En derechos humanos
Columna Sobreaviso de René Delgado
Publicado en Reforma, 17/05/2008;
(...) ¿Qué está ocurriendo, ese proceder marca el estilo del sexenio o el desinterés por lo que está sucediendo?
A la par de esos acontecimientos, el desinterés por el respeto a los derechos humanos y la conducta ética de los funcionarios públicos parece ya una política pública.
Al descaro del subprocurador Juan de Dios Castro de señalar como "enemiga del Estado" a Aleida Calleja, una reconocida activista en favor de las radios comunitarias, se agregan más y más muestras de indiferencia frente a los derechos humanos. Aquel error del presidente Felipe Calderón de diagnosticar la muerte de Ernestina Ascensio, aquella mujer de Zongolica presumiblemente violada por militares, a causa de una gastritis crónica, al parecer marcó la postura oficial frente al cuidado de los derechos humanos.
De más en más se advierte un desinterés por esa materia y, ahora, se señala que la precipitada salida del representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en México, Amérigo Incalcaterra, fue producto de presiones gubernamentales. Sin embargo, no hay un funcionario que aclare el asunto.
Lo cierto es que el número de visitas de organismos internacionales, oficiales y civiles, interesados por la situación de los derechos humanos va en ascenso pero el asunto no conmueve al gobierno.
Se muestra indiferente frente al suceso.
(Apropósito) ¿Quién lleva esa política?...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario