El Presidente Calderón en el Almuerzo de Trabajo con motivo de la XXIII Reunión Anual de Embajadores y Cónsules de México
Ciudad de México, 5 de enero del 2012
Señor Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, representante del Poder Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y expresidente de la misma.
Señor Senador José González Morfín, Presidente del Senado de la República.
Señor Diputado Guadalupe Acosta Naranjo, Presidente de la Cámara de Diputados.
Licenciado Gabino Cué Monteagudo, Gobernador de Oaxaca.
Licenciado Rafael Moreno Valle, Gobernador de Puebla.
Muy apreciables señoras y señores Embajadores y Cónsules de México en todo el mundo.
Muy estimadas y estimados Embajadores eméritos y eminentes.
Muy estimados miembros del Servicio Exterior Mexicano.
Muy estimados Secretarios y colaboradores del Gobierno Federal.
Procuradora.
Amigas y amigos:
Me alegra mucho el poderme reunir nuevamente con los miembros del Servicio Exterior Mexicano, con mujeres y hombres encargados de defender, de enarbolar los principios y los legítimos intereses de nuestro querido México en todo el mundo.
Yo reconozco, amigas y amigos, el enorme trabajo que ustedes realizan para que nuestra Nación se haya posicionado como un actor fundamental en los procesos globales de concertación y desarrollo, lo mismo en integración en América Latina y el Caribe, que en temas fundamentales para el futuro de la humanidad, como el cambio climático y el medio ambiente; o bien, fundamentales para el presente económico, como el liderazgo en el G-20.
No hay ninguna duda que hoy nuestra diplomacia se ejerce y se ejerce bien en todo el mundo, y que nuestra voz, la voz de México, a pesar de todo, se escucha y se respeta en los foros internacionales.
Su papel, también, en mi opinión, ha sido indispensable para contribuir desde su tarea al desarrollo de México y para proyectar la imagen de nuestro país en el exterior.
Así que, yo quiero agradecerles a todas y a todos ustedes, amigas y amigos, su lealtad, su profesionalismo y su patriotismo.
También, quiero desearles a ustedes, a las y los integrantes de la Mesa de Honor un muy feliz año. Un año 2012 próspero, dicho, además, de corazón, porque creo en ello, y un año donde, en términos de realización personal, familiar, profesional, esté, precisamente, pleno de logros.
Hace cinco años iniciamos un proyecto humanista de Gobierno con un objetivo claro que es el de transformar a México. El transformar a México en lo que queremos que sea México, un país más seguro, un país más justo y un país más próspero; un México más democrático, un México más libre, un México limpio.
Y en el camino, qué duda cabe, hemos enfrentado los más diversos y, también, los más difíciles retos que, quizá, a muchos otros gobiernos, en otros países, hubieran debilitado sustancialmente; o bien, a otros ya los hubieran hecho claudicar o desfallecer, cualquiera de los que ustedes puedan escoger, de lo que hemos enfrentado.
El incremento más notable en varias décadas en el precio mundial de los alimentos, que incrementó sustancialmente los niveles de pobreza en todo el mundo, que provocó nuevas crisis de hambre, por ejemplo, en el Cuerno de África y que ha generado, también, qué duda cabe, turbulencias importantes con impactos políticos fundamentales, como es, por ejemplo, el rol que el aumento de los alimentos y de los combustibles tuvo en la llamada Primavera de África del Norte o en la Primavera Árabe.
Desde luego, el recrudecimiento de la violencia, generada por el crimen organizado en nuestro país; el surgimiento inédito, insólito, de un nuevo virus mortal a nivel mundial que brota, precisamente, aquí, en la ciudad más poblada del mundo, en nuestra Ciudad de México, el virus A/H1N1.
La crisis económica internacional más grave que hayan tenido conocimiento y memoria las generaciones presentes y que brotó, surgió, en 2008, y tuvo un impacto poderoso en México, en 2009; la peor sequía que haya tenido el 40 por ciento del territorio nacional en 70 años, y decimos 70 años porque son los años en que hay registro pluvial en el país, pero los registros de Texas, marcan que es la peor sequía en los 180 años que han tenido registro en ese estado. En fin. Muchos temas.
Y, sin embargo, amigas y amigos, afortunadamente las y los mexicanos hemos sabido salir adelante de todas y cada una de esas demandantes adversidades que nos han tocado enfrentar, y qué bueno.
