13 ene 2018

El combate por la luz/

El combate por la luz/ 
De tanto ver la luz hemos perdido
la recta proporción de ese milagro, 
que otorga a la materia su volumen,
contorno fiel al mundo que queremos
y límite a los puntos cardinales.

A fuerza de costumbre, hemos dado en creer
que es un merecimiento, cada día,
que el día se levante en claridad
y que se ofrezca límpido a los ojos,
para que la mirada le entregue un orden propio,
distinto a los demás, y lo convierta
en nuestra inadvertida obra de arte.
Hay una ingratitud consustancial

al hecho de estar vivos, un intrínseco
poder de desmemoria, y nos impiden
brindar a cada instante el homenaje
que cada instante de verdad merece,
por su absoluta magia de estar siendo,
en vez de no haber sido en absoluto.
Con cada amanecer dubitativo,
con cada tumultuoso amanecer,
la luz arrasa el reino de la noche
y emprende su combate. En el confuso
magma de oscuridad, con cada aurora
triunfa la exactitud de cuanto existe
sobre la vocación de incertidumbre
que tienta con su nada a lo real.
En toda madrugada se renueva
un conjuro de origen, esa fórmula
que impuso el movimiento al primer día.
Somos testigos, en el alba pura,
del trono en que la luz alza su reino
y lo concede intacto a cualquier súbdito.
Conviene contemplar la luz con más paciencia,
brindarle una atención encandilada,
el sumiso homenaje con que un bárbaro
descubre reverente en su aventura
la tierra que jamás ha visto nadie.
De "Metales Pesados" 2001
Carlos Marzal, poeta español nacido en Valencia en 1961.
Inscrito en la llamada Poesía de la experiencia, es profesor de literatura en el Instituto Puerto de Sagunto  y ejerce como crítico literario en el ABC Cultural. 
Ha sido codirector, durante los diez años de su existencia,  de Quites, revista de literatura y toros.
Su obra se ha incluido en las más importantes antologías poéticas y ha sido galardonada, entre otros, con los  siguientes premios: Premio de la Crítica 2002, Premio Nacional de Poesía 2002, por «Metales Pesados»  y en el 2003, Premio Loewe por «Fuera de mí». 
Además de las obras citadas, también ha publicado «El último de la fiesta» en 1987, «Cuatro noches» en 1988, 
«La vida de frontera» en 1991, «Los países nocturnos» en 1996 y «Poesía a contratiempo» en 2002, así como  la traducción al castellano de «Andén de cercanías» 1995, del poeta catalán Enric Sòria.

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