LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO
Traducción del Arameo porEdmond S. Bordeaux
Traducción del Arameo porEdmond S. Bordeaux
Tomado de www.angelfire.com/zine/angelman/index.html
Los primeros rollos del Mar Muerto fueron encontrados, por obra de la casualidad, por un niño beduino en el año 1947, en el interior de una gruta.
Mohammed el Chacal, que así se llamaba este descubridor, no tenía más de 15 años de edad y pertenecía a la tribu de los Ta Emire. En esa ocasión andaba buscando una cabra que se le había extraviado. Arrojó una piedra en una cavidad y sintió que este proyectil golpeaba contra algo que emitió un ruido extraño y comprobó que había chocado en greda; encontró así varias jarras o tinajas de este material, las cuales contenían rollos forrados en lino, que habrían de constituir el principio de una seria sucesiva de hallazgos de igual naturaleza y uno de los tesoros arqueológicos más grandes de los últimos tiempos. Mohammed jamás imaginó que su rutinaria labor de pastor lo conduciría a tan trascendental descubrimiento.
La gruta en la que se encontraron las vasijas que contenían los rollos está ubicada en la costa noroeste del Mar Muerto, y por eso se le conoce por este nombre, como asimismo los encontrados posteriormente.
Cuando este hecho llegó a conocimiento público, se desató una verdadera fiebre por encontrar más de estos rollos. Este afán fue estimulado por el interés que demostró el Museo de Jerusalén en su adquisición, pues pagaba por ello precios elevadísimos.
Para los pastores nómadas significaba el negocio más lucrativo encontrar aunque fuera una pequeña parte de dichos manuscritos, ya que eran verdaderas fortunas las que obtenían por su venta.
La importancia del hallazgo hecho por el niño Mohammed consiste en que los rollos que encontró contienen escritura en pergaminos y láminas de cobre oxidado, de más de dos mil años de antigüedad, que encierran la historia, los conocimientos y las creencias de un grupo de judíos llamados “esenios”.
De la primera gruta, descubierta en 1947, se lograron sacar 7 metros de pergamino. Tres de estos fueron adquiridos por el Profesor E. L. Subenik, por cuenta de la Universidad Hebrea; los cuatro metros restantes los compró el Convento Sirio Jacobita San Marcos de Jerusalén y luego fueron llevados a Estados Unidos, de donde el Estado de Israel los adquirió en 1954 por la suma de 250.000 dólares.
Los beduinos, mientras tanto, no cesaban de explorar los huecos del acantilado de esta primera gruta.
Al mismo tiempo, el R.P. Vaux y el director inglés del Servicio de Antigüedades de Jordania, C. Lankester Harding, organizaban, por sugerencia del oficial belga Ph. Lippans, observador de la ONU, una expedición científica, que se encargaría de reconocer el lugar de ubicación de la primera gruta, a la que se sometió a excavaciones entre el 15 de febrero y el 5 de marzo de 1949, dando una extensión de 8 metros de largo por dos de ancho y tres de altura, y en ellas se encontraron 50 jarras con no menos de 70 metros de rollos escritos.
Entre el 24 de noviembre y el 12 de diciembre de 1951 se llevó a efecto una campaña de excavaciones en Khibert Qumran, que arrojó como resultado el hallazgo de una serie de rollos. Entre el 21 de enero y el 3 de marzo de 1952 se llevaron a cabo trabajos de exploración en las grutas del Wadi Murabba’at, situadas en un punto de muy difícil acceso, 25 kilómetros al sudeste de Jerusalén y a casi 5 kilómetros del Mar Muerto.
El estudio que se hizo de los textos de estas grutas demostró que tenían un origen distinto a los encontrados en Qumran. En efecto, durante el segundo levantamiento judío, ocurrido entre los años 132–135 d.C., las grutas de Wadi Murabba’at, sirvieron de guarida a los soldados de Bar Kokeba y entre los documentos hallados en este lugar figuran varias cartas enviadas por el jefe judío al comandante rebelde de la región. Los beduinos, por su parte, guiados por propósitos muy diferentes al interés científico, seguían explorando para encontrar nuevas grutas en la costa del Mar Muerto.
