Politicastros
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA
El hecho de vivir fuera de la Ciudad de México me libra de conocer en forma personal a especímenes tales como el tal Alito y el tal Fernández Noroña. Bajunos ejemplares son los dos, pedestres individuos sin barniz alguno de civilidad. La riña tabernaria que protagonizaron en el recinto del Senado no añade nada a su desprestigio, lleno ya hasta los bordes, pero es un motivo más para que nuestro país sea objeto de desdén y burlas en el exterior. Culpables son ambos de este vergonzoso episodio que los denigra y rebaja por igual.
Noroña es responsable de lo sucedido por su manejo parcial y prepotente del debate camaral. Y a Moreno se le ha de reprochar su conducta agresiva, propia más de un ebrio que de un legislador.
¿Políticos los que participaron en ese pleito de cantina? No. Son politicastros de la más baja estofa. Vergüenza es para México que individuos así figuren en el escenario público. La llamada "Cámara Alta" ha descendido a su nivel más bajo.
Jamás sentiré vergüenza de ser mexicano. A todas partes del extranjero a donde voy declaro con orgullo mi nacionalidad. Pero esta gentuza -no vacilo en emplear el calificativo- nos avergüenza y nos hace temer por el futuro de nuestro país, desdichado país en manos de individuos que más son para servir de coimes en una taberna o lupanar que para actuar en política, aun en la política a la mexicana. Entre hampones y bribones México va camino de la ruina…
EL cartón es de Camacho en Reforma
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Se solidariza CSP con Noroña y acusa linchamiento
Sheinbaum señaló que el ataque está registrado en videos y fotografías y muestran claramente la agresión al término de la sesión de la Comisión Permanente en la antigua sede del Senado en Xicoténcatl.
"Yo creo que los videos son muy claros, hay toda clase de videos en las redes, uno de más lejos, otros de más cerca, hay fotografías incluso del momento de la agresión se ve cómo uno de los diputados patea en el piso a este joven y es muy clara la agresión, es contra el senador Noroña y contra este joven, que se atraviesa incluso la diputada Dolores Padierna, también es agredida mientras ella está tratando de calmar, pues es empujada, es muy claro lo que hay en los videos
"Por cierto, ayer que me preguntaron que si me solidarizaba, claro que me solidarizo con Gerardo, lo que yo quería ayer era (destacar) y hoy también, es la actitud agresiva del presidente del PRI, y de los diputados del PRI, son muy claros los videos", dijo.
Asimismo, criticó que se destinen recursos para aumentar artificialmente tendencias en X contra Fernández Noroña y cuestionó quién los paga.
"¿Quién los paga?, ¿para qué los pagan? ¿qué necesidad hay de estar pagando en una red social para subir una tendencia? Todos los comentócratas ahí justificando la agresión que yo caractericé ayer como porril porque es tal cual porque además se ve que suben a la Tribuna, todo el asunto", añadió.
Ayer, Sheinbaum dijo que "Alito" Moreno y su actitud le recordaron cuando ella, su hermano y otros compañeros fueron golpeados por porros en la UNAM, durante su época estudiantil.
Nota de Benito Jiménez y Jorge Ricardo Reforma…
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Recibe Noroña 500 mil pesos en donativos ilegales
Nota de Jorge Ricardo e Iris Velázquez/ ; REFROMA, 29 agosto 2025;
A pesar de tener prohibido recibir donaciones en efectivo como servidor público, el senador Gerardo Fernández Noroña (Morena) ha acumulado en los ocho meses de 2025 donativos ilegales por alrededor de 500 mil pesos.
Este ingreso se cuela por una ventana que facilita YouTube como donaciones de la audiencia para los productores y difusores de programas de streaming.
Traducidas todas sus donaciones a pesos, Noroña obtuvo 49 mil 328 pesos en enero, 78 mil 238 en febrero, 93 mil 118 en marzo, 47 mil 84 en abril, 65 mil 734 en mayo, 47 mil 101 en junio, 36 mil 898 en julio y 78 mil 530 en lo que va de agosto.
El martes pasado, cuando se reveló la compra de la casa de mil 200 metros cuadrados en las faldas del Cerro del Tepozteco, informó de 26 mil 138 pesos recibidos de donación por una hora y seis minutos de enlace en vivo.
No hay día en que se vaya en blanco, aunque hay unos, como el 18 de agosto, que le fue mal: recibió 466 pesos.
