Tres llamadas de ‘El Rey’/ El Universal Pp,
Francisco Gómez, reportero
Francisco Gómez, reportero
El Universal (http://www.eluniversal.com.mx/) Viernes 05 de diciembre de 2008
En medio de la refriega, Jesús "El Rey Zambada" hizo tres llamadas. La primera, a su supuesto infiltrado en la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF): el subdirector de Investigación de Delitos, Édgar Enrique Bayardo.
—Qué pasó, ahijado, ¿ya nos estamos agarrando a chingadazos?
—Ya voy, padrino, ya voy—, le respondieron.
La segunda fue a otro jefe policiaco, ahora de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal:
—Oiga, ahijado, por favor mándeme a la pitufada, porque no sé si son contras o gobierno—, dijo.
La ayuda nunca llegó. Entonces, El Rey hizo una tercera llamada, la más dramática:
—Ahí le encargo a mis hijos, ahijado. Me la voy a rifar. Yo no voy a dejar que me agarren, y si no, me voy a matar—, dijo a Bayardo, suponen. Se apuntó a la cabeza con la pistola de su hijastro Ricardo Flores, El Richard o El R.
—¡Apá, está loco, por favor piense en nosotros, en sus nietos, en sus hijos, hágame caso!—, dijo Ricardo.
Así fue que ese lunes 20 de octubre de 2008 El Rey se desistió del suicidio y cayó en manos de los federales, según la versión de un testigo presencial consignado en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008.
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En medio de la refriega, Jesús "El Rey Zambada" hizo tres llamadas. La primera, a su supuesto infiltrado en la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF): el subdirector de Investigación de Delitos, Édgar Enrique Bayardo.
—Qué pasó, ahijado, ¿ya nos estamos agarrando a chingadazos?
—Ya voy, padrino, ya voy—, le respondieron.
La segunda fue a otro jefe policiaco, ahora de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal:
—Oiga, ahijado, por favor mándeme a la pitufada, porque no sé si son contras o gobierno—, dijo.
La ayuda nunca llegó. Entonces, El Rey hizo una tercera llamada, la más dramática:
—Ahí le encargo a mis hijos, ahijado. Me la voy a rifar. Yo no voy a dejar que me agarren, y si no, me voy a matar—, dijo a Bayardo, suponen. Se apuntó a la cabeza con la pistola de su hijastro Ricardo Flores, El Richard o El R.
—¡Apá, está loco, por favor piense en nosotros, en sus nietos, en sus hijos, hágame caso!—, dijo Ricardo.
Así fue que ese lunes 20 de octubre de 2008 El Rey se desistió del suicidio y cayó en manos de los federales, según la versión de un testigo presencial consignado en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008.
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En 20 minutos se desmoronó su imperio
Nota de FRANCISCO GÓMEZ
Publicado en El Universal Viernes 05 de diciembre de 2008
Presuntos policías bajo nómina del cártel del Pacífico, nunca llegaron a proteger a su ‘padrino’ de los federales
El escudo de policías corruptos que tenía para su protección Jesús El Rey Zambada, se desmoronó en una balacera de 20 minutos. En medio del fuego cruzado y copado por agentes federales, desde su reducto en la azotea de un edificio de la colonia Lindavista, El Rey hizo un último intento y llamó tres veces a quien presuntamente era su alfil infiltrado en la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SPPF), el subdirector de Investigación de Delitos, Édgar Enrique Bayardo del Villar.
—“¿Qué pasó ahijado? Ya nos estamos agarrando a chingadazos—, le dijo Zambada al jefe policiaco y a quien presuntamente le pagaba para su protección 25 mil dólares mensuales. Del otro lado del aparato, Bayardo del Villar contestó: “Ya voy, padrino, ya voy”. Pero nunca llegó.
En el momento más álgido del tiroteo, El Rey Zambada llamó a otro jefe policiaco de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal, al que no se identifica por su nombre: “oiga, ahijado, por favor mándeme a la pitufada, porque no sé si son contras o gobierno”. Tampoco recibió el apoyo, de acuerdo con la versión ofrecida a fiscales federales por el testigo protegido Rambo III en la averiguación PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008 y a la cual tuvo acceso EL UNIVERSAL.
