20 sept 2025

Las columnas políticas hoy, domingo 21 de septiembre de 2025

La sombra del crimen acecha en Tabasco

La reciente visita de la presidenta de la República a Tabasco se vio opacada por una serie de actos violentos que no podemos ignorar. Incidentes como la quema de un vehículo, el uso de ponchallantas y, lo más grave, una narcomanta dirigida a ella, exponen un problema estructural y persistente: la presunta colusión entre autoridades y el crimen organizado.


La narcomanta no fue solo una amenaza, sino una acusación pública que señaló directamente a un exfuncionario: Irving de Jesús Jiménez. El mensaje lo vincula supuestamente con líderes criminales como "el Pelón de Playas" y "La Barredora". Esta denuncia, que conecta la delincuencia directamente con la estructura de seguridad del estado, es alarmante y exige una investigación inmediata y transparente.

Los hechos ocurridos en la avenida César Sandino y Luis Donaldo Colosio no son incidentes aislados. Son manifestaciones de una profunda disputa territorial que afecta a la ciudadanía. La inacción de las autoridades, que no lograron ninguna detención a pesar de haber acordonado la zona, envía un mensaje de impunidad que solo fortalece a los grupos criminales.

Mientras el gobierno federal se enfoca en políticas de seguridad a nivel nacional, la realidad demuestra que la batalla contra el crimen se pierde cuando las estructuras locales parecen estar comprometidas. La paz en Tabasco no llegará hasta que se rompa este pacto de impunidad y se limpie la corrupción dentro de las instituciones de seguridad.

Nuevas acusaciones contra Hernán Bermúdez

Además, el periódico Reforma ha revelado nuevas acusaciones contra Hernán Bermúdez, ahora implicado en extorsión a gasolineros. El modus operandi del grupo consistía en obligar a empresarios a vender huachicol y, a quienes se negaban, los secuestraban y les despojaban de sus estaciones de servicio.

Tal es el caso del empresario Ramón Martínez Armengol, quien relató que fue forzado a vender 90,000 litros de huachicol por semana. El grupo criminal vendía el combustible a un precio inferior al del mercado legal y exigía que la mitad de las ganancias fueran entregadas a Bermúdez.

¡Qué cochinero!

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Denuncian que Bermúdez aterrorizaba a gasolineros

Nota de Abel Barajas, Cd. de México (21 septiembre 2025)

Empresario que no aceptara el trato era despojado de sus estaciones de servicio, de acuerdo con el testimonio de uno de los afectados.

Una de las víctimas de este modus operandi fue el empresario Ramón Martínez Armengol, dueño de Corporativo Paragas, quien fue "levantado" y perdió su estación de gasolina a manos del grupo delictivo, en el momento en que decidió ya no comercializar los combustibles ilegales, según su testimonio.

REFORMA tuvo acceso a las órdenes de aprehensión giradas contra Bermúdez, ex Secretario de Seguridad de Tabasco del Gobierno del morenista Adán Augusto López, por los delitos de asociación delictuosa, extorsión, secuestro exprés y delincuencia organizada en las que consta el caso del gasolinero.

El 28 de febrero la FGR y el Ejército aseguraron la gasolinera despojada a Martínez Armengol, en la carretera a Samarkanda, Colonia José María Pino Suárez, en el Municipio de Centro, Tabasco.

El aseguramiento era parte de una historia de corrupción, chantajes y secuestro que había comenzado siete años antes, de acuerdo con las constancias judiciales.

Martínez Armengol relató el 6 de agosto, ante la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que, una vez que se sometió al trato, "La Barredora" le impuso la venta de tres pipas por semana, es decir, 90 mil litros, que tenían un valor aproximado de un millón 800 mil pesos en el mercado legal.

El negocio de "La Barredora" consistía en vender el litro de gasolina en 15 o 16 pesos cuando costaba 20. La mitad de las ventas las tenía que hacer llegar a Bermúdez, aseguró el empresario.

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Las columnas políticas hoy, sábado 20 de septiembre de 2025

Templo Mayor/ Reforma

EN EL SEXENIO de Enrique Peña Nieto hubo una estrategia para combatir al narco en Michoacán armando a pobladores para que combatieran a los temibles "Caballeros Templarios".

Y MANDARON como "Virrey" a Alfredo Castillo, quien cobijó entre otros personajes a Juan José Farías, alias "El Abuelo", personaje al que temían en Tepalcatepec y sus alrededores pues, disfrazado de líder de las "Autodefensas", consolidó su poder criminal en la región.

ENTONCES, el gobierno federal ignoró las acusaciones contra ese personaje que hace unas semanas fue catalogado en EU como un peligroso delincuente por quien se ofrece una recompensa de 10 millones de dólares.

Y AHORA, en Paraguay, fue detenido Hernán Bermúdez Requena, también conocido como "El Abuelo", quien siendo secretario de Seguridad en Tabasco se convirtió en el capo de todos los capos tropicales.

EN SU MOMENTO también fueron ignoradas las denuncias sobre su actividad delictiva hasta que las cosas se pusieron color de hormiga en el sureste y el gobierno decidió perseguirlo hasta casi la Patagonia.

