho decisivo en los conflictos internacionales ha quedado obsoleta. La simplista idea clausewitziana de que la acción militar termina conduciendo a la solución política ya no puede convencer a nadie. La “victoria” no supone la paz, sencillamente porque siempre habrá guerra después de la guerra.
Así, por ejemplo, sucedió en Kosovo, donde la guerra duró dos meses, pero sólo para dar paso a un conflicto asimétrico que duró seis años. Del mismo modo, aquella famosa campaña de “conmoción y pavor” llevada a cabo por Estados Unidos en Irak en 2003 teóricamente sólo duraría tres semanas, pero, en realidad, abrió las puertas del infierno tanto para las fuerzas de ocupación como para el pueblo iraquí. Y seis meses después de la despiadada batida israelí en el sur del Líbano, Hezbolá sigue con la misma fuerza que antes. Y lo mismo se podría decir sin que parezca demasiado exagerado con respecto a la vuelta de los talibanes a Afganistán seis años después de su derrocamiento.
Es en la guerra después de la guerra donde se revela la inferioridad de los ocupantes, dado que los constantes refuerzos incrementan el número de los objetivos para los insurgentes mucho más rápido de lo que pueden adaptarse las fuerzas ocupantes al cambiante campo de batalla. En sólo tres años, tal como han admitido los británicos, los insurgentes iraquíes han sido capaces de hacer frente a la superioridad tecnológica de sus enemigos, algo que el IRA fue incapaz de hacer en treinta.
La guerra de Irak y las guerras de Israel con Hamás y Hezbolá muestran los límites de lo que puede alcanzar la fuerza militar, y confirman asimismo la necesidad de la labor diplomática y de que los conflictos se resuelvan por otros medios. Cuando se trata de resolver conflictos políticos y culturales, más importante que la mera capacidad militar es forjar alianzas internacionales y regionales en torno a un objetivo legítimo.
Dicho esto, sería peligrosamente ingenuo afirmar que son innecesarios el uso de la fuerza y la capacidad de intimidación. Pero los objetivos a los que se dirige el uso de la fuerza han de ir unidos al reconocimiento de que en los conflictos asimétricos de hoy en día la victoria no se consigue únicamente en el campo de batalla. Sólo unas políticas regionales mejor fundamentadas, unas políticas encaminadas de verdad a disipar la incertidumbre y la angustia real de unas civilizaciones en crisis, producirán unos resultados más sostenibles.

Rasguño




¿Quién es Rasguño?
Su nombre Luis Hernando Gómez Bustamante.
Tiene 49 años de edad,
Es considerado, junto con Diego Montoya alias Don Diego, y Wílber Varela, Jabón, uno de los barones de la droga y estratega del poderoso cartel del norte del Valle.
Es señalado de ser el responsable de manejar entre el 30 y el 50 por ciento de los envíos de cocaína hacia EE UU: hasta 500 toneladas de 1990 al 2004.
La información comprometedora que está dispuesto a aclarar -a la Justicia de EE UU-, según lo señalado este jueves 22 de marzo el diario El Tiempo es lo que está contenido en una computadora que llevaba consigo cuando fue capturado en el 2004.
Pasó tres años preso en Cuba, que lo deportó en febrero del 2007 a Colombia, en donde enfrenta acusaciones de narcotráfico y se tramita su extradición a EE UU; "a la extradición se le tiene miedo y respeto", ha dicho.
Cuando fue arrestado en Cuba, fingía ser un honesto comerciante mexicano que se llamaba Arturo Sánchez;
Después de 10 días de haber sido arrestado se vio obligado a relatarles a las autoridades cubanas una versión acomodada de la historia de su vida: "Tengo que confesarles que compré este pasaporte en México por 500 dólares, me lo trajeron de Naucalpan, (Estado de México), pero realmente soy colombiano", dijo entonces.
Estuvo preso varios meses en Cuba, hasta que el jueves 8 de febrero del 2007 las autoridades cubanas lo entregaron a Colombia.
Pero, teme por su vida en Colombia y quiere ser trasladado pronto hacia EE UU.