Hoy, como dice la Canciller, México es una democracia y una democracia fuerte, con una economía abierta, competitiva. Una economía en crecimiento, que genera empleos y con baja inflación, y que tiene logros fundamentales en el ámbito social.
Somos de los pocos países en vías de desarrollo que ha alcanzado, prácticamente, la cobertura universal de salud. Una meta que no han alcanzado, incluso, muchos de los países más desarrollados del mundo.
No es posible decir en muchos de esos países que hay un médico, medicinas, tratamiento y hospital para cualquier conciudadano que lo necesite. Eso ya lo puede decir México.
Hemos alcanzado la cobertura universal, también, en educación primaria. Hemos avanzado sustancialmente en diversos frentes. En fin. Amigas y amigos, estamos, precisamente, haciendo de nuestro México ese proceso de transformación hacia el México que queremos.
Dentro de esos retos que nos ha tocado enfrentar, qué duda cabe, probablemente la mayor preocupación en este momento de las mexicanas y los mexicanos es la amenaza de los criminales, es la inseguridad.
Y se trata de un problema que se vino generando, se vino gestando largamente en nuestro país. Digamos que tuvo procesos muy largos de incubación, tanto el crecimiento y la expansión criminal derivado de las nuevas modalidades que sigue el crimen en México y en toda nuestra región de América Latina; como, también, el deterioro notable de la viabilidad institucional de las estructuras de cumplimiento de la ley en México, básicamente de seguridad y procuración de justicia.
La violencia, además, generada por los criminales, no se circunscribe únicamente ni al narcotráfico, ni al crimen organizado, sino que lastima a las familias mexicanas en delitos tan comunes, como es el robo, la extorsión y ahora el cobro de derecho de piso o el secuestro. 84 por ciento de los delitos que se cometen en México son delitos asociados al robo, concretamente el delito de robo en sus distintas modalidades.
Por otra parte, amigas y amigos, el crimen, en este caso el crimen organizado, no sólo afecta a las familias, sino, también, es una de las principales amenazas a nuestras instituciones democráticas.
Y ante un fenómeno criminal, de cualquier tamaño y de cualquier magnitud, qué duda cabe, también, que es un deber y un deber no solo legal, es también, un deber ético, un deber político, un deber moral de cualquier gobernante, el de enfrentar al crimen y el de proteger a las familias de sus conciudadanos.
Y, es por esta razón, que el Gobierno Federal en estos años ha implementado una estrategia que tiene un gran número de componentes, pero básicamente estos componentes están centrados en tres ejes medulares:
Primero. Enfrentar y someter a los criminales. Y por ello, las Fuerzas Federales han acudido en auxilio de la población en los estados donde las autoridades locales han pedido explícita y abiertamente ese apoyo. Es una medida que, como hemos insistido anteriormente, no podía esperar más.
Y por eso hoy, tanto la Procuraduría General de la República con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Marina Armada de México, la Policía Federal, desde luego, están cumpliendo una responsabilidad constitucional, una responsabilidad constitucional que parte del Mandato primigenio de cualquier autoridad, contenido en la protesta constitucional misma, de cumplir y de hacer cumplir la ley, como el de preservar la seguridad interior del país, por ejemplo, que está claramente consagrado en la Constitución General de la República para las Fuerzas Armadas.
Y algo muy importante. Se trata de una responsabilidad de que cumplimos con pleno respeto a la ley y, también, con respeto a los derechos humanos.
El segundo eje de la estrategia, amigos, es, trabajar en la consolidación de instituciones de seguridad y justicia confiables. Se trata de fortalecer a nuestras instituciones para que la situación que enfrentamos no se repita en el futuro y, por ello estamos creando una nueva Policía Federal que será, sin duda alguna, un legado muy valioso a las generaciones venideras.
Por eso estamos depurando y profesionalizando permanentemente esas policías, a la Procuraduría General de la República, a la Policía Federal Ministerial. Y, a su vez, estamos apoyando e impulsando a los gobiernos estatales a que también depuren, limpien y fortalezcan sus propias instituciones de justicia y de seguridad, que puedan contar a nivel local con policías que efectivamente estén al servicio de la sociedad y no al servicio de los criminales.