En la desesperación, Zambada llamó nuevamente a Bayardo del Villar y le dijo: “ahí le encargo a mis hijos, ahijado, me la voy a rifar. Yo no voy a dejar que me agarren, y si no, me voy a matar”. Antes de ser detenido, El Rey Zambada le quitó una pistola a Ricardo Flores Quintana, El Richard o El R, su hijastro, y cuando la llevaba a su sien otro hijo le gritó: “Apá, está loco, piense en nosotros, en sus nietos, en sus hijos”, y en ese momento fueron detenidos por policías que no estaban a su servicio.
Concluía así la carrera criminal de este hombre de 47 años, quien estuvo a tres semestres de terminar la licenciatura en Contaduría y se define como comerciante con ingresos de 45 mil pesos, pero que la Procuraduría General de la República lo señala como jefe de la célula del cártel del Pacífico en el DF. De hecho, el imperio criminal que construyó en la ciudad de México con complicidad de policías, comenzó a desmoronarse tras la llamada anónima que recibió la SIEDO.
La delación que llevó a dar con El Rey Zambada ocurrió a las 11:00 horas del pasado 20 de octubre. Una persona con acento norteño, de acuerdo con el oficio PGR/SIEDO/UEIDCS/1016/2008, señaló: “en el domicilio ubicado en la calle Wilfredo Massieu número 430, colonia Lindavista, delegación Gustavo A. Madero, hay varias personas armadas y son narcotraficantes”. Y fue explícito: “es gente de El Mayo Zambada y si van los pueden detener, entre ellos está su hijo”.
Dos horas más tarde, un grupo de agentes federales llegó al domicilio. “ahí están, ahí están”, gritó uno de los policías que se acercó al portón y así inició el fuego entre policías y delincuentes. El Rey Zambada subió con sus dos hijos a un Jetta blindado, abrió el portón, pero una camioneta frenó su huida. El Richard iba a lanzar una granada, pero su padre se lo impidió.
Entonces, los tres bajaron del auto. Corrieron hacia la izquierda de la casa. Saltaron la barda hacia un edificio, donde llegaron a la azotea. Uno de los hijos de Zambada relató: “Le dije a mi padre que le marcara a Bayardo para que nos ayudara, porque mi papá le había dado mucho dinero para que lo protegiera”. Llamó, pero nadie llegó. El Rey perdió a sus súbditos en el momento que más los necesitaba.
Presuntos policías bajo nómina del cártel del Pacífico, nunca llegaron a proteger a su ‘padrino’ de los federales
El escudo de policías corruptos que tenía para su protección Jesús El Rey Zambada, se desmoronó en una balacera de 20 minutos. En medio del fuego cruzado y copado por agentes federales, desde su reducto en la azotea de un edificio de la colonia Lindavista, El Rey hizo un último intento y llamó tres veces a quien presuntamente era su alfil infiltrado en la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SPPF), el subdirector de Investigación de Delitos, Édgar Enrique Bayardo del Villar.
—“¿Qué pasó ahijado? Ya nos estamos agarrando a chingadazos—, le dijo Zambada al jefe policiaco y a quien presuntamente le pagaba para su protección 25 mil dólares mensuales. Del otro lado del aparato, Bayardo del Villar contestó: “Ya voy, padrino, ya voy”. Pero nunca llegó.
En el momento más álgido del tiroteo, El Rey Zambada llamó a otro jefe policiaco de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal, al que no se identifica por su nombre: “oiga, ahijado, por favor mándeme a la pitufada, porque no sé si son contras o gobierno”. Tampoco recibió el apoyo, de acuerdo con la versión ofrecida a fiscales federales por el testigo protegido Rambo III en la averiguación PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008 y a la cual tuvo acceso EL UNIVERSAL.
En la desesperación, Zambada llamó nuevamente a Bayardo del Villar y le dijo: “ahí le encargo a mis hijos, ahijado, me la voy a rifar. Yo no voy a dejar que me agarren, y si no, me voy a matar”. Antes de ser detenido, El Rey Zambada le quitó una pistola a Ricardo Flores Quintana, El Richard o El R, su hijastro, y cuando la llevaba a su sien otro hijo le gritó: “Apá, está loco, piense en nosotros, en sus nietos, en sus hijos”, y en ese momento fueron detenidos por policías que no estaban a su servicio.
