Debemos
parar a los matones de Putin/Timothy Garton Ash es catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige en la actualidad el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Su último libro es Los hechos son subversivos: escritos políticos de una década sin nombre.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
El
País | 4 de febrero de 2015
Vladímir
Putin es el Slobodan Milosevic de la antigua Unión Soviética: igual de malvado,
pero más grande. Detrás de una cortina de mentiras, ha renovado su empeño en
crear un pseudoestado marioneta en el este de Ucrania. En el puerto de
Mariupol, en el mar Negro, mueren inocentes. En la asediada Debaltseve, una
mujer recoge agua de un charco enorme en la carretera. Los escombros de lo que
era el aeropuerto de Donetsk evocan una escena propia de la atribulada Siria.
En este conflicto armado han muerto ya alrededor de 5.000 personas, y más de
500.000 han tenido que dejar sus hogares. Europa, preocupada por Grecia y la
eurozona, está dejando que se produzca otra Bosnia ante sus propias puertas.
Despierta, Europa. Si nuestra historia nos ha enseñado algo, es que debemos
detener a Putin. Pero, ¿cómo?