El pleno de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el siguiente Puntos de Acuerdo, -propuesto por diputados del Grupo de Trabajo de seguimiento a las agresiones a periodistas y medios de y avalado por la Junta de Coordinación Política-:
.Primero.- Se condena enérgicamente el atentado propinado el pasado 6 de febrero del presente año a las instalaciones del diario El Mañana, de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Segundo.- Se exhorta a la Procuraduría General de la República y a la Procuraduría General de Justicia del estado de Tamaulipas a que realicen, de manera coordinada, las investigaciones necesarias para esclarecer los hechos de manera pronta, expedita y exhaustiva.
Tercero.- Se exhorta a la Procuraduría General de la República a garantizar la seguridad e integridad de los trabajadores del diario El Mañana, de Nuevo Laredo, Tamaulipas; así como el pleno derecho a la libertad de expresión de todos los colaboradores de ese diario.
Incluso tuvo que ser modificado el Orden del Día por el pleno; por lo que, una vez propuesto el punto fue aprobado como de urgente y obvia resolución.
La propuesta de Punto de acuerdo fue avalada por la Comisión Legislativa que de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación.
La Comisión fue aprobada por el pleno el pasado 4 de octubre y esta coordinada por la Dip. Beatriz Mojica Morga (PRD), y la integran: Miguel Lucero Palma (PR); Ruth Trinidad Hernández Martínez (PAN); Luis Antonio González Roldán (PVEM); Oscar González Yáñez (PT) y de Convergencia, Jesús González Schmal.
Ayer hizo uso de la palabra la Diputada Mojica Morga:
Con su venia, señora Presidenta.
El 6 de febrero del presente año, a las 19:45 horas de la noche, el diario El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas, fue atacado con ráfagas de armas de fuego de alto poder y una granada de fragmentación que explotó dentro de la redacción del periódico.
Los atacantes se introdujeron a las oficinas que se encuentran en el primer piso. El reportero Jaime Orozco Tey resultó herido y fue llevado a un centro de atención y hasta el momento se reporta como grave.
Los pistoleros pasaron por la recepción del periódico en el que habitualmente se encuentra un guardia que no porta armas. Mientras realizaban el ataque gritaron amenazas e insultos contra los colaboradores del diario.
Poco después del ataque se hicieron presentes fuerzas de la Procuraduría General de la República y de la Policía Ministerial del estado de Tamaulipas, y hasta las 20:15 horas llegó a las instalaciones personal de las Fuerzas Armadas nacionales.
Cabe hacer mención que hace unos días se llevó a cabo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el seminario "Narcotráfico: Investigación y Cobertura Noticiosa", organizado por la por la Sociedad Interamericana de Prensa, el 26 y 27 de enero. El periódico El Mañana fue uno de los principales promotores y patrocinadores del seminario, junto con el periódico El Imparcial, de Hermosillo, Sonora.
Esta es la segunda agresión grave cometida en contra del periódico El Mañana, en menos de dos años. La madrugada del 19 de marzo del 2004 fue asesinado el Director Editorial de este medio, Roberto Mora García, cuando llegaba a su casa después de salir de la redacción.
El caso, compañeras y compañeros diputados, es muy grave. Nos habla de un atentando con características terroristas. Es un atentado que no solo vulnera la libertad de expresión en Tamaulipas, sino que tiene implicaciones nacionales, porque puede tener como fin aterrorizar a los comunicadores y parar así sus investigaciones como diversos temas.
Podríamos discutir aquí si esos temas son de narcotráfico o de corrupción o de otro tipo, pero eso no sería lo fundamental; lo importante es que no podemos quedarnos impávidos observando la escalada de violencia contra los periodistas y medios de comunicación en un país que se supone democrático, sin que se castigue a los culpables. Y digo esto porque en los últimos 5 años hay 18 periodistas asesinados, 2 desaparecidos y el día de hoy 1 herido, sin que hasta el momento ninguno de estos casos haya sido totalmente esclarecido.
