7 oct 2007

Anna Politkóvskaya in memorian



Hoy 7 de octubre, justo hace un año fue asesinada la periodista Ana Politkóvskaya, símbolo de la libertad de expresión en Rusia. Curiosamente también Vladimir Putin celebra su cumplaños.
¡Politkóvskaya fue asesinada aparentemente por los servicios secretos rusos!
El crimen causó una gran conmoción. Y no muy pocos pusieron la mirada hacia el entorno del presidente Putin como principal fuente de sospecha.
Después de meses de investigaciones, el pasado mes de agosto el fiscal general Yuri Chaika, había dado por cerrado el caso al anunciar que habían sido detenidos los organizadores, los cómplices y los ejecutores: un total de 10 personas, entre ellos varios miembros de una banda criminal chechena así como un agente del Servicio Federal de Seguridad (SFS, sucesor del KGB) y cuatro funcionarios del Ministerio del Interior.

Empero, como bien precisó un editorial: "el fiscal general no (fue) ha sido capaz de afirmar quién fue el verdadero cerebro, pero ha dejado entrever que el asesinato pudo haber sido urdido desde el exterior por grupos interesados en desestabilizar el país, y en particular por el oligarca Borís Berezovski, el ex amigo y hoy acérrimo enemigo de Putin, que se encuentra exiliado en Londres (...) Aun siendo positivo que las autoridades rusas se hayan esforzado por detener a los presuntos autores y cómplices -cuatro de ellos fueron ayer formalmente acusados de la muerte-, no parece ni mucho menos que el caso haya quedado resuelto. Lo único cierto que se desprende de las afirmaciones del fiscal general es que, como aseguraba la asesinada periodista, en la Rusia de Putin existe una colaboración entre el crimen organizado, que mata por encargo, y las fuerzas de seguridad y los servicios secretos." (El País, 29/08/2007).
Y a propósito ¿Dónde están los asesinos de Politkóvskaya? pregunta Pilar Bonet en un reportaje publicado este domingo en El País, 07/10/2007.
Dice el reportaje de Bonet que Dmitri Murátov, el director de Nóvaya Gazeta, el periódico donde trabajaba la periodista, asegura que la voluntad del presidente Vladímir Putin es "fundamental" para que la investigación -torpedeada desde varias instituciones del Estado-, pueda llegar a los promotores del crimen."
Murátov sabe lo que dice ya que "colabora con el equipo investigador, dirigido por el fiscal de instrucción Piotr Garibián, y confía en su rigor profesional. No obstante, el periodista teme que "la gran política se mezcle" a la hora de determinar quién ordenó el crimen. Murátov afirma que el "criminal está en Rusia", aunque el fiscal general, Yuri Chaika, diga que el hombre que pagó y encargó el crimen está en el extranjero."
La memoria de Politkóvskaya se honra hoy en Moscú con distintos actos, entre los que figuran un mitin hoy en el centro de la ciudad, donde se espera la intervención de los principales líderes de la oposición liberal no representada en el parlamento. También se celebra una exposición callejera de fotografías.
Hace un año, comentario.
La muerte de la periodista Anna Politkóskaya realmente me impacto. 
Cuando Jorge Fernández me pidió un comentario para la radio sobre su muerte lo acepte de inmediato; lo mismo hice un día después, con Ricardo Alemán. Esos días compile una serie de artículos después de su muerte para compartirlos en esta bitacora. Estan en diferentes fechas.
En recuerdo de Anna vuelvo a poner el texto que escribí para la radio hace casi un año.
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Este fin de semana fue asesinada a balazos Anna Politkóvskaya, el emblema más alto del periodismo ruso; El País la describe hoy como la “conciencia democrática del periodismo ruso”. 
En efecto Anna era quizás la periodista más crítica contra la política del presidente Vladímir Vladimírovich-Putin.
Y es que Politkovskaya era la única periodista que denunciaba una y otra vez los atropellos de Putin; decía del Presidente Ruso (en su último libro, “Rusia, según Putin”) que era “puro producto de los servicios secretos, no ha conseguido superar sus orígenes y nunca ha dejado de actuar como un teniente coronel de la tristemente célebre KGB”.