Lo he dicho, y reitero, el día que México tenga 32 policías estatales fuertes, confiables y eficaces, ese día estará claramente resuelto el problema de seguridad que ahora enfrentamos.
Déjenme decirles, también, amigas y amigos, que esto, que durante muchos años, claramente las evidencias así lo muestran, ha sido un pasivo para nuestro país, la vulnerabilidad institucional. En la medida en que vamos avanzando en la reconstrucción de nuestras instituciones, eso se está convirtiendo y se convertirá, no tengo la menor duda, en un gran activo del país; es decir, en el futuro México se distinguirá, estoy seguro, de seguir por éste camino, por tener instituciones de seguridad y de justicia, de cumplimiento de la ley, de enforcement, que verdaderamente constituirán un gran activo, una gran fortaleza de nuestra Nación, y eso también me parece muy importante subrayarlo.
Y tercero, el tercer componente, el tercer eje de nuestra estrategia es más importante que los otros dos. Así como la reconstrucción institucional es más importante que la persecución misma de los criminales, también el tercer componente, la reconstitución del tejido social, es más importante que los anteriores.
Y aquí se trata, amigos, de generar un tejido social más cohesionado, que impida que la delincuencia permee en la sociedad y eso es lo más importante a largo plazo.
Tenemos un gran valor en el hecho de que México es un país joven, fuerte, que tiene un bono demográfico importante, una situación inversa a la que ocurre, por ejemplo, en las economías europeas, donde prácticamente ya por cada jubilado hay sólo un trabajador o dos, lo cual hace inviable e imposible sus sistemas de seguridad social y de retiro.
Pero en nuestro México tenemos todavía una enorme base, que hace que la población económicamente activa sea significativamente mayor que toda la población dependiente del país, y este bono demográfico debe traducirse en beneficios para el país.
Sin embargo, esta propia realidad demográfica también genera una enorme presión en otros componentes.
Por ejemplo, la falta recurrente, estructural, formada durante muchos años, y que México ha tenido de no poder darle opciones de estudio, por ejemplo, y de desarrollo personal a sus jóvenes, eso ha generado, también, que muchos de ellos sean presa fácil de adicciones o de engarzamiento en las redes de los propios criminales, que usan a los muchachos, prácticamente, como carne de cañón.
En estos años, también, en que hemos tenido todos el honor de servir a México en el servicio público, ustedes en el servicio exterior, hemos hecho un esfuerzo, quizá, sin precedentes en materia de educación. Por ejemplo, hemos construido 96 universidades totalmente nuevas, desde greenfield, como se dice, como suele decirse en inglés, desde cero. Hemos ampliado o duplicado el campus de otras 50 universidades más en el país, algo que no se había hecho en mucho tiempo. Y hemos construido, también, prácticamente desde cero, casi mil nuevos bachilleratos, 985 para ser exactos.
Con lo cual hemos hecho la mayor ampliación de oportunidades educativas que se haya hecho en México para un periodo similar.
Qué es lo que buscamos.
Buscamos una sociedad más justa, una sociedad más solidaria, una sociedad mayormente cohesionada. Y es una sociedad no sólo más justa, sino que, también, puede enfrentar y superar, incluso, el desafío de la criminalidad.
Hemos, a la vez, apoyado económicamente a seis y medio millones de familias que son las más pobres del país. Y no sólo eso, en el momento en que la crisis económica fue más fuerte aumentamos ese apoyo.
Hoy una familia de Oportunidades, por ejemplo, recibirá, prácticamente, unos 800 pesos, en promedio, al mes, hay familias que reciben casi tres mil pesos mensuales, dependiendo el número de hijos que tienen.
Y eso permitió, junto con el Seguro Popular, que ya avanzó a una cobertura enorme, permite que las familias más pobres, en plena crisis, hayan podido mitigar los efectos de la crisis. De manera tal que, aunque hubo una reducción en el ingreso de las familias mexicanas, una economía que crece, que cae, por ejemplo, 6.2 por ciento como sufrimos en 2009, es imposible que no registre bajas en el ingreso familiar, con dos trimestres de caída a más de 10 por ciento, por cierto.