Yo estoy convencida, compañeras y compañeros, que la única forma de parar la violencia en México es combatiendo la impunidad. Hay que aplicar la ley y capturar a los culpables provengan de donde provengan, sobre todo en este tema tan sensible para la sociedad.
Por eso los exhorto a que apoyemos este punto de acuerdo que ha hecho suyo la Junta de Coordinación Política de esta Cámara de Diputados, que implica sobre todo un compromiso con el fortalecimiento democrático en México y con la libertad de expresión.
Muchas gracias.
Muchas gracias.
Las reacciones sobre El Mañana son numerosas.
Dos de los principales columnistas en México abordaron el asunto; Ricardo Alemán en El Universal y Miguel Angel Granados Chapa en Reforma:
La Columna Itinerario Político de Ricardo Alemán ¡No al silencio!.
Pregunta: Si El Mañana decidió la "autocensura" desde marzo de 2004 para evitar más muertes entre su plantilla de reporteros y editores; ¿por qué el nuevo ataque?, ¿por qué el nivel de violencia?, ¿por qué la demostración de fuerza y de impunidad?
A lo que responde: El mensaje parece claro: las bandas del narcotráfico y sobre todo los cárteles que operan en la frontera de Nuevo Laredo estarían respondiendo a esfuerzos sociales como la Declaración de Hermosillo y el Proyecto Fénix. Los que fueran enemigos naturales de las bandas criminales, como los cuerpos policiacos y las instituciones del Estado, ya no lo son porque la corrupción y la impunidad las han anulado. Hoy el enemigo de esas bandas parecen ser los grupos sociales organizados para impedir el silencio por miedo; los medios de comunicación, los periodistas, los editores, las empresas de información.
El ataque a El Mañana es más, mucho más que un ataque al gremio periodístico, es un duro golpe a las instituciones y a las libertades democráticas fundamentales. Es un intento de silenciar, mediante el miedo, al mensajero. Por eso resulta intolerable que periodistas y empresas del ramo de las entidades donde el narcotráfico ha sentado sus reales sean verdaderos rehenes del miedo, mordaza que debemos combatir con toda fuerza.
El ataque a El Mañana es más, mucho más que un ataque al gremio periodístico, es un duro golpe a las instituciones y a las libertades democráticas fundamentales. Es un intento de silenciar, mediante el miedo, al mensajero. Por eso resulta intolerable que periodistas y empresas del ramo de las entidades donde el narcotráfico ha sentado sus reales sean verdaderos rehenes del miedo, mordaza que debemos combatir con toda fuerza.
Miguel Ángel Granados Chapa en su Plaza pública: El Mañana' en el blanco, subraya:
"El fiscal Naranjo, agente del Ministerio Público federal, no tiene que realizar ninguna averiguación previa sobre el terrible ataque armado contra El Mañana, de Nuevo Laredo, perpetrado el lunes. Antes de iniciarla siquiera, se rindió, o mostró a qué realmente se dedica: "Como quiera, no los voy a encontrar", dijo resignado o sincero y de ese modo puso a salvo a los agresores de ese diario...Eso sí, hostil ante las víctimas del atentado, el fiscal federal exigía desalojar las instalaciones del periódico, lo que hubiera supuesto dejar de imprimir la edición de ayer.
Los periodistas estaban conscientes de que no debían alterar el escenario de la agresión, pero juzgaron posible hacerlo al mismo tiempo que efectuaban su trabajo. Mas, como no se ausentaron del periódico, ya tendrá pretexto el agente de la PGR para explicar el fracaso de su tarea, fracaso por él mismo anunciado.
El Universal dedica su Editorial:
Nuevo Laredo: ni miedo ni complicidad
NADA ni nadie parece detener a la delincuencia organizada. Al anochecer del lunes, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fue atacado con granadas y asaltado a disparos de fusil el edificio del periódico El Mañana, uno de cuyos reporteros, Jaime Orozco Tey, fue herido de cinco tiros en el pulmón, la columna vertebral y el abdomen.
