6 abr 2009

El obispo de la Santa Muerte al PSD?

La Guerra Santa de La Niña Blanca
La Secretaría de Gobernación no ha intervenido ante las reiteradas peticiones de esta agrupación que surgió hace cerca de una década.
2009-04-05 Milenio semanal
El Domingo de Ramos sus seguidores caminarán por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México y sacarán de su santuario la nueva imagen del Ángel de la Santa Muerte. Para el interior del país se ha exhortado a sus fieles, que podrían ser ya cinco millones en México, a salir a las plazas vestidos de blanco. Todo es parte de la primera etapa de esta Guerra Santa anunciada por el obispo David Romo, de la Iglesia Católica Tradicional Mex-EU. Romo consideró que utilizar a elementos del Ejército para la destrucción de 30 altares en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo el pasado 22 de marzo es afirmar que “allí hay grupos de criminales, y es ofensivo para los devotos el ser considerados como delincuentes”. Estos parecen ser los primeros episodios de una estrategia militar contra esta devoción, pese a que sus raíces iconográficas datan de la época prehispánica bajo el nombre de Mictecancuhtli y Mictecacihuatl, el dios y la diosa de la muerte y de la oscuridad.
La Secretaría de Gobernación no ha intervenido ante las reiteradas peticiones de esta agrupación que surgió hace cerca de una década, principalmente desde la zona de Tepito y el Centro Histórico, más que para retirarle el registro en 2005 tras asegurar que había violado sus estatutos. En 2007, en algunas delegaciones de la Ciudad de México, como Benito Juárez, se derrumbaron en su totalidad los altares de la Santa Muerte en la vía pública, porque “el jefe delegacional era de otra religión y no iba a permitirlos. La semana pasada la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Ana Teresa Aranda, ligada a grupos ultraconservadores de la Iglesia católica, señaló que “sólo les comentaré que la Santa Muerte no es una asociación religiosa porque no está registrada como tal ante la Secretaría de Gobernación y por lo tanto cualquier asunto que tenga que ver con lo de sus altares y los lugares donde llevan actividades, es responsabilidad de los ayuntamientos”. En el estado de Oaxaca han prohibido realizar celebraciones a la Santa Muerte.
Este domingo de Ramos será la segunda ocasión en que la nueva efigie salga de su santuario. Según el obispo Romo, la imagen se creó en el 2005 después de que perdieron el registro, cuando retiraron a la vieja imagen cadavérica. Pese a las divisiones que hay entre los devotos, principalmente el grupo que sigue a Romo Guillén y el de doña Queta, que tiene su altar en la calle de Alfarería y Avenida del Trabajo, el obispo de la Iglesia de la Santa Muerte llamó a todos a unirse porque en estas movilizaciones se verá “quiénes son devotos de corazón y quién está por negocio”.
Elio Masferrer, académico de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, menciona que en la destrucción de los altares existe una estrategia militar con un “gesto simbólico: yo enfrento a la Santa Muerte y no pasa nada. Por lo tanto mi Dios es más fuerte que el tuyo”. Añade que las autoridades “no han medido las consecuencias porque alrededor de la devoción no sólo hay narcotraficantes, sino que existe toda una red que se ha ido fortaleciendo en los últimos años y que no necesita tener un registro para operar”. En este conflicto, la jerarquía católica, a la que se acusa de presionar al gobierno federal para derrumbar los altares, ha preferido ser prudente y no caer en provocaciones: Leopoldo González, obispo auxiliar de Guadalajara y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, puntualizó que se “respetan las diferentes expresiones religiosas” y señaló que no tienen nada que ver con esas destrucciones. El vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, que ha sido beligerante para combatir este culto, en esta ocasión se concretó a comentar que “no caerán en provocaciones y es responsabilidad de las autoridades resguardar la seguridad de los fieles católicos y de los templos católicos”.