Sin embargo, esa baja se registró en los deciles más altos, medios y altos de la población, y no en los deciles más bajos. De manera tal que, incluso, la desigualdad en México se redujo, por primera vez, por una crisis similar. Contrario a lo que había pasado en las crisis anteriores generadas en México, en 76, en 82, en 87 y en 94-95, donde la crisis generaba un empobrecimiento general de la gente de ingresos fijos, pensionados o asalariados, o tasas de desempleo masivo o quiebra masiva de empresas, y que eso exacerbaba la desigualdad en México, las políticas públicas sociales que pusimos en práctica crearon una red social tan fuerte que, incluso, eso generó que la afectación no se diera en los dos primeros deciles, y se redujera el índice de GINI en México, el índice de desigualdad.
Qué otra cosa hemos hecho para generar esa red social.
Hemos, por ejemplo, abierto Estancias Infantiles sobre la base de hacerlas en las casas de madres que ya no tienen hijos en casa, mujeres con experiencia, muchas de ellas pedagogas, psicólogas que no tienen trabajo.
Y hemos abierto, por ejemplo, en cinco años casi 10 mil Estancias Infantiles. Para darles una idea, todas las guarderías y estancias que hicieron el IMSS, el ISSSTE y los DIF durante 60 años en México fueron cerca de cinco mil guarderías y estancias. Nosotros en cinco años hicimos más del doble de todo lo que se hizo en el Siglo XX en materia de Estancias Infantiles.
Ahí ya han asistido casi un millón de niños. 800 y tantos mil niños. Y permanentemente hay un cuarto de millón de madres de familia que pueden buscar trabajo a partir de tener a sus hijos en estancias.
Como les he dicho, hemos creado universidades, bachilleratos. En fin. Hemos hecho un esfuerzo muy, muy importante.
Incluso, en materia de espacios públicos, mucho se habla, por ejemplo, de la experiencia de Medellín, en Colombia, y, efectivamente, fue una de las experiencias que estudiamos, y se trata de reconstruir el tejido social, también, a partir del espacio comunitario.
Y aunque no somos autoridad municipal, que es la que debiera estar encargada de ello, o autoridad local como se hace en el propio caso tan mencionado siempre de la autoridad, en Medellín, Colombia; el hecho es que nosotros hemos auxiliado a poner canchas deportivas y recuperar espacios públicos, parques, jardines, en más de cuatro mil espacios en todo el país donde lo importante no es la cancha de pasto sintético, sino que le hemos entregado a las familias de la comunidad el dominio de la cancha y del espacio con lo cual, también, contribuimos a reconstruir ese tejido social. En fin.
Amigas y amigos.
Hemos trabajado muy fuerte, también, en infraestructura. Si ustedes observan los registros de gasto público de todas las Administraciones Federales y, además, dando por ciertas los que ahí reportan las Administraciones Federales desde la época de Díaz.
Esta Administración, en cinco años, es la que más ha invertido en infraestructura en toda la historia moderna de México, tanto en carreteras, por ejemplo, en toda la Administración anterior que fue la más alta, se modernizaron más o menos 12 mil kilómetros de carreteras, se construyeron o modernizaron 12 mil.
Nosotros llevamos ya 18 mil 500 kilómetros de carreteras modernizadas en estos cinco años.
Hoy, en la mañana tuve el honor y la emoción, porque, también, es un gusto, un logro, una satisfacción personal indescriptible, de fraguar ahí, de colar el último tramo, la última dovela que une los dos brazos del Puente Baluarte en la Carretera Mazatlán-Durango.
El Puente Baluarte ya tiene el Récord Guinness de ser el puente de tirantes de acero más alto del mundo. Es la Carretera Mazatlán-Durango, es una carretera de cuatro carriles, es un puente que además tiene una loza de concreto armado, cuatro carriles y entre la última columna de Sinaloa y la primera columna de Durango, hay 520 metros de largo sin una sola columna, todo con cables. Y del puente hacia el Río Baluarte hay 402 metros de altura.
Todo hecho con ingenieros, técnicos y trabajadores mexicanos y, por supuesto, con presupuesto mexicano, también, hay que decirlo. Y aunque eso no expresa todo lo que hemos hecho en infraestructura sí es un icono muy importante y creo que un gran logro que vale la pena comentar. En fin.
Amigos.