Concluía así la carrera criminal de este hombre de 47 años, quien estuvo a tres semestres de terminar la licenciatura en Contaduría y se define como comerciante con ingresos de 45 mil pesos, pero que la Procuraduría General de la República lo señala como jefe de la célula del cártel del Pacífico en el DF. De hecho, el imperio criminal que construyó en la ciudad de México con complicidad de policías, comenzó a desmoronarse tras la llamada anónima que recibió la SIEDO.
La delación que llevó a dar con El Rey Zambada ocurrió a las 11:00 horas del pasado 20 de octubre. Una persona con acento norteño, de acuerdo con el oficio PGR/SIEDO/UEIDCS/1016/2008, señaló: “en el domicilio ubicado en la calle Wilfredo Massieu número 430, colonia Lindavista, delegación Gustavo A. Madero, hay varias personas armadas y son narcotraficantes”. Y fue explícito: “es gente de El Mayo Zambada y si van los pueden detener, entre ellos está su hijo”.
Dos horas más tarde, un grupo de agentes federales llegó al domicilio. “ahí están, ahí están”, gritó uno de los policías que se acercó al portón y así inició el fuego entre policías y delincuentes. El Rey Zambada subió con sus dos hijos a un Jetta blindado, abrió el portón, pero una camioneta frenó su huida. El Richard iba a lanzar una granada, pero su padre se lo impidió.
Entonces, los tres bajaron del auto. Corrieron hacia la izquierda de la casa. Saltaron la barda hacia un edificio, donde llegaron a la azotea. Uno de los hijos de Zambada relató: “Le dije a mi padre que le marcara a Bayardo para que nos ayudara, porque mi papá le había dado mucho dinero para que lo protegiera”. Llamó, pero nadie llegó. El Rey perdió a sus súbditos en el momento que más los necesitaba.
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‘Rey’ pagó ascensos de policía, revelan
Francisco Gómez
Francisco Gómez
El Universal, 5 de diciembre de 2008
Testigos vinculan a Rogaciano Alva con el cártel del Pacífico
La captura de Jesús El Rey Zambada dejó al descubierto las causas de la violencia en Guerrero, sus protagonistas y su rivalidad con los hermanos Beltrán Leyva; los mecanismos del hermano del capo Ismael El Mayo Zambada para el tráfico de drogas en la ciudad de México y otros puntos del país; sus nexos y complicidades con policías corruptos y la guerra entre cárteles del narcotráfico para apoderarse de rutas y mercados de la droga en México.
El testigo protegido Rambo III y Ricardo Flores Quintana, El Richard o El R, éste último hijastro de El Rey, revelaron ante fiscales federales pormenores sobre la forma de operar del grupo y cómo a través de sobornos lograron penetrar en varias corporaciones policíacas, como la Secretaría de Seguridad Pública federal, la Agencia Federal de Investigación (AFI), la Policía Ministerial del estado de México, entre otras más.
Las declaraciones de ambas testigos contenidas en la en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008 y a la cual tuvo acceso EL UNIVERSAL, revelan incluso cómo el cártel del Pacífico presuntamente le costeó al ex subdirector de Investigación de Delitos de la PFP, Édgar Enrique Bayardo del Villar, sus ascensos dentro de instituciones policiales. Él, dicen los testimonios en poder de la Procuraduría General de la República (PGR), trabajaba para el narcotráfico desde los tiempos del extinto capo Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.
El Rey Zambada le entregó 100 mil dólares cada vez que obtuvo algún ascenso o cargo dentro de la PGR, SSPF u otras dependencias donde trabajó, con el fin de “pagar por sus ascensos” y así ser cada día más útil a la organización. Pero para costear su último puesto dentro de la SSPF, donde —según los testigos— él le hacía llegar sobornos mediante un hombre a quien se le identifica como Facundo, se le entregaron 500 mil dólares en efectivo.
El ex jefe policiaco y hoy arraigado por la PGR, quien fue reconocido por el testigo protegido Rambo III mediante fotografías y documentos contenidos en la ficha Niv/Applicantcase/lookup/Detail del oficio MX-09-0058 enviado a las autoridades mexicanas por el gobierno de Estados Unidos, recibió igualmente vehículos blindados, para que se protegiera de los sicarios de los Beltrán Leyva.
