6 may 2025

Gerardo Vargas, una expulsión anunciada/ Ismael Bojórquez

 Gerardo Vargas, una expulsión anunciada/ Ismael Bojórquez

Semanario Rio Doce, 4 de mayo de 2025, edición # 1162

Columna ALTARES Y SÓTANOS, 

A nadie sorprendió el desafuero de Jesús Estrada Ferreiro. Su lío empezó con diferencias salvables con el gobernador pero, de boca pronta, se fue enredando solo hasta que Rubén Rocha aprovechó el desencuentro para quitarle el cargo de alcalde de Culiacán y dárselo a su ahijado, Juan de Dios Gámez.

Estrada fue de los pioneros de Morena en Sinaloa junto con otro personaje, Luis Guillermo Benítez Torres, quien también habría de caer en sus propios enredijos, las carísimas lámparas que lo volvieron profundamente impopular y los carros “rifados” solo porque él era muy caritativo… con dinero ajeno.

Los dos, vale recordarlo, habían sido aspirantes a la gubernatura y se quedaron en el camino. Los dos —y este es el fondo— aspirarían en el 27 y fueron expulsados a través de cuatro instrumentos: la Auditoría Superior del Estado (ASE), la Fiscalía estatal, el Congreso del Estado y el Poder Judicial, los cuatro bajo el control absoluto del gobernador y quienes mecen la cuna desde las sombras: sus hijos y el ex secretario General de Gobierno y ahora senador, Enrique Inzunza Cázarez.

Por eso era una cuestión de tiempo que con Gerardo Vargas Landeros hicieran lo mismo. Más poderoso que Estrada y el Químico, tuvo la viveza de repetir en el cargo, pero en la primera vuelta de su administración había sembrado su propia caída: contratos amañados.

Lo dejaron correr. Proveniente de una de las administraciones estatales más corruptas que haya tenido Sinaloa —más corrupta que la de Antonio Toledo Corro, más corrupta que la de Juan Sigfrido Millán Lizárraga—, encabezada por Mario López Valdez, no pudo sustraerse al dinero fácil. Dos días después de haber tomado el poder en Ahome, solicitó los servicios de un despacho de asesoría, Consultoría Humana Acsora, S.A. de C.V, que le costó 34 millones de pesos y cuyos servicios no pudo comprobar. Lo dijo la ASE. Y solo días después formalizó un contrato de arrendamiento de patrullas por más de 170 millones de pesos… sin licitar. Quiso adquirir camiones recolectores de basura, pero se frenó porque Ríodoce descubrió que la empresa que sería beneficiada tenía como domicilio un consultorio dental en Navojoa. “Déjenlo que lo haga, déjenlo que se enrede”, les dijo Feliciano Castro a unos ahomenses que lo visitaron en el Congreso del Estado para informarle lo que estaba haciendo.

¿Por qué fue tan obvio? Puede haber otras razones, pero una de ellas es que se sentía protegido. Se le acercó bastante a Mario Delgado cuando éste dirigía Morena, pero también, ignoro con qué métodos o a través de quién, a Julio Scherer Ibarra, cuando era consejero jurídico de la presidencia con AMLO, una sombra que buscaron muchos aspirantes, incluso de otros partidos. A él se le acercó Gerardo en el 2021 porque quería ser gobernador y luego alcalde de Culiacán, pero solo logró Ahome.

Cuando Gerardo vio cómo habían defenestrado al Químico y a Estrada quiso enderezar su administración, pero ya era tarde. Se ocuparon de él hasta ahora porque la administración estaba muy ocupada en otros pleitos, uno de ellos con los directivos de la UAS, que al final triunfaron sobre la ASE, sobre la Fiscalía, sobre el Congreso estatal y sobre el gobernador. Y porque el gobierno estatal todo fue arrastrado por el tema de la violencia generada por la detención de Ismael Zambada.

Se especula mucho sobre lo que hará Gerardo, cuál será su respuesta, porque se considera de otro tamaño, que “se irá con todo” y que “todo es todo”. En realidad, si no quiere terminar en la cárcel, él y Genaro García Castro, también acusado y desaforado, tendrá que concentrarse en su defensa legal. Buscar asideros en Ciudad de México, por supuesto, para lograr una salida negociada —como lo hicieron los de la UAS— y minimizar los daños. Por lo pronto, sus aspiraciones a la gubernatura, si persisten, tendrá que encaminarlas por otro partido, ya no por Morena. Porque ni este eslabón dejaron suelto quienes urdieron el plan de descarrilarlo. Controlarán el partido y terminarán expulsándolo.

 Bola y cadena

DOS MOVIMIENTOS QUE PRESUMEN este control del rochismo sobre Morena son, la licencia solicitada por el diputado local Juan Carlos Patrón porque ocupará un cargo en el CEN del partido, por un lado, y la renuncia a la dirigencia estatal de Merary Villegas, por el otro. El argumento esgrimido por esta al explicar su renuncia, —que se dedicará de tiempo completo a la diputación— es torpe por falaz. Se fue porque alguien se lo pidió de algún modo. O alguna oferta le hicieron que no pudo rechazar.

Sentido contrario

ALGUNA VEZ LE OÍ DECIR A Carlos Castillo Peraza, cuando era dirigente nacional del PAN que recordaba los tiempos en que los panistas de Sinaloa cabían en un taxi. A esa condición se han reducido después de haber tenido dos presidentes panistas y de haber ganado la gubernatura en 2010, con Malova. De hecho, su extravío comenzó justamente a partir de entonces y ahora ni oposición es este partido en Sinaloa. Pobres panistas de antaño.

Humo negro

MORENA EN EL PODER PUEDE realizar fiestas y carnavales, pero no festejar el Día del Trabajo. Es verdad que, durante décadas en México, estos desfiles se convirtieron en el día en que la clase obrera mexicana le rendía pleitesía al presidente de la República a través de centrales obreras charras, pero el fondo de la celebración es igualmente válido ahora. Surgió a partir de gestas heroicas de la clase obrera internacional que un partido verdadero de izquierda debiera conmemorar. ¿Pero sabrán ellos lo que esto significa? Lo dudo.



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