6 dic 2010

Viktot Bout el señor de la guerra

Viktot Bout el señor de la guerra/FA
Publicado en Código Topo de Excélsior, 6 de diciembre de 2010;
Un Tribunal Federal de Nueva York encabezado por la jueza Shira Scheindlin, formuló el pasado 17 de noviembre acusaciones al empresario ruso Viktor Bout, extraditado la víspera de Bangkok, Tailandia a EU, después de un largo proceso en tribunales. La Justicia norteamericana le imputó al ciudadano ruso ex miembro de la KGB cuatro crímenes a saber: “ i) conspiración  con el objetivo de matar a los ciudadanos de EU; 
ii)  conspiración  con el objetivo de matar a funcionarios públicos; 
iii)  conspiración  con el objetivo de la compra y venta de misiles antiaéreos y;
iv)  conspiración criminal con el objetivo de la entrega de armas a grupos terroristas.”
El denominado “mercader de la muerte” estaría implicado según testigos, en operaciones para la venta a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de 800 misiles tierra-aire, 5,000 fusiles de asalto AK-47, explosivos C-4, minas antipersona, vehículos controlados sin pilotos y aviones ultralivianos, entre otras armas valoradas en varios millones de dólares. 
Tales cargos suponen castigos de 25 años de prisión a cadena perpetua. Las pruebas de la culpabilidad de Bout se componen de declaraciones de testigos,  grabaciones audio y otros documentos. 
La fiscalía también reveló en la corte una declaración de culpabilidad en julio del 2008 de Andrew Smulian, otro acusado en el caso, quién admitió que había conspirado junto con Bout para concretar un acuerdo de armas con las FARC y ahora coopera con el gobierno estadounidense.
Empero, "el empresario" ruso niega todas esas acusaciones. De inmediato se declaró inocente por intermedio de su abogada, Sabrina Shroff y respondió cortésmente las preguntas de la jueza Scheindlin; se le preguntó si una declaración jurada financiera que había firmado era verídica. Respondió “Sí, lo juro'', por medio de un intérprete y elevó la mano como en señal de juramento. Las pruebas de la culpabilidad de Bout se componen por declaraciones de testigos,  grabaciones de audio y otros documentos.
El caso ha subido de nivel en términos diplomáticos. El jueves 18 de noviembre, un día después de su comparecencia ante el tribunal, el cónsul general de Rusia en Nueva York, Andrei Yushmanov, se reunió con el acusado en la cárcel y denunció que Bout fue presionado –sin éxito- durante el traslado a EU para que admitiera los delitos que no cometió a cambio de beneficios prometidos, reporto la agencia rusa de noticias Novosti. En tanto, el máximo asesor en política exterior del presidente ruso Dmitri Medvedev, aseguro que su país no tiene “nada que ocultar'' a las autoridades estadunidenses en el juicio contra el supuesto traficante de armas.
Se alega que Bout suministró armas que fueron usadas en guerras civiles en América del Sur, Medio Oriente y -sobre todo- en el continente africano. Según un informe de Naciones Unidas, se le relaciona desde hace años con el suministro de material para los conflictos de Afganistán, Angola, República Democrática de Congo, Ruanda, Sierra Leona y Sudán. Entre sus supuestos clientes figuran el dirigente y político libio, Muanmar Gaddafi, y el ex dictador de Liberia, Charles Ghankay Taylor, que está siendo juzgado actualmente por la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, Países Bajos, acusado de crímenes de guerra por su papel en el conflicto civil de Sierra Leona (1991-2001), en el que murieron unas 120,000 personas aproximadamente.

La detención y el largo proceso de extradición.
La madrugada del 1 de marzo de 2008 murió el comandante Raúl Reyes, vocero internacional y uno de los siete miembros del Secretariado de las FARC de Colombia. Su verdadero nombre era Luis Edgar Decia Silva y tenía 60 años de edad; fue abatido a tan sólo 1,800 metros de la frontera con Ecuador.
La acción se dio -dice el gobierno colombiano-, gracias a una operación de inteligencia que contó con la participación de la Policía, el Ejército y la Fuerza Aérea, cuyos miembros interceptaron una comunicación telefónica al parecer de un teléfono satelital del jefe guerrillero -en sus últimas horas- y que permitió su localización exacta poco tiempo después. 