Hasta el 29 de marzo de 1952 se habían encontrado tres grutas con valiosos escritos.
Las campañas organizadas de excavaciones terminaron el 21 de marzo de 1956 en Ain Fenkha, haciendo un total de once grutas que encerraban tinajas de greda que contenían manuscritos fragmentados los cuales sumaban la cantidad de 600 metros, más o menos; de éstos, sólo once se conservaban completos.
En estos rollos hay un manuscrito que se refiere al Levítico, Libro del Antiguo Testamento, escrito en caracteres hebreos antiguos; una colección de Salmos, correspondientes a los de la Biblia, pero con un ordenamiento diferente; un Targum de Job en arameo; algunos fragmentos de un Targum del Levítico en arameo, y un texto litúrgico de carácter apocalíptico, escrito en hebreo.
El contenido de los rollos de la primera gruta, descubierta por Mohammed, tiene relación con la Biblia. Dos de estos manuscritos con copias del Libro Bíblico de Isaías y el tercero es un comentario de otro Libro de las Sagradas Escrituras, el Habacuc. Los cuatro escritos restantes han recibido, según su contenido, los siguientes títulos: “Regla o Manual del Génesis”, “Reglamento de la Guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas” e “Himnos”.
Al ser descifrados algunos de los rollos encontrados en la costa del Mar Muerto dejaron al descubierto antecedentes geográficos para ubicar tesoros de oro y plata, centenares de vasos con substancias aromáticas, vestiduras sagradas, etc., escondidos por los esenios.
Los rollos del Mar Muerto demuestran que existió una agrupación humana que depositó dichos manuscritos en los lugares en que han sido hallados. Esta comunidad fue la de los “esenios”, vocablo que es la trascripción griega de un término hebreo o arameo que todavía no se ha podido identificar con certeza. En los textos de los rollos mismos no aparece tal denominación. Sin embargo, ellos –los esenios– se designan como “Los Numerosos”, “La Comunidad”, “Los Hijos de la Luz”, “Los Hijos de Zadoc”.
El historiador Plinio El Viejo localiza esta secta con bastante precisión al decir que al occidente del Mar Muerto estaban instalados los esenios. Esta comunidad, según los historiadores Filón de Alejandría y Josefo, repudian los placeres como un mal y tienen por virtud la continencia y la resistencia a las pasiones.
Lo que hasta ahora se ha descifrado de los manuscritos del Mar Muerto está relacionado con esta secta; en forma precisa en los escritos titulados “La Regla”, “El Escrito de Damasco”, “El Reglamento de la Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas”, el de los “Himnos” y los “Comentarios Bíblicos”.
Se dice que la comunidad “esenia” existió entre el último tercio del siglo II a.C. y el 68 d.C., lo que coincide con las fechas fijadas para los Manuscritos, después de diversas pruebas científicas realizadas por los expertos. El rollo de Isaías data del año 100 a.C.; para las envolturas de lino se fijó un período entre 168 a.C. y 233 d.C. Las vasijas que contenían los rollos son anteriores al siglo I a.C., o sea, pre–Herodianas.
Finalmente, es de mucha importancia destacar que del estudio de los rollos del Qumran se establece la existencia de un personaje perteneciente al sacerdocio, organizador de la secta de los “esenios”, de donde provienen los manuscritos, que fue perseguido, desterrado, abandonado por gran parte de sus seguidores. Los manuscritos lo distinguen con el nombre de Maestro de Justicia.
Este personaje es de gran fuerza religiosa y constituye, a juicio de las autoridades en la materia, uno de los resultados más sensacionales de los hallazgos del Qumran, pues reveló una extraordinaria figura religiosa de la Humanidad.
Los textos de los rollos relatan que este “Maestro de Justicia” fue objeto de una revelación en el sentido de que los últimos tiempos anunciados por los profetas habían llegado y que el Mesías estaba próximo.
La comunidad esenia fue atacada en su retiro del Qumran y el “Maestro de Justicia” arrojado a prisión por los hombres del “sacerdocio impío”, que mencionan con frecuencia los comentarios bíblicos de los manuscritos del Qumran.
