Columnas políticas hoy, a 28
de agosto de 2015....
Bajo Reserva/ El Universal
El ajedrez de Peña Nieto
A la mitad del sexenio, el presidente Enrique Peña Nieto
movió las piezas del ajedrez rumbo a 2018. Con los cambios y enroques anunciados la tarde del jueves,
el mandatario metió a la pelea de la sucesión a dos de sus colaboradores: al
ahora secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, y al actual titular
de Educación Pública, Aurelio Nuño. En la jugada del ajedrez político, el
Presidente colocó estas dos piezas en posiciones estratégicas y con
posibilidades de disputar la candidatura presidencial del PRI a dos de sus
pares en el gabinete, quienes han sufrido desgastes por asuntos de seguridad y
la fuga del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo y la situación
económica en el país: Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y
Luis Videgaray, cabeza de Hacienda. La jugada tiene mucho contenido para los
analistas, que ven que el PRI , sumando al actual presidente del partido, Manlio
Fabio Beltrones, tiene 5 visibles candidatos para 2018.
Nuño sale de la burbuja
Uno de los hombres cercanos
a Los Pinos deberá mostrar ahora de qué está hecho. Aurelio Nuño, hoy ex jefe
de la Oficina de la Presidencia y nuevo secretario de Educación, dejó la
burbuja de la residencia oficial para entrar a un puesto de mayor exposición y
de desgastes público y político. Ahora deberá conducir el proceso de la reforma
educativa y lidiar con los opositores a las transformaciones en el sistema
educativo: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, y
la aguerrida Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero, la
CETEG. Nos dicen que deja la comodidad de Los Pinos para afrontar problemas en
el campo de batalla. ¿Le seguirán llamando El Jefe en el gabinete presidencial?
Meade, un descontón de salida
Todavía con la cachucha de
canciller puesta, José Antonio Meade tuvo oportunidad de mandar un mensaje al
aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano de Estados
Unidos, Donald Trump. Meade dijo que el magnate Trump rebaja a la política por
su “ignorancia, prejuicios, racismo y odio” hacia los mexicanos. Don José
Antonio realizó sus comentarios durante la reunión plenaria de los senadores
del PRI y el PVEM, lugar que abandonó a toda prisa para ir a Los Pinos, donde
fue designado como nuevo titular de la Sedesol. Nos se quedó con las ganas de
darle un machucón de salida a Trump.
El acercamiento de Anaya con
el calderonismo
Nos dicen que el nuevo
presidente del PAN, Ricardo Anaya, analiza darle una posición a Germán Martínez
y entre sus opciones está la Fundación Miguel Estrada Iturbide, el órgano del
blanquiazul en la Cámara de Diputados. Cercanos a don Ricardo, nos dicen que
este es el primer paso para lograr un acercamiento.con el grupo calderonista,
aunque algunos dicen que Martínez se alejó ya de Calderón.
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CIRUGÍA AL GABINETE/Editorial El Universal
Durante meses se mencionó en
columnas de opinión y en mesas políticas la posibilidad de cambios en el
gabinete del presidente Enrique Peña Nieto. Ayer se concretaron. Diez
movimientos cuyo objetivo, dijo el mandatario, es “acelerar las acciones en
favor de las familias mexicanas”.
Peña Nieto no entró en
detalles sobre los motivos de cada cambio, aunque puede intuirse, por el perfil
y labor de los personajes en cuestión, que no se trató de un generalizado
“manotazo sobre la mesa” sino de una minuciosa operación para conseguir más de
un objetivo con un solo enroque.
Emilio Chuayffet, por ejemplo, sale de la Secretaría de Educación Pública
en el que podría considerarse, quizá, como el mejor momento de su gestión,
luego de haber domado a la CNTE en Oaxaca. Sin embargo, en días pasados tuvo
problemas de salud que lo llevaron al hospital. Relevarlo no le cae mal —además
de que él mismo dijo en entrevista para este diario que su meta siguiente era
dar clases en la UNAM— y al mismo tiempo lleva a un hombre joven, el ex jefe de
la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, a una posición donde se puede crear
a partir de un conflicto magisterial menguante.
La mayoría de los cambios
tienen un cariz similar, de reacomodo para optimizar recursos. ¿Significa esto
que los resultados están garantizados? De ninguna manera; de hecho en todas las
democracias los cambios en el gabinete tienen dos riesgos: el tiempo que toma
el reacomodo de tareas al interior de las burocracias de las secretarías de
Estado y la curva de aprendizaje que los titulares requieren antes de poder
realizar transformaciones de gran calado.
Pese a las desventajas, hay
también oportunidad. Tres años de gestión ocasionan desgaste y a veces los
titulares de las instituciones se encuentran con callejones sin salida
derivados de tratar mucho tiempo el mismo tema con los mismos personajes. Una
perspectiva diferente y un trato fresco con los actores de cada ámbito hace en
ocasiones la diferencia entre una reforma consensuada y una detenida.
