A menos de dos días de los acontecimientos ocurridos la noche del 15 de septiembre en la plaza Melchor Ocampo de Morelía, el Presidente Calderón realizó una gira
En compañía de su esposa, visitó los Hospitales Civil e Infantil de Morelia, donde platicó con los familiares y afectados por las explosiones, y les deseó una pronta recuperación.
Más tarde, depositó una ofrenda floral en la Plaza Melchor Ocampo, donde ocurrió la primera explosión durante los festejos de Independencia.
Ahí, acompañado del Gabinete de Seguridad, el Presidente reiteró que se empleará toda la fuerza del Estado para dar con los culpables y castigarlos donde quiera que se encuentren.
Ahí, acompañado del Gabinete de Seguridad, el Presidente reiteró que se empleará toda la fuerza del Estado para dar con los culpables y castigarlos donde quiera que se encuentren.
Discurso del Presidente:
Señor Gobernador, maestro Leonel Godoy Rangel.
Señor licenciado Fausto Vallejo Figueroa, Presidente Municipal de Morelia.
Saludo también a diputados locales, a regidores del Ayuntamiento de Morelia.
A magistrados, a los integrantes del Gabinete de Seguridad.
Señora de Godoy Rangel.
Amigas y amigos morelianos, queridos paisanos.
Estoy aquí en esta nuestra tierra, nuestra casa, nuestra Plaza Melchor Ocampo, para rendir tributo a mujeres y hombres inocentes que perdieron la vida en un acto vil y cobarde, que no quedará impune.
Sé que Morelia está, y Michoacán, todo México y el mundo, terriblemente agraviado por este acto imperdonable.
Pero también vengo a decirles a ustedes, como Presidente de la República, como michoacano, como moreliano, que México es una Nación fuerte, porque nuestro pueblo se ha forjado en la adversidad y se ha templado en la superación de las situaciones más difíciles.
Hoy la Patria vive un momento difícil, sobre todo porque el 15 de septiembre, cuando los mexicanos festejábamos la gloria de nuestra Independencia, los michoacanos y todos fuimos testigos de uno de los más viles actos criminales que haya vivido el México moderno.
Por eso vengo a Morelia, a decirles que estoy con ustedes, que estoy tanto o más agraviado que ustedes y que empeñaremos toda la fuerza del Estado, toda la fuerza del Estado y por eso me acompaña el General Secretario de la Defensa, el Almirante Secretario de Marina, el Secretario de Seguridad Pública y el Procurador General de la República, para decirles que estamos con ustedes y emplearemos toda la fuerza del Estado sobre Michoacán para dar con los culpables y castigarlos.
Que estamos absolutamente decididos a que esta tierra nuestra vuelva a respirar el aire de la libertad; que esta opresión, que durante años se ha venido incubando y enraizando en el suelo michoacano, en el campo y en las ciudades, ha tocado con este acto cobarde el principio de su fin; que vamos a redoblar el esfuerzo para poder, precisamente, recuperar la tranquilidad de los morelianos.
He venido también a saludar a las víctimas, a quienes perdieron a los suyos, a los niños que están heridos, a las mujeres y a los hombres inocentes que están, precisamente, luchando por la vida en los hospitales de Morelia.
Vengo a decirles que estamos con ellos, que apoyaremos también la labor del gobierno del estado y del ayuntamiento, para proveerles el apoyo y el auxilio que necesitan.
Yo les digo que si con esto buscaban intimidarnos o detenernos, que se equivocaron; que este agravio, que la sangre derramada en esta plaza por ciudadanos que han sufrido el martirio, es un motivo poderoso y más que suficiente para mantenernos en pie, redoblar nuestra lucha y perseverar hasta alcanzar la victoria y hasta ver el Michoacán libre, ordenado y seguro, que merece nuestra gente.
Quiero decirles, amigas y amigos, que estos cobardes, obedeciendo a miserables propósitos, atentaron a la sombra de la noche y del anonimato contra vidas inocentes. Pero que su atentado buscó no sólo dañar a quienes hoy perdieron la vida o están heridos, buscó atentar y dañarnos a todos nosotros, a desalentarnos, como dijeron aquí quienes nos precedieron en el uso de la palabra, a quitarnos la esperanza y el anhelo de vivir en paz, de vivir en libertad, de prosperar.
Ellos, que son, precisamente, quienes tienen postrado a Michoacán, y le niegan en este ambiente el progreso que merece y que puede tener, piensan que con esto matarán también la esperanza de los morelianos y los michoacanos.