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Las columnas políticas hoy, viernes 29 de agosto de 2025
EN REFORMA
2 MIN 30 SEG
IMAGINEN LA ESCENA: el panista Ricardo Anaya embolsándose un millón de pesos en donaciones anónimas, algunas inclusive del extranjero. ¿Qué diría la 4T al respecto?
BUENO, PUES, quien está metiéndose ese dinero en los bolsillos no es Anaya, sino Gerardo Fernández Noroña. El senador morenista ha encontrado una auténtica mina de oro a través de supuestas donaciones vía YouTube, Facebook y TikTok.
SE TRATA de dinero que su supuesto público le hace llegar a través de esas plataformas. Cualquiera podría decir: "No está mal que un político se gane su propio dinero". El problema es que, al hacerlo por medio de las dichosas donaciones, está violando la ley.
EL DELITO de Fernández Noroña tiene que ver con que, al ser servidor público, tiene prohibido recibir regalos en especie o efectivo de parte de particulares. Y más tratándose de recursos que quién sabe de quién o de dónde llegan.
EN EL MEJOR de los casos, son sus propios seguidores. Que siendo del pueblo bueno, hasta la casa de Tepoztlán le están pagando. Quizás algunos que vean las escenas de la casa no les va a gustar mucho el asunto.
EN EL PEOR de los escenarios, podría estar recibiendo dinero de origen ilícito o inconfesable con eso del anonimato de los donantes. Vaya, hasta él mismo podría hacerse esos envíos, como una manera de lavar dinero a la vista (y los likes) de todos. Pero eso ni pensarse, si no cómo paga la casita. En fin. A ver si el SAT, la UIF o la secretaria Raquel Buenrostro le echan un vistazo al asunto.
ES COSA DE DÍAS para que inicie la discusión del Paquete Fiscal 2026 y la duda es hasta dónde podrá cumplir el gobierno federal su promesa de no subir impuestos.
A MÁS TARDAR el 8 de septiembre el titular de Hacienda, Édgar Amador, entregará a la Cámara de Diputados la propuesta. Y el reto para Morena es definir cómo aumentar los ingresos que están muy rezagados respecto del gasto que ejerce la 4T.
PORQUE A los programas sociales que dejó como herencia fiscal el gobierno anterior, ahora se suman los múltiples proyectos de infraestructura que no está claro cómo se van a financiar.
LA PREOCUPACIÓN en el sector privado es que Hacienda se vaya por la ruta fácil de exprimir (¡todavía más!) a los contribuyentes cautivos del ISR o a aumentarles la carga fiscal con el IEPS a las empresas de siempre. De tin, marín...
LA BUENA NOTICIA para Adán Augusto López es que su popularidad entre los mexicanos ha aumentado de manera notable. La mala noticia es que no es por muy buenas razones. Resulta que el senador morenista salió a caminar ayer por las calles del Centro Histórico rodeado de su séquito de colaboradores y una nube de reporteros. Y de pronto, un espontáneo le gritó: "¡Saludos a La Barredora!". Deveras que hay gente malora.
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Estrictamente Personal
Noroña, desquiciado/Raymundo Riva Palacio
El Financiero, agosto 29, 2025 |
Desquiciado es un adjetivo y encaja en Gerardo Fernández Noroña, que este martes tuvo su Waterloo. El presidente del Senado perdió ese día su centro de estabilidad emocional, su equilibrio y su control, cuando lo desnudaron en los medios como un hipócrita –otro adjetivo que le queda– al revelar que había comprado una casa en Tepoztlán en 12 millones de pesos. Quien usaba una retórica franciscana, pero aspiraba a ser un Rockefeller, pagó –sin contar intereses– lo que a un trabajador le llevaría 120 años cubrir con todo su salario mínimo.
La difusión de la adquisición lo desestabilizó emocionalmente y, como se dice coloquialmente, perdió los estribos y fustigó con su lengua obscena a Azucena Uresti y a Ciro Gómez Leyva, que en sus programas de radio matinales criticaron la incongruencia de Fernández Noroña, y más tarde, en el programa de Pepe Cárdenas, de quien ha sido colaborador hace algunos años, perdió el control y se exasperó cuando le preguntó sobre la zacapela que acababa de protagonizar en el Senado con su compañero de cámara Alejandro Moreno, líder del PRI.
