El Presidente Calderón en la Ceremonia Oficial de Bienvenida al Presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado
Viernes, 11 de Abril de 2008 Discurso
Palacio Nacional.
Estimado doctor Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador.
Distinguida comitiva que le acompaña.
Señoras y señores:
En nombre del pueblo y del Gobierno de México le extiendo a usted y a su distinguida comitiva la más cordial bienvenida a nuestro país.
México se honra con la presencia del Presidente Correa. Valoramos y agradecemos su visita, Presidente, que es una muestra de la amistad y la fraternidad que une a nuestros pueblos.
Esta Visita Oficial pone de manifiesto, además, la voluntad política de continuar profundizando el acercamiento en materia educativa, cultural y económica entre nuestros países.
En este rubro, el comercio bilateral se ubicó en 2007 en 571 millones de dólares, cifra 25 por ciento superior al año anterior.
Es una muestra de las grandes oportunidades que tenemos para estrechar nuestros vínculos en beneficio de ecuatorianos y mexicanos.
El entendimiento y el respeto que se han expresado nuestras dos naciones a lo largo del tiempo, se ha concretado en numerosos instrumentos bilaterales.
Yo estoy seguro de que con su visita, Presidente Correa, afianzaremos y daremos un renovado impulso a la cooperación y al diálogo entre Ecuador y México.
Su visita nos brinda, además, la oportunidad de consolidar nuestros acuerdos y buscar fórmulas de solidaridad en beneficio de nuestros pueblos.
A Ecuador y a México nos unen lazos indisolubles. Estamos hermanados por una misma historia, por una misma lengua, por una misma cultura. Somos dos naciones orgullosas de nuestro pasado y de nuestro origen pluriétnico.
Ahora nos une, además, el mismo anhelo de prosperidad, de justicia y de bienestar para nuestros pueblos; anhelo por el cual nos esforzamos cada día.
Tenemos un pasado que nos enorgullece y hermana y un futuro de progreso que juntos habremos de construir.
En el Siglo XXI México y Ecuador debemos trabajar para alcanzar una verdadera integración latinoamericana en la que prevalezcan los principios del diálogo, la fraternidad y la convivencia pacífica.
Nuestra tradición histórica y cultural hace que más allá de sus raíces mestizas, indígenas y europeas, más allá de las particularidades de cada uno de los países que la integran, América Latina y el Caribe sean una sola, desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
Como lo señalaba nuestro querido Octavio Paz: América Latina no es un ente ni una idea, es una historia, un proceso, una realidad. América Latina es una sociedad de sociedades, todas en movimiento.
Los latinoamericanos sabemos muy bien que en el respeto recíproco de nuestras diferencias y de nuestras individualidades está la raíz de la solidez que tenemos como región.
Trabajando juntos, anteponiendo nuestras coincidencias a las discrepancias, los esfuerzos nacionales de los países latinoamericanos se verán reforzados para responder a los desafíos del desarrollo humano sustentable y a la consolidación democrática, mientras que nuestra región se verá acrecentada en su capacidad para influir en la arena internacional.
Yo estoy convencido de que América Latina debe ser, en este Siglo XXI, protagonista y no espectadora de lo que ocurre en el mundo.
Viernes, 11 de Abril de 2008 Discurso
Palacio Nacional.
Estimado doctor Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador.
Distinguida comitiva que le acompaña.
Señoras y señores:
En nombre del pueblo y del Gobierno de México le extiendo a usted y a su distinguida comitiva la más cordial bienvenida a nuestro país.
México se honra con la presencia del Presidente Correa. Valoramos y agradecemos su visita, Presidente, que es una muestra de la amistad y la fraternidad que une a nuestros pueblos.
Esta Visita Oficial pone de manifiesto, además, la voluntad política de continuar profundizando el acercamiento en materia educativa, cultural y económica entre nuestros países.
En este rubro, el comercio bilateral se ubicó en 2007 en 571 millones de dólares, cifra 25 por ciento superior al año anterior.
Es una muestra de las grandes oportunidades que tenemos para estrechar nuestros vínculos en beneficio de ecuatorianos y mexicanos.
El entendimiento y el respeto que se han expresado nuestras dos naciones a lo largo del tiempo, se ha concretado en numerosos instrumentos bilaterales.
Yo estoy seguro de que con su visita, Presidente Correa, afianzaremos y daremos un renovado impulso a la cooperación y al diálogo entre Ecuador y México.
