26 ago 2019

De mañaneras, cretinos y algo más

Que insulte a un periodista o a alguna otra persona es, salvo personas relevantes, un pie de página en la crónica de su sexenio. Pero si resuelve políticas públicas o acciones estratégicas sin información, manipulado con mentiras por sus asesores, sí tenemos un problema como país....”
Abajo las dos mañaneras donde se aborda el tema de Rivapalacio...
El C. Presidente Presidente dijo la semana pasada que él no puedo acusar sin pruebas ..."y no hago juicios -como se dice en la Biblia- juicios temerarios; además, no se puede acusar por acusar, menos el titular del Ejecutivo, menos el presidente...."

Orale!
Y las dos columnas..de Raymundo: El negocio de las mañaneras/ Raymundo Riva Palacio
De mañaneras, cretinos y algo más/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal/
El Financiero.., 26 de agosto de 2019

El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a uno de sus temas favoritos: insultar periodistas. En esta ocasión le tocó a quien esto escribe, a quien llamó cretino por haber publicado una columna “El negocio de las Mañaneras”, el lunes pasado, donde se hacía referencia a que empresas estaban aprovechando el formato caótico que tienen sus conferencias de prensa matutina, para plantar preguntas, pagando 200 mil pesos a quien la formulara, para obtener del Presidente una respuesta que apoyara sus intereses particulares. Fue un denuesto gratuito. No le faltaré el respeto a López Obrador, por la investidura presidencial, ni a Andrés Manuel, como individuo, porque los vituperios no son lo mío.
La ofensa la hizo el viernes durante su mañanera en Villahermosa. (abajo texual) En la víspera le habían hecho la pregunta en Palacio Nacional, pero había eludido una respuesta directa. En esta ocasión no sólo la tomó, sino que mostró su enojo, que es una apreciación subjetiva, y su desinformación, que es una apreciación objetiva. El rápido intercambio de preguntas y respuestas, fue así:
Presidente: “Nosotros tenemos que entender que la política es un imperativo ético, no puede haber un doble discurso, una doble moral. Digo esto también porque leyendo ayer (Sic fue lunes s), de un columnista de esos famosísimos, que eran muy famosos pero ya ahora las redes sociales están arrasando, tienen que revisar eso los columnistas famosos de antes. Decía un columnista que aquí pagábamos, repartíamos chayo de 200 mil pesos. A ver, a ver, a ver ¿cómo está eso?”.
-Periodista: “¿Riva Palacio?”.
Presidente: “Sí, Riva Palacio. Imagínense la falta de respeto, que además qué desfachatez. Eso no es cinismo, es cretinismo. Pero hay que respetar a todos, ¿no?”.
Curiosa su forma de respeto. Pero veamos.
 El Presidente acusó: “Decía un columnista que aquí pagábamos, repartíamos chayo de 200 mil pesos”. El texto dice lo siguiente:
“… es una conferencia sin acotamientos ni reglas de juego, donde López Obrador se lanza todos los días a la selva, donde hay interlocutores domesticados que se mezclan con profesionales de la información. Ahí era donde se encontraron las ventanas de oportunidad. Si el Presidente respondía cualquier pregunta, ¿habría manera de controlar las preguntas que pudieran afectar a una persona o a una empresa? ¿Podría haber censura previa de esas preguntas?
“No era posible tener ese control. La jungla en Palacio Nacional es real. Lo que sí encontraron, cuando menos en dos casos que han trascendido, es que si no se podía impedir una pregunta y una respuesta del Presidente, sí se podía contratar que uno de los presentes cotidianos en ‘las mañaneras’ repreguntara para lograr hacer un control de daños y minimizar la crisis que podría desatar un comentario negativo de López Obrador en cadena nacional. Por 200 mil pesos hubo personas que asisten todas las mañanas a la comparecencia del Presidente, que aceptaron la tarea de contrapreguntar”.
Entonces, el Presidente se equivocó, leyó mal o le informaron peor. En el texto, para evitar confusión, desinformación o mala fe, se puntualizó: “El negocio de ‘las mañaneras’, es pertinente saberlo y tenerlo presente, no es algo diseñado o tolerado por López Obrador”. (El subrayado es mío).
La diatriba del Presidente es difamatoria porque es mentira. La columna mencionó que era una iniciativa de empresas, no de la Presidencia, y que López Obrador era ajeno a esos manejos. En todo caso, como demuestra la manipulación que hizo de él quien le proporcionó combustible para la calumnia, demuestra que “el formato que él construyó, que diariamente alimenta y que casi siempre goza, a decir por su lenguaje de cuerpo, favorece la existencia de estas estrategias que aprovechan las condiciones inéditas en las que se da la comunicación circular”.
