10 ene 2009

A promover a México en el exterior

El presidente Felipe Calderón instruyó a embajadores y cónsules mexicanos a defender la imagen y los intereses de la nación en el exterior.
Durante una reunión en Palacio Nacional con el cuerpo diplomático, y en un largo mensaje de 40 minutos, rechazó que en nuestro territorio muera gente inocente a raíz de la guerra que se libra contra la delincuencia organizada y el narcotráfico.
Antes, en un encuentro a puerta cerrada en las instalaciones de la SRE,
el procurador Eduardo Medina Mora y el secretario de Seguridad Pública, Gerardo García Luna, aseguraron ayer que la lucha contra el narcotráfico no se ha perdido y que la violencia generada por los cárteles de la droga es reflejo del deterioro que están sufriendo en esa guerra. Ambos funcionarios presentaron un amplio informe sobre las acciones del gobierno contra el crimen organizado y sus resultados. Se refirieron al número de capos detenidos, decomisos efectuados y las personas que han sido extraditadas. Mencionaron la reforma al sistema de justicia; la intención gubernamental de reforzar la cultura de la legalidad, y el combate al consumo de enervantes en el país. En la misma reunión, Jorge Tello Peón, asesor de la Presidencia de la República en materia de seguridad, rechazó las tesis que consideran a México como un Estado fallido al no poder controlar la inseguridad,.
***

Discurso del presidente Calderón en Palacio Nacional en la Comida de Trabajo con motivo de la XX Reunión de Embajadores y Cónsules de México

Muy buenas tardes, amigas y amigos.
Señor Diputado César Horacio Duarte Jáquez, Presidente de la Cámara de Diputados.
Señor Senador Gustavo Madero Muñoz, Presidente de la Cámara de Senadores.
Señor Senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Señoras y señores senadores.
Señoras y señores diputados, muchísimas gracias por su presencia en este almuerzo con el cuerpo diplomático de México.
Estimado doctor Enrique Krauze.
Señoras y señores embajadores y cónsules de México.
Distinguidos invitados, analistas.
Amigas y amigos todos:
Antes que nada permítanme desearles a todos ustedes y a sus familias muy sinceramente un Feliz Año Nuevo.
Quiero expresarles mi reconocimiento por la enorme dedicación con la que han asumido su tarea, por el trabajo serio y profesional que han venido realizando en favor de México y en favor de los mexicanos.
Nuestra diplomacia trabaja y trabaja bien; trabaja con más comercio, con más inversiones, con más intercambios culturales, tecnológicos y científicos, y con ese trabajo estamos abriendo oportunidades de desarrollo y creando condiciones para impulsar la inversión y la generación de empleos.
Tengo presente un dato muy relevante ocurrido en el primer año de esta Administración, y que fue que por primera vez en la historia contemporánea de México, el flujo de inversión extranjera directa a nuestro país tuvo un componente menor, en su origen, proveniente de los Estados Unidos, al origen de inversión extranjera proveniente del resto del mundo, particularmente de Europa.
Ha habido un esfuerzo de diversificación de nuestro comercio y de nuestras inversiones, y aunque este fenómeno obedece a diversos procesos y circunstancias, hay, evidentemente, un esfuerzo que se realiza para, en términos económicos, insertarnos al mundo de manera mucho más adecuada en el mundo global.
Hoy quiero compartir con ustedes algunas reflexiones de la política exterior del Gobierno Federal, que las resumo como fundamentadas en tres pilares fundamentales.
Primero. El promover el interés nacional de México, impulsando acciones concretas para el bienestar de los mexicanos.
Segundo. Posicionar a México como un actor responsable en un mundo cada vez más interdependiente.
Y tercero. Reforzar la internacionalización del país para que, como dije desde el primer día de mi Gobierno, haya más mundo en México y más México en el mundo.
Si echamos la mirada hacia atrás, al inicio de la Administración, en términos internacionales había retos y desafíos complejos en términos diplomáticos; México tenía una relación tensa, por ejemplo, con algunos países.