Todo esto, es solamente una parte del contenido de los rollos del Mar Muerto, pues los científicos y estudiosos de la Universidad Hebrea de Jerusalén están en la actualidad dedicados a la difícil tarea de reconstruir gran parte de estos textos. Algunos pedacitos de estos rollos no son más grandes que una estampilla; otros están indescifrables, porque la acción del tiempo los destruyó, haciéndolos casi ilegibles.
Se ha recurrido a toda clase de medidas para evitar el deterioro de estos manuscritos. En este sentido el Profesor H. Wright Baker de la Universidad de Manchester de Inglaterra inventó una pequeña máquina, con la cual se pudieron cortar los rollos con gran precisión, para luego proceder al armado de los trozos sin perder ni una sola letra.
Han sido tan profundos y minuciosos los trabajos realizados por los científicos y se han adentrado tanto en el conocimiento de los rollos del Mar Muerto, que reconocen los que han escrito por una misma mano, en otras palabras, identifican a los escribas que intervinieron.
El trabajo de ordenamiento y de restauración de estos textos puede demorar todavía algunas generaciones de paciente e inteligente labor.
Los primeros rollos del Mar Muerto fueron encontrados, por obra de la casualidad, por un niño beduino en el año 1947, en el interior de una gruta.
Mohammed el Chacal, que así se llamaba este descubridor, no tenía más de 15 años de edad y pertenecía a la tribu de los Ta Emire. En esa ocasión andaba buscando una cabra que se le había extraviado. Arrojó una piedra en una cavidad y sintió que este proyectil golpeaba contra algo que emitió un ruido extraño y comprobó que había chocado en greda; encontró así varias jarras o tinajas de este material, las cuales contenían rollos forrados en lino, que habrían de constituir el principio de una seria sucesiva de hallazgos de igual naturaleza y uno de los tesoros arqueológicos más grandes de los últimos tiempos. Mohammed jamás imaginó que su rutinaria labor de pastor lo conduciría a tan trascendental descubrimiento.
La gruta en la que se encontraron las vasijas que contenían los rollos está ubicada en la costa noroeste del Mar Muerto, y por eso se le conoce por este nombre, como asimismo los encontrados posteriormente.
Cuando este hecho llegó a conocimiento público, se desató una verdadera fiebre por encontrar más de estos rollos. Este afán fue estimulado por el interés que demostró el Museo de Jerusalén en su adquisición, pues pagaba por ello precios elevadísimos.
Para los pastores nómadas significaba el negocio más lucrativo encontrar aunque fuera una pequeña parte de dichos manuscritos, ya que eran verdaderas fortunas las que obtenían por su venta.
La importancia del hallazgo hecho por el niño Mohammed consiste en que los rollos que encontró contienen escritura en pergaminos y láminas de cobre oxidado, de más de dos mil años de antigüedad, que encierran la historia, los conocimientos y las creencias de un grupo de judíos llamados “esenios”.
De la primera gruta, descubierta en 1947, se lograron sacar 7 metros de pergamino. Tres de estos fueron adquiridos por el Profesor E. L. Subenik, por cuenta de la Universidad Hebrea; los cuatro metros restantes los compró el Convento Sirio Jacobita San Marcos de Jerusalén y luego fueron llevados a Estados Unidos, de donde el Estado de Israel los adquirió en 1954 por la suma de 250.000 dólares.
Los beduinos, mientras tanto, no cesaban de explorar los huecos del acantilado de esta primera gruta.
Al mismo tiempo, el R.P. Vaux y el director inglés del Servicio de Antigüedades de Jordania, C. Lankester Harding, organizaban, por sugerencia del oficial belga Ph. Lippans, observador de la ONU, una expedición científica, que se encargaría de reconocer el lugar de ubicación de la primera gruta, a la que se sometió a excavaciones entre el 15 de febrero y el 5 de marzo de 1949, dando una extensión de 8 metros de largo por dos de ancho y tres de altura, y en ellas se encontraron 50 jarras con no menos de 70 metros de rollos escritos.
