La sombra del crimen acecha en Tabasco
La reciente visita de la presidenta de la República a Tabasco se vio opacada por una serie de actos violentos que no podemos ignorar. Incidentes como la quema de un vehículo, el uso de ponchallantas y, lo más grave, una narcomanta dirigida a ella, exponen un problema estructural y persistente: la presunta colusión entre autoridades y el crimen organizado.
La narcomanta no fue solo una amenaza, sino una acusación pública que señaló directamente a un exfuncionario: Irving de Jesús Jiménez. El mensaje lo vincula supuestamente con líderes criminales como "el Pelón de Playas" y "La Barredora". Esta denuncia, que conecta la delincuencia directamente con la estructura de seguridad del estado, es alarmante y exige una investigación inmediata y transparente.
Los hechos ocurridos en la avenida César Sandino y Luis Donaldo Colosio no son incidentes aislados. Son manifestaciones de una profunda disputa territorial que afecta a la ciudadanía. La inacción de las autoridades, que no lograron ninguna detención a pesar de haber acordonado la zona, envía un mensaje de impunidad que solo fortalece a los grupos criminales.
Mientras el gobierno federal se enfoca en políticas de seguridad a nivel nacional, la realidad demuestra que la batalla contra el crimen se pierde cuando las estructuras locales parecen estar comprometidas. La paz en Tabasco no llegará hasta que se rompa este pacto de impunidad y se limpie la corrupción dentro de las instituciones de seguridad.
Nuevas acusaciones contra Hernán Bermúdez
Además, el periódico Reforma ha revelado nuevas acusaciones contra Hernán Bermúdez, ahora implicado en extorsión a gasolineros. El modus operandi del grupo consistía en obligar a empresarios a vender huachicol y, a quienes se negaban, los secuestraban y les despojaban de sus estaciones de servicio.
Tal es el caso del empresario Ramón Martínez Armengol, quien relató que fue forzado a vender 90,000 litros de huachicol por semana. El grupo criminal vendía el combustible a un precio inferior al del mercado legal y exigía que la mitad de las ganancias fueran entregadas a Bermúdez.
¡Qué cochinero!
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Denuncian que Bermúdez aterrorizaba a gasolineros
Nota de Abel Barajas, Cd. de México (21 septiembre 2025)
Empresario que no aceptara el trato era despojado de sus estaciones de servicio, de acuerdo con el testimonio de uno de los afectados.
Una de las víctimas de este modus operandi fue el empresario Ramón Martínez Armengol, dueño de Corporativo Paragas, quien fue "levantado" y perdió su estación de gasolina a manos del grupo delictivo, en el momento en que decidió ya no comercializar los combustibles ilegales, según su testimonio.
REFORMA tuvo acceso a las órdenes de aprehensión giradas contra Bermúdez, ex Secretario de Seguridad de Tabasco del Gobierno del morenista Adán Augusto López, por los delitos de asociación delictuosa, extorsión, secuestro exprés y delincuencia organizada en las que consta el caso del gasolinero.
El 28 de febrero la FGR y el Ejército aseguraron la gasolinera despojada a Martínez Armengol, en la carretera a Samarkanda, Colonia José María Pino Suárez, en el Municipio de Centro, Tabasco.
El aseguramiento era parte de una historia de corrupción, chantajes y secuestro que había comenzado siete años antes, de acuerdo con las constancias judiciales.
Martínez Armengol relató el 6 de agosto, ante la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que, una vez que se sometió al trato, "La Barredora" le impuso la venta de tres pipas por semana, es decir, 90 mil litros, que tenían un valor aproximado de un millón 800 mil pesos en el mercado legal.
El negocio de "La Barredora" consistía en vender el litro de gasolina en 15 o 16 pesos cuando costaba 20. La mitad de las ventas las tenía que hacer llegar a Bermúdez, aseguró el empresario
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