Creo que por sentido común y quizá también por experiencias pasadas, cuando México estaba bien con Cuba estaba mal con Estados Unidos y viceversa.
Y, por ejemplo, al inicio del Gobierno encontramos que estábamos mal con Cuba, y estábamos mal con Estados Unidos, y estábamos mal con América Latina y con varios países.
En esta Administración nos hemos propuesto transformar los términos de inserción de México en la escena internacional, para asegurar una presencia acorde a las dimensiones y al potencial del país.
En estos dos años hemos logrado avances importantes en este propósito, y me parece que vale la pena recordarlo y hacer un recuento.
Quiero compartir algunos ejemplos, también.
Primero. Hoy México tiene una participación activa en los grupos de reflexión más importantes del mundo en la actual coyuntura.
México ejerce un liderazgo, de hecho coordina el Grupo de los 5; es decir, un grupo que integramos, China, India, Brasil, Sudáfrica y México, que son las cinco economías emergentes de mayor peso y, además, como tal hemos formado parte de las reuniones del Grupo de los 5 y del Grupo de los 8, donde se reúnen las economías más importantes del mundo.
Por otra parte, hemos tenido también una participación activa, tanto en el Grupo de los 20, como en el Foro de la Comunidad Asia-Pacífico, la Comunidad Económica Asia-Pacífico, la APEC, en los cuales estamos promoviendo, precisamente, propuestas y directrices para hacer frente a las circunstancias internacionales que se viven.
Hemos enfatizado en la necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional, hemos alzado la voz contra el neoproteccionismo comercial que se alza en el mundo y hemos puesto no sólo en práctica, sino impulsado la puesta en marcha de políticas anticíclicas para revertir la actual situación económica de estancamiento.
En muchas de las circunstancias que ha vivido el país y el mundo, los programas y las decisiones que hemos tomado han sido pioneros para hacer frente a circunstancias parecidas en otros países.
Por ejemplo, ante el aumento, ante el alza de los precios de los alimentos en el mundo, México puso un programa orientado, precisamente, a la protección de las familias a través de transferencias directas extraordinarias y focalizadas para la población en mayores problemas, que fue no sólo reconocido por organizaciones internacionales como el Banco Mundial y la FAO, sino puesto en marcha como prototipo en otros programas semejantes en varias regiones del mundo.
Y de la misma manera, la puesta en marcha temprana de políticas anticíclicas, no porque lo haya hecho México, pero al final de cuentas porque están en la dirección correcta, fueron también puestas en marcha por varios países.
Segundo. Hemos asumido también un liderazgo claro en un tema en el cual personalmente tengo un particular interés, que es la materia ambiental.
Somos el único país en desarrollo que ha emitido tres informes sobre emisiones de carbono al órgano, al grupo especial de las Naciones Unidas. De esta organización recibimos también un reconocimiento, por el país que hizo la mayor aportación a la campaña de mil millones de árboles, promovida por la ONU; México solo plantó en 2007 251 millones de árboles, la cuarta parte de la meta mundial. Y por cierto, en el 2008 llegamos a 286 millones de árboles.
Estamos impulsando, además, con responsabilidad un cambio de paradigma entre los países emergentes hacia un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático; es decir, de la vieja referencia de que los países en desarrollo por ser pobres no tenemos ni debemos hacer absolutamente nada por los problemas de contaminación, calentamiento global y cambio climático, nosotros hemos insistido de que este mundo, finalmente no sólo nos pertenece a todos, sino la viabilidad cuestionada, a la que ha hecho referencia Krauze, es una responsabilidad compartida.
Y por eso hemos insistido, precisamente, en que el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas, clama también a una participación activa y comprometida, proporcional por supuesto, a la circunstancia de cada país, de los países en desarrollo.