Entre el 24 de noviembre y el 12 de diciembre de 1951 se llevó a efecto una campaña de excavaciones en Khibert Qumran, que arrojó como resultado el hallazgo de una serie de rollos. Entre el 21 de enero y el 3 de marzo de 1952 se llevaron a cabo trabajos de exploración en las grutas del Wadi Murabba’at, situadas en un punto de muy difícil acceso, 25 kilómetros al sudeste de Jerusalén y a casi 5 kilómetros del Mar Muerto.
El estudio que se hizo de los textos de estas grutas demostró que tenían un origen distinto a los encontrados en Qumran. En efecto, durante el segundo levantamiento judío, ocurrido entre los años 132–135 d.C., las grutas de Wadi Murabba’at, sirvieron de guarida a los soldados de Bar Kokeba y entre los documentos hallados en este lugar figuran varias cartas enviadas por el jefe judío al comandante rebelde de la región. Los beduinos, por su parte, guiados por propósitos muy diferentes al interés científico, seguían explorando para encontrar nuevas grutas en la costa del Mar Muerto.
Hasta el 29 de marzo de 1952 se habían encontrado tres grutas con valiosos escritos.
Las campañas organizadas de excavaciones terminaron el 21 de marzo de 1956 en Ain Fenkha, haciendo un total de once grutas que encerraban tinajas de greda que contenían manuscritos fragmentados los cuales sumaban la cantidad de 600 metros, más o menos; de éstos, sólo once se conservaban completos.
En estos rollos hay un manuscrito que se refiere al Levítico, Libro del Antiguo Testamento, escrito en caracteres hebreos antiguos; una colección de Salmos, correspondientes a los de la Biblia, pero con un ordenamiento diferente; un Targum de Job en arameo; algunos fragmentos de un Targum del Levítico en arameo, y un texto litúrgico de carácter apocalíptico, escrito en hebreo.
El contenido de los rollos de la primera gruta, descubierta por Mohammed, tiene relación con la Biblia. Dos de estos manuscritos con copias del Libro Bíblico de Isaías y el tercero es un comentario de otro Libro de las Sagradas Escrituras, el Habacuc. Los cuatro escritos restantes han recibido, según su contenido, los siguientes títulos: “Regla o Manual del Génesis”, “Reglamento de la Guerra entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas” e “Himnos”.
Al ser descifrados algunos de los rollos encontrados en la costa del Mar Muerto dejaron al descubierto antecedentes geográficos para ubicar tesoros de oro y plata, centenares de vasos con substancias aromáticas, vestiduras sagradas, etc., escondidos por los esenios.
Los rollos del Mar Muerto demuestran que existió una agrupación humana que depositó dichos manuscritos en los lugares en que han sido hallados. Esta comunidad fue la de los “esenios”, vocablo que es la trascripción griega de un término hebreo o arameo que todavía no se ha podido identificar con certeza. En los textos de los rollos mismos no aparece tal denominación. Sin embargo, ellos –los esenios– se designan como “Los Numerosos”, “La Comunidad”, “Los Hijos de la Luz”, “Los Hijos de Zadoc”.
El historiador Plinio El Viejo localiza esta secta con bastante precisión al decir que al occidente del Mar Muerto estaban instalados los esenios. Esta comunidad, según los historiadores Filón de Alejandría y Josefo, repudian los placeres como un mal y tienen por virtud la continencia y la resistencia a las pasiones.
Lo que hasta ahora se ha descifrado de los manuscritos del Mar Muerto está relacionado con esta secta; en forma precisa en los escritos titulados “La Regla”, “El Escrito de Damasco”, “El Reglamento de la Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas”, el de los “Himnos” y los “Comentarios Bíblicos”.
Se dice que la comunidad “esenia” existió entre el último tercio del siglo II a.C. y el 68 d.C., lo que coincide con las fechas fijadas para los Manuscritos, después de diversas pruebas científicas realizadas por los expertos. El rollo de Isaías data del año 100 a.C.; para las envolturas de lino se fijó un período entre 168 a.C. y 233 d.C. Las vasijas que contenían los rollos son anteriores al siglo I a.C., o sea, pre–Herodianas.