Su visita nos brinda, además, la oportunidad de consolidar nuestros acuerdos y buscar fórmulas de solidaridad en beneficio de nuestros pueblos.
A Ecuador y a México nos unen lazos indisolubles. Estamos hermanados por una misma historia, por una misma lengua, por una misma cultura. Somos dos naciones orgullosas de nuestro pasado y de nuestro origen pluriétnico.
Ahora nos une, además, el mismo anhelo de prosperidad, de justicia y de bienestar para nuestros pueblos; anhelo por el cual nos esforzamos cada día.
Tenemos un pasado que nos enorgullece y hermana y un futuro de progreso que juntos habremos de construir.
En el Siglo XXI México y Ecuador debemos trabajar para alcanzar una verdadera integración latinoamericana en la que prevalezcan los principios del diálogo, la fraternidad y la convivencia pacífica.
Nuestra tradición histórica y cultural hace que más allá de sus raíces mestizas, indígenas y europeas, más allá de las particularidades de cada uno de los países que la integran, América Latina y el Caribe sean una sola, desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
Como lo señalaba nuestro querido Octavio Paz: América Latina no es un ente ni una idea, es una historia, un proceso, una realidad. América Latina es una sociedad de sociedades, todas en movimiento.
Los latinoamericanos sabemos muy bien que en el respeto recíproco de nuestras diferencias y de nuestras individualidades está la raíz de la solidez que tenemos como región.
Trabajando juntos, anteponiendo nuestras coincidencias a las discrepancias, los esfuerzos nacionales de los países latinoamericanos se verán reforzados para responder a los desafíos del desarrollo humano sustentable y a la consolidación democrática, mientras que nuestra región se verá acrecentada en su capacidad para influir en la arena internacional.
Yo estoy convencido de que América Latina debe ser, en este Siglo XXI, protagonista y no espectadora de lo que ocurre en el mundo.
Sé que el Presidente Correa comparte este anhelo y me llena de satisfacción que en esta visita podamos intercambiar propuestas para llevar a nuestra región al futuro que nuestros pueblos anhelan y merecen, a través del fortalecimiento de nuestros vínculos amistosos y de la cooperación entre Ecuador y México.
Estamos en la oportunidad de construir una nueva etapa en la integración latinoamericana, de avanzar a la edificación de una auténtica Organización de Estados Americanos que hermane, más que nunca, a los pueblos latinoamericanos.
Juntos construiremos, Presidente Correa, una sola América Latina, unida y fuerte.
A partir de la reunión que el Presidente Correa y yo sostuvimos el pasado 14 de enero en Guatemala, hemos consolidado nuestros canales de comunicación.
Estos canales fueron particularmente significativos durante los días de mayor tensión que vivió nuestra región con motivo de los hechos del pasado 1 de marzo, en los cuales el Ecuador sufrió un gran agravio.
México condenó y condena la violación a la integridad territorial del Ecuador y reitera la importancia de que prevalezca el diálogo y la concordia en nuestra región.
Asimismo, hemos ratificado nuestro más firme compromiso con los principios consagrados por el Derecho Internacional.
Este conflicto ha resultado particularmente doloroso para México porque en estos hechos han muerto cuatro mexicanos y una más resultó herida, quien se ha recuperado, por cierto, en el Hospital Militar de Quito y, por ello, agradezco al Presidente Correa las atenciones de su Gobierno.
No hay tragedia más grande que perder un hijo. Por ello, reitero mis condolencias a los familiares de los jóvenes que perdieron la vida y el Gobierno mexicano hace suya la exigencia de justicia.
Ante el comprensible dolor que hoy sufren las familias mexicanas afectadas por los hechos del 1 de marzo, refrendo que no nos sentiremos satisfechos hasta en tanto no se esclarezca plenamente las circunstancias, los hechos, y se haga la justicia que los padres reclaman.
Señor Presidente Rafael Correa Delgado:
México tiene una responsabilidad particular adicional hoy en día, dado que los países de la región depositaron su confianza en nosotros para asumir la Secretaría Pro Témpore del Grupo de Río.
Tenemos la firme convicción de honrar cabalmente dicho compromiso. Agradezco profundamente su apoyo, el apoyo de Ecuador para que México pueda desempeñar esta tarea e integrarse a la Secretaría Pro Témpore.
México manifiesta una vez más su plena disposición de contribuir a la preservación de la paz y a la búsqueda conjunta de soluciones a los conflictos que afectan a la región.