Como una muestra del compromiso de México en esta materia propusimos la creación del Fondo Verde que, basado, precisamente, en el principio de obligaciones comunes, pero diferenciadas, busca que todas las naciones aportemos y contribuyamos, de acuerdo a la circunstancia y capacidad económica y a las emisiones globales y per cápita de cada Nación, con recursos y esfuerzos; y que a la vez con tales recursos puedan financiarse programas de reducción de emisiones, de eficiencia energética, de protección al medio ambiente, de secuestro de carbono, que debe realizar la humanidad y que ya estamos realizando, por cierto, en nuestro país.
Tercero. Fuimos electos como Miembros No Permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con el apoyo de 185 naciones. Y debo decir que ésta fue la votación más alta no sólo de las cuatro elecciones en las cuales México ha pertenecido como Miembro No Permanente al Consejo de Seguridad, sino que en este mundo de desconfianzas y diferencias, México obtuvo la mayor votación entre todos los países electos para el Consejo de Seguridad en este periodo.
Desde esa posición, mantendremos nuestra convicción de que la fuerza del derecho y de la razón debe ser la base para la solución pacífica de los conflictos. Hemos planteado nuestra exigencia de un cese inmediato de las hostilidades en el conflicto de Gaza; hemos condenado el uso de la fuerza y particularmente los ataques a la población civil, realizados tanto por los grupos terroristas como Hamás y Hezbolá, como por el ejército de Israel.
Hemos contribuido, desde una posición equilibrada, a que ayer el Consejo de Seguridad pudiera finalmente llegar a una resolución que, si bien es cierto, registró una abstención (lamde EE UU), no tuvo votos en contra.
Cuarto. La primera vez que me reuní con ustedes, en enero de 2007, les expresé mi compromiso de estrechar los lazos de integración con América Latina. Es la región más cercana geográfica y culturalmente a México, somos cultural, espiritual, políticamente, históricamente, latinoamericanos y en el caso del Presidente de México, profundamente latinoamericanista.
México practica en la región, en Latinoamérica, un latinoamericanismo abierto, pero es un latinoamericanismo sin exclusivismos y sin agresividad.
Una pertenencia clara, indubitable, segura de sí misma a esta región entrañable, pero también una pertenencia al mundo y un sentido de corresponsabilidad con el mundo global y con la humanidad.
Yo puedo decirles que hemos fortalecido los espacios de interlocución de México en el mundo, y particularmente en esta región. Es por cierto la zona, la región, a la que más giras de trabajo he realizado a lo largo de estos dos años, e iré la semana próxima nuevamente, aunque sea por unas horas, a Panamá, para continuar los trabajos de sistematización de nuestro trabajo de Seguridad Regiona,l que hemos emprendido bajo la iniciativa de México.
Un ejemplo de nuestro papel como voz de equilibrio en la región y particularmente, debo decirlo, del papel de la Cancillería, ha sido el diálogo alcanzado entre Colombia, Ecuador y Venezuela durante la Reunión del Grupo de Río en República Dominicana.
Déjenme decirles, que previo a esa reunión el Grupo de Río se daba prácticamente por muerto, la discusión era un poco cómo serían, precisamente, las Honras Fúnebres.
De hecho, el preludio de la reunión de Dominicana fue el ataque de las fuerzas armadas colombianas hacia un campamento guerrillero en El Ecuador, que ustedes recuerdan, y un conflicto, rompimiento de relaciones, y amenazas, e incluso inminencia de hechos violentos entre países hermanos.
México, convencido de la unidad latinoamericana, urgió a la recomposición y reorganización del Grupo de Río, y ofreció su propia candidatura para ofrecer el Secretariado Pro Témpore de ésta, que hasta ahora es la única organización que agrupa a la mayoría, no a todos, de los países latinoamericanos.
