No se vale lo que hicieron anteayer un grupo de manifestantes en la Catedral metropolitana.
La agresión no es para la Iglesia católica ni para el cardenal Norbero Rivera Carrera, sino la feligresía que estaba en ese momento ahí.
El respeto a las creencias es un derecho fundamental.
Además ¡la catedral - ni nungún otro templo- es un Tribunal!
Fue necesaria la intervención de dirigentes del PRD para que los manifestantes accedieran a retirararse; fundamentalmente Manuel Camacho Solí y Gerardo Fernández Noroña, quien por cierto, es pionero en enfrenarse al cardenal.
Hubo, un poco tarde, intrevenciones del Jefe de gobierno, y el mismo AMLO hablo ayer del tema:
¡Prudencia señores! Hace casi un año doce dibujos del p`rofeta mahoma publicados en un diario danés provocaron la conmoción y la ira de los musulmanes de varios países del mundo debido a que la publicación fue considerada un sacrilegio, un insulto a la fé.
¿Curioso?
Ciudad de México, 21 de agosto de 2006
Nadie tiene derecho a la agresión verbal ni física
Nadie tiene derecho a la agresión verbal ni física
El día de ayer la Arquidiócesis primada de México, a través de un comunicado de prensa, lamentó los acontecimientos ocurridos el domingo en la Catedral, cuando un grupo de personas penetraron por la fuerza al interior del templo con una intención muy distinta a la de participar en la celebración eucarística, que preside el Sr. Cardenal Norberto Rivera.
Hoy queremos unirnos al sentimiento de indignación y de condena ante ésta y otras manifestaciones de falta de respeto a los católicos que vivimos en México, y que nos sentimos agredidos y lastimados al ver, a través de los medios de comunicación, imágenes como la del Santo Padre Juan Pablo II y Nuestra Señora de Guadalupe, desvirtuadas con consignas políticas que nada vienen al caso.
Nadie tiene derecho a agredir ni verbal ni físicamente la espiritualidad de un pueblo. La violencia no constituye jamás una respuesta justa. Es el respeto al hombre, a su conciencia, a sus convicciones religiosas, lo que contribuirá a una convivencia justa y pacífica entre los mexicanos, independientemente de las diferencias políticas, religiosas o ideológicas que pudieran existir. Sólo con esta base de respeto a la persona se pueden abrir caminos de acercamiento, de cooperación, de unión entre los mexicanos.
La Iglesia tiene hoy necesidad de cristianos coherentes, dispuestos a dar claro testimonio de su condición y que asuman su parte en la misión de la Iglesia en el mundo, siendo fermento de religiosidad, de justicia, de promoción de la dignidad del hombre, en todos los ambientes sociales, y tratando de dar al mundo un suplemento de alma, para que sea un mundo más humano y fraterno, desde el que se mira hacia Dios.
Añade el comunicado que: " Este documento no es un comunicado oficial de la Conferencia del Episcopado Mexicano, es un comentario de la Oficina de Prensa de la CEM.
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