El juez federal del distrito de El Paso, Texas, Phillip R. Martínez, sentencio a Hardrick Crawford, a seis meses de prisión, además de tres años de libertad condicional bajo vigilancia y a pagar una multa de 10 mil dólares por los delitos de falsedad en declaraciones sobre asuntos gubernamentales. (por cierto el juez Martínez acaba de negarle al anticastrista Luis Posada Carriles la libertad condicional).
La sentencia, dictada el lunes 5 de marzo le fue desfavorable a Crawford, a pesar de que durante el juicio, que se efectuó en un juzgado federal de El Paso, acudieron a declarar en su favor sus amigos José María Guardia y el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez.
En la demanda se menciona que el 27 de mayo de 2003 Guardia citó a conferencia de prensa en las instalaciones del galgódromo, donde desmintió las acusaciones del ex procurador general de la República, Jorge Carpizo MacGregor, quien lo acusaba de lavar dinero de narcotraficantes en su negocio, junto con el cardenal Sandoval Iñiguez. Guardia se hizo acompañar de Crawford y Sandoval Iñiguez, quienes tomaron parte de la charla para avalar la buena reputación del empresario, de origen filipino.
Dijo entonces: "el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez y José María Guardia son amigos míos... además, considero al Cardenal Sandoval como un extraordinario sacerdote y un hombre de Dios, altamente respetado a lo largo del mundo".
Quizás lo más graves haya sido que el entonces director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) en El Paso, Texas, haya otorgado una especie de salvaguarda a José María Guardia, en una carta membretada, con su firma y sello de la oficina a su cargo, en la que mencionaba que se habían revisado los archivos de la dependencia y no habían encontrado evidencias de que estuviera involucrado (Guardia) en actividades ilícitas, aparte de que mencionaba que el también denominado zar de las apuestas era agente informal de la FBI.
"Según se asienta en la denuncia, Guardia le compró a Hardrick Crawford una membresía en el Coronado Country Club, un centro exclusivo de El Paso; también hay falsedad en su declaración fiscal de 2003, pues tanto él, como su esposa e hijos, recibieron miles de dólares en regalos que no fueron declarados."
¡Y en el FBI eso es violatorio del código de ética!
Por ello James Blankinship, asistente del procurador general, fue quien presento la denuncia fundamentada en la violación al título 18 del código de Estados Unidos, en su sección 1001, inciso A, apartado dos, basado en rendir testimonio o representación actuando con falsedad, simulación o en forma fraudulenta.
"En el juicio trascendió que el 11 de febrero de 2002 la FBI abrió una investigación confidencial contra José María Guardia, por la posibilidad de que estuviera relacionado con grupos del crimen organizado, sin que hasta la fecha se conozcan los resultados.", dice una nota de Rubén Villalpando, corresponsal de La Jornada en Ciudad Juárez.
En diciembre del 2003, Guardia, y el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, fueron exonerados por la Procuraduría General de la República, que determinó no ejercitar acción penal en su contra luego que fueran acusados por Carpizo como presuntos beneficiarios del dinero del narcotráfico.
Crawford fue agente especial de la FBI en El Paso de 2001 hasta noviembre 2003; y entre julio del 2001 y noviembre del 2003, fungió como agente especial al cargo de la oficina en El Paso, con 220 personas entre agentes y empleados administrativos bajo su mando. Uno de sus informantes confidenciales fue precisamente José Maria Guardia; a cambio Crawford le facilitó la obtención de una visa y lo apoyó ante inversionistas y proveedores estadounidenses.
Empero, el 29 de mayo del 2003, agentes de inteligencia del FBI se reunieron con Crawford, y le advirtieron que Guardia pagaba sobornos a oficiales federales mexicanos. "Además, se le dijo que toneladas de drogas ilegales habían sido almacenadas en las instalaciones del hipódromo propiedad de Guardia" (Reforma, 15/04/2006).
Crawford, renuncio al cargo el 7 de noviembre del 2003 para pasar a retiro luego de 23 años de servicio en el FBI.
Jorge Fernández Menéndez publico en su columna Razones de Milenio del 16 de diciembre del 2003:
"Cuando comenzaron las investigaciones, Guardia convocó a una conferencia de prensa en Ciudad Juárez en donde participó él mismo, junto con el cardenal Sandoval Iñiguez y el entonces jefe de la oficina del FBI en El Paso, Texas, Hendrick Crawford Jr. En un hecho insólito y también violatorio de la leyes, Crawford Jr. en esa conferencia de prensa "absolvió" de sus acusaciones tanto a Sandoval Iñiguez como a Guardia: pero quienes los estaban investigando no era el FBI sino la PGR y la justicia mexicana. Ello motivó una protesta formal de la cancillería mexicana."
El 21 de septiembre del 2003, Miguel Ángel Granados Chapa, publicaba en su Plaza Pública: Guardia, en guardia, señaló: "El zar del juego es también muy amigo del jefe del FBI en El Paso, Hardrick Crawford. Se les ve, sonrientes, en una de las 11 fotografías publicadas por Reforma el jueves pasado, tomadas de cuatro videos grabados en distintos años y escenarios, que dan cuenta de los vínculos de Guardia. Apenas conocida la denuncia de Carpizo, Crawford ofreció una prueba de su amistad: el 27 de mayo cruzó la línea para acompañar al empresario y al cardenal arzobispo de Guadalajara, en una conferencia de prensa realizada en el hipódromo. Allí, el agente federal norteamericano exculpó a ambos de cualquier implicación con el narcotráfico."