La muerte de Anna era un asunto anunciado. 
El ejército y los servicios secretos rusos la amenazaron abiertamente de muerte en febrero de del 2001. El pecado de la reportera fue hacer su trabajo, describir la realidad; escribir fuertes muy fuertes artículos criticando la realidad chechena; por lo que a todas luces debe considerarse un asesinato político.
Su labor de denuncia fue reconocida con varios premios en Rusia (La Pluma de Oro y el Premio de la Unión de Periodistas de Rusia) y en también recibió el Pen Club International, el Premio de periodismo y Democracia de la OSCE o el premio Vázquez Montalbán de Periodismo Internacional 2004.
Anna decía que en Chechenia “una bala en la cabeza es el medio más sencillo y natural de resolver cualquier conflicto”. Y el verdugo curiosamente le disparo primero en el pecho y luego la remató apuntándole a la cabeza.
Un año después de que fue amenazada por el Ejército ruso y desterrada de Chechenia fue condecorada junto con otras tantas mujeres ven el día internacional de la Mujer por su valentía personal y su determinación moral.
En la que fue su última entrevista, el jueves 5 de octubre en Radio Svoboda, informó que iba a publicar una nueva investigación sobre las torturas en Chechenia por los militares del entorno del primer ministro prorruso Ramzan Kadyrov, condecorado por Putin y acusado por las ONG de atropellos entre sus milicias.
Las reacciones sobre su asesinato no se han hecho esperar.
Hay una indignación en la sociedad rusa como en el resto del mundo. Bueno hasta el Departamento de Estado Norteamericano se ha unido a la condena. El vocero Sean McCormack, indicó que EU estaba "profundamente triste por el brutal asesinato" e incluso el mismo presidente George W. Bush expresó su "consternación" al tiempo que insto “a las autoridades rusas a llevar una investigación exhaustiva y enérgica". De inmediato el mismo presidente de Rusia, Vladímir Putin, prometió a Bush que llevará a cabo una investigación a fondo del crimen.
En tanto, El bisemanario "Nóvaya Gazeta", para el que escribía la periodista, ha ofrecido 25 millones de rublos (casi un millón de dólares) de recompensa a cambio de información. Mijail Gorbachov, accionista del diario bisemanal en el que trabajaba Anna calificó su muerte de "salvaje" y de "golpe a la democracia y a la prensa independiente", según la agencia Interfax.
El presidente checheno pro ruso Alu Aljanov transmitió sus condolencias por el asesinato estimando que los culpables debían ser castigados. Subrayando que "aunque nuestra visión de los acontecimientos de Chechenia era completamente diferente (de la suya), Politkovskaya no era indiferente a la suerte del pueblo checheno".
En tanto, el Consejo de Europa y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) destacaron la necesidad de llevar a cabo una investigación profunda dada la habitual impunidad de que gozan los asesinos de periodistas en Rusia.
La Comisión Europea se unió hoy al mensaje de condolencias "este execrable crimen debe ser plenamente investigado y sus autores deben ser llevados ante la justicia" y añadió que "la búsqueda de la verdad, el derecho de hacerlo en seguridad y con plena protección es un principio fundamental en una sociedad democrática".
Joel Simon, director del Comité de Protección de Periodistas, describió Rusia como "uno de los lugares del mundo donde se cometen más asesinatos de periodistas" y recordó la "impunidad" de dichos crímenes.
El "asesinato es un golpe en el mismo corazón del periodismo ruso. No será posible compensar su pérdida, ya que no hay nadie como Politkovskaya ni lo habrá nunca", ha lamentado Igor Yakovenko, secretario general de la Unión de Periodistas de Rusia.
Sus compañeros de redacción anunciaron este fin de semana que conducirían su propia investigación sobre la muerte, mientras señalaban acusatoriamente al entorno del primer ministro checheno, Ramzán Kadírov.