Fernández Noroña ha encarnado durante años el epítome de la beligerancia sin discurso, y ha cultivado una imagen de rebelde indómito, hábil en la provocación, pero escaso en sustento. Su trayectoria política no es una narrativa de propuestas, sino de escenificaciones teatrales donde lo único constante es su propia altanería. Al senador lo define su capacidad de navegar entre trampas retóricas y en sus contradicciones epopéyicas. Arremete con insultos, pero exige respeto. Se presenta como defensor del pueblo, pero actúa desde el privilegio del fuero y el micrófono senatorial.
La soberbia radica en el discurso impune. De ser una figura que hizo su fama pública tirándose al suelo frente a los poderosos, más visual que efectivo, llegó al cargo por decisión del expresidente Andrés Manuel López Obrador, cuando repartió el poder y los contrapesos a su sucesora Claudia Sheinbaum. En el colmo de la irresponsabilidad, lo ungieron presidente del Senado, el peor que ha tenido esa cámara en la memoria, por su torpeza, incapacidad y manejo pendenciero y autoritario. Arrabalero –otro adjetivo a su medida–, ve el poder como extensión de su ego, no como una herramienta al servicio del diálogo.
Su viralidad no proviene de ideas, sino de enfrentamientos. Quiere ser presidente en 2030, pero en él no hay proyecto político, sólo performance, como el miércoles, cuando, enloquecido por el vendaval de críticas por su nueva casa, llegó con la sangre muy caliente al Senado y, sin sorpresa, salvo por el humor social que se había ido cultivando por la forma déspota, excluyente, alevosa y ruin con la que Morena ha tratado sistemáticamente a la oposición, maltrató verbalmente a la senadora Lilly Téllez –Fernández Noroña tiene manchas de misógino– cuando increpaba al senador Adán Augusto López, metido en su propio huracán de categoría 20 con el tema del crimen organizado en su estado Tabasco, elevando la voz para callarla y recordarle, gritando, que ella no mandaba ahí. Su choque con Moreno fue una derivación de aquello, que a la vez fue consecuencia de la ebullición creciente en su cabeza por su casa en Tepoztlán.
Fernández Noroña intentó un control de daños sobre la casa, pero como si estuviera nadando en un pantano, se iba hundiendo cada vez más. Para la tarde, cuando entrevistadores de radio le preguntaron sobre el tema, les colgó el teléfono. Había sido muy claro: antes era austero y criticaba a los que tenían, porque él era pobre –traducción: era un resentido social–, pero cuando tuvo, se olvidó de esos momentos para tener autos de lujo, propiedades, viajes a destinos turísticos de fama mundial y vuelos en business class, reclamando con evocación en los camaleones, por qué no podía gastar su dinero en lo que le plazca.
Su lógica sería impecable, salvo que él fue uno de los principales promotores de la estigmatización hecha por López Obrador, no sólo del dinero de los políticos, sino de quien tuviera dinero, sin importar que fuera producto de su trabajo. Apenas el año pasado, en la campaña presidencial, atacó con saña a la candidata presidencial de la oposición, Xóchitl Gálvez, por los contratos que había logrado como empresaria. Pero de las incongruencias de los obradoristas se ha hablado bastante –aunque no necesariamente suficiente–, y para que no sienta que traicionó a sus principios, podría justificarse con la máxima marxista de que es dialéctico rectificar.
El tema de fondo, en este caso, sería más bien de transparencia: ¿con qué recursos pagó esa casa y sus otras propiedades, sus viajes, sus business class, sus autos, y esa vida desenfadada y exhibionista que nos ha regalado selfies con el torso desnudo en Nueva York? Fernández Noroña asegura que con sus recursos. Y en específico, sobre la casa en Tepoztlán, dijo que su salario como senador, como líder de la cámara; sus participaciones en medios y, sobre todo, sus videos en YouTube, le daban lo suficiente para adquirirla. ¿O qué –retó–, no creían que era capaz de comprarla?
La prensa hizo su chamba. Jorge Fernández Menéndez señaló en Excélsior que el crédito hipotecario que dijo que contrató para adquirirla, obligaba pagos de 120 mil pesos mensuales, comiéndose su salario como senador. Sobre sus recursos de youtubero, que redondeó en 188 mil pesos, Reforma lo atajó. Para haber obtenido esos ingresos en YouTube, publicó, tendría que haber tenido seis millones 836 mil 363 visitas al mes, por lo que habría recibido 27.50 pesos por cada una. Pero en los últimos 30 días tuvo 492 mil visitas, que le representaron 7.2% de los 188 mil pesos que dijo recibir. Touché, senador, y sin contar que ese crédito hipotecario era en realidad, según su declaración patrimonial, un crédito personal.