Finalmente, es de mucha importancia destacar que del estudio de los rollos del Qumran se establece la existencia de un personaje perteneciente al sacerdocio, organizador de la secta de los “esenios”, de donde provienen los manuscritos, que fue perseguido, desterrado, abandonado por gran parte de sus seguidores. Los manuscritos lo distinguen con el nombre de Maestro de Justicia.
Este personaje es de gran fuerza religiosa y constituye, a juicio de las autoridades en la materia, uno de los resultados más sensacionales de los hallazgos del Qumran, pues reveló una extraordinaria figura religiosa de la Humanidad.
Los textos de los rollos relatan que este “Maestro de Justicia” fue objeto de una revelación en el sentido de que los últimos tiempos anunciados por los profetas habían llegado y que el Mesías estaba próximo.
La comunidad esenia fue atacada en su retiro del Qumran y el “Maestro de Justicia” arrojado a prisión por los hombres del “sacerdocio impío”, que mencionan con frecuencia los comentarios bíblicos de los manuscritos del Qumran.
Todo esto, es solamente una parte del contenido de los rollos del Mar Muerto, pues los científicos y estudiosos de la Universidad Hebrea de Jerusalén están en la actualidad dedicados a la difícil tarea de reconstruir gran parte de estos textos. Algunos pedacitos de estos rollos no son más grandes que una estampilla; otros están indescifrables, porque la acción del tiempo los destruyó, haciéndolos casi ilegibles.
Se ha recurrido a toda clase de medidas para evitar el deterioro de estos manuscritos. En este sentido el Profesor H. Wright Baker de la Universidad de Manchester de Inglaterra inventó una pequeña máquina, con la cual se pudieron cortar los rollos con gran precisión, para luego proceder al armado de los trozos sin perder ni una sola letra.
Han sido tan profundos y minuciosos los trabajos realizados por los científicos y se han adentrado tanto en el conocimiento de los rollos del Mar Muerto, que reconocen los que han escrito por una misma mano, en otras palabras, identifican a los escribas que intervinieron.
El trabajo de ordenamiento y de restauración de estos textos puede demorar todavía algunas generaciones de paciente e inteligente labor.
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El eslabón perdido entre judaísmo y cristianismo?
SAL EMERGUI desde Jerusalén
SAL EMERGUI desde Jerusalén
Publicado en El Mundo (http://www.elmundo.es/) 8 de julio de 2008.- Sala en el Santuario del Libro del Museo de Israel. Jerusalén. No cabe un alfiler. Algunos periodistas y muchos expertos, arqueólogos, teólogos y profesores no cesan de escuchar y escribir. En el escenario, el investigador Israel Knhol, profesor de Estudios Bíblicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Ante una expectación académica más propia de las películas de Indiana Jones, Knhol presenta su hallazgo: la interpretación de una palabra clave en la línea 80 de las 87 de la piedra que contiene la que se conoce como 'revelación de Gabriel', defendiendo que la idea de la muerte del mesías y su revelación a los tres días es anterior a Jesús.
Revela que los judíos ya creían antes en la llegada de un mesías resucitado. "Existe la posibilidad que la profecía de la muerte y resurrección asociada a Jesús después de la crucifixión existiera antes por lo que éste podría haber estado influido por estas teorías en el judaísmo", explica Knhol, un poco abrumado ante la expectación creada. "No deseo ir contra ninguna religión ni muchos menos contra los cimientos del cristianismo", comenta intentando reducir el impacto de sus palabras y de la palabra descifrada.
El texto en la tabla de piedra caliza gris es en gran parte ilegible costando grandes esfuerzos a los expertos descifrarla. En una fotocopia del documento que nos entregan en la sala del Museo, se puede leer el término 'shlosha yamin' (tres días) seguida de una palabra prácticamente borrada pero que según Knhol es la palabra hebrea 'hayé', que significa 'vivir'. El texto —visión apocalíptica escrita en el siglo I antes de Cristo— indica que el arcángel San Gabriel resucitará tres días después de su muerte al "ministro de ministros", (en la tradición judía se aplica al mesías), en referencia a un líder local (Shimon).
