Rodolfo Montes de Milenio entrevista a Daniel Moreno. Director de W Radio
“Si Carmen (Aristegui) quiere, difundimos el contrato”
El periodista rechaza la versión de que la salida de Aristegui es un acto de censura; simplemente, precisa, no se llegó a un acuerdo contractual satisfactorio para ambas partes. “Ella puede hacer pública la carta en que se le hizo ver que no había ninguna pretensión de coartar su libertad de expresión”.
Carmen Aristegui “fue intocable” durante los cinco años que duró su programa al aire en Televisa Radio, asevera el director de W Radio, Daniel Moreno, a siete días de que la periodista se despidió de su audiencia.
Carmen Aristegui “fue intocable” durante los cinco años que duró su programa al aire en Televisa Radio, asevera el director de W Radio, Daniel Moreno, a siete días de que la periodista se despidió de su audiencia.
Por eso, asegura Moreno, “ella no podría decir que su salida fue un acto de censura de Grupo Prisa”. Y si se quieren conocer las razones por las cuales no se llegó a un acuerdo satisfactorio entre ambas partes, “ella puede hacer pública, si así lo considera correcto, la carta en que se le hizo ver que no había ninguna pretensión de coartar su libertad de expresión; que no se pretendía vender los contenidos de su programa”.
Simplemente, agrega Moreno, se pretendía cambiar la forma de hacer radio en la parte comercial y operativa para revertir los números rojos de la empresa y empezar el proceso de expansión de la W.
La entrevista con MILENIO ocurre en un café en la Ciudad de México. En la charla, el periodista Daniel Moreno insiste en que uno de los principales activos de Grupo Prisa es la libertad de expresión, que es intocable. Por eso, “jamás se le pidió a Carmen que eludiera un tema ni antes ni en el futuro, o una entrevista, ni se le ordenó que hiciera un reportaje, o que modificara sus ángulos informativos. Nunca jamás se le acotó”.
-¿Qué fue lo que pasó realmente con Carmen Aristegui?
-Lo que hubo fue un vencimiento de contrato y, por desgracia, no hubo la posibilidad de una renegociación satisfactoria para ambas partes que nos permitiera renovarlo. En esencia, fue un vencimiento de contrato.
-¿El proceso de renegociación hubo rispidez?
-Te diría que hubo discusión, como en cualquier discusión cuando se renueva un contrato. Una discusión, un debate, una plática, o como se le quiera llamar, y que duró poco más de un año, donde ambas partes buscaron plasmar en el contrato condiciones que se consideraban favorables, fundamentalmente en temas operativos y comerciales, temas que a cualquier empresa le interesa tener claro.
-¿Quién encabezó esas negociaciones?
—Javier Mérida, el director general de Televisa Radio, y yo mismo, como director de W Radio.
-¿En qué consistía el contrato de Carmen Aristegui?
-Era uno básicamente igual al que hay en cualquier estación de radio y con cualquier conductor. Lo que pasa es que nosotros consideramos que era importante cambiar la forma de hacer la radio en lo relativo a la parte comercial y operativa, porque después de cinco años hay una realidad inocultable en la W, que son sus números rojos. Durante este periodo hemos tenido la fortuna de tener conductores potentes, noticiarios potentes y rating importante, pero esto no se ha reflejado en números. Problemas de números rojos que es muy importante revertir lo más pronto posible, y para esto los puntos centrales en la negociación eran básicamente referidos a temas de disciplina comercial, de disciplina en algo que en la radio es muy importante, que son los tiempos: poder dejar en claro los relojes, los tiempos, el manejo de ellos, como temas fundamentales.
Me refiero básicamente a la posibilidad de hacer una radio donde habiendo absoluta libertad de expresión, con toda la posibilidad de manejar cualquier tema de los que siempre se han manejado y de los que por supuesto se seguirán manejando, todo empatará con una estrategia de expansión, en la que la W cada vez llegue a más ciudades, y a una estrategia comercial en la que, evidentemente, aspiramos a que cada spot contratado, spot que se difunda.
-¿Se pretendía acortar el espacio de Carmen Aristegui?
-Nunca se planteó esa posibilidad. Para nosotros estaba perfectamente claro que Carmen era la titular del noticiario de las 6 a las 10. Nunca estuvo a debate ese tema. Nunca pretendimos reducirle las horas. Yo podría decir que ella recibió en su momento un escrito con todos los puntos que nosotros le estábamos proponiendo incluir en el contrato. Yo por razones obvias y porque es una negociación privada, no lo puedo hacer público, aunque creo que si ella lo autorizara podríamos proporcionarlo.
-¿Está emplazando a Aristegui a que…?
-Más que emplazando, simplemente digo que ella tiene el documento; si ella considera pertinente, pues adelante. En ese documento queda perfectamente claro, primero, que el horario de ella era de 6 a 10. Segundo, que no había interés de vender contenidos. Tercero, que había la intención de mantenerse con apego estricto a libertad de expresión, derecho a la información, derecho a que todas las voces se escuchen en la W.
-¿En ese documento se establece que Aristegui iba a seguir teniendo la plena garantía de manejar el contenido de su programa?
Absoluta garantía. Diría dos cosas más: Primero que durante todo el tiempo que estuvo Carmen ahí, se demostró en los hechos que no hay, que no ha habido ni habrá ningún interés de limitar la agenda informativa y la libertad de expresión. Lo segundo que diría es que Grupo Prisa ha probado día a día, durante años, su absoluto respeto a este tema. La libertad de expresión es un activo de su trabajo cotidiano. Es algo que se ve en la radio, en la tele y en los medios impresos que maneja el grupo, es decir, creo que el grupo ha dejado en claro durante años que la libertad de expresión no es un conflicto y es un activo que no se quiere perder.
