Debemos decirlo en voz alta para que se oiga en todas partes: la fiscalía de PGR no ha servido para casi nada; no ha resuelto ningún caso, ningún criminal está en la cárcel.
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Las balas contra los periodistas; el caso de Javier Valdés Cárdenas//Fred Alvarez Palafox
Publicado en la revista Código Topo de Excélsior, 6 de junio de 2017, pags. 36-41
“…Son tiempos en los que la valentía puede estorbarte, la valentía te puede llevar a la muerte. Entonces, sí, hay que ser valientes, hay que ir más allá, criticar, cuestionar, investigar. No perder esa esencia. Yo insisto mucho: si pierdes esa esencia, te mueres….” Javier Valdes…
Javier Valdez Cárdenas fue asesinado de 12 balazos, a las 12 del día, del lunes 15 de mayo, justo a 100 metros de su oficina del periódico Rio Doce en en Culiacán, Sinaloa; muchas coincidencias con el doce.
Ochos días después de la ejecución las autoridades que investigan el caso -PGR y Fiscalía General de Sinaloa- no cuentan con avances sobre los responsables del crimen, o quizá sepan mucho pero guardan secrecía. Ojala.
El martes 22 de mayo, peritos de la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (Feadle)de la PGR trabajaron en la recreación en el mismo sitio y a la misma hora en que ocurrió el crimen.
Confirmaron que el periodista de Ríodoce recibió 12 disparos a manos de dos atacantes. En el lugar se encontraron indicios balísticos del calibre 9 mm y de 3. 80.
A las 12:00 horas, el periodista de Riodoce conducía su automóvil Corolla rojo de modelo reciente, sobre la calle Vicente Riva Palacio de Culiacán, cuando un vehículo le cerró el paso; de éste descendió un hombre y dirigiéndose al periodista le apuntó con un arma de fuego ordenándole que bajara de su vehículo. Javier no opuso resistencia y se bajo del auto seguramente pensó que era un simple asalto como muchos que se dan en Sinaloa (el numero de robo de vehículos se disparó en los lo que va de este año).
En seguida, del mismo vehículo que lo interceptó bajó otro hombre quien también le apuntó con otra arma por la espalda; ambos le dispararon en la cabeza, en el abdomen y en la espalda.
El mensaje fue directo: 12 balazos, a las 12 del día, muy cerca del periódico Rio Doce. (después se dijo que fueron 13 impactos de bala)