Frente al escepticismo de muchos, incluso la ausencia de algunos de los liderazgos más importantes de la región latinoamericana en el Grupo de Río, por ejemplo Brasil, México y la Cancillería, tuvo un papel importante, destacado, activo, persistente, debo decir, para llamar al diálogo a las partes, para negociar documentos y borradores, para intercambiar puntos de vista, para aclarar posiciones, para ser interlocutor y llevar mensajes de una parte a la otra. Y contra todo pronóstico, esa reunión terminó en una conciliación de posturas entre Colombia y Ecuador, en un saludo afectuoso entre los participantes y en una convicción de que ese tendría que ser no sólo la recomposición del Grupo de Río, sino también la reconstrucción de la anhelada unidad latinoamericana.
De manera muy especial, también, quiero destacar la mejoría en las relaciones diplomáticas que tenemos con países de la región con los cuales registrábamos conflictos y tensiones, como es el caso de Cuba, y su inclusión en el Grupo de Río también nos aproxima a un objetivo que hemos señalado.
En suma, hemos podido restablecer la posición de México como un actor indispensable en los procesos globales de concertación y desarrollo en América Latina, y hoy nuestra diplomacia se ejerce en todo el mundo y nuestra voz se escucha y se respeta nuevamente en foros internacionales.
Sin falsas pretensiones de modestia, puedo decir que México ha recuperado el liderazgo que por su historia, por su población, por su economía merece en un mundo global como el que hoy vivimos.
En 2009 seguiremos fortaleciendo la presencia de México en el mundo a través de varias acciones:
Uno. El ejercicio en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, de nuestra responsabilidad global en favor de la paz y el desarrollo.
Dos. La participación activa, propositiva de México en el Grupo de los 20, en el Grupo de los 5, en la reunión del G-8, G-5, en el Foro de APEC, con el fin de apuntalar el papel de nuestro país en la nueva arquitectura financiera internacional bajo los principios de más mercado, pero mejor regulado y mayor participación de las economías emergentes en los foros de decisión.
Tres. La consolidación de nuestra relación con América Latina de manera destacada, el fortalecimiento de la integración a través del Proyecto Mesoamérica, proyecto iniciado e impulsado por México.
En Centroamérica hemos planteado una perspectiva de desarrollo regional sobre la base de programas concretos, viables y ya puestos en marcha en materia de salud, en materia de vivienda social, en materia de infraestructura, en materia ambiental y en materia de telecomunicaciones.
Pero especialmente, amigas y amigos, estamos impulsando a partir del Grupo de Río, y esperemos que pueda materializarse aquí, en nuestro querido México en el 2010, a propósito de la celebración del Bicentenario de nuestra Independencia y del Centenario de nuestra Revolución, el que podamos constituir aquí, y por primera vez, la formalización de una verdadera Organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe, que incluya a todos los que pertenecemos a esta región.
Cuatro. Como ustedes saben, es una relación vital para el país, precisamente, la relación bilateral con Estados Unidos.
El próximo lunes me reuniré con el Presidente Electo Barack Obama, y me parece fundamental que debemos aprovechar la coyuntura de asunción de la Presidencia del Presidente Obama, que tiene un claro liderazgo interno y un claro liderazgo internacional.
Nuestro objetivo es, precisamente, ponderar el peso y la dimensión verdadera de la relación bilateral.
La importancia que para México tiene la relación con Estados Unidos, pero también la importancia que para Estados Unidos tiene la relación con México en los temas que le son cruciales, en los temas de seguridad, de recuperación económica, de medio ambiente y de muchos otros.
Y concretamente, nuestro planteamiento será avanzar a una verdadera asociación estratégica basada en cuatro ejes.
En el eje de la seguridad, que es un reto, un desafío y una responsabilidad compartida que debemos resolver en común, tanto la seguridad regional como la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.
Dos. La competitividad regional sobre la base de que las nuestras son dos economías necesaria e inevitablemente complementarias, que una es una economía intensiva en capital, la otra es una economía intensiva en mano de obra.