Eugenia Jiménez Cáliz
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Renunciará a la sotana y buscará partido
El obispo David Romo sucumbe ante la política
El líder del culto a la Niña Blanca reconoce su ambición por lograr una curul.
Milenio, 2009-04-06;
El obispo David Romo, de la Iglesia de la Santa Muerte sucumbió en Semana Santa a la tentación de la política; ayer anunció que para defender el culto de ésta renunciará a la sotana y se afiliará a un partido político, probablemente al Socialdemócrata, en busca de una curul.
En un mensaje agresivo, con múltiples calificativos a las autoridades y a la jerarquía católica, leído en el Zócalo, Romo Guillén enfatizó: “Me veré en la necesidad de solicitar licencia a mi cargo religioso y buscar el partido político que me permita hablar por nuestro pueblo devoto, incluso esta semana buscaré afiliarme a un partido político, como un miembro más, pero con aspiración a lograr una curul”.
Al reconocer la escasa participación a la convocatoria, afirmó que en este momento no es preocupante el número del contingente, porque lo que se intenta es denunciar la represión a esa devoción.
La guerra santa, dijo no es realizar actos de violencia contra la Iglesia católica; advirtió que la lucha se hará a través del voto con el que se demostrará la inconformidad de los devotos de la Niña Blanca, a quienes invitó a no vender su conciencia por una despensa o un regalo que sus impuestos pagan.
“A no confiar en caras sonrientes y atenciones de temporada, deberán exigir que la persona que quiera su voto se comprometa a respetar su fe, los derechos de todos los mexicanos y un sueldo moderado”, agregó.
Destacó que con tristeza, molestia y decepción se ve que ha continuado la destrucción de los altares en el norte; sin embargo, continúan las “ejecuciones y la violencia en todo el país. Qué señal nos dan estos resultados, que solamente a un burro o descerebrado se le pudo ocurrir que quitando imágenes, derrumbando altares y prohibiendo la devoción por la Santa Muerte lograría amedrentar a los delincuentes de todos los niveles”.
En su mensaje que denominó “México, creo en ti” solicitó a la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, hablar con el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, para que revoque la disposición de prohibir la devoción y el culto a la Santa Muerte y le enseñé que esa decisión viola la Constitución.
Antes, en
la misa que celebró en el santuario ubicado en la calle Bravo, colonia Morelos, el obispo Romo consideró que la Secretaría de Gobernación ya no lo reconoce como interlocutor, por ello se ha dirigido al presidente Felipe Calderón en un carta para solicitar su intervención.
A los asistentes los animó a marchar y les dijo “estamos los que amamos de corazón, no los que simplemente ven el signo de pesos y negocio y se quedan en sus casitas atendiendo su tiendita.
No nos podemos quedar callados, más vale morir de pie que vivir de rodillas toda la vida”, indicó.
Claves
El registro
En 2005 la Iglesia católica tradicionalista Mex-USA perdió su registró como asociación religiosa ante la Segob por rendir culto a la Santa Muerte y no tenerlo establecido en sus estatutos.
En 2007 pidió nuevamente su registro, por lo que a partir de ese año deben transcurrir otros cinco, tiempo que se solicita en la ley para que se evalúe si se le otorga una vez más.
En Monterrey, Nuevo Laredo y Tijuana han sido destruidos en los últimos días 36 altares de la Santa Muerte. En el DF, en las delegaciones Benito Juárez e Iztacalco también han sido derribados.México/Eugenia Jiménez
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Poca participación de devotos para exigir el cese a la intolerancia
Acuden 250 a guerra de la Santa Muerte
Exigen que termine la destrucción de los altares y el respeto por su culto; preparan más movilizaciones en el Centro Histórico.
Milenio Diario, 2009-04-06•Ciudad
La guerra a la que convocó la Iglesia de la Santa Muerte tuvo poca participación; sin embargo, la marcha en demanda de un alto a la destrucción de sus altares y respeto por su culto se realizó.