Batalla en Guerrero
Los cargamentos de droga procedentes de Colombia eran, según el colaborador de las autoridades, recibidos frente a las costas de Huatulco e Ixtapa por los hombres de Rogaciano Alva, considerado el representante del cártel del Pacífico en Guerrero y regiones aledañas. “Por eso es la guerra que desataron en su contra los Beltrán Leyva”, indicó el testigo protegido.
Los enemigos del señor Rogaciano, agregó, son los hermanos Pineda quienes ahí son representantes de los Beltrán Leyva. A uno de ellos sólo sé que le dicen El Borrado y el otro se llama Mario Pineda, El MP. Por eso mataron a los hijos de Rogaciano, indicó Rambo III sobre este caso. En el fondo está la lucha por rutas y mercados del narcotráfico.
Testigos vinculan a Rogaciano Alva con el cártel del Pacífico
La captura de Jesús El Rey Zambada dejó al descubierto las causas de la violencia en Guerrero, sus protagonistas y su rivalidad con los hermanos Beltrán Leyva; los mecanismos del hermano del capo Ismael El Mayo Zambada para el tráfico de drogas en la ciudad de México y otros puntos del país; sus nexos y complicidades con policías corruptos y la guerra entre cárteles del narcotráfico para apoderarse de rutas y mercados de la droga en México.
El testigo protegido Rambo III y Ricardo Flores Quintana, El Richard o El R, éste último hijastro de El Rey, revelaron ante fiscales federales pormenores sobre la forma de operar del grupo y cómo a través de sobornos lograron penetrar en varias corporaciones policíacas, como la Secretaría de Seguridad Pública federal, la Agencia Federal de Investigación (AFI), la Policía Ministerial del estado de México, entre otras más.
Las declaraciones de ambas testigos contenidas en la en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008 y a la cual tuvo acceso EL UNIVERSAL, revelan incluso cómo el cártel del Pacífico presuntamente le costeó al ex subdirector de Investigación de Delitos de la PFP, Édgar Enrique Bayardo del Villar, sus ascensos dentro de instituciones policiales. Él, dicen los testimonios en poder de la Procuraduría General de la República (PGR), trabajaba para el narcotráfico desde los tiempos del extinto capo Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos.
El Rey Zambada le entregó 100 mil dólares cada vez que obtuvo algún ascenso o cargo dentro de la PGR, SSPF u otras dependencias donde trabajó, con el fin de “pagar por sus ascensos” y así ser cada día más útil a la organización. Pero para costear su último puesto dentro de la SSPF, donde —según los testigos— él le hacía llegar sobornos mediante un hombre a quien se le identifica como Facundo, se le entregaron 500 mil dólares en efectivo.
El ex jefe policiaco y hoy arraigado por la PGR, quien fue reconocido por el testigo protegido Rambo III mediante fotografías y documentos contenidos en la ficha Niv/Applicantcase/lookup/Detail del oficio MX-09-0058 enviado a las autoridades mexicanas por el gobierno de Estados Unidos, recibió igualmente vehículos blindados, para que se protegiera de los sicarios de los Beltrán Leyva.
Batalla en Guerrero
Los cargamentos de droga procedentes de Colombia eran, según el colaborador de las autoridades, recibidos frente a las costas de Huatulco e Ixtapa por los hombres de Rogaciano Alva, considerado el representante del cártel del Pacífico en Guerrero y regiones aledañas. “Por eso es la guerra que desataron en su contra los Beltrán Leyva”, indicó el testigo protegido.
Los enemigos del señor Rogaciano, agregó, son los hermanos Pineda quienes ahí son representantes de los Beltrán Leyva. A uno de ellos sólo sé que le dicen El Borrado y el otro se llama Mario Pineda, El MP. Por eso mataron a los hijos de Rogaciano, indicó Rambo III sobre este caso. En el fondo está la lucha por rutas y mercados del narcotráfico.
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Jesús Zambada García se encuentra vinculado con Rogaciano Alba Álvarez
Testigos protegidos
-Ricardo Flores Quintana ó Ricardo Arroyo (a) “El Richard”, de 31 años, originario de California, EE UU, exbrazo derecho de Jesús Zambada García (a) “El Rey Zambada”, hijo de Yhajaira Escobar, colombiana, y actual esposa de Jesús Zambada García.
-Rambo III
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