Una es una economía desarrollada, otra es una economía en desarrollo, es casi un caso de libro de texto económico y de comercio internacional y que sólo pueden actuar y prosperar estas economías, si están sensata y responsablemente integradas en los factores que impulsan su competitividad; en otras palabras, que la recuperación de la propia economía norteamericana pasa también por una integración responsable y sensata, y no en una exclusión de los factores económicos que México plantea; entre ellos, desde luego, el trabajo, pero también la competitividad regional.
Que este sea el principio la prosperidad basada, precisamente, en una visión de competitividad regional en el mundo global de esta región nuestra; y también la imperiosa necesidad de impulsar el bienestar de nuestra gente y defender los derechos humanos de ambos lados de la frontera para todos, sin distingos y, por supuesto, el principio de una política exterior fundada en principios y valores en los que creemos.
Hay que decir, vale la pena señalarlo, que probablemente México sea el único país con cuyo Presidente se reúna el Presidente Electo de los Estados Unidos antes de su toma de posesión.
Cinco. La intensificación de nuestra vinculación con Asia-Pacífico, que es la región con mayor potencial económico del mundo, a través del renovado interés que hemos puesto en APEC, y un énfasis en países como China, Japón, la India y otros de la región.
Hay que decir, amigas y amigos, que, precisamente, Asia y América Latina han sido las dos regiones que en el mundo han registrado crecimiento económico en el último año y que es, precisamente, ampliando y acelerando, y no frenando y cerrando nuestras relaciones comerciales, como verdaderamente podremos encontrar alternativas de prosperidad para México y los mexicanos.
En una economía global sólo, precisamente, mediante la interacción no sólo de mercados abiertos, sino también de economías crecientes, como son las economías de la Cuenca del Pacífico, tanto en Asia como en América Latina, es donde podremos encontrar un camino a la prosperidad y una salida mucho más rápida al actual entorno adverso internacional.
Sexto. La promoción cada más vez activa de México en el exterior, con el fin de atraer más inversión e incrementar el comercio internacional.
Yo reitero mi instrucción a todas y a todos ustedes; es fundamental colocar a México en el mundo, es fundamental saber específicamente cuáles son los bienes, los servicios que México puede proveer y ofrecer a todas las naciones del mundo.
Es fundamental señalar que México es un buen lugar para invertir y estamos decididos a convertirlo en el mejor lugar para invertir en el mundo, que tenemos ventajas estratégicas fundamentales en el mundo global, una posición geográfica envidiable que puede hacer que México se convierta en un eslabón multidireccional, en un mundo multipolar.
Un eslabón multidireccional para el comercio global y la inversión del mundo que puede acercar insumos o productos de Asia con la Costa Este de Estados Unidos o viceversa, insumos o productos de Europa con la Costa Oeste de Estados Unidos o con Asia y, desde luego, con América Latina.
Que México para convertirse en ese eslabón multidireccional está desarrollando el más ambicioso programa de infraestructura que se haya visto en nuestro país en décadas, 570 mil millones de pesos tan sólo para infraestructura en este año 2009.
Para darnos una idea, cuando se habla de un proyecto vistoso en América Latina, la ampliación del Canal de Panamá, que tomará cinco años más, a lo largo de esos cinco años se invertirá en el Canal de Panamá una cantidad equivalente a lo que los mexicanos invertiremos en infraestructura tan sólo en este año, 2009.
Estamos decididos también a promover a México y lo que producimos los mexicanos; por eso tengo muy presentes los datos de la evolución de nuestro comercio internacional.
Sé que han registrado incrementos importantes algunas economías con las cuales tenemos una participación hasta ahora marginal, como es el caso de Finlandia, donde hemos multiplicado casi por cinco nuestras exportaciones, aunque también muy cerca de ahí y hasta hace poco en la misma demarcación de sede diplomática, en el caso de Dinamarca, bajaron en un 20 por ciento, de manera que se compensan un poco las cosas; pero evidentemente nuestro objetivo es diversificar nuestro comercio y nuestra inversión, y una tarea fundamental de embajadores y cónsules es, precisamente, no sólo defender a México en el mundo, que eso es elemental, sino también promover a México y lo mucho que México vale para el mundo.
