27 nov 2005

Venezuela: Más armas legales

El gobierno español defiende a capa y espada la venta de material bélico a Venezuela pese a la oposición de EU por considerar que contiene tecnología norteamericana.
El ministro de Relaciones Exteriores Miguel Ángel Moratinos dijo el pasado jueves que la venta de material es simplemente un acuerdo "entre empresas", por lo que no debería perjudicar las relaciones del gobierno español con EU.
Pero, el embajador estadounidense en Madrid, Eduardo Aguirre, ha señalado que el material bélico tienen tecnología estadounidense, por lo que EU podría no autorizar la venta, aunque aclaró que aún no ha sido decidido si se bloqueaba el correspondiente permiso.
Sin embargo, Moratinos ha afirmado que no perjudicará a las relaciones bilaterales, ya que se trata de un acuerdo "entre empresas". aunque reconoce EU podría “vetar” la venta a Venezuela de algún componente específico de los que se fabrican en España bajo su licencia, y ha afirmado que desconoce "si eso impediría la realización" del contrato.
Ha recalcado que, en todo caso, "corresponde" a las empresas encargadas de la fabricación de los 12 aviones y las ocho fragatas analizar "en qué condiciones están para llevar a cabo o no este tipo de contratos". Si "se han involucrado" es porque "creen que lo pueden llevar a cabo", ha concluido.
Sin embargo, Moratinos dijo el jueves que la venta es simplemente un acuerdo "entre empresas, que deben negociar como empresas", aunque es el gobierno quien tiene siempre la última palabra en la venta de material bélico.
Más leña al fuego
Pero el presidente venezolano, Hugo Chávez, aprovechó su espacio semanal este domingo en el programa Aló, presidente para lanzar un duro discurso contra EU y defendieno al gobierno de Rodríguez Zapatero.
Chávez ha expresado su reconocimiento a las autoridades españolas y "a toda España" por "su firmeza" ante las presiones de Washington, quien ha expresado en varias ocasiones su rechazo a la operación e incluso ha amenazado con vetar la venta de los aviones al estar dotados con tecnología de origen estadounidense.
La venta de equipo bélico es de la mayor envergadura, representa un total de dos mil millones de dólares - 1,700 millones de euros-, y supone la más importante operación económica de la historia de la industria militar española.
Se trata de ocho fragatas y doce aviones; éstos últimos, aviones de transporte, 10 C-295 y otros 2 CL-235, mismo que se emplearán entre la Fuerza Aérea y la Marina y servirán para mejorar la lucha venezolana contra el crimen organizado y el narcotráfico, según ha recalcado el gobierno venezolano.
Y es que desde que el presidente del Gobierno español anunció el acuerdo en marzo pasado, durante una visita a Venezuela, las autoridades de EE UU considera dicha venta como "un factor desestabilizador en la región".
Por su parte, la Casa Blanca acusa a Chávez de "intenciones totalitarias" y de querer exportar su revolución bolivariana a países vecinos, mientras que Caracas critica el "imperialismo intervencionista" de Washington en Venezuela.
Es ilustrativo y vale la pena leer el editorial del periódico español el País de este sábado 26 de noviembre: Amistades peligrosas
El ministro de Defensa, José Bono, se dispone a firmar el lunes en Caracas un acuerdo con el Gobierno venezolano para el suministro de ocho patrulleras, diez aviones de transporte y dos de vigilancia costera. Con un coste de 1.700 millones de euros, se trata del mayor contrato de exportación conseguido nunca por la industria militar española. En el caso de los buques garantiza que los astilleros públicos de Navantia en la bahía de Cádiz tendrán trabajo al menos hasta 2012, y constituye una de las bases sobre las que se cerró en su día el acuerdo con los sindicatos.


La venta de armas debe estar sometida a cautelas específicas. Pero en este caso no puede hablarse propiamente de armamento, sino de medios de transporte y patrullaje marítimo. Por otra parte, y aunque Chávez esté tomando derroteros preocupantes e incremente día a día su demagogia contra Bush, con un crescendo en los insultos personales, cabe recordar que es un país sobre el que no pesa ningún embargo internacional o regional de venta de armas.

La intervención pública del embajador de EE UU en Madrid, Eduardo Aguirre, para señalar que su país podría vetar la venta de los aviones al llevar tecnología americana no es muy acorde con los usos diplomáticos. Aunque Estados Unidos se reserva en efecto el derecho a impedir que su tecnología de navegación equipe los aviones, lo que dificultaría una parte de la operación.

La Administración Bush -que no otorgó contratos militares de importancia a España en tiempos de la luna de miel con Aznar, ni en Irak ni en otros países- ha convertido a Chávez en una figura enemiga, y, desde luego, el presidente venezolano ha hecho su propia contribución en hechos y en palabras. Pero a la vez que se separa de Washington, Chávez acaba de firmar un importante contrato de suministro de petróleo barato a los hogares más pobres de Massachusetts.

Estados Unidos ha sido hasta hace poco el mayor suministrador de armas a la Venezuela de Chávez. No puede aplicar distinto rasero ante un contrato que responde al interés de la industria española por cuanto inyecta 1,200 millones de euros, imprescindibles para la salvación de los astilleros públicos. Estos buques y aviones, por lo demás, para nada sirven como armas de exportación revolucionaria. Por su parte, Bono, cuya presencia ha exigido Chávez para firmar el acuerdo con las empresas, es sin duda consciente de que el venezolano puede montar para la ocasión otro espectáculo antiamericano. Pero el ministro español tiene tablas políticas suficientes para salir con bien del envite.

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