Yo estoy seguro de que en esta visita afianzaremos los lazos de amistad, de cooperación y de hermandad entre Ecuador y México, y avanzaremos en nuestro esfuerzo a favor de una verdadera integración de América Latina.
Sea usted muy bienvenido a México. El pueblo y el Gobierno mexicano le ofrecen su hospitalidad sincera.
Le pido, señor Presidente Correa, transmitir estos sentimientos al hermano pueblo del Ecuador.
Muchísimas gracias.
Estamos en la oportunidad de construir una nueva etapa en la integración latinoamericana, de avanzar a la edificación de una auténtica Organización de Estados Americanos que hermane, más que nunca, a los pueblos latinoamericanos.
Juntos construiremos, Presidente Correa, una sola América Latina, unida y fuerte.
A partir de la reunión que el Presidente Correa y yo sostuvimos el pasado 14 de enero en Guatemala, hemos consolidado nuestros canales de comunicación.
Estos canales fueron particularmente significativos durante los días de mayor tensión que vivió nuestra región con motivo de los hechos del pasado 1 de marzo, en los cuales el Ecuador sufrió un gran agravio.
México condenó y condena la violación a la integridad territorial del Ecuador y reitera la importancia de que prevalezca el diálogo y la concordia en nuestra región.
Asimismo, hemos ratificado nuestro más firme compromiso con los principios consagrados por el Derecho Internacional.
Este conflicto ha resultado particularmente doloroso para México porque en estos hechos han muerto cuatro mexicanos y una más resultó herida, quien se ha recuperado, por cierto, en el Hospital Militar de Quito y, por ello, agradezco al Presidente Correa las atenciones de su Gobierno.
No hay tragedia más grande que perder un hijo. Por ello, reitero mis condolencias a los familiares de los jóvenes que perdieron la vida y el Gobierno mexicano hace suya la exigencia de justicia.
Ante el comprensible dolor que hoy sufren las familias mexicanas afectadas por los hechos del 1 de marzo, refrendo que no nos sentiremos satisfechos hasta en tanto no se esclarezca plenamente las circunstancias, los hechos, y se haga la justicia que los padres reclaman.
Señor Presidente Rafael Correa Delgado:
México tiene una responsabilidad particular adicional hoy en día, dado que los países de la región depositaron su confianza en nosotros para asumir la Secretaría Pro Témpore del Grupo de Río.
Tenemos la firme convicción de honrar cabalmente dicho compromiso. Agradezco profundamente su apoyo, el apoyo de Ecuador para que México pueda desempeñar esta tarea e integrarse a la Secretaría Pro Témpore.
México manifiesta una vez más su plena disposición de contribuir a la preservación de la paz y a la búsqueda conjunta de soluciones a los conflictos que afectan a la región.
Yo estoy seguro de que en esta visita afianzaremos los lazos de amistad, de cooperación y de hermandad entre Ecuador y México, y avanzaremos en nuestro esfuerzo a favor de una verdadera integración de América Latina.
Sea usted muy bienvenido a México. El pueblo y el Gobierno mexicano le ofrecen su hospitalidad sincera.
Le pido, señor Presidente Correa, transmitir estos sentimientos al hermano pueblo del Ecuador.
Muchísimas gracias.
Intervención de Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador, en la Ceremonia Oficial de Bienvenida que le ofreció el Presidente Calderón
Viernes, 11 de Abril de 2008 Discurso
Palacio Nacional.
Excelentísimo señor Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Señoras y señores secretarios de Estado de los Estados Unidos Mexicanos.
Abogada Margarita Zavala Gómez del Campo, querida compañera de nuestro amigo Presidente.
Señoras y señores Ministros de Estado de la delegación que me acompaña.
Distinguidos funcionarios de las comitivas de los Estados Unidos Mexicanos y del Ecuador.
Queridos niños. Gracias por venir. Sé que pertenecen a la escuelita República del Ecuador, no saben qué orgullo nos da que su escuelita lleve el nombre de nuestra querida Patria.
Todos los niños, bienvenidos. Queridos soldados mexicanos.
Señoras y señores.
Siento, realmente, una gran emoción al encontrarme en este país hermano, México, al cual los ecuatorianos guardamos especial afecto, no solamente por su tradición de solidaridad expresada, por ejemplo, con los republicanos de la Guerra Civil española, o recientemente con motivo de la agresión que sufriera mi Patria, donde hubo 25 muertos que, independientemente qué fueran en sus actividades, no podemos jamás contentarnos de la muerte de seres humanos. Entre esos muertos hubo un ecuatoriano, hubo cuatro hermanos mexicanos.