¡Seguramente en la computadora habrá muchas sorpresas!, pero éstas las tendrá la justicia norteamericana.
Entrevista completa de Rasguño.
Apenas hace 48 horas -martes 20 de marzo -, dos hombres de su confianza, José Aldemar Rendón Ramírez, presunto asesor financiero, y Davidson Gómez Ocampo, pariente del capo, fueron extraditados a EE UU:
La entrevista es exclusiva del periodico colombiano EL TIEMPO;
www.eltiempo.com
El Tiempo, 22/03/2007);
Paras desmovilizados siguen traficando droga, dice 'Rasguño', narco que pide ser extraditado a E.U.
Hernando Gómez Bustamante, alias 'Rasguño', recluido en la cárcel de Cómbita (Boyacá) y solicitado en extradición por el Gobierno de E.U., es hoy en día el narcotraficante más custodiado de Colombia.
'Rasguño' -valluno de 49 años- es considerado como el hombre que tiene la información necesaria para descifrar buena parte del entramado del narcotráfico colombiano, sus alianzas con las Farc y con la mafia mexicana.
Antes de ser capturado en en Cuba (en julio del 2004) con un pasaporte falso, se pensaba que 'Rasguño' era una de las cabezas del cartel del Norte del Valle. Pero hoy, las autoridades consideran que es capo de capos, pues, afirman, que Diego Montoya, 'don Diego', el mafioso más buscado por E.U., le dice patrón. Además, que es amigo del clan de los Castaño Gil y socio de los jefes paramilitares que -dice- siguen traficando desde la cárcel de Itagüí.
Por todo esto, autoridades de E.U. y de Colombia están seguras de que lo quieren matar y evitar que cuente lo que sabe a la corte de Nueva York que tramita su extradición.
En diálogo con EL TIEMPO, el capo anticipó qué está dispuesto a contarle a la justicia. Dice que decidió 'jubilarse' de la mafia porque tiene una hija de apenas 26 meses que nació en Miami y que lo espera en ese país; porque le han matado a varios de sus hombres y porque en ese mundo lo único seguro es un cementerio o una cárcel.
-¿Listo para irse a E.U.?
-Sí. Me hubiera gustado salir (hace dos semanas) de la Dijín al aeropuerto. Las amenazas contra mi vida crecen.
-¿Y quién lo quiere matar?
Mucha gente a la que no le conviene mi salida a E.U.: políticos, guerrilleros que hoy quieren ser políticos y enemigos naturales que piensan que los voy a acusar. Pero lo que quiero es llegar a una salida negociada causando el menor daño.
-¿A qué políticos se refire?
Manejé dos o tres congresistas y unos ocho alcaldes del norte del Valle. Los nombres prefiero reservarlos. Otros alcaldes los manejó Davinson (su lugarteniente extraditado hace 48 horas).
-¿Hasta dónde llegó su poder corruptor?
Cada mes giraba hasta 500 millones de pesos (...) Lo usaban para pagar en Fiscalía, Policía. La idea era tener oídos en todas partes para estar preparados para operativos...
-¿También hubo aportes a campañas presidenciales? ¿A la de Ernesto Samper?
-Eso lo manejó el gordo Ignacio Londoño, amigo de Samper y de (Horacio) Serpa. Solo se ha hablado de lo que dio el cartel de Cali, pero nunca lo que dimos los del Norte. A mi me quitaron platica para eso. Eso lo manejaron Orlando Henao y Efraín Hernández con el gordo Nacho, que era el de la vuelta, el enlace entre la campaña y nosotros. Creo que fue la campaña política más costosa del país. También recogieron en la Costa, en Bogotá, en todas partes (...) El doctor (Gabriel) Puerta, que le dieron cuatro años de condena en E.U., ya contó la historia. ¿Qué (problema) me va a traer contar una partecita? De pronto me trae cosas malas, pero...
-Según usted, ¿Samper, Serpa y Fernando Botero supieron?
-Sí.
-¿Se reunió con ellos?
-No. Pero Víctor Patiño sí, hasta que se dieron cuenta quién era. Él se presentaba como Julio Gómez.