Los nuevos integrantes del
gabinete presidencial tienen ahora a su favor la confianza de su jefe. Podrán
hacer y deshacer con mayores márgenes de maniobra gracias a ese “bono” de
legitimidad, por llamarle de alguna forma.
Es por esa misma razón —la
novedad de su puesto— que tienen un desafío: menor margen de tiempo para
ofrecer resultados. De aquí a 2018 les será más difícil convencer a una ciudadanía
más escéptica y, a la par, apartarse de rumores sucesorios por la eventual
cercanía de las elecciones presidenciales de 2018. Será en cuestión de meses,
no de años, que se podrá hacer una evaluación de quienes recién asumieron
cargos.
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FRENTES POLÍTICOS/Excelsior
I.Llegaron los relevos. El presidente Enrique Peña Nieto
hizo, de entre quince cambios, dos movimientos claves. La
llegada de José Antonio Meade a Sedesol, tras dejar la SRE, y la de Aurelio
Nuño en la Secretaría de Educación, luego de ser el responsable de Oficina de
la Presidencia. Representan claramente el énfasis en dos ejes fundamentales
para la segunda parte de su gobierno, ante lo que describió como nuevas
circunstancias y desafíos: Desarrollo Social y Educación. La desigualdad y el
hambre preocupan y a eso va Meade más allá de que haya entrado en la baraja de
presidenciables para 2018, donde se ubican Miguel Ángel Osorio (Segob) y Luis
Videgaray (SHCP), Nuño Mayer y Manlio Fabio Beltrones. La segunda parte del
sexenio es de consolidación. ¿El equipo está completo?
II.Los que se fueron. No más
cansados en las filas del gobierno. Es evidente que algunos de los movimientos
realizados por el jefe del Ejecutivo obedecen a resultados, así que,
agradecido, Peña Nieto mejor les dijo adiós. Emilio Chuayffet, Jesús Murillo
Karam, Enrique Martínez y Martínez, Monte Alejandro Rubido y Juan José Guerra
Abud dejaron el gabinete. Está claro. El Presidente buscó un cambio
generacional, pues requería mayor energía y fortaleza en esas áreas. Es cierto,
ellos representaban a la vieja guardia, a los expertos, pero algunos mostraron
signos de debilidad propios de la edad, complicados algunos casos por estados
de salud. Y así nomás no.
III.El reintegro. El único gobernador que llegó al
gabinete fue el queretano José Calzada Rovirosa. El Congreso estatal aprobó ayer, en fast track, la
solicitud de licencia presentada horas antes por el mandatario, y nombró como sustituto a Jorge López
Portillo Tostado, quien era secretario general del Gobierno estatal. En Querétaro,
el panista Pancho Domínguez asumirá como gobernador en octubre, pero el saldo
es favorable. Calzada, pese a perder las elecciones en junio pasado, llegó al
gabinete, pero no en una posición que le permita aspirar a más: la Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
IV.La factura de El Chapo.
Pese a que Monte Alejandro Rubido trabajó en las administraciones de Felipe
Calderón y de Enrique Peña Nieto, y su carrera se especializó en el área de
seguridad, se va como quien pagó los platos rotos por la fuga de Joaquín Guzmán
Loera. Deja el cargo mes y medio después de la fuga de El Altiplano. La
Comisión Nacional de Seguridad informó, en su momento, que no detectaron
indicios de que el líder del cártel de Sinaloa fuera a escapar. Llega Renato
Sales Heredia como comisionado Nacional de Seguridad y deja la Coordinación
Nacional Antisecuestro. Por cierto, Enrique Galindo, estuvo muy cerca de
llegar, pero el Presidente no quiso moverlo de la Policía Federal. Ahí está
bien. Ha cumplido con creces.
V.Los otros cambios.
Sorprendió que Claudia Ruiz Massieu, con buena labor en Turismo, ocupe ahora la
SRE que dejó vacante José Antonio Meade, donde todo iba a la perfección; a
Turismo arriba Enrique de la Madrid, si bien con poca experiencia en el ramo,
aprenderá pronto. Y quien no llegó a la Semarnat fue Arturo Escobar, pero esa
posición seguirá en manos de un Verde: Rafael Pacchiano, quien ya era
subsecretario de la dependencia. Rosario Robles será ahora la secretaria de
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, con la inercia de lo realizado en
Sedesol. José Reyes Baeza, director del ISSSTE y Francisco Guzmán, como jefe de
la Oficina de la Presidencia. Se lee mucha cercanía. Que funcione.
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TEMPLO MAYOR/Reforma
BUEN SABOR de boca dejó la
lista de convocados al equipo porque se percibe un aire de innovación y, al
mismo tiempo, se reconoce la experiencia y se premian los resultados.
SIN DUDA “El Tuca” Ferretti
dio su primer campanazo al frente de la Selección Nacional.
Y EN CUANTO a la lista de
los cambios en el gabinete presidencial, lo primero que destaca es la
ampliación de la baraja de presidenciables.