Por cierto el bisemanario para el que escribia sacó hoy un número especial dedicado a la periodista. "Mientras exista 'Nóvaya Gazetà el asesino no dormirá tranquilo", reza la portada. La primera página de la edición incluye también una nota necrológica de la periodista. El número incluye extractos de sus últimos artículos, comentarios de insignes periodistas, activistas y políticos rusos, y cartas de los lectores.
Según el Comité de Protección de Periodistas, con sede en Nueva York Politkovskaia es la periodista número 42 asesinada en Rusia desde el final del comunismo, y la la número 12 desde que Vladimir Putin llegó a la presidencia en el año 2000.
Este martes 10 de octubre será enterrada en el cementerio Troyekúrovskoye de la capital rusa. Deja huerfanos a dos hijos y sobretodo deja desamparados a miles y miles de lectores.
¡Descanse en paz Anna Politkóvskaya!
¿Quien fue Anna Politkóvskaya?
Nació en Nueva York en 1958, en el seno de una familia de diplomáticos soviéticos en la ONU) Politkovskaya se graduó en la facultad de periodismo de la Universidad Estatal de Moscú (MGU/ y comenzó a trabajar como periodista en 1982 en el diario 'Izvestia' y desde 1999 lo hizo para el semanario Nóvaya Gazeta;.
Su labor de denuncia fue laureada con varios premios en Rusia (La Pluma de Oro y el Premio de la Unión de Periodistas de Rusia) y en Occidente, entre ellos el Pen Club International, el Premio de periodismo y Democracia de la OSCE o el premio Vázquez Montalbán de Periodismo Internacional 2004. En febrero de 2005 presentó en Madrid su libro 'La Rusia de Putin'.
Es autora de varios libros sobre la guerra en Chechenia; entre los que destacan Terror en Chechenia, La deshonra rusa y La Rusia de Putin. Pero quizá el más conmovedor sea: Una guerra sucia: una reportera rusa en Chechenia (2000). ¡Sin duda uno de los mejores libros de reportaje escritos en décadas!
Participó en la negociación con los terroristas que secuestraron el teatro Dubrovka de Moscú en el año 2002, en el que murió cerca de un centenar de personas.
¿Quién no recuerda aquél 23 de octubre del 2002 cuando un grupo de chechenos tomó como rehenes a 916 personas, en Palacio de la Cultura de Moscú?
¡La salida política entonces fue durísima!
“El mundo se estremeció. Rusia se quedó helada. El poder parecía paralizado. Y (Putin) no pudo idear nada más humano que, a primera hora de la mañana del 26 de octubre, 57 horas después del golpe, (que) envenenar con un arma química secreta a todo aquel que se encontrara en las instalaciones del teatro. (Obviamente) Todos los terroristas fueron exterminados..., (pero) junto con ellos al mismo tiempo murieron gaseados 130 rehenes.”, dice Anna Politkovskaia, del periódico Novaya Gazeta.
Escribió sobre ese tema: “el 23 de octubre del 2002…Un grupo de combatientes chechenos, acompañados por mujeres, decididos a morir pero al precio de detener la guerra, fueron a Moscú y tomaron como rehenes a 916 personas, los espectadores y actores del musical Nord-Ost, que se representaba en el Palacio de la Cultura de Moscú. El mundo se estremeció. Rusia se quedó helada. El poder parecía paralizado. Y no pudo idear nada más humano que, a primera hora de la mañana del 26 de octubre, 57 horas después del golpe, envenenar con un arma química secreta a todo aquel que se encontrara en las instalaciones del teatro. Todos los terroristas fueron exterminados, sin dejar testigos que pudieran explicar de qué manera habían llegado los asaltantes casi al mismo centro de la capital, y junto con ellos al mismo tiempo murieron gaseados 130 rehenes.
¿Le enseñó algo a la sociedad rusa esta terrible tragedia?

¿Surgieron tal vez dudas sobre si el Kremlin acertaba al aplicar en Chechenia una política de tierra quemada que en la práctica hacía inevitable el terrorismo?
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