Después de sus insultos, paradójicamente, quien esto escribe recibió más información sobre el tema: un contratista de una empresa paraestatal ofreció dinero para que le hicieran una pregunta al Presidente, y pudiera conocer la posición de López Obrador sobre un tema específico de su mayor interés; un gobierno estatal también pagó para plantar otra pregunta para que, al ventilarse públicamente el tema de su interés, pudiera desencadenar una serie de acciones de gobierno; y en otro caso, la crítica a una empresa la obligó a pagar desplegados en prensa para neutralizar los ataques. ( y también sabemos de municipios que mandan reporteros...)
La columna mostraba la vulnerabilidad del modelo de comunicación y sus riesgos, para que se pudieran hacer ajustes. Era un ejercicio normal en la prensa, alumbrar donde se considera hay algo que debe observarse para corregirse. En los medios no se espera agradecimiento por lo que es su trabajo, pero tampoco una filípica. En cualquier caso, este momento no deja de ser parte de la picaresca matutina y del anecdotario profesional. Sin embargo, hay una variable preocupante.
Si el Presidente decidió subirse a una locomotora y estrellarse contra un muro, con injurias sin el menor sustento y totalmente errático, la pregunta y duda es si así es como toma las decisiones que afectan la vida de 130 millones de mexicanos. Que insulte a un periodista o a alguna otra persona es, salvo personas relevantes, un pie de página en la crónica de su sexenio. Pero si resuelve políticas públicas o acciones estratégicas sin información, manipulado con mentiras por sus asesores, sí tenemos un problema como país. López Obrador se mostró como un Presidente con la sangre caliente, capaz de sacar su retórica más violenta sin tener la información correcta. No es la forma como se deben tomar las decisiones, menos aún las de un jefe de Estado. Su responsabilidad requiere de eso, responsabilidad, que es lo menos que debemos exigirle al Presidente.
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El negocio de las mañaneras/ Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero, lunes 19 de agosto de 2019
rivapa
La modalidad única en el mundo de comunicación política instaurada por Andrés Manuel López Obrador en lo que se conoce como la 'mañanera', ha sido útil y funcional para los propósitos del Presidente. Aunque cualitativamente no domina la agenda informativa –aproximadamente siete de los 10 temas que trascienden a la opinión pública son los que plantean los medios–, cuantitativamente domina la conversación, lo que le permite mantener sólido el consenso para gobernar. El ritual de la 'mañanera' ha ido evolucionando en la manera como la perciben sus interlocutores y generado una diversidad de estrategias para propósitos diferentes.
En un principio todo era expectativa, que rápidamente viró a ser un espectáculo que generaba angustias y temores, al ser utilizado por el Presidente para ajustar cuentas con individuos o sectores. Desde el atril convertido en patíbulo, juzgó y sentenció a empresarios y empresas, periodistas y medios, organizaciones de la sociedad civil y políticos de oposición, utilizando el terror como método de sumisión. Tuvo éxito con algunos a los que arrodilló, mientras que otros de sus interlocutores comenzaron a imaginarse formas más inteligentes para poder obtener los mejores frutos de la maravillosa oportunidad de tener todos los días durante casi una hora y media al Presidente, respondiendo todo tipo de preguntas.
De esta peculiaridad extraordinaria en la relación permanente con el Presidente, que a la vez generó la certidumbre de que en la 'mañanera' siempre atacaría a una persona, organización, negocio o sector que se le atravesara en su estilo de gobernar y su proyecto de cambio de régimen, varios interlocutores comenzaron a analizar y descubrir ventanas de oportunidad para sacar un mayor provecho, más allá de lo meramente informativo, de esas comparecencias públicas. El formato ampliaba las posibilidades.
Periodistas de medios perfectamente acreditados acuden al ejercicio diario, pero una de las innovaciones en las 'mañaneras', comparado con el realizado a principios de esta década cuando López Obrador era jefe de Gobierno en la Ciudad de México, fue la inclusión y participación de personas ajenas a los medios de comunicación, pero que experimentaban con otras formas de comunicarse con la gente. La mayor novedad fue la integración –siempre sentadas y sentados en la primera fila del salón de las comparecencias–, de representantes de medios nativos digitales, todos proclives al Presidente y dispuestos a preguntar cualquier cosa para denostar a sus interlocutores críticos, lanzar lisonjas sin pudor a López Obrador, y hacerle preguntas a modo para que pueda ajustar alguna cuenta pendiente, enfatizar en una idea o desviar la opinión pública de un tema incómodo.