Fue entonces, uno de los golpes más duros que se le han dado a las FARC.  En el lugar del atentado fueron encontradas tres computadoras; quizás ese era el objetivo del ataque al campamento madre del grupo guerrillero en suelo ecuatoriano. La información que guardaba Raúl Reyes en su computadora fue más que sorprendente. Había evidencias de las relaciones de las FARC con Ecuador, Venezuela y con traficantes de  drogas y armas como Víktor Bout.
La detención del ruso se dio de manera rápida. Exactamente cinco días después de la muerte de Raúl Reyes -jueves 6 de marzo- fue arrestado durante una operación encubierta en un hotel de Bangkok por la policía tailandesa a petición del departamento estadounidense antidrogas (DEA). No hay más detalles de esa acción, sólo que de acuerdo con los documentos judiciales, las grabaciones capturaron a Bout diciendo que la lucha de las FARC en contra de Estados Unidos era también su lucha, y que estaría feliz de suministrarle entre 700 y 800 misiles antiaéreos, 5,000 rifles AK-47, vehículos controlados sin pilotos y aviones ultralivianos. Los documentos señalan que le dijo a dos fuentes confidenciales que trabajaban con la DEA, que vendería las armas para ser usadas en ataques contra helicópteros de Estados Unidos en Colombia.
Veinte meses después de que fuese detenido en Tailandia Viktor Bout arribó en un avión especial a la Base Aérea Stewart en Newburgh, Nueva York, la noche del pasado martes 16 de Noviembre. Fue trasladado esposado y con chaleco antibalas en un avión alquilado ex profeso por EEUU, a tan sólo cuatro días de que se venciera la orden de extradición y expirara el plazo dado por un Tribunal de Tailandia, lo que le habría permitido salir en libertad.
Hay que decir que la justicia tailandesa se fajó los pantalones y tomó la decisión de extraditarlo. El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, anunció tres días antes de su extradición que su gobierno daba luz verde para que se llevase a cabo dicho proceso. De hecho, hubo varios intentos por parte de diplomáticos rusos para persuadir a Tailandia a fin de que liberasen a Viktor Bout.
La rapidez en la deportación sorprendió al abogado tailandés de Bout, Lak Nitivat, quien se quejó de que Tailandia no le notificó la extradición ni a la Embajada de Rusia ni a su cliente, quien tampoco –por desgracia- pudo despedirse de su mujer. "Lo que ha ocurrido hoy es totalmente escandaloso", afirmó el letrado tailandés. 
Por su parte, la misión diplomática estadounidense en Bangkok se limitó a indicar a través de un portavoz que acataban "los fallos del sistema judicial tailandés".
En tanto, funcionarios estadounidenses describen el juicio contra Bout como un hito en los esfuerzos internacionales para disminuir el flujo ilícito de armas que terminan en conflictos alrededor del orbe. De hecho para el secretario de Justicia, Eric Holder, "su extradición es una victoria para el estado de derecho en todo el mundo".
Con la extradición –y después de una larga batalla legal- Tailandia rechazó la presión de Moscú, que buscaba la liberación de Bout.  Un alto cargo de seguridad tailandés ha señalado que duda de que la extradición de Bout pueda dañar las relaciones con Rusia. "Es un dilema político para Tailandia pero tenemos que ajustarnos al debido proceso del tribunal", ha indicado Thawil Pílense, secretario general de Consejo de Seguridad Nacional. "Creo que Rusia lo entenderá".
 Asimismo, el gobierno del presidente Dimitri Medvédev exigió proporcionar asesoría consular inmediata a su ciudadano, informó a la prensa el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Riabkov. “La extradición de Bout se realizó como consecuencia de una fuerte presión política sin precedentes ejercida por Washington sobre las autoridades de Tailandia. Exigimos que nos permitan, sin dilaciones, proporcionar asesoría consular a Bout.”
El funcionario ruso agregó que, “Bout es ciudadano de Rusia y debe gozar de todos los derechos que tienen los ciudadanos rusos en tales situaciones, derechos que deben respetarse.” Finalmente, Riabkov calificó esto como un procedimiento meramente “ilegal”.