EN EL CASO de Aurelio Nuño, su cercanía con el presidente
Enrique Peña Nieto siempre lo había puesto en el grupo de los funcionarios a
los que se les debía seguir la pista. Ahora al frente de la SEP, que le dará
una amplísima exposición a nivel nacional, se convierte en un serio
contendiente para el 2018.
EN LA CARRERA por la
sucesión entra de un salto José Antonio Meade ahora al frente de la Sedesol, lo
que le permitirá tener contacto directo con miles de potenciales electores y,
al mismo tiempo, manejar un enorme costal de regalos para ellos. Toda una
plataforma para el 2018.
EN EL GRUPO hay que incluir
a José Calzada, quien desde la Sagarpa tendrá oportunidad de hacer su luchita y
demostrar por qué se lo trajeron desde Querétaro.
UNO DE los nombramientos que
cuesta trabajo entender es el de Rafael Pacchiano como nuevo secretario de
Medio Ambiente.
SI BIEN el esposo de
Alejandra Lagunes, la titular de la estrategia digital de Los Pinos, era
subsecretario y fue diputado del Partido Verde, al revisar su currículum no hay
experiencia que abone a la cosecha ecológica: los cargos que ha ocupado han
sido como ejecutivo de una automotriz, de una farmacéutica y de una consultora.
POR CIERTO que Arely Gómez debe ser una de las más
contentas con el relevo… en la Comisión Nacional de Seguridad.
ALLEGADOS a la procuradora
dejaban sentir que gente de Monte Alejandro Rubido no estaba muy dispuesta a
cooperar en las investigaciones sobre la fuga de “El Chapo”. Ahora esperan que
la llegada de Renato Sales permita destrabar las indagatorias.
MUY MOVIDO anda en estos
días el senador priista Miguel Ángel Chico con los preparativos de la asamblea
de la Confederación Parlamentaria de las Américas, cuya presidencia asumirá en
su natal Guanajuato.
EL CARTEL incluye la
presencia de Luis Almagro, secretario general de la OEA; y del Nobel Mario
Molina. Sin embargo, cuentan que la atención estará centrada en el posible
destape del senador Chico a la grande guanajuatense.
EL OTRO DÍA Rafael Moreno
Valle dejó boquiabiertos a los asistentes al Foro Banorte, cuando afirmó que
las autoridades deben recuperar la confianza de los ciudadanos.
LO QUE causó sorpresa fue
que el gobernador lo dijera justo después de haber impuesto en Puebla una ley
que le cierra el paso a los ciudadanos al obstaculizar las candidaturas
ciudadanas. ¿Y la congruencia, apá?
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Lenguas Viperinas/LSR
LOS CHUCHOS y su fractura
irreconciliable tiene en jaque la conformación del nuevo PRD, pues no hay una
cabeza clara con quién negociar. Nos aseguran que hasta los líderes de las
corrientes internas en el partidos se muestran sorprendidos por los
desencuentros entre los líderes del grupo mayoritario dentro del partido que
además de aliados eran amigos. Ahora hay dos grupos de Los Chuchos, por un lado
Jesús Ortega y Jesús Zambrano y por el otro Guadalupe Acosta Naranjo y Carlos
Navarrete, y entre el pleito y los rencores, no hay con quién negociar incluso
la designación del secretario o secretaria general del partido.
AURELIO NUÑO fue impulsado desde la oficina del
Presidente Enrique Peña Nieto para titular la SEP a cambio de que ejerza mano
dura en la dependencia y se concluya la implementación de la reforma educativa. Nos aseguran que Peña Nieto y Nuño tuvieron
muchas reuniones previas incluso en el tema de Oaxaca y la decisión de
desaparecer el Instituto Educativo que se resistía a la evaluación y medición
de calidad de los profesores estatales.
HUBO UNA PERSONA a la que le dolió personalmente su
remoción. Se trata de Rosario Robles que, nos aseguran, se quebró en el cambio
de roles dentro del gabinete en el que le tocó dejar la Secretaría de
Desarrollo Social por la Sedatu.
Robles argumentó resultados y programas en marcha, pero el Presidente le dijo
que necesitaban mucha fuerza no sólo en la ejecución sino en la administración
de las políticas sociales del país, para lo que José Antonio Meade tiene
experiencia pues en el sexenio pasado fue secretario de Hacienda. Robles no
pudo ocultar su tristeza y enojo en el cambio de secretarios de la dependencia.
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‘¿Será?/24 Horas
Sorpresas
Las dos sorpresas de los
cambios en el gabinete fueron la designación de José Antonio Meade al frente de
la Sedesol y la de Claudia Ruiz Massieu en Cancillería. Con estos movimientos
crece la lista de los presidenciables de cara al 2018. Aurelio Nuño, Miguel
Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, Ruiz y Meade ocupan tácitamente las
primeras posiciones en la carrera presidencial. ¿Será?
Preparan su cubículo
Uno de los cambios que más
se veía venir en el gabinete de Enrique Peña Nieto era el de Emilio Chuayffet.