COMO QUE ese respeto por "Los Abuelos" está saliendo muy caro.

EL ALCALDE de Hermosillo, Antonio "Toño" Astiazarán, echó ayer la casa por la ventana en su primer informe correspondiente a su segunda administración.

FUERTE fue el espaldarazo que recibió el guaymense, quien trae la mira puesta en la candidatura del PAN a la gubernatura de Sonora para 2027 pues, aunque en sus orígenes era tricolor, ahora es una de las principales figuras blanquiazules en la entidad.

EN EL ACTO lo acompañaron el dirigente nacional panista, Jorge Romero; el líder de la bancada azul en el Senado, Ricardo Anaya, y el yucateco Elías Lixa, coordinador de los azules en San Lázaro; todos muy sonrientes y aplaudiendo.

ESO SÍ, falta ver si la senadora también panista Lilly Téllez le disputará la candidatura o si le dejará el camino libre.

Y SEGURO las huestes de Morena tomaron nota de la convocatoria y el efecto del evento, pues también andan buscando candidato morenista para suceder a Alfonso Durazo. 

UNA BUENA: cuando la DEA pretendía atacar a narcos en México al inicio del actual periodo presidencial de Donald Trump, la Casa Blanca frenó la idea porque no tenían permiso del Congreso de EU para hacerlo.

UNA MALA: que ya circula entre actores políticos de EU una iniciativa que permitiría a Trump, además de matar a los narcos que considere como terroristas, atacar a los países que, desde su punto de vista, los hubieran ayudado.

UNA PEOR: sin tener permiso, Trump ya suma tres ataques a presuntas narcoembarcaciones. Si le dan permiso, le va a tirar ¡a todo lo que se mueva!

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Charlie Kirk, armas e internet/Jorge Ramos Ávalos 

REFORMA

Empecemos por lo más básico: la violencia política es injustificable. Y hay que denunciarla, venga de donde venga.

El asesinato del activista conservador Charlie Kirk en una universidad de Utah nunca debió ocurrir. Pero ocurrió y su funeral es este fin de semana. Su asesinato se realizó en un momento de grandes divisiones en Estados Unidos, con polarización, con mucha desinformación en las redes sociales y los algoritmos empujándonos a nuestras trincheras ideológicas, y con más armas que personas.

Muchos no estaban de acuerdo con la manera de pensar de Kirk -desde su rechazo al aborto y el apoyo irrestricto al uso de armas hasta sus críticas a los inmigrantes y a las personas transgénero- pero este activista conservador tenía todo el derecho de decir lo que quisiera. Y lo hizo. Hasta que lo silenciaron en un acto de absoluta cobardía y crueldad. Más allá de sus ideas, tenemos que reconocer que su método se basaba en el diálogo y el debate. Se metía a las universidades, ponía dos micrófonos en lugares públicos y argumentaba con cualquiera, sin ningún tipo de censura. Podía uno estar o no de acuerdo con él, pero no se le podía criticar de estar cerrado a un intenso intercambio de ideas.

Me enteré del asesinato de Kirk por dos adolescentes de 15 y 16 años que me textearon y me dijeron: "This is a big deal". Tenían razón. A pesar de sus ideas tradicionalistas, Kirk tenía millones de seguidores en las redes sociales y en su podcast. Su argumento era que los jóvenes estadounidenses eran mucho más conservadores de lo que sugerían las encuestas. Y los buscaba con mucho éxito.

El terrible asesinato de Kirk, lejos de promover un momento de reconciliación nacional, ha desatado un cruce de acusaciones entre demócratas y republicanos. Apuntan vagamente a la "ultraderecha" y a la "ultraizquierda" de la racha de atentados contra políticos de ambos partidos. El centro, el punto de encuentro, ha desaparecido.

El gran temor es que este tipo de violencia política se siga propagando en Estados Unidos. Y desafortunadamente hay dos condiciones que favorecen la polarización y el salvajismo: la desinformación en las redes sociales y la proliferación de armas.

En un país donde hay más pistolas, rifles y ametralladoras que personas, es muy fácil matar. Cualquier conflicto, prejuicio o trastorno mental se puede convertir en una masacre o una tragedia con un arma de fuego al alcance. No hay mucha ciencia en el argumento de que con menos armas habría menos muertos. Pero este es un debate cerrado en Estados Unidos y casi nadie se atreve a tocar -o a restringir- la Segunda Enmienda de la Constitución. Así, continuarán los tiroteos en las escuelas, universidades, iglesias y lugares públicos.

Además, internet nos está comiendo. Está inundado de mentiras, desinformación y de bots. Con la inteligencia artificial es difícil saber lo que es cierto y lo que es mentira. Todos dudamos constantemente de lo que leemos online y en las redes sociales. Particularmente cuando los ya famosos algoritmos nos alimentan con contenidos afines a nuestras ideas y nos alejan de puntos de vista distintos. Vivimos en burbujas. Esto ha creado una sociedad de opuestos. Y no hay nada más peligroso que ver a tu vecino, al inmigrante o al miembro del otro partido político como tu enemigo.

Desinformación, odio y armas forman una combinación explosiva.

