29 sept 2008

Crisis en la Iglesia Católica e EE UU

Ante la reducción de las congregaciones, los cambios demográficos en todo el país y la falta de dinero producto de los acuerdos en casos de abuso sexual, las iglesias católico romanas están siendo clausuradas a un ritmo cada vez mayor en un bastión tradicional: el noreste de EE UU. La tendencia pone de relieve el creciente problema ante el que se encuentra la Iglesia católica de ese país: demasiadas parroquias en el noreste e insuficientes para las crecientes poblaciones hispánicas en el sudoeste.
En Massachusetts, la diócesis de Worcester —que cubre la segunda ciudad más grande de Nueva Inglaterra— cerró cinco parroquias en julio. La vecina diócesis de Springfield dijo en agosto que cerraría 10 parroquias más y nueve edificios para el 1 de enero.
Los obispos mencionan una serie de razones, desde el aumento en los costos de la calefacción al envejecimiento de los curas y la sostenida disminución de los inmigrantes irlandeses e italianos, quienes a mediados del siglo XIX transformaron Boston de una ciudad abrumadoramente protestante a una ampliamente católica.
Hoy, los mexicanos constituyen el primer grupo inmigrante en EE UU, aportando un flujo de católicos al sudoeste. “Nuestra infraestructura presente no es sostenible”, manifestó monseñor John J. Bonzagni, director de planeamiento pastoral de la diócesis de Springfield, que en sólo siete años espera contar con 25 curas menos.
De las 18 mil 479 parroquias de la nación en 2008, 3 mil 141 no tenían pastor residente, y los 480 sacerdotes que se ordenaron este año son menos de la mitad del número de curas nuevos que hubo en 1965.

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