-¿Entonces Carmen Aristegui no es una periodista incómoda para el dueño de Televisa o para los dueños de Grupo Prisa?
-En lo absoluto. La decisión se tomó en Televisa Radio. No hemos tenido ni presiones ni nada. Eso por desgracia corresponde simplemente a versiones que no han presentado ninguna documentación, ninguna prueba de que sean ciertas. Carmen es una periodista potente, crítica, y pudo trabajar con absoluta libertad. Me parece increíble pensar que hoy, de repente, se cambió la línea y nos hayamos vuelto de blanco a negro. Por eso subrayo que la decisión se tomó en Televisa Radio y es una decisión que consideramos conveniente, porque nosotros entendemos la radio de una manera distinta; queremos apostarle a una radio que tenga radioescuchas, que tenga mejor periodismo, y que por supuesto tenga más estaciones en provincia que utilicen la señal y más venta de lo normal porque finalmente, digo una obviedad, es una radio comercial y vive de eso.“Entonces insisto, estoy convencido que Grupo Prisa ha demostrado una y otra vez que el tema libertad de expresión es intocable en el grupo. En el caso de Carmen Aristegui, ella pudo disfrutarlo hasta el último día. Nunca hubo ninguna intención de cambiar nada en ese sentido”.
-Respecto de la nueva estrategia de la que habla, ¿Carmen representaba un estorbo para ese -nuevo esquema?
-No solamente no representaba un estorbo, sino era un apoyo fundamental. Nosotros diseñamos todos los cambios de parrillas a partir de la tranquilidad que nos daba tener un noticiario potente en la mañana. Nosotros no teníamos relevo programado, tan es así que hemos tenido que poner a un suplente, porque nuestra apuesta era lograr un acuerdo con Carmen.
-¿Me está diciendo que todo el rediseño giraba en torno a Carmen, que Carmen era intocable?
Carmen siempre fue intocable. Nunca, jamás, se le pidió que eludiera un tema, que no hiciera una entrevista, o que hiciera una pregunta o que eludiera ángulos. Para nosotros su programa era programa fundamental.
-¿Pese a que fuera en contra de la línea editorial de Televisa?
-Por eso mismo fue una negociación que duró un año. Si nosotros no hubiéramos tenido en cuenta la importancia de Carmen y su valor periodístico, no hubiéramos intentado durante ese tiempo hacer una negociación. Nuestro ánimo siempre fue lograr un acuerdo. En términos reales, si no hubiéramos considerado el programa de Carmen como prioritario para la W, simplemente este tema se hubiera resuelto hace un año.
-¿Ya midieron la variación del rating luego de la salida de Aristegui?
-El rating en radio se mide mucho más lento que en la televisión. Evidentemente hemos tenido un daño. Sería tonto suponer otra cosa. No hay una medición ahora, pero estoy seguro que hemos perdido rating. Este es precisamente uno de los cambios que queremos hacer en la forma de hacer radio. Aspiramos a tener una estación donde la gente la pueda escuchar por la información que maneja la estación y, por supuesto, también el conductor. En México estamos acostumbrados a hacer radio donde el conductor es prácticamente lo único que importa. Entonces evidentemente cuando nosotros perdemos a un conductor como Carmen, necesariamente perdemos rating. Lo que hoy estamos padeciendo es, incluso, uno de los temas que queremos atacar: dejar muy en claro que quien encienda la W pueda escuchar el mejor periodismo, con los mejores conductores, sin que necesariamente dependamos de un conductor que cuando se va por cualquier motivo, se lleva todo el rating.
—¿No más culto a la personalidad?
—Tú lo planteas de esa forma. Yo te diría simplemente que apostamos a hacer una radio en equipo, que los diferentes periodistas colaboren, haciendo mejor periodismo y trabajando con juntas de información, órdenes de trabajo, como se trabaja en un periódico.
-¿Si hubiera recibido la instrucción de cortarle la cabeza a Carmen…?
No me habría prestado. Si esa hubiera sido la razón, no yo, todos los trabajadores de la W estaríamos en la calle protestando, porque cada uno de los reporteros y cada uno de los conductores de la W tiene un compromiso con la libertad de expresión. Por eso no hay materia y ella puede dar fe de que nunca jamás se le acotó.
-¿Cómo lo tomaron los altos mandos de Grupo Prisa?
-Se platicó con quien se tenía que platicar en su momento. Se tomó la decisión, no de manera local sino consensuada. Y estamos en el legítimo derecho de potenciar el periodismo. Por eso Grupo México está convencido de que fue una decisión que por desgracia se tuvo que tomar. Vamos a seguir demostrando que todas las voces tendrán cabida. Todos los días. Hemos entrevistado a gente del gobierno legítimo, a Jesús Ortega, a Alejandro Encinas.
-Si Carmen, el día de mañana, sale a decir que sí pretendían limitarla…
No lo creo. Hubo una propuesta específica de sacar un comunicado conjunto y pudiéramos dar una versión única. No se dio, porque ella simplemente quería despedirse de sus radioescuchas. Ella tuvo cuatro horas para despedirse. Entonces, ¿dónde está el conflicto, si ella pudo despedirse de su audiencia y dijo lo que quiso decir sin que nadie le estuviera limitando las palabras? Ella no ha dado una declaración pero, más allá de que salga o no, no podría decir que fue un asunto de censura, porque no lo fue. Si se quisieran conocer las razones, ella tiene una carta que, si considera correcto, la puede difundir, nosotros no tendríamos ninguna objeción. Ahí están enumeradas cada una de las razones por las que creíamos que era importante renegociar el contrato.
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