Este martes 21 ese marzo día mundial de la poesía nada como compartir este texto publicado en 1953 de un poeta sobre otro poeta...Alejandro Avilés y Luis Cernuda Bidón...
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Luis Cernuda, poeta de sensibilidad mestiza/
Texto realizado después de una entrevista que le hizo Alejandro Avilés al poeta Luis Cernuda; publicada el domingo 8 de marzo de 1953 en el periódico El Universal; sección semanal titulada Poetas Mayores.*
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Vamos a hacer un paréntesis en la presentación de poetas mexicanos, para traer aquí el recuerdo de un gran poeta español que visita nuestro país: Luis Cernuda.
El extraordinario poeta sevillano forma parte de la más espléndida generación de líricos que España ha producido en el siglo xx: la que empezó a manifestarse hacia 1920 y tiene como exponentes máximos a Federico García Lorca, a Rafael Alberti, a Jorge Guillén, a Pedro Salinas, a Gerardo Diego, a Vicente Aleixandre, a Luis Cernuda.
La Revista de Occidente acogió, en 1925, los primeros poemas que publicó Cernuda: su primer libro, Perfil del aire, no tuvo éxito inmediato, quizá por lo delgado y original de su mensaje. Sucesivamente fueron apareciendo: Tres poemas (1928), Un río, un amor (1929), Los placeres prohibidos (1931), Donde habite el olvido (1932), hasta culminar en la obra que es concentración de todas las demás: La realidad y el deseo (1936), publicada por Cruz y Raya y reeditada en México, ya aumentada, por la Editorial Séneca. De la obra total separó Rafael Alberti el libro Las nubes y lo editó en Buenos Aires, en 1943. Cuatro años después, la Editorial Lozada publicó una nueva sección de la magna obra que, repetimos, lleva el nombre de La realidad y el deseo.
Lo que Lozada editó lleva el nombre de «Como quien espera el alba». Pronto será publicada en México una nueva sección inédita: «Vivir sin estar viviendo», cuyas primicias ofrecemos en esta reseña por una gentileza del autor, que puso en nuestras manos los originales.
Variaciones sobre tema Mexicano
Antes de pasar a la consideración de su obra en verso —que es la que para nuestro objeto interesa sobre todo— diremos algo de una obra suya en prosa, no solo porque se refiere a México, sino porque contiene una estética profunda en su aparente ligereza de trazos al vuelo. Se trata de la obra Variaciones sobre tema mexicano. Contiene este libro una prosa delgada, transparente. Como la de Azorín. Pero más cálida, más nuestra, más mexicana diríamos. Y es que Cernuda no es solamente español, sino también americano, ya que su padre fue portorriqueño. Su tez bronceada, su perfil, su acento, lo caracterizan más como iberoamericano que como español.
Y así es su poesía, que tiene finuras de mestizo, recónditas visiones y suavidades de indio. Y su prosa no lo desmiente. Dialoga el poeta consigo mismo. Nunca dice «yo» sino «tú» refiriéndose a su propia persona. Es un Narciso indio mirándose en una fuente espejo. Su luz es como la del valle de México. Su poesía ha llegado «a la región más transparente del aire».