Su salud está deteriorada y requiere recuperación. Sin embargo, en la UNAM, con
la que siempre ha mantenido estrecha relación, no descartan su regreso al
antiguo cubículo. A ver si su salud le permite reincorporarse al Instituto de
Investigaciones Jurídicas… y, de ser así, en cuánto tiempo lo haría. ¿Será?
Sus baños de pueblo
Al más viejo estilo, con
acarreados, “lonches” y matracas, el Partido del Trabajo busca ganar en las
calles lo que no fue capaz de defender y ganar en las urnas. En las elecciones
de junio pasado le faltaron poco más de tres mil votos y está a punto de perder
su registro. Ese es el motivo por el que ayer desquiciaron Paseo de la Reforma
y sus inmediaciones. Sus dirigentes saben mover masas. Alrededor de 300
millones de pesos que están a punto de perder en prerrogativas, al año, bien
valen un baño de pueblo. ¿Será?
Tejer fino
El programa Educación por
Ti, que presentó el jefe de Gobierno del DF, logró el respaldo del rector de la
UNAM, el IPN y de universidades privadas. Dicen que la responsable de tejer
esos apoyos fue la nueva secretaria de Educación del DF, Alejandra Barrales.
Parece que a Miguel Ángel Mancera sí le hacía falta un cambio en esta
secretaría. ¿Será?
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Alhajero/Martha Anaya
24 Horas
Meade fue la gran sorpresa
Hubo tantas listas como
acólitos en una misa. Pero a la hora de la hora, los cambios que hizo en su
gabinete Enrique Peña Nieto dejaron patidifusos hasta a los propios priistas.
Y es que hubo nombramientos
que nadie se esperaba.
El más importante de ellos fue el de José
Antonio Meade Kuribreña, secretario de Relaciones Exteriores hasta ayer y hoy
convertido en el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), lugar
que ocupaba Rosario Robles Berlanga.
(La ex perredista, por cierto, se sentía muy
segura en su posición. Se sulfuraba si alguien suponía lo contrario. Pero a la
hora de la verdad fue enviada a vegetar en la Secretaría de Desarrollo Agrario,
Territorial y Urbano, en lugar de Jesús Murillo Karam, quien se va “por cansado
y malgeniudo”, a decir de amigos suyos.)
Ahora bien, ¿por qué se ve
el de Meade como el cambio más importante, aun cuando Aurelio Nuño, el jefe de
la Oficina de la Presidencia, fue promovido a la Secretaría de Educación
Pública?
En opinión de la mayoría de
aquellos con quienes conversamos, Meade es un hombre mucho más completo y
fogueado (ya fue secretario de Hacienda y canciller) que Nuño, por más
brillante que digan que es.
Además, el ex jefe de la
Oficina de Los Pinos no tiene mayor placeo en el servicio público y de hecho
perdió su primer lance frente a los mismísimos priistas: la presidencia del
tricolor, ante Manlio Fabio Beltrones.
A Meade lo ubican en la baraja
de los “presidenciables”, como es de esperarse para alguien que ocupa esa
cartera (de ahí salió Luis Donaldo Colosio a la candidatura presidencial y
desde ahí comenzó a forjar su figura Josefina Vázquez Mota para la del PAN).
Por añadidura, el ex canciller
es un presidenciable entrañable, pues es un hombre que se hace querer, a
diferencia de buena parte de sus compañeros de gabinete (incluida quien lo
sustituye: Claudia Ruiz Massieu).
Y sale sobrando si Meade es
priista o no. De hecho, bromean los tricolores, lo es ya desde la semana pasada
(si es que aún no tiene credencial del PRI), cuando apareció en la sede del
Revolucionario Institucional para atestiguar la toma de posesión de Manlio
Fabio Beltrones como dirigente del partido.
En fin, fue lo más sobresaliente
de los cambios. Sólo valga añadir que, desde nuestra perspectiva, con este
cambio de Meade –y el del propio Nuño a Educación– también sale ganando Luis
Videgaray, pues ambos funcionarios son muy cercanos al titular de Hacienda.
Digamos que si no es el
propio Videgaray el candidato del PRI para 2018, tiene dos cartas extras con
las cuales jugar para la sucesión: Meade y Nuño.
LOS OTROS CAMBIOS.- A
destacar –más allá de Meade–, la designación de Enrique de la Madrid en Turismo
(es todo un reconocimiento) y el de Renato Sales, ex zar antisecuestros, en
lugar de Monte Alejandro Rubido, en la Comisión Nacional de Seguridad.
Inevitable, diríase, que fuera removido Rubido después de
la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, y una buena elección para sustituirlo.
El cambio de Nuño, en lugar
de Emilio Chuayffet, suena “natural” si recordamos que el ex jefe de la Oficina
de la Presidencia ha intervenido en el conflicto magisterial desde que inició
este gobierno (y que Chuayffet anda mal de salud).
La pregunta ahora es si el diálogo y la negociación con
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) seguirá
llevándose desde Gobernación, bajo la batuta del subsecretario Luis Miranda, o
si Nuño la atraerá a la SEP.
¿Qué si le vemos mayores
espolones a Nuño? ¿Tanto como para convertirse en candidato presidencial? Desde
nuestro punto de vista, no.