Con pancartas y cartulinas en las que se leía “La represión no acaba con la fe”, “Cada quien es libre de creer en lo que quiera”, “No somos narcos”. “no somos delincuentes”, cerca de 250 personas recorrieron calles del Centro Histórico cargando las imágenes de la Niña Blanca.
Otros prefirieron transportarse en sus camionetas y automóviles, en los que colocaron imágenes de dos metros de altura, vestidas de morado como indica la liturgia de Semana Santa.
Por segunda ocasión el Ángel de la Muerte, nueva figura de la Santa Muerte, salió a las calles; esta imagen la adoptó desde 2005 la Iglesia católica tradicional Mex-USA, pero se asegura que no se renuncia a las anteriores.
Durante el recorrido se escucharon gritos de “¡Si que sí, la Santa ya está aquí!” “¡Que si que no, la Santa ya llegó!” .
Algunos participantes aseguraron sentirse agredidos por la destrucción de sus altares en el norte del país. Cleotilde Rodríguez, quien marchó acompañada de sus familiares, comentó: “Me siento como si estuvieran atentando contra mi propia vida. Pedimos que respeten nuestra creencia.
Con el hecho de que creamos en esta santa imagen no ofendemos a nadie, ni al gobierno ni a nadie. Es falso que se diga que sólo los delincuentes creen en ésta.”
Sólo uno de los fieles tocó durante el trayecto una campana y prendió incienso sobre las imágenes que cargaba, José Sánchez Martínez, cargado de múltiples rosarios, estampas con billetes, dijes y botones de la Santa Muerte, aseguró que va a todos los altares que lo invitan, y en el Distrito Federal aumentan.
En la colonia San Felipe de Jesús él ha colocado su altar y reza el rosario el último domingo de cada mes. “Me enteré de que iban a quitar los altares y por eso vine. Si lo hacen es porque no respetan las leyes ni la Constitución y no podemos dejar que lo hagan”.
Desde hace 14 años, dijo, cree en la Santa Muerte después de que “me quería quitar la vida por una mujer que quería mucho, yo me quería matar, ya sea ahorcado o enterrarme un cuchillo en el corazón. Le lloraba mucho a la mujer y ella me dañaba con su pensamiento, entonces me apegué a la Santa Muerte, ella es como mi madre”.
Esta devoción, consideró, es compatible con la Iglesia católica, y “aunque crea en la Santa Muerte soy católico, creo en San Judas y cuando tengo tiempo lo voy a visitar”,
Las diversas imágenes de la Niña Blanca llevaban billetes o monedas adheridas, es para que nunca falte dinero en las casas, más ahora en tiempos de crisis, comentaron los dueños.
Con globos blancos, familias completas asistieron para evitar que se les quite su culto. Los Ramírez Escudero dijeron que desde hace seis años todos los días le rezan a la imagen que tienen en su casa y siempre les ha ido bien. Pero advirtieron que si algo se le promete se le tiene que cumplir, porque ese es el trato.
Otros como Martín Landín, joven que salió del Reclusorio Norte hace unos meses, reconoció que muchos de los reos creen en la Santa Muerte porque los ha protegido, pero no todos los devotos son delincuentes.
Los devotos de esta Iglesia, no se encuentran estructurados como los católicos, porque acuden a diversos altares sin que nadie los pueda contabilizar, pero son los únicos que han salido a las calles a denunciar la intolerancia religiosa que ocurre en el país.
Esta fue la primera de una serie de manifestaciones públicas que realizarán los devotos para demandar un alto a la intolerancia en pleno siglo XXI en un Estado laico. El próximo viernes, pero en esta ocasión vestidos de negro, realizarán el mismo recorrido (saldrán de Bravo, Circunvalación, Izazaga, 20 de Noviembre y Zócalo).
La tercera será el Domingo de Resurección, pero con destino a la Basílica de Guadalupe.México/Eugenia Jiménez

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