Siete. El fortalecimiento de las acciones de cooperación encaminadas a salvaguardar la seguridad nacional del país, en especial, por ejemplo, la instrumentación de la Iniciativa Mérida.
El crimen organizado es un desafío global transnacional y tiene que enfrentarse también como una estrategia global y multinacional, y México ha, precisamente, puesto el tema en la mesa, no sólo con Estados Unidos, que tiene que asumir, y de hecho a partir de la exigencia mexicana está asumiendo una mayor corresponsabilidad en el tema, sino también un asunto de seguridad regional con Centroamérica, con América Latina y con todo el mundo.
Octavo. Impulsar una solución integral al problema migratorio y al fortalecimiento de nuestras acciones de defensa y lazos con nuestra comunidad mexicana en el exterior, a la cual he visitado en varias ocasiones, y que fue clave, además, en la elección del Presidente Obama, el 4 de julio pasado.
Déjenme decirles, amigas y amigas, que la aportación de los mexicanos a la economía de los Estados Unidos es y ha sido fundamental, que es, precisamente, el trabajador mexicano el que está haciendo un mayor aporte en términos de competitividad en una economía que requiere, urgentemente, competitividad.
Que si se mide verdaderamente lo que los mexicanos aportan en impuestos contra lo que reciben de beneficios sociales, a valor presente neto es mucho mayor la aportación a las finanzas públicas norteamericanas de nuestros compatriotas en Estados Unidos, a tal grado de que la posibilidad de financiar en el futuro su propio sistema pensionario y de salud depende fundamentalmente del ingreso de los mexicanos; y muchas otras cosas que están, precisamente, en nuestra agenda bilateral.
Noveno. El fortalecimiento de fronteras, ordenadas, eficientes, seguras y prósperas, fronteras de verdadera oportunidad. Y no sólo la frontera al norte, de la que tanto nos hemos ocupado, sino la frontera al sur, que tenemos tan abandonada. Es hora de recordar, como dice la canción de Serrat, que el sur también existe y el sur existe para México.
Y décimo. Promover un mayor liderazgo de México en la lucha contra el cambio climático.
Sí es la cuestión medular de viabilidad para la humanidad y así debemos asumirlo.
Con estas acciones, amigas y amigos, México seguirá tomando un papel de liderazgo, un liderazgo que le corresponde en la arena internacional.
Señoras y señores cónsules y embajadores de México, distinguidos invitados.
Hoy el mundo está inmerso en una crisis económica de dimensiones nunca antes vistas. Una crisis económica que afecta sin excepción a todas las naciones.
En ese difícil escenario internacional ustedes deben estar preparados para promover la imagen de nuestro país y para defenderlo no sólo de los posibles ataques que se puedan presentar, sino verdaderamente defenderlo para divulgar la realidad de lo que es y de lo que ocurre en México.
No es una percepción ficticia un ambiente de paz y de tranquilidad en las calles del Centro de la Ciudad de México. Es una realidad. México tiene una circunstancia de gobernabilidad democrática, es capaz de llegar a acuerdos no sólo entre todos los partidos políticos, entre los Poderes de la Unión, entre los distintos órdenes de Gobierno, como llegamos el miércoles pasado, por citar uno de muchos ejemplos, sino además es capaz de procesar reformas fundamentales que en otros países o en otros tiempos, aquí mismo en México, ni siquiera se han intentado.
Que México es capaz de tomar decisiones medulares de su futuro, que lo que está ocurriendo en México es que hay no sólo un Gobierno, sino una sociedad decidida, absolutamente decidida y determinada a enfrentar y a resolver problemas que nuestro país venía arrastrando y quizá metiendo debajo de la alfombra, como es el problema de la inseguridad.