Que el ex gobernador de Querétaro, José
Calzada, ingrese al gabinete pareciera en principio todo un reconocimiento.
Sobre todo, luego de que su delfín perdió la elección para gobernador.
Pero a
fin de cuentas Calzada fue evaluado como uno de los mejores gobernadores del
país. Merecía una posición. Lo extraño fue que le asignaran Agricultura. No va
con él.
El ascenso de Rafael Pacchiano a la titularidad
de la Semarnat no es descabellado; es parte del compromiso que el PRI tiene con
el Partido Verde. Les sigue obsequiando esa secretaría.
GEMAS: Obsequio del presidente Enrique Peña
Nieto: Nombró a su ex jefe de asesores, Francisco Guzmán, jefe de la Oficina de
la Presidencia.
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Mil días, diez cambios y una generación/ Jorge Fernández
Menéndez
Excelsior
Mil días, diez cambios y una
generación
Exactamente cuando su
administración cumplía mil días en el poder, el presidente Peña Nieto realizó
diez cambios en su equipo de trabajo para encarar la segunda mitad de su
mandato. Cambios que tienen como principal característica el movimiento
generacional ejercido en su equipo. Salvo el secretario de Energía, Pedro
Joaquín Coldwell (y los secretarios de la Defensa y Marina, que se designan
siempre con otros criterios), todo el gabinete y el equipo presidencial está
hoy formado por mujeres y hombres que son de la misma generación del
Presidente. Son peñistas. Es el fin de compromisos del pasado para hacer una
apuesta por el futuro.
Cuando, hace algunas
semanas, el Presidente hablaba de un cambio generacional, que muchos pensaron
que había quedado archivado con la llegada de Manlio Fabio Beltrones al PRI
(una decisión muy acertada por otras razones, y porque, en y desde el partido
tricolor, se deben jugar otras cartas), en realidad se estaba abriendo paso la
idea de hacer ese cambio en el propio equipo de Peña Nieto.
No se movieron, nadie lo esperaba, ni Miguel Ángel Osorio
Chong ni Luis Videgaray. Tampoco se debilitaron: Osorio al darle posesión a todos los nuevos secretarios
fue ratificado y mostrado en su papel de virtual jefe de gabinete. Videgaray
tiene más presencia y mayor aparición en el gabinete. Pero de la misma forma en
que ni Osorio ni Videgaray son relegados, al contrario, otros jugadores se
suman a esa estructura de poder y también al escenario del 2018.
Sin duda, Aurelio Nuño ya
estaba en ella, pero se confirma como parte esencial de ese trípode de toma de
decisiones, ahora desde la Secretaría de Educación Pública para, ahora sí echar
a andar una dependencia que estuvo demasiado ausente en todo el proceso de
reforma. Y obviamente Nuño está, junto con Osorio y Videgaray, en la carta
sucesoria. Lo reemplaza en la oficina de Los Pinos, Francisco Guzmán, uno de
los hombres más cercanos al presidente Peña.
José Antonio Meade va a la Sedesol, después de cumplir un
muy buen papel en Relaciones Exteriores. Meade es el miembro del gabinete mejor
calificado en las encuestas, un hombre que no es militante del PRI, que ya fue un exitoso secretario de Hacienda el
sexenio pasado, un muy buen canciller en éste y ahora tendrá en sus manos una
dependencia tan generosa como Desarrollo Social. Meade debe ser considerado
también como una opción para la sucesión presidencial.
Rosario Robles es una
sobreviviente de todo. Hay muy pocos personajes en la vida política actual que
hayan sufrido tantas y tan complejas vicisitudes en su vida política como
Robles. Su resurgimiento en otro equipo, en otras coordenadas, desde el Estado
de México hasta llegar al gabinete presidencial, tener a su cargo nada menos
que la Sedesol y ahora ir a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano, pone de manifiesto su determinación. Es una posición con enormes
posibilidades para hacer política y trabajo social. Rosario operará
políticamente y ayer se vio muy claramente que está en el mejor ánimo
presidencial.
Otra mujer, Claudia Ruiz Massieu, será la nueva
canciller. Deja una buena labor en Turismo para ir a ligas aún mayores. Será una buena canciller, tiene formación y
visión propias. Y lo heredado no se hurta; su padre, José Francisco, que
siempre trabajó en temas de política interior era un verdadero talento en temas
de política exterior. Lo hará muy bien.
En lugar de Claudia llega
Enrique de la Madrid, que es uno de los mejores funcionarios del área
económica, con una carrera larga y exitosa en su haber, más allá de que sea
hijo del expresidente de la Madrid. Como su antecesora en la Sectur, las suyas
son carreras propias, no heredadas y de la Madrid tiene gran experiencia
administrativa y una formación sólida.
José Calzada será el nuevo
secretario de Agricultura, luego de pedir licencia en Querétaro. Su caso es una
paradoja y un premio político. Calzada
era el gobernador mejor evaluado del país y había hecho un buen trabajo. Pero
el PRI perdió la elección en Querétaro ante un Francisco Domínguez que,
simplemente, era infinitamente mejor candidato que Roberto Loyola. Calzada se
ganó su lugar en el gabinete.