Senador, gaste su dinero como quiera, cómase sus palabras franciscanas y meta la medianía juarista en las salas VIP. Es su dinero, como bien dice, pero aclare como servidor público –a quien pagamos su salario los contribuyentes– si fue bien habido, como asegura, y de una vez por todas borre las sospechas de un origen de procedencia ilícita, como dicen sus malquerientes, que por las reacciones que vimos el miércoles, son muchísimos.
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La degradación política: de parlamentarios a ‘gladiadores’/Enrique Quintana
Coordenadas
El Financiero, agosto 29, 2025 |
Como si se tratara de la Arena Coliseo y no de la Comisión Permanente del Congreso, la política mexicana volvió a exhibir su rostro más áspero.
El pleito entre Alejandro ‘Alito’ Moreno, dirigente del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Comisión, rayó en lo grotesco. Insultos, descalificaciones y gritos, seguidos de empujones y manotazos, ocuparon el lugar que debía ser reservado para el debate de argumentos y la discusión de ideas.
No es un episodio aislado, sino un síntoma preocupante. En los últimos años la clase política ha convertido la confrontación en método de supervivencia.
Lo que debería ser discrepancia razonada, motor indispensable de la democracia, se degrada en un intercambio de diatribas que vacía de contenido a las instituciones y ahonda la distancia entre la ciudadanía y sus representantes.
La política mexicana parece atrapada en una lógica de gladiadores. No importa construir acuerdos, sino exhibir quién puede gritar más fuerte, humillar con mayor eficacia o arrinconar al adversario con amenazas de desafuero.
‘Alito’ Moreno encabeza formalmente al PRI, pero su liderazgo ya es una fachada. Arrastra fracturas internas y deserciones constantes. El partido que alguna vez fue hegemónico carga hoy con la losa de sus excesos pasados y con la imagen de un dirigente que ya no inspira confianza, sino que representa un pasivo.
Gerardo Fernández Noroña tampoco escapa al desgaste. Durante años cultivó la imagen de voz rebelde frente al sistema, lo que le ganó simpatías en ciertos sectores. Hoy, sin embargo, lo que antes parecía irreverencia se percibe como soberbia, y sus desplantes, como incongruencias. En el entorno de la presidenta Claudia Sheinbaum, Noroña se ha vuelto más lastre que activo: resta más de lo que aporta a la 4T.
Si figuras definidas por sus estridencias marcan la pauta del debate nacional, lo que se avecina es un clima político cada vez más tóxico.
Y lo más grave es que no hablamos solo de dos personajes. Ambos encarnan un estilo de hacer política que se ha extendido por todo el espectro partidista. El choque en la Comisión Permanente fue apenas un síntoma de un mal más profundo: la degradación del diálogo público en México.
La democracia exige confrontación de ideas, pero también disposición al acuerdo. Los desacuerdos son inevitables, incluso necesarios, pero no pueden derivar en un circo de improperios.
Desde el poder se descalifica a la oposición antes de escucharla; y desde la oposición se rechazan iniciativas solo porque provienen de la 4T, sin detenerse a evaluar sus méritos. Esa dinámica no construye, destruye.
De persistir estas actitudes, el futuro inmediato será el de un creciente desencanto ciudadano.
México requiere con urgencia una reconstrucción del tejido político. No se trata de uniformar pensamientos, sino de aceptar al adversario como interlocutor válido y valioso.
La política debe revalorar el consenso, la negociación y el arte de la palabra como herramientas para tender puentes. El “parlamento” debe recuperar su sentido literal: parlamentar, hablar, dialogar, razonar.
De lo contrario, la crispación se convertirá en regla, las instituciones se vaciarán de legitimidad y, paradójicamente, serán los mismos actores de la 4T quienes vean desmoronarse los espacios que hoy controlan.
La escena en la Comisión Permanente mostró lo que ocurre cuando los líderes eligen el insulto en lugar del diálogo: la democracia se degrada y la posibilidad de acuerdos se cancela.
Si la clase política no asume la responsabilidad de recomponer el entramado político, seremos los ciudadanos quienes paguemos los costos de la parálisis y la polarización.
México no necesita gladiadores sino estadistas capaces de tender puentes.
Si no lo entendemos, lo visto esta semana en el Congreso no quedará como anécdota: será la antesala de una realidad que puede trasladarse a las calles. Y entonces ya será demasiado tarde.


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