Yo les digo, paisanos, que se equivocan, y los invito a todos, a todos ustedes no sólo a repudiar, a rechazar sin matiz alguno este acto de barbarie, sino también a colaborar con la autoridad, a colaborar a través de los instrumentos que están creándose para garantizar su seguridad, incluso de denuncia anónima con las fuerzas del orden, con el Ejército Mexicano para dar con esos cobardes.
Y también, y sobre todo, morelianos, michoacanos, paisanos, yo los invito a que no permitan que se consuma la parte más importante de este artero atentado, y la parte más importante es matar la esperanza, es matar los sueños, es matar el espíritu de los morelianos y de los michoacanos.
No permitamos que eso se consume, yo por eso quiero invitarlos a todos a que sigamos adelante: a los comerciantes a abrir las tiendas, a levantar la cortina de su tienda.
A los empresarios a trabajar; a los obreros, a los campesinos a empeñarse a seguir llevando el sustento a su casa con el mismo amor por los hijos que han tenido siempre.
A los estudiantes de esta joven, estudiosa, Ciudad de Morelia a perseverar hoy más que nunca en el estudio acucioso, a ser los mejores estudiantes del país porque eso merece Michoacán para salir adelante.
A nosotros, los servidores públicos, nos toca también redoblar el esfuerzo, no bajaremos la guardia, por el contrario, esta sangre derramada es un acicate que nos mueve a dar con los culpables y a castigarlos donde quiera que se encuentren.
Yo le pido a Michoacán que no se pose, que no permita que lo doblen, que se levante con más firmeza, con más orgullo, con más alegría.
Yo les aseguro paisanos que saldremos adelante, que el Michoacán que anhelamos, un Michoacán de paz, de prosperidad, de justicia, vendrá si sabemos albergarlo en nuestros corazones, si sabemos trabajar con ahínco con él, si estamos juntos, precisamente, y aún más en estos momentos de prueba y de dolor.
Vengo aquí a esta plaza a decirles que estoy con ustedes, que tengo a Michoacán no sólo bien presente, sino lo tengo grabado en el corazón como un compromiso personal por ser mi tierra, por ser mi gente; donde yacen los restos de mi padre y de mis antepasados, y donde sé que hay un futuro, un futuro promisorio por construir.
Estoy con ustedes, paisanos, aquí estaremos hasta superar esta circunstancia adversa y ver un nuevo amanecer, un nuevo mañana florecer sobre Morelia y sobre todo Michoacán.
Estamos con ustedes y seguiremos adelante siempre con los michoacanos.
Muchas gracias, señor Gobernador, por sus palabras.
Muchas gracias, señor Presidente Municipal, señores regidores, señores diputados.
Señor Gobernador, maestro Leonel Godoy Rangel.
Señor licenciado Fausto Vallejo Figueroa, Presidente Municipal de Morelia.
Saludo también a diputados locales, a regidores del Ayuntamiento de Morelia.
A magistrados, a los integrantes del Gabinete de Seguridad.
Señora de Godoy Rangel.
Amigas y amigos morelianos, queridos paisanos.
Estoy aquí en esta nuestra tierra, nuestra casa, nuestra Plaza Melchor Ocampo, para rendir tributo a mujeres y hombres inocentes que perdieron la vida en un acto vil y cobarde, que no quedará impune.
Sé que Morelia está, y Michoacán, todo México y el mundo, terriblemente agraviado por este acto imperdonable.
Pero también vengo a decirles a ustedes, como Presidente de la República, como michoacano, como moreliano, que México es una Nación fuerte, porque nuestro pueblo se ha forjado en la adversidad y se ha templado en la superación de las situaciones más difíciles.
Hoy la Patria vive un momento difícil, sobre todo porque el 15 de septiembre, cuando los mexicanos festejábamos la gloria de nuestra Independencia, los michoacanos y todos fuimos testigos de uno de los más viles actos criminales que haya vivido el México moderno.
Por eso vengo a Morelia, a decirles que estoy con ustedes, que estoy tanto o más agraviado que ustedes y que empeñaremos toda la fuerza del Estado, toda la fuerza del Estado y por eso me acompaña el General Secretario de la Defensa, el Almirante Secretario de Marina, el Secretario de Seguridad Pública y el Procurador General de la República, para decirles que estamos con ustedes y emplearemos toda la fuerza del Estado sobre Michoacán para dar con los culpables y castigarlos.