Es evidente que Rusia se haya mostrado públicamente contraria a la extradición del Mercader de la Muerte. Rusia dice que Bout es un empresario inocente, el cual debería estar de regreso en Moscú. Empero, expertos sostienen que el ruso tiene conocimiento de operaciones militares y de inteligencia de su país, por lo que Rusia no quería que fuese juzgado fuera de su territorio; mucho menos en Estados Unidos.  Washington sospecha que el Kremlin teme que Bout revele sus relaciones con el espionaje soviético. 
Los servicios de inteligencia occidentales creen que este ex piloto, quien empezó su carrera en la KGB, hizo ahí los contactos necesarios que le permitieron hacer dinero con los arsenales militares de la Unión Soviética, cuando ésta se desintegró a principios de los 90.
En una reunión de alto nivel en Hanoi, Vietman, según un ex funcionario estadounidense, el canciller ruso Serguei Lavrov advirtió a la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, que la cooperación rusa con las operaciones antinarcóticos en Afganistán podían reducirse si Bout no era liberado. Lavrov dijo en declaraciones trasmitidas por la televisión rusa que la decisión del gobierno tailandés era ``un ejemplo de flagrante injusticia''. El gobierno del presidente Barack Obama insistió en que sus esfuerzos por fortalecer las relaciones con Moscú serían suficientes para capear cualquier temporal causado por la extradición de Bout. El vocero del Departamento de Estado, P.J. Crowley, admitió posibles dificultades en las relaciones con Moscú, pero agregó que éstas eran capaces de superarse.
Presiones diplomáticas
Líder de un lucrativo imperio de transporte aéreo, Bout logró por mucho tiempo evadir sanciones de Estados Unidos y la ONU, quienes buscaban bloquear sus actividades financieras y restringir sus viajes. Empero, el empresario sostiene que dirigía un negocio legítimo y que nunca vendió armas de manera ilegal. En Moscú, el hermano y el abogado de Bout alertaron que funcionarios estadounidenses podrían presionarlo para que se incrimine o acuse a otros terceros. El abogado Víktor Burobin dijo que EEUU le ofreció a Bout que tendrá un mejor trato en cautiverio si coopera con las autoridades correspondientes.
Quizá Rusia no pensó que Tailandia –considerado mucho tiempo por los cuerpos de seguridad occidentales como uno de los centros de Asia para el tráfico de armas y la distribución de documentos falsos- no se atrevería a autorizar la deportación. Incluso se comenta que el forcejeo diplomático entre Washington y Moscú podría, incluso, poner en peligro la cooperación bilateral en asuntos relacionados con el control de armamento, la reducción de arsenales nucleares y la guerra en Afganistán.
Sea como sea, sin duda, esta acción –la deportación por lo pronto- es un triunfo para el sistema de justicia internacional, y esperamos que a futuro existan datos duros e información que lleven a terminar con  este tipo de “señores empresarios”, que han actuado impunemente traficando armas a lo largo y ancho de todo el orbe.
Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dice que el presunto traficante debe pagar por sus delitos. "Si paga en una cárcel norteamericana o paga en una cárcel colombiana, la verdad que eso es secundario, pero que pague por sus delitos, eso es lo importante", insistió Santos en una rueda de prensa. Conviene mencionar que el gobierno colombiano no tuvo éxito para extraditar a Bout
Por lo pronto, la jueza ordenó su detención y se encuentra en al Centro Correccional de Manhattan. Hay que esperar a la próxima audiencia, fijada para el 10 de enero de 2011. No será un juicio fácil ya que tendrá tintes políticos; y seguramente las presiones de Rusia se habrán de intensificar, pero la jueza Shira Scheindlin no se dejará amedrentar.
  ¿Quién es Víktor Vassilyevich (Anatolyevich) Bout?
Tiene 43 años de edad -13/01/1967) originario de Tadjikistán y nacionalizado ruso.