-¿Cuánto aportó su cartel?
-Creo que fueron entre 2.000 y 3.000 millones de pesos. Creo que se recogió dos veces: la primera fueron 1.000 y la segunda 2.000.
-¿Tiene pruebas? ¿Está en su contabilidad?
Eso tiene que estar en algún lado o en las cuentas de Nacho.
-¿Y dónde está él?
-Aquí, pero escondido porque tiene miedo.
-¿A la campaña Pastrana también aportaron?
-Yo no. Aunque ellos (los de Cali) hablaban de que habían aportado. Pero creo que no directamente, sino a través de Cali. No creo que hayan tenido acceso directo a Pastrana.
-Es verdad que prepara un sometimiento a E.U. de su grupo. ¿Cuántos son?
Hasta el momento entre 10 y 12. Mi papá ha hablado con Diego Montoya y no cerró la puerta. A Wílber Varela le mandé una carta. También estoy contactando a Juan Carlos Ramírez, 'Chupeta'. Los otros son empleados míos en Colombia y México, que ya están organizando sus cositas para empezar a arrimarse.
Cuando intentamos hacer lo mismo con Carlos Castaño, firmamos unos 40 o 60. Pero cuando Carlos tenía que hacer su parte con las autodefensas, nadie le firmó y todo se dañó. El único que estuvo de acuerdo fue 'don Berna'.
-¿Quién heredó su emporio?
Johny Cano y Orlando Sabogal, que ya están presos, pero los absolvieron. Casi toda mi gente está trabajando con gente de la autodefensa.
-¿Quiere decir que los 'paras' siguen traficando?
-Por eso el temor de algunos de ellos de que yo hable. Hay una persona presa en la cárcel de Itagüí que me tiene casi toda mi plata y Johny ya habló de eso en E.U. Por eso, la preocupación mía es que el proceso de paz se dañe. Yo no creo que E.U. y que el gobierno colombiano al ver esas cosas vayan a pagar semejante costo político por un asunto judicial claro. Johny ya lo dijo y yo lo reconfirmo.
-¿Son hechos posteriores a la desmovilización 'para'?
-Johny cayó en la cárcel hace un año... hagan cuentas. Por eso mi temor a que me maten en Cómbita. Aunque suene pedante, no es lo mismo que lo diga Johny a que lo diga yo y a mí me lo deben de preguntar. Todos saben de mi relación con la autodefensa y que yo ayudé a crecer eso. Siempre estuve con ellos.
-¿Esa información está en el computador que le incautaron en Cuba?
-Sí. Ese computador tiene todas mis cosas entre el 2003 y el 2004. Cuando lo cogieron lloraba por tenerlo, por lo que implicaba eso para muchas personas, para mi país y para mí. Pero el día que me vine para Colombia, después de que a la mayoría de mis trabajadores me los han desaparecido, mochado la cabeza, las manos, lloraba de la felicidad de tenerlo, porque hay cosas que se me volvieron personales, no de violencia, pero están ahí.
-¿Quién tiene el computador?
-Cuba se lo entregó a las autoridades de Colombia.
-¿Cuáles son sus alcances?
Tiene asuntos muy complicados a nivel político, de proceso de paz, guerrilla. Ese computador va a hacer mucho daño.
-¿Dueños de cargamentos?
-Claro. Yo no sabía hacer si no eso. Tengo por ahí mis cosas guardadas, pero yo lo que menos quiero es hacer daño.
-¿Qué conoció de crímenes, como el de Álvaro Gómez?
-Una vez, en Montería vi una discusión de Carlos Castaño con Orlando Henao sobre el caso. Preferí no saber nada.
-¿Y el de Jaime Garzón?
-(Silencio).
-¿Además de Amado Carrillo, traficó con otros capos mexicanos?
-Conocí a los Arellano y a otros y a 'El Vaticano', peruano capturado en Cali.
-¿Cómo es esa 'sociedad' con los mexicanos?
-Hoy las condiciones las ponen ellos, prácticamente están manejando el negocio. Son muy vivos: si uno les manda 1.000 kilos, 400 son de ellos y además cobran el 20 por ciento por bajársela en Guadalajara o en el Distrito Federal, y la inversión es de uno.