Por muchos años se trató de convencer a las grandes empresas tecnológicas de vigilar y regular sus plataformas para evitar contenido falso y peligroso. Pero todos los esfuerzos fracasaron estrepitosamente. Ahora la responsabilidad de diferenciar entre los datos y las mentiras es de nosotros.

Parte de la solución está en tratar de convertir a todos en una especie de periodistas amateurs, comprobando que la información que utilizamos en las redes sociales sea verídica, revisando nuestras fuentes, basándonos en datos y evitando la difusión de mentiras, rencores y teorías conspirativas. Ante las dudas, más periodismo.

Charlie Kirk fue asesinado por un joven cargado de odio, malinformado y con acceso a un arma de fuego. El reto está en evitar una espiral de violencia política en Estados Unidos. Pero las cosas que escucho y veo no me dejan dormir.

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Clientes trabajando/Eduardo Caccia 

REFORMA, 21 septiembre 2025

El otro día, una usuaria de redes sociales relató su experiencia en un supermercado con cajas de autocobro. Había llenado su carrito, escaneado producto por producto, pagado y montado de nuevo todo en su carro. Antes de salir, la esperaba una empleada que revisaba tickets. La mujer levantó el suyo sin detener el paso y escribió después: "o me confían el trabajo o me regresan a los cajeros (humanos); no me interesa demostrar que hice gratis su labor. Yo no tengo descuento de empleado ni recibo salario. Ustedes, supermercados, obtienen la ganancia y destruyen empleos". Su crítica se volvió viral. Condensa una sensación compartida: estamos trabajando sin salario, disfrazados de clientes.

El autoservicio promete conveniencia, ahorro de tiempo, modernidad; en el fondo esconde una transferencia de responsabilidades: somos el nuevo empleado. Marx hablaba del "ejército industrial de reserva", ese contingente de trabajadores desplazados que sostiene el mercado laboral. Hoy, ese ejército invisible está formado por los cajeros sustituidos por pantallas que convierten al comprador en mano de obra gratuita. ¿Es progreso o una reconfiguración de relaciones? Yo, empresa, ahorro en sueldos y te hago creer que la innovación te beneficia. Tú, cliente, aceptas ser parte del engranaje porque piensas que ganas tiempo.

El supuesto beneficio se diluye en una paradoja: mientras nos venden autonomía, en la salida un guardia pide revisar lo ya revisado. Kafka sonreiría: la ilusión de libertad se convierte en la burocracia de la desconfianza. La máquina te habla en imperativos: "Coloque el artículo en la charola, retire su producto, pague ahora", y aún después, alguien duda de ti. La confianza que se pregona en el discurso se evapora en la práctica. De ahí la indignación: o confías en mí como cliente o regresas a quien hacía el trabajo con dignidad y salario.

En este desplazamiento perdemos más que empleos. Perdemos vínculos. La tecnología deja de servirnos cuando cruzamos el umbral en el que comenzamos a servirla. Esa frontera se traspasa cuando el contacto humano se sustituye por el algoritmo. La sonrisa o la breve conversación del cajero -ese mínimo gesto de humanidad- es reemplazada por una voz metálica que te advierte: "El artículo no fue escaneado correctamente". Lo que parecía un paso hacia adelante es, en términos antropológicos, un retroceso.

El supermercado es un escenario de la simulación. Nos hacen creer partícipes de un proceso que en realidad nos explota como engranes. No somos clientes, sino actores secundarios de una obra cuyo libreto ya fue escrito: trabajar gratis para que otros maximicen su rentabilidad. La ilusión de control -tomar el lector, escanear, embolsar- no es participación, sino sumisión disfrazada de modernidad. Además, ni bolsas nos dan (bajo un supuesto beneficio planetario).

La evidencia revela la trampa: lo que se enuncia como "eficiencia" es en realidad una "transferencia". Transfiere el trabajo, la responsabilidad y el costo humano. Como postuló Hannah Arendt, el trabajo debe tener sentido y propósito. Aquí ni salario hay. Normalizamos la precariedad, la hacemos rutina. Y peor aún, como consumidores, al aceptar la máquina, avalamos la desaparición de empleos para jóvenes, madres solteras, adultos mayores.

No toda innovación es progreso. El mito tecnológico nos ha hecho creer que lo nuevo es siempre mejor, pero a veces lo nuevo sólo es más rentable para unos cuantos y más costoso en términos sociales. Cuando escaneamos un producto, no sólo pasamos un código de barras: pasamos por alto la dignidad del trabajo. El precio oculto del "progreso" es la sustitución del humano por la máquina y del salario por la complacencia. Y todo envuelto en celofán brillante de modernidad.

El autoservicio nos revela una verdad incómoda: vivimos en un sistema que ha logrado lo impensable, convertir al consumidor en trabajador gratuito y feliz. La anécdota de la mujer en Instagram no es una queja aislada: es un espejo doloroso de nuestra época. Somos cómplices de la ilusión de eficiencia, mientras aplaudimos la desaparición de lo más elemental: el derecho a un empleo digno, a la interacción humana, al reconocimiento de que somos más que operadores de máquinas.


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