El Chapo y los panistas/Germán Martínez C.
Reforma, 22 de julio de 2015
En
verdad la diputada local del PAN de Sinaloa, Lucero Sánchez López, nada tiene
que ver con Joaquín Guzmán Loera? Los panistas sinaloenses que la conocen saben
perfectamente cómo hizo campaña, describen privilegios y dan fe de su escasa
actividad parlamentaria. ¡Todos se lavan las manos! ¡Nadie es capaz de meterlas
al fuego, salvo un solitario compañero diputado!
¿Quién,
cómo, dónde y cuándo se firmó en el PAN esa candidatura? Respetando su vida
personal, y puesto que se trata de una persona sin credencial panista, el
Comité Nacional debió autorizar la postulación. ¿El CEN tiene un compromiso
secreto? ¿Qué virtudes tuvo? ¿Sólo es un ingenuo cumplimiento de la cuota de
género? ¿Nada saben ni nada tienen que decir el gobierno de Sinaloa, ni el
presidente del PAN en ese estado?
Esa
candidatura la facilitó la terrible mezcolanza de gobierno producida por las
coaliciones PAN-PRD, donde sin el menor aprecio por una "idea de
país" se patrocinan ambiciones personales, y se pisotea al partido que
tiene en su historia y memoria al también sinaloense Manuel Clouthier del
Rincón.
Por
supuesto que la señora Sánchez López, representante de Cosalá en el Congreso de
Sinaloa, es inocente hasta que la autoridad demuestre en un juicio su culpabilidad;
pero lo que quiero subrayar es el vergonzoso "modelito" panista de
ganar elecciones, literalmente "con quien sea", sólo porque se le
envuelve y adorna cerca de la bandera perredista.
La
contienda por la presidencia nacional del PAN entre Ricardo Anaya y Javier
Corral debe poner una ¡basta definitivo! a esa perversa suma de burgos
podridos. ¿Qué significa Malova para el PAN? ¿Unos cuantos sueldos a panistas y
fuero para sus allegados? Javier Corral apostó mucho y fuerte a esas
coaliciones, sobre todo en Oaxaca. ¿Qué cuentas le podría pedir ahora Corral a
Gabino Cué, después del fracaso estrepitoso para administrar la educación en su
estado, si antes él le abrió la puerta de Palacio de Gobierno? ¿Qué cosecha
envenenada levantará el PAN sinaloense al postular pillos, sólo por sus ansias
de ganar por ganar? Y si Rafael Moreno Valle quiere ser candidato presidencial,
tiene que poner sus barbas a remojar.
Las
ineptitudes, complicidades y corrupción que permitieron escapar a El Chapo
germinan en la simulación de una clase política que no dice lo que cree,
timorata de definirse y calculadora con sus decisiones. ¿Cómo le va a reclamar
el PAN a Peña su lucha contra el narco, si antes nadie respaldó la lucha de
Felipe Calderón contra el crimen? Si el PAN no defiende sus logros y causas,
automáticamente se debilita frente a las causas ajenas y los errores del PRI.
Que
Fox haya dejado ir a El Chapo la primera vez o Felipe Calderón no lo haya
atrapado, ¿exculpa en algo al gobierno de Peña, por la nueva fuga del
narcotraficante más buscado del mundo? La verdad lo agrava. Los priistas
prometieron en la contienda electoral presidencial pasada,
"experiencia", "capacidad" y "eficacia". La gente
les creyó y ganaron; y ya en el gobierno machacaron la idea de que con
"coordinación" entre las autoridades federales, estatales y municipales,
y una adecuada labor de "inteligencia" avanzarían en su oferta de
seguridad pública. El Chapo evidenció no sólo la nula "inteligencia"
para detectar un túnel de ese tamaño, sino la descoordinación entre los tres
priistas que gobiernan al país, al Estado de México, y al municipio donde está
la penitenciaría de Almoloya.
Pero
algo más. ¿El enredo del gobierno de Enrique Peña en su combate al delito acaso
lo ocasionó esa "distancia" que siempre quiere poner el peñismo
frente a Calderón? "Pintan su raya" aunque no sea necesaria, se
deslindan aunque nadie se los pida, corrigen aun cuando algunas cosas
funcionan. En
Michoacán
su estrategia fue un borrón y una cuenta nueva, pero sólo para disfrazar de
policías a algunos ladrones. ¿Desmantelaron Plataforma México como afirman
algunos periodistas? La policía regresó a la Secretaría de Gobernación para
perder capacidad
técnica
y ganar relevancia política. Incluso la visita a Francia, con todo su oropel,
llevaba implícita la repulsa al gobierno calderonista, por haber
"fracturado" la relación entre galos y mexicanos con el asunto de
Florence Cassez. Ya debieron aprender la lección: no es bueno gobernar para el
pasado.
El
PAN debe estar seguro de su apuesta por el Estado de Derecho. Debe ser celoso
al revisar la biografía de sus candidatos y dirigentes. Sólo así se hará sentir
cuando exija una renuncia.
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