-¿Conoció a Pablo Escobar?
-Poquito. Pero luego fuimos enemigos, por lo loco que era. Aunque no fui a Medellín a perseguirlo, le cogí camiones con dinamita y dos helicópteros que iban con armas para Cali. También llamaba al Bloque de Búsqueda y reportaba carros. Por orden de él casi me matan en Cartago, fue un mayor cartagüeño de la Policía: O. Esguerra.
-¿Traficó con los Rodríguez?
-No. Aunque yo tenía una pista y les despachaba.
-¿Y con las Farc?
-Yo nunca produje droga, ni tuve laboratorios, compraba producto terminado en Bolivia, Perú o a las Farc en el sur del país.
-¿Qué sabe de Vicente Castaño? Dicen que está en el norte del Valle reorganizando las autodefensas...
-'El profe' es mi gran amigo. Debe andar en su territorio: la Costa.
-¿Cuál es la injerencia del narcotráfico en Venezuela?
-Venezuela es el templo del narcotráfico. Hay una conjugación de venezolanos, colombianos, brasileños. Es muy fácil traficar porque allá no consiguen a nadie.
-¿Cuánta gente llegó a tener el cartel del norte del Valle?
-Yo tenía entre 600 y 800 hombres. Entre Diego Montoya, Miguelito, Arcángel, Orlando, los Urdinola, eso llegamos a 6.000 hombres.
-¿Alguna vez pensó frenar?
-Cuando murió Escobar me fui para la Costa y dije no más. Pero son tantos los gastos, que toca volver. Sostener escoltas y esa vida costosa -porque buena no es- es muy caro.
La entrega de sus tesoros: un Ferrari, dos cuadros de Rubens (según él), un fusil enchapado en oro...
Hernando Gómez Bustamante, alias 'Rasguño', les aseguró a autoridades colombianas y de E.U. que la mejor muestra de que colaborará con las justicia y se retirará del negocio es la entrega de lo que otrora fueron sus trofeos mafiosos.
Por ejemplo, un fusil enchapado en oro que se lo regaló el extinto capo mexicano Amado Carrillo, alias 'el señor de los cielos', con quien traficó por años: "Ese fusil estuvo enterrado en Cartago desde el día de mi captura" dice 'Rasguño'.
También entregó dos cuadros que asegura, son del pintor alemán Rubens y que hoy son sometidos a un estudio para establecer su autenticidad.
"Los compré por allá en 1991 en 7 u 8 millones de dólares. También entrego mi pistola y un Ferrari que compré en 1991, que aprecio mucho". Además, en los próximos días entregará 2.000 cabezas de ganado brasileño, caballos de paso y dos aviones.
"Tenía 8 aeronaves pero no se dónde están las otras 6, ya que el que los tenía desapareció".
Primo y contador ya está en E.U.
Hace 48 horas y ante las crecientes amenazas de muerte, fueron extraditados dos de los principales lugartenientes de Hernando Gómez, 'Rasguño'. Se trata de Davinson Gómez Ocampo, 'el Gordo', su primo y uno de los herederos de su organización; y José Aldemar Rendón Ramírez, su jefe financiero y por quien E.U. ofrecía 5 millones de dólares de recompensa.
Gómez Ocampo, de 45 años, seguía manejando rutas y coordinando envíos hasta enero del 2006 cuando agentes de la
Dijín lo detuvieron en un lujoso apartamento ubicado en Medellín. Rendón, por su parte, se encargaba de blanquear el dinero producto del narcotráfico. Ambos serán presentados hoy ante una corte de Nueva York.
Cifras de Rasguño
3.000 los millones de pesos que, según 'Rasguño', dio el cartel del Norte del Valle para la campaña Samper. Asegura que fue una 'donación' distinta a la de los capos de Cali.
6.000 los millones de pesos al año que 'Rasguño' dice haber girado para el pago de sobornos a gente de Fiscalía y Policía. El fin: tenerlo informado sobre sus procesos.
* u.investigativa@eltiempo.com.co

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