Pasaportes: 21N0532664; 29N0006765; 21N0557148; 44N3570350; Alias: BUTT, BONT, BUTTE, BOUTOV, SERGITOV, Vitali
 Según quienes lo han conocido, es educado, profesional y modesto. No se le conoce afiliación política. Adora a su familia está casado con Ana Bout de 45 años, quien se dice diseñadora de modas; Informes de las Naciones Unidas dicen que ha logrado establecer una red de más de 50 aviones en el mundo que son propiedad de empresas fachada con nombres como Bukavu Aviation Transport, Business Air Services y Great Lakes Business Co.
En 1995 emigró a Bélgica, donde se registró como propietario de la aerolínea Transavia Export Cargo y abrió su primer negocio de exportación de flores y productos alimenticios. Tres años después se trasladó a Emiratos Árabes Unidos.
La Sra Bout dice a un tribunal tailandés que su esposo “se dedica a un negocio honesto"; "Somos pareja desde hace 17 años. Afirmó la Sra. Bout que el único viaje que hizo su esposo a América Latina fue a la Argentina por tres días, con ella en 1997 a "rendir homenaje a Evita Perón y para tomar lecciones de tango". La pareja vivió en Sudáfrica por varios años pero regresó a Rusia en el 2001 cuando el negocio de Bout quebró debido a una gran competencia, después de lo cual se dedicó a los productos agrícolas y a vender materiales de construcción, agregó.
Bout ha sido investigado por la policía de varios países, pero nunca había sido juzgado por tráfico de armas; debido quizá a la inexistencia de una legislación adecuada en la mayoría de los Estados que regule las actividades de intermediación y transporte de armas. Ahora es un recluso en Nueva York, donde está siendo juzgado.
Se dice que fue quién sirvió de inspiración para el personaje del más grande traficante de armas, en el filme hollywoodense "El Sr. De la guerra (Lord of War)", del 2005.  El salto a la celebridad se lo debe al actor  Nicolas Cage, en una de sus interpretaciones más cínicas.
Un informe de Amnistía Internacional de 2005 le consideraba el traficante de armas más poderoso del mundo; se le implica en la venta de armas en Bulgaria, Eslovaquia, Ucrania, Afganistán, Angola, República Democrática de Congo, Ruanda, Sierra Leona y Sudán. Entre sus supuestos clientes figuran el líder libio Muanmar Gaddafi y el ex dictador de Liberia, Charles Taylor, que está siendo juzgado actualmente en La Haya, acusado de crímenes de guerra, por su papel en el conflicto civil de Siera Leona (1991-2001).
Los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses sostienen que dirigió durante años una de las mayores redes de contrabando de armas, formada por un entramado de empresas para las que trabajaban unas 300 personas y que operaban con unos 40 aviones, la mayor parte Antonov de fabricación rusa.
El periodista americano Douglas Farah, coautor con Stephen Braun del libro "Mercader de la muerte: dinero, armas, aviones y el hombre que posibilita la guerra" (un texto de ambos fue publicado en Foreing Policy, Diciembre-enero 2007) lo describe a "un oficial soviético que se aprovechó de tres factores nacidos del hundimiento de la Unión Soviética: los aviones abandonados en las pistas entre Moscú y Kiev (...), los enormes arsenales custodiados por soldados a los que nadie pagaba y a la explosión de la demanda de armas". "Él sencillamente relacionó los tres", según ha indicado el periodista Farah a la revista estadounidense MotherJones, "recuperó aviones por casi nada, los llenó de armas obtenidas a buen previo y los fletó a aquellos que lo podían pagar
Varias fuentes dicen que Bout vio truncada su carrera en la extinta KGB tras el colapso de la Unión Soviética (URSS) y se dedicó a vender armas a naciones en guerra. Es decir, el haber sido funcionario del Ejército del aire y sus contactos con Ucrania tras la caída de la URSS le permitieron acaparar un gran arsenal de armas a bajo precio con el que empezó a comerciar ilegalmente.
Según el FBI, el acusado intentó adquirir una batería antiaérea y conspiró para asesinar a ciudadanos estadounidenses al proveer armas para Al Qaeda, grupo que perpetró los ataques terroristas contra Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
Bout ha negado los cargos y ha dicho que dirigía un negocio de aviones de carga legítimo y que se encontraba en Bangkok para negociar la venta de unos aviones cuando fue arrestado.

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