"Yo identifiqué una idea judía no reconocida anteriormente, que la sangre del mesías es necesaria a fin de lograr la redención nacional. La idea de un torturado mesías que fue resucitado tres días después de su muerte fue adoptada por el judaísmo antes del nacimiento de Jesús. Las ideas principales del mito de Jesús existían en el judaísmo", comenta ante un silencio sepulcral. "El relato es muy parecido a lo que luego explica el Nuevo Testamento sobre la resurrección de Jesús", explica un ayudante en la sala.
En la conferencia internacional sobre los Manuscritos del Mar Muerto, Knohl reconoce que el análisis que hace del texto en hebreo antiguo de esta estela descubierta hace ocho años en la zona del mar Muerto, "puede cambiar la visión que todos tienen del personaje histórico de Jesús".
Su interpretación tambalea viejos debates entre el judaísmo y cristianismo, religión que se basa en el fundamento que Jesús era el mesías que murió y resucitó tres días después. Una premisa que según el investigador ya existía previamente en el judaísmo que nunca ha considerado a Jesús, uno de los suyos, como "el redentor o hijo de Dios".
La nueva interpretación de Knhol está provocando polémica, dudas y precaución. En declaraciones a la agencia EFE, el director del santuario del Libro y conservador de los Rollos del Mar Muerto, Adolfo Rotiman, comenta: "Estamos en el comienzo, en la investigación académica alguien propone y después se abre el debate, por lo que sugiero paciencia antes de sacar conclusiones y titulares grandiosos". Aunque reconoce: "Ha habido una lectura muy creativa, quizas osada".
Pero en muchos foros de Internet, no hay paciencia. La realidad virtual exige reacciones inmediatas. El debate se ha encendido. Hay algunos que escriben que "es la prueba que era una leyenda antigua que los cristianos posteriormente adoptaron y aplicaron a Jesús". Otros responden que "la interpretación de Knhol no es fiable ya que es difícil sacar conclusiones de una linea escrita en una tabla tan vieja y deteriorada".
Revela que los judíos ya creían antes en la llegada de un mesías resucitado. "Existe la posibilidad que la profecía de la muerte y resurrección asociada a Jesús después de la crucifixión existiera antes por lo que éste podría haber estado influido por estas teorías en el judaísmo", explica Knhol, un poco abrumado ante la expectación creada. "No deseo ir contra ninguna religión ni muchos menos contra los cimientos del cristianismo", comenta intentando reducir el impacto de sus palabras y de la palabra descifrada.
El texto en la tabla de piedra caliza gris es en gran parte ilegible costando grandes esfuerzos a los expertos descifrarla. En una fotocopia del documento que nos entregan en la sala del Museo, se puede leer el término 'shlosha yamin' (tres días) seguida de una palabra prácticamente borrada pero que según Knhol es la palabra hebrea 'hayé', que significa 'vivir'. El texto —visión apocalíptica escrita en el siglo I antes de Cristo— indica que el arcángel San Gabriel resucitará tres días después de su muerte al "ministro de ministros", (en la tradición judía se aplica al mesías), en referencia a un líder local (Shimon).
"Yo identifiqué una idea judía no reconocida anteriormente, que la sangre del mesías es necesaria a fin de lograr la redención nacional. La idea de un torturado mesías que fue resucitado tres días después de su muerte fue adoptada por el judaísmo antes del nacimiento de Jesús. Las ideas principales del mito de Jesús existían en el judaísmo", comenta ante un silencio sepulcral. "El relato es muy parecido a lo que luego explica el Nuevo Testamento sobre la resurrección de Jesús", explica un ayudante en la sala.
En la conferencia internacional sobre los Manuscritos del Mar Muerto, Knohl reconoce que el análisis que hace del texto en hebreo antiguo de esta estela descubierta hace ocho años en la zona del mar Muerto, "puede cambiar la visión que todos tienen del personaje histórico de Jesús".
Su interpretación tambalea viejos debates entre el judaísmo y cristianismo, religión que se basa en el fundamento que Jesús era el mesías que murió y resucitó tres días después. Una premisa que según el investigador ya existía previamente en el judaísmo que nunca ha considerado a Jesús, uno de los suyos, como "el redentor o hijo de Dios".