Y que estamos no sólo decididos, absolutamente decididos a resolverlo, sino puedo asegurarles, amigas y amigos, porque conozco la fuerza del Estado mexicano y ustedes la conocen, y sobre todo conozco la fuerza y la decisión de nuestra sociedad, que esa es una batalla que no sólo debemos de librar, como dijo el ingeniero Krauze, esa es una batalla que vamos a ganar. Será de largo plazo, será difícil, pero la vamos a ganar.
Probablemente mis colaboradores aquí ya hayan entrado a detalles de los análisis que hemos hecho. Pareciera que en el mundo se generara la impresión de que en México se está, simple y sencillamente masacrando a la población civil, en las calles, incluyendo las de esta ciudad, y que se está generando una situación de caos y, honestamente, no es así.
Quizá no es mi papel, o no sea el momento para el detalle precisamente de lo que observamos, del número de muertes que, efectivamente, lamentamos y que sorprenden y preocupan a todos, pero que están clara e indisolublemente vinculados a la lucha que los grupos criminales tienen entre sí, para precisamente disputar territorios que vienen perdiendo, y debilitamientos en su estructura organizacional que vienen sufriendo.
No entraré en detalle en ese tema. Lo que sí puedo decirles, amigas y amigos, que pueden decir, y con orgullo, de que en México se está viviendo un proceso de recomposición institucional, que estamos poniendo la casa en orden; que así nos tome muchos años, como deben tomar muchos años los cambios trascendentes de cualquier nación, estamos recomponiendo la vida institucional del país, reorganizando y limpiando de arriba hasta abajo las policías federales, restaurando nuestras instituciones, vulneradas durante años, o quizá durante décadas.
Que estamos recuperando nuestro México para nosotros, los mexicanos, y la lucha que estamos emprendiendo, amigas y amigos, no es una lucha por ir a rescatar o a tomar por la fuerza algún recurso de una nación externa a miles de kilómetros de distancia; la lucha nuestra es, no para invadir una nación externa en cualquier parte del mundo, es aquí en México para defender a México y para defender a los mexicanos.
Y tenemos los recursos y especialmente la fuerza y la determinación para lograrlo y así lo vamos a hacer. Pueden decirlo, y no sólo pueden decirlo, les instruyo a que lo digan en cualquier parte del mundo.
Qué puede decirse de México.
Puede decirse de México que cuenta con estabilidad política
. Sí, por supuesto que cuenta con estabilidad y gobernabilidad democrática; que sus Poderes funcionan con responsabilidad; que su Legislativo, por mucho que tiene que superar de animadversión mediática, es un Legislativo que trabaja y que está sacando reformas responsables.
Que el Poder Judicial también está trabajando
y haciendo un esfuerzo singular por renovarse; que el Ejecutivo está trabajando y llevando proyectos claves y estratégicos en materia de seguridad, sí, pero también en materia de infraestructura, en materia de desregulación, en materia de modernización, en materia de cambio y de propuesta legislativa, en materia ambiental, en materia social.
Simplemente un ejemplo, tan sólo en dos años hemos triplicado, triplicado el presupuesto para el Seguro Popular, y le hemos brindado protección a más de ocho millones y medio de familias, es decir, más de 30 millones de mexicanos que apenas hace algunos años no tenían manera de atenderse con un médico o de tener una medicina.
Y que al paso que vamos, México para celebrar el Bicentenario de su Independencia alcanzará lo que es anhelo de muchas naciones y de lo que seguramente muchas naciones en las cuales ustedes residen no han logrado; el anhelo, la meta y el logro que tendremos es que para el 2011, México tendrá cobertura universal de salud, es decir, médico, medicinas y tratamiento para toda mexicana y para todo mexicano sin excepción y sin distingos.
Que estamos trabajando fundamentalmente para recuperar el medio ambiente. Que si la década pasada se estimó por la FAO que México perdía en promedio 350 mil hectáreas por deforestación, tala o incendios, en los dos años de mi Gobierno, cada año hemos plantado o recuperado suelos por más de medio millón de hectáreas, cada año.