Gracias a Dios, una de las sobrevivientes es mexicana, Lucía Morett, y ha sido atendida en nuestra Patria, señor Presidente, con esa solidaridad y hermandad que, estamos seguros, el pueblo mexicano hubiera brindado a un ecuatoriano en similares circunstancias.
Sino también nos une con México esos imaginarios populares, esa cultura ancestral, siempre devotas raíces nacionales; simbolizada en las frases que nos legara Benjamín Carrión, cuando decía al hablar de Alfonso Reyes, que México es cactus, espinas, bandidos del camino real, doble pistola, amoríos, muertecitas azucaradas de los 2 de noviembre, jinetes caracoleantes que raptan chaparritas a la grupa de un alazán, sombrero jarano, generales que tiran a dar, sargentada y torería.
Ese México fue el que se atrevió a desafiar a poderes omnímodos, y no podía faltar su vocación latinoamericanista, cuando Porfirio Díaz respondió favorablemente al pedido de Eloy Alfaro, de volver a la idea bolivariana de la gran patria, desde la tierra de Juárez, hasta la de Manuel Rodríguez, en ese largo y querido Chile.
Hoy tenemos un reto similar, porque la América Latina del Siglo XXI debe recoger el amor por la libertad de nuestros pueblos ancestrales y los legados independentistas de las gestas emancipadoras, así como propugnar el desarrollo y la integración de nuestras naciones con absoluto respeto al Derecho Internacional; hecho sólo posible si asumimos el reto de velar por nuestros intereses sin invocar tutelajes extraños a nuestra historia.
Nuestro continente requiere de un organismo capaz de acoger los desafíos del presente. Y en virtud de esa exigencia histórica, mi país, que es cada día más Nación ecuatorial y menos línea imaginaria, propone la Organización de Estados Latinoamericanos, colectividad de naciones independientes y soberanas, que cobije nuestras esperanzas, las demandas de nuestros pueblos y aporte de manera positiva y real a los principios de autodeterminación y solidaridad continental.
Seamos dignos herederos de Juárez y Rocafuerte, de Morelos e Hidalgo, de Alfaro y Zapata.
Gracias al pueblo mexicano, a su Presidente, distinguido amigo Felipe Calderón.
Señor Presidente de México, señores Ministros de Estado:
En representación del Gobierno del Ecuador tengo el gusto de presentar a la comitiva que me acompaña:
La señora María Isabel Salvador, Ministra de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, nuestra Canciller; mujer, al igual que la Canciller Mexicana.
Doctor Fernando Bustamante, Ministro de Gobierno y Policía.
Doctor Galo Chiriboga, Ministro de Minas y Petróleos.
Licenciado Raúl Vallejo, Ministro de Educación.
Licenciado Galo Mora, Ministro de Cultura.
Doctor Raúl Carrión, Ministro de Deportes.
Doctora Susana Cabeza de Vaca, Ministra Coordinadora de la Producción.
Economista Ricardo Patiño, Ministro Coordinador de la Política.
Doctora Doris Solís, Ministra de Patrimonio Cultural y Natural.
Doctor José Valencia, Viceministro de Relaciones Exteriores.
Economista Eduardo Egas, Viceministro de Comercio Exterior.
Doctor Galo Galarza, Embajador del Ecuador en México.
Una muy importante delegación, señor Presidente, que refleja, asimismo, la importancia que para Ecuador tiene la hermana República Mexicana.
Delegación que, a diferencia de las presentaciones que se hicieron en el pasado, no forman parte de una delegación más, sino que forman parte integral y fecunda de quienes hoy luchamos por la transformación integral de mi Patria, y como la historia de nuestros países lo registra, quien lucha por la transformación de su pueblo, lucha por la liberación de todos.
Señor Presidente:
Nuestra visita a México ratifica el deseo y la voluntad política que anima a mi Gobierno para avanzar en las relaciones entre nuestros pueblos que, sin duda, constituirán la esencia misma de sus potencialidades creativas, económicas y culturales para crear un horizonte común y profundizar los vínculos tradicionales de fraternidad.
Quizá como nunca en la historia contemporánea, los lazos de hermandad se vieron profundamente manifestados en Santo Domingo, cuando al ponerse en juego la estabilidad y seguridad del Continente, México y usted, amigo y Presidente Calderón, expresaron la demanda de respeto absoluto a la soberanía, a la integridad territorial y a la dignidad de las naciones, sin dudas, sin claudicaciones, en base a convicciones.
