Con el papa (Francisco), tuve la oportunidad, que me reuní dos veces con él y con mi familia cuando visitó Estados Unidos. Y la semana pasada, cuando él hizo una misa para miles de personas en Juárez, México, que simultáneamente se estaba celebrando en un estadio lleno en El Paso, Texas. Eso, creo, que fue un testamento de los lazos que nos unen.
Él dijo, sin hacer referencia a que alguien no era cristiano, pero lo cristiano, es no crear murallas, pero crear, construir puentes. Así es como se hace; construyendo puentes. Como nación, eso es lo que hay que hacer; construir puentes….
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Mensaje
a medios de comunicación del señor Joseph Biden, Vicepresidente de los Estados
Unidos de América.
México, DF, a 25 de febrero de 2016
"Desde
el que el Presidente Peña Nieto y Obama tuvieron esta idea, de que iniciaron el
primer diálogo, y desde que el Presidente Peña Nieto y yo lanzamos el primero,
en el 2013, hemos ya logrado resultados importantes".
(Interpretación
al Español)
Muchísimas
gracias, señor Presidente.
Yo
he estado aquí muchas veces, desde que era un joven Senador, en 1973, pero ésta
es la cuarta vez que vengo a reunirme con usted, y cada vez que he venido, la
hospitalidad ha sido magnífica, y cada vez una excede a la anterior.
En
los últimos años, es presuntuoso como Vicepresidente decir esto, pero nos hemos
llegado a conocer, y a nuestras familias, y yo quiero tomar esta oportunidad
para agradecerle y decirle que yo admiro su liderazgo; admiro su compromiso con
la reforma.
Usted
asumió el mando, comprometiéndose a reformar ciertas cosas. Una reforma que
trataba de efectuarse por décadas y décadas para beneficiar a su pueblo.
Pero
quiero tomar esta oportunidad para halagar su inquebrantable compromiso hacia
esta relación entre Estados Unidos y México; dos grandes naciones que, creo yo,
finalmente han llegado al punto en que cada una comprende que se beneficia del
éxito de la otra.
No
hay nada que los Estados Unidos de América quiera más que el continuo éxito y
crecimiento de México, porque en la medida en que esto ocurra, todo
internamente en México se mejora y todo en la frontera, y en el resto de
Norteamérica también mejora.
Ha
habido mucha retórica dañina e inacertada, y casi siento la obligación de pedir
disculpas con esta campaña presidencial en mi país, y que han hablado sobre los
mexicanos. Ésta ha sido una campaña ardua y encarnecida.
Y
sólo quiero decirle y hacerle saber, señor Presidente, que la retórica más
calurosa de algunos de estos candidatos no representan a quienes somos
nosotros, el pueblo de Estados Unidos; no es la opinión de la mayoría de la
gente de mi país. Es lo opuesto.
Y
quiero recordarle a todos, señor Presidente, y esto se lo hago recordar a todo
el mundo cuando puedo, de ciertos hechos que la gran mayoría del pueblo
estadounidense, así como los mexicanos, se pasan casi todo el día tratando de
ganarse la vida para darle de comer a sus hijos, pagar sus gastos y mantener a
una familia.
Pero
esto, también, se sabe intuitivamente en Estados Unidos; que Estados Unidos y
México comercian más de mil 500 millones de dólares al día; mil 500 millones de
dólares al día.
Seis
millones de trabajadores estadounidenses tienen un trabajo debido al comercio
con México, o dependen de ese comercio con México; y Estados Unidos vende más a
México que a Brasil, Rusia, India y China en conjunto; Brasil, Rusia, India y
China conjuntamente. Además, el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas
van a Estados Unidos.
Tenemos
una expresión que dice: estamos unidos aquí, en la cadera, como hermanos
siameses, y nos beneficiamos del éxito de uno y del otro, porque nosotros no
sólo nos vendemos y compramos cosas, sino que creamos y construimos cosas, y
compartimos valores comunes y una visión compartida del futuro. Su gente tiene
los mismos sueños que la mía.
Y
a medida que esta relación continúa creciendo y mejorando, existe esta
posibilidad de lograr estos sueños, de que ellos obtengan sus sueños.
