Del
28 de marzo a los expertos de la CIDH/Jaime Rochín del Rincón, es presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.
He
solicitado este espacio para establecer un compromiso público, tanto con el
grupo de expertos convocado por la CIDH, como con los familiares de los 43
estudiantes de Ayotzinapa y sus representantes, y con la sociedad civil en
general, sobre lo que desde la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas,
consideramos que debe ser nuestro papel en esta coyuntura.
Animal Político, 6 de marzo de 2015
A
Javier Sicilia
Se
cumplió el plazo para que el grupo de expertos convocado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dé inicio a su mandato de apoyar las
investigaciones sobre la desaparición forzada de 43 estudiantes de la normal
rural de Ayotzinapa y contribuir con ello a la clarificación de los hechos y la
construcción colectiva de la verdad histórica, en conjunto con las víctimas,
así como a mejorar el marco de actuación del Estado mexicano en los temas de
desaparición forzada y atención a las víctimas de este crimen de lesa
humanidad.
A
la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) le toca recibirlos el mismo
día en que se publica este texto. Por ello, he solicitado este espacio para
establecer un compromiso público, tanto con el grupo de expertos convocado por
la CIDH, como con los familiares de las víctimas y sus representantes, y con la
sociedad civil en general, sobre lo que desde la institución que presido
consideramos que debe ser nuestro papel en esta coyuntura.
Para
la CEAV no existe actualmente asignatura de mayor urgencia que dar cabal
cumplimiento a lo que se mantiene pendiente por parte del Estado en materia de
atención y reparación a las víctimas de Ayotzinapa. Si bien el acuerdo de
cooperación técnica de la CIDH crea un marco de actuación amplio para el grupo
de expertos, para nosotros es vital concretar un buen trabajo y dar respuesta
en lo que se refiere a “evaluar las demandas y necesidades de las víctimas, las
respuestas que se han dado hasta ahora y hacer recomendaciones sobre el plan
integral de atención a víctimas”.
Con
ello, la CIDH pondrá a prueba a esta joven institución del Estado mexicano,
misma que, desde hace año y medio, se encuentra en un proceso de ajuste y
perfeccionamiento para satisfacer, con base en estándares internacionales, las
demandas de las personas víctimas que se acercan a nosotros en busca de
acompañamiento, atención y reparación.
Reitero
que existe plena disposición por parte de los comisionados y la comisionada que
conformamos el Pleno de la CEAV para escuchar los planteamientos del grupo de
expertos, atender a sus recomendaciones y trabajar juntos en soluciones que den
respuesta efectiva a las necesidades de las víctimas. No escatimaremos
esfuerzos por hacer de este encuentro un espacio fructífero para la generación
de medidas y políticas para avanzar en la atención a las víctimas del delito y
violaciones a los derechos humanos.
La
CEAV, al igual que otras instituciones, es producto de la lucha social. Por
ello, debe responder primero que nadie a la sociedad y la causa social que le
dio origen.
La
historia de México es la historia de las demandas sociales del pueblo que se
han transformado en instituciones. Este proceso comenzó desde el siglo XIX,
pero sobre todo a principios del siglo XX, con la incorporación en el texto
constitucional de los derechos a la tierra, la educación y el trabajo en
condiciones de dignidad y sin explotación. En las últimas décadas de dicho
siglo, llegaron finalmente las transformaciones que volvieron a México una
democracia plena. Sin embargo, nuestro marco constitucional no podía estar
terminado si no se ponía a las víctimas de los delitos y violaciones de los
derechos humanos en el centro de atención de las instituciones. Por ello, y en
función del clima de violencia que ha fustigado a México durante todos estos
años, surgió el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por
el poeta Javier Sicilia, quien se vio obligado a abandonar ese universo
paralelo que constituye el mundo de las letras para entrar de lleno y de golpe
a la cruda realidad del activismo social en medio de un país devastado por la
violencia.
El
legado del también llamado “Movimiento 28 de marzo” es contundente e
indiscutible. Gracias a la indignación pero, sobre todo, a la participación y
organización de miles de víctimas que se unieron en el rechazo a la violencia y
la urgencia de contar con instituciones que les dieran cobijo ante este clima
de descomposición social, hoy contamos con una Ley General de Víctimas y un
Sistema Nacional de Atención a Víctimas que tienen el deber ineludible de
atender este gravísimo problema social.
Las
víctimas requieren quién las represente, acompañe, atienda
multidisciplinariamente y, finalmente, las repare. Desde la CEAV, queremos que
todas ellas, sin excepción, se sientan respaldadas. Nos compete el
acompañamiento a las personas víctimas hasta que se cumpla su derecho a la
verdad; asesorarlas hasta que se cumpla su derecho a la justicia; permanecer
con ellas hasta garantizar su derecho a la reparación integral, y nunca
abandonarlas, vigilando que se cumpla la garantía de no repetición.
La
reparación es, por su parte, una intervención multidimensional. Las medidas de
satisfacción, tal como lo indica la Ley General de Víctimas en su fracción IV,
artículo 27, son aquellas que buscan reconocer y restablecer la dignidad de las
víctimas. Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado
que las medidas de satisfacción buscan reparar el daño inmaterial, que no
tienen alcance pecuniario, así como alcance o repercusión pública. Estas
medidas buscan, inter alia, el reconocimiento de la dignidad de las víctimas o
transmitir un mensaje de reprobación oficial de las violaciones de los derechos
humanos de que se trata, así como evitar que se repitan violaciones.
Por
ello, es para nosotros importante anunciar desde este espacio una medida de
satisfacción que se trabajó en conjunto con las organizaciones sociales locales
y el Ayuntamiento de Cuernavaca, Morelos, y que actualmente se encuentra ya en
proceso de dictaminación, la cual consiste en el renombramiento de la Av.
Universidad del municipio, para que adopte, a partir de ahora, la denominación
“Av. 28 de Marzo”, en recuerdo de aquella fecha trágica pero emblemática en la
que perdió la vida Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años de edad, y otros
seis compañeros, y en la que nace el Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad.
En
la CEAV quisiéramos, honestamente, que nuestro mandato no tuviera razón de ser.
Sin embargo, mientras la violencia generada por el combate a la delincuencia
siga mostrando su horrenda cara, en forma de delitos y violaciones a los
derechos humanos, el Estado mexicano tendrá el deber de responder, velando por
los derechos de las víctimas. Este es nuestro compromiso indeclinable con
ellas. Y así lo haremos patente en nuestra reunión con el equipo de expertos de
la CIDH.
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