Este brutal atentado no ofende solamente a El Mañana, sino a toda la prensa nacional, y afrenta a la sociedad entera, sobre la que gravitan el crimen, el vicio y la impunidad ante la crasa incompetencia, o algo peor, de las autoridades de seguridad pública.
Los criminales deberán entender que ningún medio de comunicación va a ser acallado a tiros y lanzamientos de granada. Los periodistas responsables de su deber y que informan de sus atrocidades no dejarán de hacerlo ni por miedo ni por complicidades. Su labor tiene el tamaño de una verdadera misión vital.
El criminal atentado ocurrió a menos de dos semanas después de que en la misma ciudad la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), de la cual El Mañana forma parte, organizó el seminario Narcotráfico: investigación y cobertura noticiosa, destinado al adiestramiento de los reporteros en las tareas de alto riesgo.
Ayer mismo, desde Miami, la misma SIP repudió el atentado y pidió en una carta al gobierno mexicano que intervenga y adopte medidas enérgicas para enfrentar la espiral de la violencia.
Con todo, el lunes pasado, en Nuevo Laredo, afloró una de las causas de las fallas de la acción policiaca contra la delincuencia organizada. Después de que el grupo de asaltantes cumplió su misión criminal, los agentes de la Agencia Federal de Investigación y de la Policía Federal Preventiva se estorbaron mutuamente en sus primeras pesquisas, no con descoordinación, sino con abierta rivalidad.
El Senado y la Comisión Nacional de Derechos Humanos deploraron el ataque, y el Presidente de la República lo calificó de deleznable y anunció que la Procuraduría General de la República atraería el caso de El Mañana, lo que podría significar que el asunto pudiera ser tomado más en serio. Ya veremos.
Como siempre, las autoridades de seguridad reaccionan, no previenen; tantean, no disponen de eficaces servicios de inteligencia; no fortalecen el combate al contrabando y tráfico de armas ni siguen el rastro del dinero ni de los carros blindados del crimen. Sus contactos mayores visibles, cuando los hay, son con los matones, no con los capos.
Los medios de comunicación están decididos a impedir que el silencio oculte lo que tan gravemente socava los cimientos sociales. La protesta tiene que ser más enérgica y la exigencia de seguridad más firme.
Los periodistas, combatientes desarmados de esta lucha contra la delincuencia irrefrenable y ciega, merecen ser arropados de forma solidaria y moral por la sociedad a la que están sirviendo con la información que nos entregan, para poner a la vista un asunto que debe ser solucionado por las autoridades y por la misma sociedad.
No queremos que las cosas sigan así. Demandamos contundencia, no sólo buena voluntad. Queremos resultados que se traduzcan en comunidades que se desarrollen sanamente en la tranquilidad. Exigimos, simplemente, que las autoridades cumplan con su primera
obligación: garantizar la seguridad pública.
La prensa, nacional, mientras tanto, deplora el lamentable suceso de Nuevo Laredo. Y sin embargo, seguiremos informando.
Seguramente varios medios vinculados o no a la SIP informaron sobre lo que no debe pasar en ningún medio.
Me quedo con la frase de Ricardo: ¡No al Silencio!
No podemos quedarnos callados... ¿O si?, hay una canción de Benedetti que dice si se calla el cantor calla la vida...
Primero se llevaron a los negros,
pero a mi no me importó
porque yo no lo era.
Primero se llevaron a los negros,
pero a mi no me importó
porque yo no lo era.
Enseguida se llevaron a los judíos,
pero a mí no me importó,
porque yo tampoco lo era.
pero a mí no me importó,
porque yo tampoco lo era.
Después detuvieron a los curas,
pero como yo no soy religioso,
tampoco me importó.
pero como yo no soy religioso,
tampoco me importó.
Luego apresaron a unos comunistas,
pero como yo no soy comunista,
tampoco me importó.
pero como yo no soy comunista,
tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí pero ya es tarde.
Poema del pastor protestante alemán Martin Niemöller (1892-1984).
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