No me extiendo más, simplemente les digo que hemos abierto más oportunidades para los mexicanos, al brindar servicios de educación, de salud, al permitir cumplir el sueño de tener una casa propia, se dice fácil, pero en la última década se han financiado no solo construido, financiado, básicamente con crédito bancario, pero sobre todo, instituciones públicas: INFONAVIT y FOVISSSTE, se han financiado una de cada cuatro casas existentes en México, es decir, más domicilios, más hogares que todos los que hay en el Estado de México y el Distrito Federal actualmente, han sido financiados en los últimos 10 años.
En este 2012 qué hay que hacer.
Hay que seguir trabajando.
Yo pienso que, en cierta medida, a esta Administración le tocó, en esta idea de transformar hacia el México que queremos, construir o más bien sembrar, plantar la semilla del México que viene.
Una semilla que hay que cuidar. Una semilla de un México más seguro, más justo, más próspero y que, estoy seguro, que en el futuro va a rendir frutos y esos frutos cubrirán a muchas generaciones de mexicanos con una fronda generosa y será merced al esfuerzo que ustedes, fundamentalmente, entre muchos otros, colaboradores en el servicio público han logrado.
Una palabra, simplemente, sobre los temas económicos.
Quiero, como ustedes saben, el mundo tiene una turbulencia muy, muy importante, las mayores economías del mundo tienen problemas, Estados Unidos tiene un problema de déficit muy, muy importante. Europa tiene, también, problemas muy, muy graves, está, incluso, en discusión su propia viabilidad económica, la viabilidad económica del euro. Japón, tiene problemas desde hace tiempo.
Y, afortunadamente, México, en este escenario ha sabido ser responsable. Hemos mantenido con firmeza la disciplina fiscal, no exento, desde luego, de recriminaciones de carácter político, básicamente, pero eso nos está pagando frutos.
Qué es lo que ocurrió en Grecia y qué es lo que ocurrió en muchos países que ahora enfrentan problemas graves de deuda.
En Grecia, amigos, y en muchos países, pasó lo que pasó en México muchas veces, que se gastó más de lo que se ingresó permanentemente y eso es insostenible. Y a la hora que se tienen déficits altos y recurrentes hay que pagar deudas y esas deudas no son siempre financiables.
Eso nos pasó en México, en muchas crisis de balanzas públicas y balanzas de pagos que llevaron a la pobreza a millones y millones de mexicanos. Y eso está poniendo al borde de un abismo, por lo menos, al propio sistema europeo.
Cuando en México, en alguna de las reuniones del G-20 nos planteaban la necesidad de prolongar las políticas expansivas, es decir, los déficit públicos, nosotros dijimos que no, que nosotros trataríamos de salir de las políticas expansivas contracíclicas, porque por definición deben ser temporales, no pueden ser permanentes y porque en México no había manera de sostener esos déficit fiscales sin que el país corriera un riesgo.
Ustedes saben lo que tuvimos que hacer, incrementar los ingresos públicos, algunos impuestos, se generó tensión, incluso, con empresarios y sector privado, se generó un costo político para el Gobierno, que asumimos, desde luego, con responsabilidad, se ajustaron tarifas de bienes públicos, se redujo el gasto de Gobierno, se liquidó Luz y Fuerza del Centro. En fin.
Y, sin embargo, eso permitió que México pudiera no sólo reducir su déficit, sino dar una señal clara de que había una economía que se conducía con responsabilidad.
Y eso nos evitó costos importantes. Yo veo el caso de Italia ahora, por ejemplo. Italia tiene una deuda de 100 por ciento de su PIB, y aunque sea la cuarta o la economía más grande del mundo, todavía, si Italia está acostumbrada a pagar tasas de interés del dos por ciento, y un día, los mercados le exigen tasas de interés para financiar su deuda del ocho o del nueve por ciento, significa que cada año tiene que aumentar su presupuesto en siete o seis puntos del PIB, lo cual es una cantidad colosal para cualquier Gobierno.
Cuánto sería aumentar el gasto público en México seis o siete puntos del PIB. Para darles una idea, la famosa reforma de IVA en alimentos y medicinas, que tanto se comenta y que tanta polémica causa, le daría a las finanzas públicas menos de uno por ciento del PIB.
Es decir, tendríamos que hacer seis o siete reformas como esa para pagar el aumento en el déficit que nos da un aumento en las tasas de interés.