Muchas gracias, señor Presidente.
No sólo porque confirmó los entrañables lazos de amistad, no sólo porque hizo honor y honró la palabra de México, sino y en especial porque sentimos todos que la leyenda solidaria no era un cuento ni un fragmento en la memoria, sino la más profunda expresión y el ejercicio de la democracia, la sensibilidad y la altivez del pueblo de Benito Juárez.
Por México y Ecuador, tierras sagradas, hasta la victoria siempre.
Y muchas gracias, México.
-MODERADOR: A continuación, el ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos hará la presentación de su Comitiva Oficial al excelentísimo doctor Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Presidente, nuestra comitiva es, desde luego, la Secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Cantellano.
El licenciado Juan Camilo Mouriño Terrazo, Secretario de Gobernación.
El doctor Eduardo Sojo Garza-Aldape, Secretario de Economía.
El licenciado Eduardo Medina Mora, Procurador General de la República.
La licenciada Josefina Vázquez Mota, Secretaria de Educación Pública.
El licenciado Gerardo Ruiz Mateos, Jefe de la Oficina de la Presidencia.
El General Jesús Castillo Cabrera, Jefe del Estado Mayor Presidencial.
El señor Maximiliano Cortázar Lara, Coordinador de Comunicación Social.
El señor Gerónimo Gutiérrez, Subsecretario para América Latina.
La doctora Luz María de la Mora, Titular de Relaciones Económicas y Cooperación de Relaciones Exteriores.
El Embajador Héctor Romero Barraza, Embajador de México en Ecuador.
Y el Embajador José Ignacio Piña, Director de Relaciones para América Latina y el Caribe.
Viernes, 11 de Abril de 2008 Discurso
Palacio Nacional.
Excelentísimo señor Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Señoras y señores secretarios de Estado de los Estados Unidos Mexicanos.
Abogada Margarita Zavala Gómez del Campo, querida compañera de nuestro amigo Presidente.
Señoras y señores Ministros de Estado de la delegación que me acompaña.
Distinguidos funcionarios de las comitivas de los Estados Unidos Mexicanos y del Ecuador.
Queridos niños. Gracias por venir. Sé que pertenecen a la escuelita República del Ecuador, no saben qué orgullo nos da que su escuelita lleve el nombre de nuestra querida Patria.
Todos los niños, bienvenidos. Queridos soldados mexicanos.
Señoras y señores.
Siento, realmente, una gran emoción al encontrarme en este país hermano, México, al cual los ecuatorianos guardamos especial afecto, no solamente por su tradición de solidaridad expresada, por ejemplo, con los republicanos de la Guerra Civil española, o recientemente con motivo de la agresión que sufriera mi Patria, donde hubo 25 muertos que, independientemente qué fueran en sus actividades, no podemos jamás contentarnos de la muerte de seres humanos. Entre esos muertos hubo un ecuatoriano, hubo cuatro hermanos mexicanos.
Gracias a Dios, una de las sobrevivientes es mexicana, Lucía Morett, y ha sido atendida en nuestra Patria, señor Presidente, con esa solidaridad y hermandad que, estamos seguros, el pueblo mexicano hubiera brindado a un ecuatoriano en similares circunstancias.
Sino también nos une con México esos imaginarios populares, esa cultura ancestral, siempre devotas raíces nacionales; simbolizada en las frases que nos legara Benjamín Carrión, cuando decía al hablar de Alfonso Reyes, que México es cactus, espinas, bandidos del camino real, doble pistola, amoríos, muertecitas azucaradas de los 2 de noviembre, jinetes caracoleantes que raptan chaparritas a la grupa de un alazán, sombrero jarano, generales que tiran a dar, sargentada y torería.
Ese México fue el que se atrevió a desafiar a poderes omnímodos, y no podía faltar su vocación latinoamericanista, cuando Porfirio Díaz respondió favorablemente al pedido de Eloy Alfaro, de volver a la idea bolivariana de la gran patria, desde la tierra de Juárez, hasta la de Manuel Rodríguez, en ese largo y querido Chile.
Hoy tenemos un reto similar, porque la América Latina del Siglo XXI debe recoger el amor por la libertad de nuestros pueblos ancestrales y los legados independentistas de las gestas emancipadoras, así como propugnar el desarrollo y la integración de nuestras naciones con absoluto respeto al Derecho Internacional; hecho sólo posible si asumimos el reto de velar por nuestros intereses sin invocar tutelajes extraños a nuestra historia.