Y
ésta es la primera vez en que estamos llegando a la proporción y la escala, se
podría decir, de cambio, que realmente se va a ver aún más en el pueblo, que la
gente en la calle va a ver que es una relación beneficiosa.
Así
que ésta es una relación de la más alta prioridad para el Presidente Obama y
para los Estados Unidos. Y será así, no importa qué más pase en el mundo, ni
que otra crisis exija nuestra atención; ésta es una relación importantísima,
políticamente, económicamente y estratégicamente hablando.
Actualmente,
el Presidente y yo hablamos, como dijo, de una gran gama de temas vitales para
ambas naciones.
Como
dije anteriormente, la asociación económica entre Estados Unidos y México
representa 600 mil millones de dólares al año. Y yo puedo predecir que va a
exceder, quizás, tres billones de dólares al año eventualmente.
Y
estoy aquí, en México hoy, para la Tercera Sesión de nuestro Diálogo Económico
de Alto Nivel, el DEAN, para continuar integrando y haciendo crecer nuestras
economías para el beneficio de nuestros ciudadanos.
Desde
el que el Presidente Peña Nieto y Obama tuvieron esta idea, de que iniciaron el
primer diálogo, y desde que el Presidente Peña Nieto y yo lanzamos el primero,
en el 2013, hemos ya logrado resultados importantes, algunos ya mencionados por
el Presidente.
Asegurándonos
de que nuestras fronteras permitan el comercio lícito. Siempre hablamos del
tránsito ilícito, y ocurre, pero asegurar que sea comercio legal; lícito y
seguro entre nuestros países para poder comerciar aún más, es aún y más,
quizás, importante.
Mejorando
nuestra colaboración en energía para tomar la ventaja competitiva que comparten
nuestras naciones, no sólo en gas y petróleo, pero incluyendo oportunidades
para energía geotérmica, solar, eólica y de biomasa. Estamos llegando casi a
mil millones de dólares en proyectos de construcción de energía eólica y solar
en la frontera.
Invertir
en nuestros pueblos, en nuestra gente, con mayores intercambios estudiantiles
para ayudar a crear una mejor fuerza laboral y crear la mejor fuerza más
capacitada del mundo.
Mi
profesor decía: por qué nos tienen que ganar. Esto no tiene que ocurrir. México
y Estados Unidos también son parte, forman parte del TPP, y podemos iniciar la
ejecución de nuestros compromisos y llevar esto a un nivel nuevo y racional,
con mayores protecciones para el medio ambiente y los trabajadores. Eso hará
que 40 por ciento del PIB del mundo, que lo cual significa más oportunidades
para los trabajadores en Estados Unidos y en México.
Ahora,
estamos promoviendo y alentando a que se apruebe el TPP para poder ejecutar
todos esos compromisos ahí, contenidos; los derechos laborales, derechos de los
trabajadores, propiedad intelectual, protección del medio ambiente,
asegurándonos de que los tribunales adjudiquen de una maneja justa las
diferencias.
Y
también, hablamos sobre cómo dirigirnos a los desafíos de seguridad pública que
enfrentan ambos países. Nuestras fuerzas del orden y de seguridad trabajan
conjuntamente para contrarrestar el tráfico de drogas, armas y otros productos
ilícitos.
Por
medio de esa iniciativa, estamos invirtiendo para mejorar la capacidad de
México, de desmantelar estos cárteles y organizaciones criminales.
Actualmente,
hoy, hablamos de la importancia de los derechos humanos y de aquellos que
tratan de hacer prevalecer su voluntad por medio de la violencia y la
intimidación. Estos son grandes desafíos, ya hemos hablado sobre esto; no se
van a resolver de la noche a la mañana. Habrá que correr riesgos.
Va
a requerir, también, un compromiso, mantenido a través del tiempo, de ambas de
nuestras partes; Estados Unidos va a continuar estando a su lado en esto, en la
lucha contra los traficantes, el Estado de Derecho y nuestra preocupación
regional y mundial.