La nueva interpretación de Knhol está provocando polémica, dudas y precaución. En declaraciones a la agencia EFE, el director del santuario del Libro y conservador de los Rollos del Mar Muerto, Adolfo Rotiman, comenta: "Estamos en el comienzo, en la investigación académica alguien propone y después se abre el debate, por lo que sugiero paciencia antes de sacar conclusiones y titulares grandiosos". Aunque reconoce: "Ha habido una lectura muy creativa, quizas osada".
Pero en muchos foros de Internet, no hay paciencia. La realidad virtual exige reacciones inmediatas. El debate se ha encendido. Hay algunos que escriben que "es la prueba que era una leyenda antigua que los cristianos posteriormente adoptaron y aplicaron a Jesús". Otros responden que "la interpretación de Knhol no es fiable ya que es difícil sacar conclusiones de una linea escrita en una tabla tan vieja y deteriorada".
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"En tres días vivirás"
Una inscripción sitúa antes de Jesús la tradición de la resurrección del Mesías
JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén -
"En tres días vivirás"
Una inscripción sitúa antes de Jesús la tradición de la resurrección del Mesías
JUAN MIGUEL MUÑOZ - Jerusalén -
Publicado en El País, 10/07/2008;
Todo hallazgo arqueológico vinculado al periodo de Cristo suscita encendidos debates que a menudo se eternizan durante décadas. La última revelación no defraudará a los polemistas, puesto que afecta a las raíces del cristianismo, al sugerir que la resurrección del Mesías al tercer día de su muerte es una tradición anterior a la figura histórica de Jesús.
Acaba de suceder en el Museo de Israel. Un investigador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel Knohl, presentó el martes un estudio sobre una losa de 90 centímetros de piedra caliza, datada en el siglo I antes de Cristo y descubierta hace 15 años, que contiene 87 líneas escritas con tinta. En ellas, asegura, se describe al ángel Gabriel resucitando a un líder mesiánico tres días después de su muerte. Si realmente esto es lo escrito en la tablilla, el concepto de la resurrección propio del cristianismo tendría su origen en la tradición judía anterior.
La pieza fue vendida hace una década por un marchante jordano a un coleccionista suizo-israelí que la mostró a varios especialistas. Se cree que fue hallada en la ribera jordana del mar Muerto, en la orilla opuesta al lugar donde se ubican las cuevas de Qumran, escenario de otro descubrimiento, los rollos del mar Muerto, sobre los que se discute sin descanso desde 1948. El deterioro de la estela también ha propiciado diversas interpretaciones porque muchos vocablos son apenas legibles. Es un ejemplo poco frecuente de aquel periodo. Las palabras, habitualmente, se esculpían en la piedra. No se escribía con tinta sobre ella.
La controversia parece servida en un país plagado de excavaciones arqueológicas en busca de las más profundas raíces judías y en el que se habla lo indecible de religión. Discusiones académicas al margen, asuntos de este cariz -con conceptos de por medio como la resurrección, capital para el cristianismo- tocan las fibras más sensibles en las sedes de las iglesias cristianas, cuyas relaciones con el judaísmo nunca han sido sencillas.
"Mi teoría", precisó Knohl, "no representa ninguna amenaza para los principios fundamentales del cristianismo y, desde luego, no es mi objetivo polemizar con ninguna religión". Los profesores presentes en el Museo de Israel matizaron que el concepto de resurrección no es ajeno al judaísmo. Lo sorprendente, a su juicio, es la referencia a los tres días. "En tres días vivirás. Yo, Gabriel, te ordeno", se puede leer, según Knohl.
"Esta teoría ofrece nuevas ideas sobre el personaje histórico de Jesús, no como redentor de la humanidad, tal como lo concibe el cristianismo, sino como un mesías cuyo objetivo era redimir al pueblo al que pertenecía, el judío", declaró a Efe Israel Knohl, que asegura haber traducido una de las palabras que otros investigadores habían sido incapaces de descifrar. Varios expertos añaden que la figura de Jesús se comprendería mejor tras estudiar la agitada historia política de los judíos en aquella época.