Nuestro continente requiere de un organismo capaz de acoger los desafíos del presente. Y en virtud de esa exigencia histórica, mi país, que es cada día más Nación ecuatorial y menos línea imaginaria, propone la Organización de Estados Latinoamericanos, colectividad de naciones independientes y soberanas, que cobije nuestras esperanzas, las demandas de nuestros pueblos y aporte de manera positiva y real a los principios de autodeterminación y solidaridad continental.
Seamos dignos herederos de Juárez y Rocafuerte, de Morelos e Hidalgo, de Alfaro y Zapata.
Gracias al pueblo mexicano, a su Presidente, distinguido amigo Felipe Calderón.
Señor Presidente de México, señores Ministros de Estado:
En representación del Gobierno del Ecuador tengo el gusto de presentar a la comitiva que me acompaña:
La señora María Isabel Salvador, Ministra de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, nuestra Canciller; mujer, al igual que la Canciller Mexicana.
Doctor Fernando Bustamante, Ministro de Gobierno y Policía.
Doctor Galo Chiriboga, Ministro de Minas y Petróleos.
Licenciado Raúl Vallejo, Ministro de Educación.
Licenciado Galo Mora, Ministro de Cultura.
Doctor Raúl Carrión, Ministro de Deportes.
Doctora Susana Cabeza de Vaca, Ministra Coordinadora de la Producción.
Economista Ricardo Patiño, Ministro Coordinador de la Política.
Doctora Doris Solís, Ministra de Patrimonio Cultural y Natural.
Doctor José Valencia, Viceministro de Relaciones Exteriores.
Economista Eduardo Egas, Viceministro de Comercio Exterior.
Doctor Galo Galarza, Embajador del Ecuador en México.
Una muy importante delegación, señor Presidente, que refleja, asimismo, la importancia que para Ecuador tiene la hermana República Mexicana.
Delegación que, a diferencia de las presentaciones que se hicieron en el pasado, no forman parte de una delegación más, sino que forman parte integral y fecunda de quienes hoy luchamos por la transformación integral de mi Patria, y como la historia de nuestros países lo registra, quien lucha por la transformación de su pueblo, lucha por la liberación de todos.
Señor Presidente:
Nuestra visita a México ratifica el deseo y la voluntad política que anima a mi Gobierno para avanzar en las relaciones entre nuestros pueblos que, sin duda, constituirán la esencia misma de sus potencialidades creativas, económicas y culturales para crear un horizonte común y profundizar los vínculos tradicionales de fraternidad.
Quizá como nunca en la historia contemporánea, los lazos de hermandad se vieron profundamente manifestados en Santo Domingo, cuando al ponerse en juego la estabilidad y seguridad del Continente, México y usted, amigo y Presidente Calderón, expresaron la demanda de respeto absoluto a la soberanía, a la integridad territorial y a la dignidad de las naciones, sin dudas, sin claudicaciones, en base a convicciones.
Muchas gracias, señor Presidente.
No sólo porque confirmó los entrañables lazos de amistad, no sólo porque hizo honor y honró la palabra de México, sino y en especial porque sentimos todos que la leyenda solidaria no era un cuento ni un fragmento en la memoria, sino la más profunda expresión y el ejercicio de la democracia, la sensibilidad y la altivez del pueblo de Benito Juárez.
Por México y Ecuador, tierras sagradas, hasta la victoria siempre.
Y muchas gracias, México.
-MODERADOR: A continuación, el ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos hará la presentación de su Comitiva Oficial al excelentísimo doctor Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Presidente, nuestra comitiva es, desde luego, la Secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Cantellano.
El licenciado Juan Camilo Mouriño Terrazo, Secretario de Gobernación.
El doctor Eduardo Sojo Garza-Aldape, Secretario de Economía.
El licenciado Eduardo Medina Mora, Procurador General de la República.
La licenciada Josefina Vázquez Mota, Secretaria de Educación Pública.
El licenciado Gerardo Ruiz Mateos, Jefe de la Oficina de la Presidencia.
El General Jesús Castillo Cabrera, Jefe del Estado Mayor Presidencial.
El señor Maximiliano Cortázar Lara, Coordinador de Comunicación Social.
El señor Gerónimo Gutiérrez, Subsecretario para América Latina.
La doctora Luz María de la Mora, Titular de Relaciones Económicas y Cooperación de Relaciones Exteriores.
El Embajador Héctor Romero Barraza, Embajador de México en Ecuador.
Y el Embajador José Ignacio Piña, Director de Relaciones para América Latina y el Caribe.
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