24 ago 2025

Acordeones/Carlos Elizondo Mayer-Serra

Acordeones/Carlos Elizondo Mayer-Serra 

REFORMA, 24 agosto 2025;



El magistrado del Tribunal Electoral Reyes Rodríguez Mondragón propuso anular la elección de ministros de la Suprema Corte: "el uso de acordeones estaba permitido siempre y cuando fuera elaborado y utilizado por una persona para su uso individual y discreto [...]. Sin embargo, estaba prohibida la difusión y exposición de estos materiales con el fin de direccionar el sentido del voto de la ciudadanía, pues en ese escenario, los acordeones constituyen propaganda electoral ilícita".

Uno de los argumentos contra la tesis de Reyes Rodríguez es que no hay pruebas sobre la autoría de los acordeones. Para Mónica Soto, presidenta del Tribunal: "Sí está acreditada la existencia de acordeones. [pero...] Si yo traigo esta prueba tengo que traer los datos, dónde se hizo, cuánto costó, quién lo hizo, a quién se le dio".

Esto es absurdo. Si aparece un muerto a balazos con una pistola abandonada, sin registro ni huellas dactilares, pero cuyas balas están en el cuerpo del occiso, es un asesinato. Una cosa es decir que no se sabe quién fue el homicida, otra que no hubo un crimen.

Como lo han argumentado varios analistas, los resultados de la elección judicial son estadísticamente imposibles de explicar sin la existencia de los acordeones impresos. Estos ordenaron el voto. Resultó ser un mecanismo similar a las listas de los diputados plurinominales, ordenadas por los líderes partidistas para garantizar el triunfo de los favoritos. En el caso de los plurinominales eso sí está permitido por la ley.

Los futuros integrantes de la Suprema Corte fueron los nueve candidatos que aparecían en los acordeones impresos. Las tres candidatas que ya eran ministras -y por lo tanto bastante conocidas- obtuvieron una votación similar a los otros 6 ministros electos, de los cuales prácticamente nadie había oído hablar. El futuro presidente de la Corte obtuvo más votos que ellas, gracias al apoyo de algunos gobernadores, según acusó la ministra Lenia Batres. En el resto de los puestos importantes donde se eligió juzgadores sucedió algo similar.

El gobierno ha justificado la sustitución de un sistema judicial propio de una democracia constitucional por uno de elección popular, debido a la legitimidad que supuestamente da el voto de los ciudadanos. Más allá de la confusión sobre la responsabilidad de un juzgador, la cual es velar porque se cumpla la ley, aunque su decisión pueda ser impopular, sabemos que fue una elección orquestada desde arriba. La gran mayoría de la ciudadanía no votó y un porcentaje alto de los que sí votaron lo hicieron guiándose por su acordeón.

Lo preocupante es la capacidad del gobierno de imponer cualquier decisión, por más absurda que sea. La votación sobre la nulidad quedó 3 a 2, como en muchos de los temas polémicos decididos por este Tribunal Electoral. Siempre están los interesados en quedar bien con el poder.

Este nuevo Poder Judicial no tiene legitimidad electoral. Tampoco una basada en el mérito ni en la trayectoria profesional de los juzgadores. En otros países, esta última les da credibilidad ante la sociedad. Confesión de que nada de lo técnico importa, el Tribunal también validó los triunfos de 45 candidatos que no cumplieron con el promedio de licenciatura mínimo para poder ser electos. Un criterio que no garantiza que la persona elegida esté preparada para ser juzgador, pero ni sus reglas respetaron.

Esperemos que en el ejercicio de su trabajo nos den una sorpresa y muestren conocimiento jurídico, honestidad e imparcialidad. Pero me temo que, como ya anunció el futuro presidente de la Corte, buscarán hacer una suerte de mañaneras judiciales para construir la narrativa de que están defendiendo al pueblo, un concepto impreciso y vago que puede justificar cualquier cosa. En el mundo del Derecho esto no es una buena noticia. Tampoco lo es que seguramente evitarán confrontarse con el poder político. Ya vieron qué le pasó al Poder Judicial saliente por haberlo hecho. 

@carloselizondom

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