Muchos especialistas advierten de que el debate acaba de iniciarse y que la interpretación de Knohl es un tanto aventurada. Ya se publicaron un año atrás extensos informes que fijan el origen de la losa antes del nacimiento de Cristo. Ahora se anuncia una avalancha de ensayos. Tiene visos de que la polémica no amainará.
Esta tablilla está en manos del coleccionista David Jeselshon —vive en Suiza— que la compró hace unos años en Londres de manos de un anticuario jordano. "No me di cuenta de su importancia hasta que se lo enseñé a la paleontóloga Ada Yardeni, que es especialista en escritos hebreos. Ella estaba abrumada y me dijo: ¡Has conseguido una piedra de los Rollos del Mar Muerto!", explicó Jeselshon al diario 'The New York Times'.
Acaba de suceder en el Museo de Israel. Un investigador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel Knohl, presentó el martes un estudio sobre una losa de 90 centímetros de piedra caliza, datada en el siglo I antes de Cristo y descubierta hace 15 años, que contiene 87 líneas escritas con tinta. En ellas, asegura, se describe al ángel Gabriel resucitando a un líder mesiánico tres días después de su muerte. Si realmente esto es lo escrito en la tablilla, el concepto de la resurrección propio del cristianismo tendría su origen en la tradición judía anterior.
La pieza fue vendida hace una década por un marchante jordano a un coleccionista suizo-israelí que la mostró a varios especialistas. Se cree que fue hallada en la ribera jordana del mar Muerto, en la orilla opuesta al lugar donde se ubican las cuevas de Qumran, escenario de otro descubrimiento, los rollos del mar Muerto, sobre los que se discute sin descanso desde 1948. El deterioro de la estela también ha propiciado diversas interpretaciones porque muchos vocablos son apenas legibles. Es un ejemplo poco frecuente de aquel periodo. Las palabras, habitualmente, se esculpían en la piedra. No se escribía con tinta sobre ella.
La controversia parece servida en un país plagado de excavaciones arqueológicas en busca de las más profundas raíces judías y en el que se habla lo indecible de religión. Discusiones académicas al margen, asuntos de este cariz -con conceptos de por medio como la resurrección, capital para el cristianismo- tocan las fibras más sensibles en las sedes de las iglesias cristianas, cuyas relaciones con el judaísmo nunca han sido sencillas.
"Mi teoría", precisó Knohl, "no representa ninguna amenaza para los principios fundamentales del cristianismo y, desde luego, no es mi objetivo polemizar con ninguna religión". Los profesores presentes en el Museo de Israel matizaron que el concepto de resurrección no es ajeno al judaísmo. Lo sorprendente, a su juicio, es la referencia a los tres días. "En tres días vivirás. Yo, Gabriel, te ordeno", se puede leer, según Knohl.
"Esta teoría ofrece nuevas ideas sobre el personaje histórico de Jesús, no como redentor de la humanidad, tal como lo concibe el cristianismo, sino como un mesías cuyo objetivo era redimir al pueblo al que pertenecía, el judío", declaró a Efe Israel Knohl, que asegura haber traducido una de las palabras que otros investigadores habían sido incapaces de descifrar. Varios expertos añaden que la figura de Jesús se comprendería mejor tras estudiar la agitada historia política de los judíos en aquella época.
Muchos especialistas advierten de que el debate acaba de iniciarse y que la interpretación de Knohl es un tanto aventurada. Ya se publicaron un año atrás extensos informes que fijan el origen de la losa antes del nacimiento de Cristo. Ahora se anuncia una avalancha de ensayos. Tiene visos de que la polémica no amainará.
Esta tablilla está en manos del coleccionista David Jeselshon —vive en Suiza— que la compró hace unos años en Londres de manos de un anticuario jordano. "No me di cuenta de su importancia hasta que se lo enseñé a la paleontóloga Ada Yardeni, que es especialista en escritos hebreos. Ella estaba abrumada y me dijo: ¡Has conseguido una piedra de los Rollos del Mar Muerto!", explicó Jeselshon al diario 'The New York Times'.
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