Esta
relación tiene una dimensión mucho más grande, y los desacuerdos a nivel internacional
no existen. Y tenemos, además, un deseo sobrecogedor de que el Caribe y el
Istmo empiecen a tomar su lugar en el mundo como naciones libres de corrupción
que, de hecho, tienen capacidad energética y pueden sostenerse
independientemente.
Vamos
a continuar creando esas relaciones para apoyar a nuestros vecinos en
Centroamérica, para tratar de erradicar la corrupción y la violencia endémica y
crear sociedades prósperas para nuestros ciudadanos, para que ellos tengan el
instinto de quedarse en casa en vez de tener que huir.
Ayer,
me reuní con los Presidentes de Honduras, El Salvador y Guatemala. Es como,
creo, la tercera o cuarta reunión, ya ni recuerdo.
Hemos
establecido un plan de 750 millones de dólares para ayudarles a mejorar sus
gobiernos, erradicar la corrupción, tener mejores oportunidades energéticas y
permitirles adelantar, de cierta manera, como lo hace el resto del mundo.
Imagínense
el valor agregado que esto sería si desde la frontera Sur de México hasta
Colombia hubieran países libres de corrupción. Todos ellos, señor Presidente,
reconocen la importancia de la relación entre Estados Unidos y México para dar
prosperidad y seguridad a la región, tal como usted y yo ya hablamos, y yo no
voy a dar más detalles de eso acá.
Pero
cuando ustedes, Presidente Peña Nieto, qué pueden hacer, el trabajo que están
haciendo en la frontera Sur, con el oleoducto y una serie de cosas que pueden
mejorar la vida y circunstancias de la gente de su frontera Sur.
Y
además, señor Presidente, hablamos en gran detalle de los pasos a tomar para
desalentar a la gente de correr, de no poner en riesgo sus vidas tratando de
hacer el viaje tan peligroso de México hacia Estados Unidos.
Quiero
agradecerle a usted, señor Presidente, por su ayuda en este problema tan serio.
También,
mientras luchamos para integrar nuestras economías y mejorar nuestra
competitividad, y la de Latinoamérica, nuestra región puede, y lo digo
sinceramente; puede y debería ser la mayor oportunidad de crecimiento económico
y oportunidades de crecimiento en Latinoamérica, y de la producción energética
para este siglo.
Y
no existe ninguna razón por la cual no podamos tomar y alcanzar ese futuro
previsto, para crear un hemisferio que deseamos.
Como
ya le dije al público y al Presidente, por primera vez en la historia una
persona racional puede observar este hemisferio desde el Ártico, el círculo
Ártico, desde Canadá, hasta la punta Sur de Argentina.
Y
pensar en la realidad de una clase media, segura, democrática, y que el
hemisferio entero sea así, de punta a punta, de Norte a Sur y de Sur a Norte.
No lo hemos logrado aún, pero conjuntamente podemos lograrlo.
Esto
es lo que quiero decir con tomarse el futuro o alcanzar ese futuro predicho.
Con
el Papa, tuve la oportunidad, que me reuní dos veces con él y con mi familia
cuando visitó Estados Unidos. Y la semana pasada, cuando él hizo una misa para
miles de personas en Juárez, México, que simultáneamente se estaba celebrando
en un estadio lleno en El Paso, Texas. Eso, creo, que fue un testamento de los
lazos que nos unen.
Él
dijo, sin hacer referencia a que alguien no era cristiano, pero lo cristiano,
es no crear murallas, pero crear, construir puentes. Así es como se hace;
construyendo puentes. Como nación, eso es lo que hay que hacer; construir
puentes.
Somos
dos naciones. Cada una con sus propias necesidades y sus propios intereses,
pero somos dos naciones que comprenden que nuestras necesidades e intereses son
mejorados en colaborar la una con la otra.
Por
lo tanto, señor Presidente, una vez más, le agradezco su liderazgo, su
hospitalidad.
Esto
ha sido breve, pero ha sido un viaje muy productivo, y espero verlo en
Washington, al tratar de continuar esta asociación entre México y Estados
Unidos de América, no sólo para el beneficio de nuestro pueblo, pero para la
región y el mundo.
Así,
agregamos aún más valor en combinación.
Muchas
gracias, señor Presidente.
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