Y que estamos decididos a recuperar nuestros bosques, nuestros lagos y nuestros ríos, porque nuestra convicción es que nuestro México es un México que debe y que va a durar para siempre.
En síntesis, amigas y amigos, puedo decirles como mexicano, como un respetuoso y admirador del Servicio Exterior de México y también, por supuesto, como Presidente de la República y Jefe del Estado, que el nuestro, nuestra Nación es orgullosamente un Estado pleno, funcional, que trabaja, precisamente, por acercarse a los ciudadanos; que está enfrentando sus problemas más profundos y que los está resolviendo, no los está evadiendo, y que ha asumido la decisión de enfrentarlos y resolverlos a pesar de los costos que implica enfrentar y resolver los problemas más graves.
Que es un México que goza de sólida estabilidad democrática, que construye acuerdos, que está transformando de fondo su economía, la salud de sus habitantes, su educación y que está llevando a cabo reformas profundas que garantizarán, verdaderamente, un mejor futuro para los suyos; que trabaja pensando en el futuro, en las cosas de fondo que toma tiempo resolverlas, pero que también duran las soluciones establecidas y también en la coyuntura, que no hemos cejado de defender los intereses de México y de los mexicanos, y puedo decirlo, los intereses del ser humano en el mundo, a cada problema que hemos enfrentado en la coyuntura internacional.
Y que al Gobierno, que ustedes también representan, no le ha arredrado ni el enfrentarse a problemas de fondo encarnados en nuestra sociedad contemporánea, como es el tema de la inseguridad, o en instituciones que venían debilitándose y corrompiéndose, y que estamos depurando.
Ni tampoco nos ha arredrado el enfrentar la peor crisis económica que recuerde mi generación y la generación de ustedes, sino que, por el contrario, cada reto que nos ha desafiado ha sido una razón cada día más poderosa y cada día más fuerte para enfrentar esos desafíos con prontitud y con determinación.
Así que les pido, les instruyo a que estén orgullosos de México, pero no sólo orgullosos de nuestro pasado, estén también orgullosos de este presente de reto y de exigencia, y también orgullosos del futuro, del futuro que anhelamos y que estamos construyendo.
Su deber es defender y promover a México, promover a sus instituciones, promover al Gobierno que representa al Estado y a la Nación de los mexicanos. Éste es un Gobierno de transformación que está decidido a construir un mejor futuro. A Hacer de México el país que queremos, un país moderno, moderno en lo político, y por eso defendemos el México democrático.
Moderno en lo económico, es decir, competitivo en la economía global y generador de empleos.
Un México moderno en sus instituciones.
Queremos también lo mismo para el mundo. Hoy que México ha reconstruido o fortalecido o recuperado, como ustedes quieran llamarlo, el liderazgo que está llamado a asumir, también es hora que desde el mundo diplomático y desde el Gobierno, sigamos postulando y, sobre todo, defendiendo principios y valores en los que creemos y que, no lo ignoremos, están en peligro.
Principios y valores como el de la democracia; principios y valores como los derechos humanos; principios y valores como la libertad política y la libertad económica, que son principios universales que no deben reconocer fronteras ni deben hacer que un pueblo valeroso como el nuestro o su Gobierno o sus representantes diplomáticos cierren los ojos.
Estén orgullosos de México, de su pasado, de su presente y de su futuro. Y con su valía en el desempeño diplomático que han mostrado hasta ahora y que a nombre de los mexicanos agradezco, tengan la plena seguridad de que por el camino que vamos, con aciertos y con errores, con logros y con insuficiencias, pero con plena determinación y sentido de futuro lograremos construir ese México, un México más libre, un México más justo, un México más equitativo, un México más seguro, un México más democrático, un México más limpio.
Ese México, amigas y amigos, existe. Está en nuestro futuro y el deber de todos, cada quien en su trinchera, es construirlo e ir por él.
Vamos por él.
Muchísimas gracias.


Fuente: Presidencia de la República.

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