La Secretaría de Medio
Ambiente queda para un aliado, el Partido Verde, pero recurriendo a un
especialista como Rafael Pacchiano y no a un dirigente partidario. Es el menos
conocido y con su labor tendrá que refrendar el nombramiento.
Y en la Comisión Nacional de
Seguridad, Renato Sales reemplaza a Monte Alejandro Rubido. Sales es un experto en temas de seguridad y
estaba encabezando, con acierto, la Comisión Nacional Antisecuestros. Ese
cambio en Seguridad es también un cambio generacional.
Finalmente, José Reyes
Baeza, exgobernador de Chihuahua, llega al ISSSTE, por su trabajo en el Fondo
de Vivienda del Instituto, pero también porque es un operador político muy
eficiente.
El presidente Peña ya tiene
ahora un equipo totalmente suyo. Ahora le tiene que exigir resultados.
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EN PRIVADO/Joaquín López-Dóriga
Milenio
Meade y Nuño, dos de siete
En el trabajo prefiero el
rigor al ingenio. Florestán
De los nombramientos anunciados ayer por el presidente
Peña Nieto en siete secretarías, voy a destacar dos: José Antonio Meade,
Sedesol, y Aurelio Nuño Mayer, Educación Pública.
El primero tiene
antecedentes únicos: sus últimos cuatro cargos han sido secretario de Energía,
Hacienda, Relaciones Exteriores y, desde ayer, de Desarrollo Social. Nadie ha
sido titular de cuatro secretarías en forma consecutiva y si se agrega que las
dos primeras fueron en el gobierno panista de Felipe Calderón y las otras dos
en el priista de Peña Nieto, su marca es aún más singular; el segundo es uno de
los hombres más cercanos y operador del Presidente de la República. Como jefe
de su oficina, fue más que enlace con el gabinete, gobernadores, congreso y
partidos, con la claridad de que cuando él hablaba, hablaba el Presidente y
cuando oía, oía el Presidente.
Estos dos nombramientos van
más allá. Peña Nieto ha decidido abrir la baraja de la sucesión priista que
hasta hace poco parecía limitada a dos: Miguel Osorio y Luis Videgaray, pero ya
lo había hecho con Manlio Fabio Beltrones al llevarlo a la presidencia de su
partido.
Lo que hizo fue darse cartas
y, a la vez repartir presión entre los más mencionados, de los que no se puede
eliminar, y me refiero al rol de precandidatos, a Eruviel Ávila y al también
señalado Manuel Velasco. Con esto no quiero decir que alguno vaya a ser ya, no.
Solo apunto que abre el juego, y pudiera, él mismo, agregar otros más, porque a
ese tren le faltan estaciones, esas donde los pasajeros bajan y suben.
No hay que olvidar que de
Sedesol salió candidato Luis Donaldo Colosio, en noviembre de 1993, y de
Educación Pública Ernesto Zedillo, en marzo de 1994, tras un breve paso como
coordinador de la campaña del sonorense asesinado en Tijuana.
Y de Gobernación, Alemán,
Ruiz Cortines, Díaz Ordaz y Echeverría; de Hacienda López Portillo.
En fin, en el calendario,
Peña Nieto no ha cruzado la mitad de su gobierno, pero en la casa presidencial
los días corren despacio y los años vuelan.
Solo añadir que un jefe de
gobierno hace cambios cuando el funcionario ha perdido, justamente, la
funcionalidad o ese cambio lo fortalece. Y a veces coinciden, como vimos ayer.
RETALES
SALIDAS. Fueron cuatro los
que salieron del gabinete: Emilio Chuayffet, Juan José Guerra, Jesús Murillo y
Enrique Martínez. El Presidente les corrió la cortesía de no ir a la ceremonia
de relevo en Los Pinos, como se acostumbra;
RETO. El mayor reto lo tiene
el nuevo jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, ex coordinador
de asesores del Presidente, que tiene confianza y cercanía, y ahora tendrá que
ir por resultados; y
SORPRESAS. Sin duda el
arribo de Enrique de la Madrid, a Turismo, desde el Bancomext, y el paso de
Claudia Ruiz Massieu a la cancillería, desde Turismo. Ya comentaremos los
demás.
Nos vemos el martes, pero en
privado
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Columna: Sólo para Iniciados/Juan Bustillos.
Impacto,
Chuayffet, ¿salud o víctima de la triada?
Sólo el Presidente sabe por
qué Emilio ya no está en el gabinete, pero cualquiera sabe que sin él no habría
Reforma Educativa
A las 11:40 horas de este jueves supe que Emilio
Chuayffet convocaba a sus colaboradores a su oficina; no se requirieron muchas
palabras para despedirse. Se pueden resumir en un lacónico: “ya nos vamos”.