Que estamos absolutamente decididos a que esta tierra nuestra vuelva a respirar el aire de la libertad; que esta opresión, que durante años se ha venido incubando y enraizando en el suelo michoacano, en el campo y en las ciudades, ha tocado con este acto cobarde el principio de su fin; que vamos a redoblar el esfuerzo para poder, precisamente, recuperar la tranquilidad de los morelianos.
He venido también a saludar a las víctimas, a quienes perdieron a los suyos, a los niños que están heridos, a las mujeres y a los hombres inocentes que están, precisamente, luchando por la vida en los hospitales de Morelia.
Vengo a decirles que estamos con ellos, que apoyaremos también la labor del gobierno del estado y del ayuntamiento, para proveerles el apoyo y el auxilio que necesitan.
Yo les digo que si con esto buscaban intimidarnos o detenernos, que se equivocaron; que este agravio, que la sangre derramada en esta plaza por ciudadanos que han sufrido el martirio, es un motivo poderoso y más que suficiente para mantenernos en pie, redoblar nuestra lucha y perseverar hasta alcanzar la victoria y hasta ver el Michoacán libre, ordenado y seguro, que merece nuestra gente.
Quiero decirles, amigas y amigos, que estos cobardes, obedeciendo a miserables propósitos, atentaron a la sombra de la noche y del anonimato contra vidas inocentes. Pero que su atentado buscó no sólo dañar a quienes hoy perdieron la vida o están heridos, buscó atentar y dañarnos a todos nosotros, a desalentarnos, como dijeron aquí quienes nos precedieron en el uso de la palabra, a quitarnos la esperanza y el anhelo de vivir en paz, de vivir en libertad, de prosperar.
Ellos, que son, precisamente, quienes tienen postrado a Michoacán, y le niegan en este ambiente el progreso que merece y que puede tener, piensan que con esto matarán también la esperanza de los morelianos y los michoacanos.
Yo les digo, paisanos, que se equivocan, y los invito a todos, a todos ustedes no sólo a repudiar, a rechazar sin matiz alguno este acto de barbarie, sino también a colaborar con la autoridad, a colaborar a través de los instrumentos que están creándose para garantizar su seguridad, incluso de denuncia anónima con las fuerzas del orden, con el Ejército Mexicano para dar con esos cobardes.
Y también, y sobre todo, morelianos, michoacanos, paisanos, yo los invito a que no permitan que se consuma la parte más importante de este artero atentado, y la parte más importante es matar la esperanza, es matar los sueños, es matar el espíritu de los morelianos y de los michoacanos.
No permitamos que eso se consume, yo por eso quiero invitarlos a todos a que sigamos adelante: a los comerciantes a abrir las tiendas, a levantar la cortina de su tienda.
A los empresarios a trabajar; a los obreros, a los campesinos a empeñarse a seguir llevando el sustento a su casa con el mismo amor por los hijos que han tenido siempre.
A los estudiantes de esta joven, estudiosa, Ciudad de Morelia a perseverar hoy más que nunca en el estudio acucioso, a ser los mejores estudiantes del país porque eso merece Michoacán para salir adelante.
A nosotros, los servidores públicos, nos toca también redoblar el esfuerzo, no bajaremos la guardia, por el contrario, esta sangre derramada es un acicate que nos mueve a dar con los culpables y a castigarlos donde quiera que se encuentren.
Yo le pido a Michoacán que no se pose, que no permita que lo doblen, que se levante con más firmeza, con más orgullo, con más alegría.
Yo les aseguro paisanos que saldremos adelante, que el Michoacán que anhelamos, un Michoacán de paz, de prosperidad, de justicia, vendrá si sabemos albergarlo en nuestros corazones, si sabemos trabajar con ahínco con él, si estamos juntos, precisamente, y aún más en estos momentos de prueba y de dolor.
Vengo aquí a esta plaza a decirles que estoy con ustedes, que tengo a Michoacán no sólo bien presente, sino lo tengo grabado en el corazón como un compromiso personal por ser mi tierra, por ser mi gente; donde yacen los restos de mi padre y de mis antepasados, y donde sé que hay un futuro, un futuro promisorio por construir.
Estoy con ustedes, paisanos, aquí estaremos hasta superar esta circunstancia adversa y ver un nuevo amanecer, un nuevo mañana florecer sobre Morelia y sobre todo Michoacán.
Estamos con ustedes y seguiremos adelante siempre con los michoacanos.
Muchas gracias, señor Gobernador, por sus palabras.
Muchas gracias, señor Presidente Municipal, señores regidores, señores diputados.
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