Lo más importante de todo es que pese a la colocación de preguntas para inyectar oxígeno político al Presidente, no hay filtro alguno. Es decir, es una conferencia sin acotamientos ni reglas de juego, donde López Obrador se lanza todos los días a la selva, donde hay interlocutores domesticados que se mezclan con profesionales de la información. Ahí era donde se encontraron las ventanas de oportunidad. Si el Presidente respondía cualquier pregunta, ¿habría manera de controlar las preguntas que pudieran afectar a una persona o a una empresa? ¿Podría haber censura previa de esas preguntas?
No era posible tener ese control. La jungla en Palacio Nacional es real. Lo que sí encontraron, cuando menos en dos casos que han trascendido, es que si no se podía impedir una pregunta y una respuesta del Presidente, sí se podía contratar que uno de los presentes cotidianos en las 'mañaneras' repreguntara para lograr hacer un control de daños y minimizar la crisis que podría desatar un comentario negativo de López Obrador en cadena nacional. Por 200 mil pesos hubo personas que asisten todas las mañanas a la comparecencia del Presidente, que aceptaron la tarea de contrapreguntar –en el entendido que quien temía que iba a ser balconeado de manera negativa, les entregara un menú de respuestas ante probables preguntas.
La falta de organización y control en las 'mañaneras', junto con la eterna disposición del Presidente para hablar de todos los temas y tener una respuesta para cada cuestionamiento, duda o exigencia para que tome una posición, fue vista en otro caso por un interesado que pagó para que uno de los habituales en Palacio Nacional hiciera preguntas con intencionalidad negativa sobre una empresa competidora, en busca de una respuesta negativa. En este caso, el intento no resultó, porque ante la provocadora pregunta, López Obrador evadió la insidia.
El pagar para que se hagan las preguntas, como fue en este caso, no logró el objetivo por la forma como reaccionó el Presidente. La contrapregunta, hasta donde se sabe, nunca hubo necesidad de hacerla. El negocio de las 'mañaneras', es pertinente saberlo y tenerlo presente, no es algo diseñado o tolerado por López Obrador. Sin embargo, se puede argumentar, el formato que él construyó, que diariamente alimenta y que casi siempre goza, a decir por su lenguaje de cuerpo, favorece la existencia de estas estrategias que aprovechan las condiciones inéditas en las que se da la comunicación circular, como describe el Presidente el ejercicio, parafraseando lo que alguna vez le explicó Carlos Monsiváis, sin orden ni filtros.
También se puede argumentar que están timando al Presidente, cuyo cristianismo moldea su convicción sobre la buena fe de las personas y que seguramente jamás pensó que este tipo de arreglo pudiera construirse en las 'mañaneras'. Los interesados con agendas extrainformativas han encontrado la vulnerabilidad en este evento, eje rector de su gobierno. Influir en el Presidente es muy difícil para sus colaboradores, pero la debilidad que lo hace susceptible a manipulación es su protagonismo, verticalidad y desorden en la organización del instrumento que inventó.
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¿Como fue lo de la mañanera?
Leamos el contexto...cuando difamó a Raymundo Riva Palacio
Pregunta un reportero...Dos preguntas, presidente, y si es posible en la primera también contar si se puede con la opinión de la secretaria de Energía.
Se nos da a conocer que la Secretaría de la Función Pública ha inhabilitado por 10 años a quien era asesor del director de Pemex Exploración y Producción, Bernardo Bosch. Quisiera ver si ustedes tienen alguna información sobre este caso.
Aparentemente es porque, como que no hay coincidencia entre su situación financiera con los ingresos con lo que están detectando que tiene como patrimonio. Este es la primera pregunta.
Se entiende que él es familiar de quien ahora ocupa la presidencia del Senado (Marti Batres) , algunos han referido que esto podría tener… que le hubiera podido brindar alguna protección; sin embargo, se está dando esta inhabilitación. Quisiera conocer su opinión.
PRESIDENTE : Miren, no sabía sobre esta información, nada más decir que si es una inhabilitación se tiene que cumplir sea quien sea. Cuando estoy hablando de que no va a haber impunidad, incluyo a mi familia, nada más me hago cargo de Jesús Ernesto, porque es menor de edad.
Entonces, no voy a sudar calenturas ajenas, tengo un compromiso con el pueblo de México: acabar con la corrupción y no hay trato especial para nadie.
También, pues se pueden decir muchas cosas, pero nosotros tenemos que entender que la política es un imperativo ético, no puede haber un doble discurso, una doble moral.