Un minuto después, a las 11:41, recibí en mi correo
electrónico una carta-felicitación de cumpleaños; sus mejores deseos de
bienestar estaban fechados el 27 de agosto en “Metepec, México”, es decir, su
residencia familiar.
La misiva no ostenta
logotipo alguno del gobierno federal. Se trata de una carta privada de un amigo
a otro; apenas 4 líneas, “sin otro particular” que “un afectuoso saludo”.
Para decirlo de otra manera,
la felicitación me la envió como ex secretario de Educación más de 2 horas
antes de que el Presidente Peña Nieto anunciara su relevo por Aurelio Nuño.
Supongo que el Presidente lo
regresó a Metepec a cuidar su salud y no porque el reducido grupo que lo
asfixia creara las condiciones para que uno de ellos, Aurelio, lo supliera;
algo que sí ocurrió en el sexenio de Ernesto Zedillo, con la diferencia de que
en aquella época el entonces secretario de Gobernación preocupaba a los
priístas en ascenso.
Hoy no representaba riesgo
para nadie con aspiraciones futuristas, excepto para él mismo dada su
proclividad a exigirse y entregarse al máximo, como con la Reforma Educativa.
Algunas semanas atrás, antes
de la cirugía de vesícula y de la deshidratación, le comenté que estaba pasado
de peso, algo inusual en él acostumbrado a correr tanto como el Presidente y
que además cuidaba con esmero alimentación y bebida.
Nada presagiaba lo que
estaba por venir; me refiero a su estado de salud, no a la decisión
presidencial de dar las gracias al maestro en cuya campaña a gobernador del
Estado de México inició su carrera política.
Hace tiempo que los mandatarios se equivocan en la
designación del secretario de Educación Pública. Desde Fausto Alzati el puesto
está a la baja; por ahí ha pasado de todo, desde Reyes Tamez Guerra, Manuel
Bartlett, Porfirio Muñoz Ledo y Ernesto Zedillo; con Chuayffet recuperó su
dimensión intelectual y política.
Supongo que Peña Nieto,
único con facultades para dar y quitar en el organigrama federal, tiene sus
razones para entregar el manejo de la educación nacional a Aurelio Nuño, a
quien muchos suponían presidente del PRI y hasta secretario de Desarrollo
Social. Seguramente no es el José Vasconcelos en su etapa de educador, Agustín
Yáñez, Jaime Torres Bodet o Jesús Reyes Heroles, pero ojalá y no sea como los
de la era panista, Josefina Vázquez Mota y José Ángel Córdova Villalobos.
Sólo el Presidente sabe por qué Emilio ya no está en la
SEP, pero cualquiera sabe que sin él no habría Reforma Educativa.
Elba Esther Gordillo supo
que la cosa iba en serio desde que Miguel Osorio Chong reveló su nombre; al día
siguiente se saludaron en Palacio Nacional cuando Peña Nieto ya se había
marchado. El intercambio amable de palabras debió fortalecer los peores temores
de la dirigente sindical.
Pero como el resto del
gobierno federal, el ex secretario de Educación padeció durante casi 3 años el
poder acumulado por los 3 personajes más conspicuos del peñismo, en especial
porque el tema educativo (en el que se deben incluir al IPN, los normalistas de
Ayotzinapa, la CETEG y, desde luego la CNTE y sus diversas acepciones como la
Sección 22 de Oaxaca y las correspondientes a Chiapas y Michoacán, etcétera)
desbordó las agendas de las secretarías de Hacienda, Gobernación y, desde
luego, la jefatura de la Oficina de la Presidencia.
Como tantos otros, el tema
se escurrió entre los dedos a los funcionarios involucrados más de las
ocasiones permisibles, incidiendo en la percepción de la poca pericia de
algunos hombres del gobierno para enfrentar las crisis.
Imposible negar las
fricciones entre muchos de los personajes de la cúspide gubernamental; para no
ir más lejos, la llamada Triada (Luis Videgaray, Miguel Osorio Chong y Aurelio
Nuño) tiene fama de estar peleada entre sí, pero unida contra el resto del
mundo, y en esta parte estaba el ex secretario de Educación.
Salud, sí, es uno de los
motivos, pero quizá también la independencia de Chuayffet.
En la reunión clave con el
Presidente para tomar la decisión sobre la Sección 22 mostró números diferentes
a los de los estrategas; para fortuna del gobierno, la contundencia de la
información de la SEP los obligó a reconocer su error, si bien a regañadientes
y con los ceños fruncidos; hubo tiempo para cobrar la factura, pero fue así
como Peña Nieto se ahorró un descalabro que pudo ser mayúsculo.
No fue el último servicio al
gobierno en el que ya no participa; su imagen queda para la historia en la
conferencia de prensa con Gabino Cué y Eduardo Sánchez golpeando el último
clavo del ataúd de la Sección 22, pero también su discurso en Coyuca de
Benítez, diciendo a los niños que forman la primera generación de la Reforma
Educativa.
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La apuesta que Rosario perdió/Francisco Garfias
Excelsior...