La sentencia, dictada el lunes 5 de marzo le fue desfavorable a Crawford, a pesar de que durante el juicio, que se efectuó en un juzgado federal de El Paso, acudieron a declarar en su favor sus amigos José María Guardia y el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez.
En la demanda se menciona que el 27 de mayo de 2003 Guardia citó a conferencia de prensa en las instalaciones del galgódromo, donde desmintió las acusaciones del ex procurador general de la República, Jorge Carpizo MacGregor, quien lo acusaba de lavar dinero de narcotraficantes en su negocio, junto con el cardenal Sandoval Iñiguez. Guardia se hizo acompañar de Crawford y Sandoval Iñiguez, quienes tomaron parte de la charla para avalar la buena reputación del empresario, de origen filipino.
Dijo entonces: "el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez y José María Guardia son amigos míos... además, considero al Cardenal Sandoval como un extraordinario sacerdote y un hombre de Dios, altamente respetado a lo largo del mundo".
Quizás lo más graves haya sido que el entonces director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) en El Paso, Texas, haya otorgado una especie de salvaguarda a José María Guardia, en una carta membretada, con su firma y sello de la oficina a su cargo, en la que mencionaba que se habían revisado los archivos de la dependencia y no habían encontrado evidencias de que estuviera involucrado (Guardia) en actividades ilícitas, aparte de que mencionaba que el también denominado zar de las apuestas era agente informal de la FBI.
"Según se asienta en la denuncia, Guardia le compró a Hardrick Crawford una membresía en el Coronado Country Club, un centro exclusivo de El Paso; también hay falsedad en su declaración fiscal de 2003, pues tanto él, como su esposa e hijos, recibieron miles de dólares en regalos que no fueron declarados."
¡Y en el FBI eso es violatorio del código de ética!
Por ello James Blankinship, asistente del procurador general, fue quien presento la denuncia fundamentada en la violación al título 18 del código de Estados Unidos, en su sección 1001, inciso A, apartado dos, basado en rendir testimonio o representación actuando con falsedad, simulación o en forma fraudulenta.
"En el juicio trascendió que el 11 de febrero de 2002 la FBI abrió una investigación confidencial contra José María Guardia, por la posibilidad de que estuviera relacionado con grupos del crimen organizado, sin que hasta la fecha se conozcan los resultados.", dice una nota de Rubén Villalpando, corresponsal de La Jornada en Ciudad Juárez.
En diciembre del 2003, Guardia, y el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, fueron exonerados por la Procuraduría General de la República, que determinó no ejercitar acción penal en su contra luego que fueran acusados por Carpizo como presuntos beneficiarios del dinero del narcotráfico.
Crawford fue agente especial de la FBI en El Paso de 2001 hasta noviembre 2003; y entre julio del 2001 y noviembre del 2003, fungió como agente especial al cargo de la oficina en El Paso, con 220 personas entre agentes y empleados administrativos bajo su mando. Uno de sus informantes confidenciales fue precisamente José Maria Guardia; a cambio Crawford le facilitó la obtención de una visa y lo apoyó ante inversionistas y proveedores estadounidenses.
Empero, el 29 de mayo del 2003, agentes de inteligencia del FBI se reunieron con Crawford, y le advirtieron que Guardia pagaba sobornos a oficiales federales mexicanos. "Además, se le dijo que toneladas de drogas ilegales habían sido almacenadas en las instalaciones del hipódromo propiedad de Guardia" (Reforma, 15/04/2006).
Crawford, renuncio al cargo el 7 de noviembre del 2003 para pasar a retiro luego de 23 años de servicio en el FBI.
Jorge Fernández Menéndez publico en su columna Razones de Milenio del 16 de diciembre del 2003:
"Cuando comenzaron las investigaciones, Guardia convocó a una conferencia de prensa en Ciudad Juárez en donde participó él mismo, junto con el cardenal Sandoval Iñiguez y el entonces jefe de la oficina del FBI en El Paso, Texas, Hendrick Crawford Jr. En un hecho insólito y también violatorio de la leyes, Crawford Jr. en esa conferencia de prensa "absolvió" de sus acusaciones tanto a Sandoval Iñiguez como a Guardia: pero quienes los estaban investigando no era el FBI sino la PGR y la justicia mexicana. Ello motivó una protesta formal de la cancillería mexicana."
El 21 de septiembre del 2003, Miguel Ángel Granados Chapa, publicaba en su Plaza Pública: Guardia, en guardia, señaló: "El zar del juego es también muy amigo del jefe del FBI en El Paso, Hardrick Crawford. Se les ve, sonrientes, en una de las 11 fotografías publicadas por Reforma el jueves pasado, tomadas de cuatro videos grabados en distintos años y escenarios, que dan cuenta de los vínculos de Guardia. Apenas conocida la denuncia de Carpizo, Crawford ofreció una prueba de su amistad: el 27 de mayo cruzó la línea para acompañar al empresario y al cardenal arzobispo de Guadalajara, en una conferencia de prensa realizada en el hipódromo. Allí, el agente federal norteamericano exculpó a ambos de cualquier implicación con el narcotráfico."
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