Digo esto también porque estaba yo leyendo ayer de un columnista, de esos famosísimos -que eran muy famosos, pero ya ahora las redes sociales están arrasando, tienen que revisar eso los columnistas famosos de antes- decía un columnista que aquí pagábamos, repartíamos chayo de 200 mil pesos.
A ver, a ver, a ver, ¿cómo está eso?
PREGUNTA: Riva Palacio
PRESIDENTE: Sí, Riva Palacio. Imagínense, la falta de respeto, además qué desfachatez, eso no es cinismo, es cretinismo, pero hay que respetar a todos....
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Un día antes -jueves 22- en Tabasco se abordó el tema...del “chayote”, y habló de respeto......
PRESIDENTE: Sobre esto que quede claro, nosotros no damos subvención, como se conoce coloquialmente, no hay chayote, no se cultiva el chayote.
A mí una vez un periodista me platicó de cómo era antes el reparto del chayote’ o de los sobres. Me platicó que había un periodista que era dormilón, iba en el camión de los periodistas y cuando subía el de prensa del gobierno a entregar el chayote, iba entregando estaba dormido, pero hacía así.
Entonces, le ponía el sobre y decía: ‘Faltan 100’, o sea, que había piquete de ojo, el que entregaba aplicaba el llamado piquete de ojo. Pero este sí sabía cuándo tenía que despertar y sabía pesar, decía: ‘Faltan 100’.  Entonces, hay muchas anécdotas sobre eso, ya eso es para la picaresca política, ya eso no se da.
Y también no hay que pelearse, porque se está dando un fenómeno también natural de que como hay la participación emergente de las redes, entonces los medios, vamos a decir, convencionales en algunos casos, no en todos, tienen celos y sentimientos. Entonces, es un reacomodo, es un proceso de tránsito que se está viviendo.
Mi recomendación es: todos son periodistas, todos están llevando a cabo su trabajo, lo hacen muy bien, no son chayoteros, ya eso está pasando a la historia, incluso la mayor parte de los periodistas, sea de redes sociales o sea de medios convencionales, son gentes jóvenes ya con una concepción nueva, distinta. Entonces, no confrontarse.
Son muy pocos los que todavía vienen de las anteriores prácticas, pero también merecen respeto todos, todo mundo debemos de respetarnos; pero sí es un asunto interesante, porque se llegó a decir de que aquí venían quienes estaban siendo financiados por nosotros.
Nosotros no les vamos a faltar el respeto a nadie, a nadie y no vamos a censurar a nadie. Además imagínense, si no hay censura… digo, si no hay oposición, si no hay crítica…
INTERLOCUTOR: En ese sentido déjeme preguntarle, presidente.
Aquí hay varios columnistas que han dicho que aquí adentro de las mañaneras hay reporteros que cobran hasta 200 mil pesos por una pregunta.
¿Usted tiene identificados a esos personajes?
PRESIDENTE: No, no existe eso, pero tampoco hay que tomar muy en cuenta eso.
PREGUNTA: ¿Mienten?
PRESIDENTE: Sí, mienten. Pero imagínense si nos atenemos a todas esas campañas de desprestigio, no podríamos vivir, hay muchísimas notas falsas.
Lo más importante es estar bien, es estar bien con nuestra conciencia y pueden estar diciendo lo que sea; además, si no hay pruebas, si no hay evidencias, si no es cierto, así como se decía antes de que la calumnia cuando no macha, tizna, así también ahora, se le revierte al que calumnia.  Yo he visto cuando se dice una mentira y queda en evidencia.
Lo de la longaniza, por ejemplo, ¿cómo les fue a los de la longaniza?, porque ya no es el tiempo en que se amarraban los perros con longaniza, con todo respeto, o sea, ya es otro tipo de cosa.
Entonces, tampoco hay que tomarlo muy en cuenta. Lo que tienen que ver -y esto es una recomendación de veras que de buena fe- es que la gente, y sobre todo los jóvenes, ya tienen otra manera de informarse. Nosotros teníamos que leer el periódico, o sea, lo disfrutábamos, la lectura del periódico, ya los jóvenes ya no.
Lo mismo que en el caso de la televisión, que un joven esté viendo un noticiero es muy raro.
¿Cómo se informan?
Hay personajes en redes que tienen mucha más comunicación, es decir, interactúan más que los programas, vamos a decir, formales de medios. Eso es lo que se tiene que atender para que no nos quedemos rezagados, porque ya no vamos a cambiar eso.
¿Cómo le voy a decir a Jesús o Ernesto: Vete a la esquina y compra el periódico; o ponte a ver el noticiero? si están con el aparatito.
Bueno, ya, ya me voy....

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