La apuesta que Rosario
perdió
Hace poco más de un mes,
Rosario Robles nos apostó que no la moverían de la Secretaría de Desarrollo
Social. Perdió. Su lugar ya lo ocupa el excanciller José Antonio Meade.
El 17 de julio pasado, la
nueva titular de la Sedatu aseguró al reportero, vía SMS, que su cargo no sería
ocupado, en lo inmediato, por un presidenciable.
“Miente quien te vende esa idea”, precisó,
entonces, la exdirigente nacional del PRD.
Volvió a fallar. Meade
aparece ya en todas las quinielas para 2018. La comentocracia lo hizo
precandidato presidencial. Basta con revisar los comentarios alrededor de su
nombramiento en la Sedesol.
El caso del excanciller es único. Va por su cuarta
secretaría.
El hombre atravesó sin daño
la alternancia. En el sexenio del panista Felipe Calderón fue secretario de
Hacienda y de Energía. En el de Peña condujo la diplomacia mexicana hasta ayer.
Rosario nos dijo, en julio
pasado, que los que “pesan en el seno del grupo en el poder no están en la
lógica” de sacarla de la Sedesol.
Fue más lejos en sus
señalamientos. En todo caso, destacó, “sólo hay un mexiquense que cuenta”.
Fue precisamente ese
“mexiquense que cuenta” el que anunció diez cambios en su gabinete, entre ellos
el movimiento de Robles Berlanga.
La lógica de quien
pronosticó la salida de Rosario es elemental. La Sedesol es algo así como “la
secretaría Santa Claus”. Maneja millonarios recursos en programas sociales y la
Cruzada contra el Hambre. Reparte beneficios sin incurrir en desgaste.
De allí salió el desaparecido Luis Donaldo Colosio hacia
la candidatura presidencial, a finales de 1993.
Josefina Vázquez Mota,
excandidata presidencial del PAN, pasó por el escritorio que ahora ocupa Meade.
Ernesto Cordero, exaspirante a la candidatura
presidencial del azul, también fue titular de Desarrollo Social.
En este espacio publicamos
que a Robles la cambiarían no porque el presidente Peña estuviera insatisfecho
con su trabajo, sino porque necesita el espacio para hacer crecer a alguno de
sus prospectos. No la corrió, sólo la reubicó.
Los cambios en el gabinete
fueron ampliamente difundidos. Son la nota principal en todos los diarios.
Las llegadas de Meade a la
Sedesol y de Aurelio Nuño a Educación acapararon la atención.
Ayer escuché a un
experimentado priista comentar, en charla de mesa, que con el movimiento de
Nuño, el Presidente da señales de quién es el verdadero tapado.
Otro cambio que llamó la
atención es el de Claudia Ruiz Massieu. Va a Relaciones Exteriores. Se ganó el
cargo en Turismo. Hizo buen trabajo.
No dudamos de su capacidad,
pero nos parece que no es el mejor perfil para hacer resurgir la pálida
diplomacia mexicana. Le falta experiencia, roce diplomático.
Su currículum lo refleja
claramente.
Peña Nieto, por lo demás, no se mutiló. Los dos alfiles
del Presidente, Osorio y Videgaray, no fueron tocados. El primero se mantiene en
Gobernación, a pesar de la fuga de El Chapo.
El segundo sigue firme en la
SHCP, aun con sus reiteradas revisiones a la baja del crecimiento económico, la
devaluación del peso y la caída de los ingresos.
Quizá por eso, Andrés Manuel
López Obrador declaró ayer que, en los cambios anunciados, “ni siquiera se
puede hablar de gatopardismo”.
“Se irán el secretario de Educación, Emilio
Chuayffet, por motivos de salud, y dos o tres secretarios segundones”,
minimizó.
Miguel Ángel Chico, senador
por Guanajuato, nos dio la primicia de la llegada de Meade a la Sedesol.
Lo hizo una hora antes de
que el presidente Peña anunciara los cambios, y en el marco de la comparecencia
del todavía canciller ante el grupo parlamentario tricolor en la Cámara alta.
Chico, por cierto, ya se
adelantó a la contienda por el gobierno de Guanajuato en 2018.
Nos enseñó, paralelamente,
la amplia cobertura local de su autodestape como aspirante a mandatario de la
entidad. Va con todo.
En el piso 14 de la Torre de
Comisiones del Senado nos dieron copia del texto con el que Emilio Gamboa
clausura, esta tarde, la reunión plenaria del grupo priista.
El coordinador recuerda que
este año legislativo le toca al PAN proponer candidato para la presidencia de
la Mesa Directiva, pero aclaró que la propuesta que haga no está aprobada de
antemano.
“Cuando Acción Nacional me de (sic) quiénes
son sus precandidatos a la Mesa Directiva, aquí se tomará la decisión
correspondiente”, recalcó.
Los panistas aún no se ponen
de acuerdo en la propuesta. Nos dicen que José Rosas Aispuro trae una ajustada
ventaja en los votos, pero que tiene dudas con respecto a si es lo que le
conviene en su ruta hacia la gubernatura de Durango.
El otro precandidato fuerte
es Roberto Gil.
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