Por contraste, y lo digo con orgullo, que creo que todos lo debemos tener, México acaba de colocar, por ejemplo, antier, un bono de serían dos mil 500 millones de dólares. Creo que la tasa anduvo, que sería tres y medio, tres y medio, contra tasas de interés de ocho o nueve que están pagando los países desarrollados y ricos, lo cual habla notablemente de la fortaleza de México.
Incluso, se califica ahora que las economías en crecimiento, como son las economías emergentes, ya se diferencian, incluso, por la calidad de su crecimiento, economías con riesgos de calentamiento, entre las cuales está, por ejemplo, Brasil o incluso la propia China, y economías sin riesgo de calentamiento o baja inflación, como es el caso de México.
Las tasas de interés en Brasil llegaron a tocar este año los 14 o 15 por ciento. La tasa de interés en China está aumentando, como está aumentando, también, su inflación. Y México tiene, contra todo lo que se dijera, una economía estable, una economía en crecimiento, una economía que genera empleos. Todavía cerramos el año con casi 600 mil nuevos empleos netos formales; es decir, cuota obrero-patronal pagada en el IMSS, ya descontadas las bajas, las liquidaciones y las renuncias. En fin.
Amigas y amigos, ese es el México que queremos, un México seguro, y por eso estamos haciendo cambios de fondo, enfrentando a los criminales, construyendo nuevas instituciones, reconstruyendo el tejido social, un México justo, y por eso hemos trabajado fuertemente en ampliar las oportunidades para los mexicanos, más oportunidades educativas que nunca, más oportunidades de salud que nunca. Hemos construido, por ejemplo, más de mil hospitales o clínicas nuevas en cinco años, y hemos reconstruido o ampliado otras dos mil más en materia de salud, es decir, tres mil obras sustanciales de infraestructura hospitalaria o de clínicas en el país.
Hemos dado oportunidades de desarrollo, apoyo a PyMES. Cinco veces más apoyo crediticio a las pequeñas y medianas empresas, que todo lo que hizo en el sexenio anterior que, a su vez, fue el mayor en la historia. Hemos hecho a pesar del problema de percepción que tenemos en México, incrementos en la afluencia turística al país, revirtiendo además problemas, que ustedes conocen muy bien en su calidad de embajadores, en fin.
Quiero concluir, diciéndoles que yo me siento muy orgulloso del servicio exterior y del Cuerpo Diplomático Mexicano.
Me ha tocado constatar en cada país que he visitado, y vaya que me han traído, ya pido esquina de repente, pero hemos visitado, la verdad una buena parte de, muchos países. Hemos estado presentes en todos los foros relevantes, hemos tenido responsabilidades medulares, el logro que hicimos, por ejemplo en Cancún, con la COP-16, verdaderamente puso a México a la vanguardia, no sólo del tema ambiental, que es, debo confesarlo, mi favorito; sino también a la vanguardia diplomática y que rescató las vías diplomáticas del multilateralismo, a punto de naufragar en ese mar de voces discordantes.
Y ahora, hicimos también, en México, en la Riviera Maya, después de 200 años de vida independiente, la primera Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe. Yo tenía ganas de que se llamara Unión Latinoamericana y Caribeña, pero, alguien, ahora sí que por cambiarle el nombre, se lo puso. Está bien, el hecho es que saliera, y salió muy bien.
Y ahora, tenemos el privilegio de presidir el Grupo de los 20, por primera vez para un país latinoamericano.
Yo me siento contento, porque México está mostrando un rol de responsabilidad y, también, de liderazgo a nivel mundial.
Tenemos problemas, sí. Pero creo que el mensaje que debemos dar y con esto concluyo, es que México tiene problemas grandes, pero, también, está enfrentando con una enorme fortaleza y determinación sus problemas y los está resolviendo, que esto es medular.
De ello, por cierto, podremos conversar si ustedes así lo disponen después de comer, pero estamos haciendo un esfuerzo de transformación del país sustancial en materia de seguridad, en materia económica y en materia social sin demeritar la calidad de nuestra vida democrática.
Es así como estamos sembrando la semilla de un México mejor, un México seguro, un México más justo, un México próspero que lo queremos para nosotros, pero especialmente para las mexicanas y los mexicanos que vienen detrás de nosotros y por ese México que hoy luchamos, ustedes, también, deben sentirse no sólo orgullosos de lo que se hace, sino también, con la satisfacción que sólo puede dar el deber cumplido.
Gracias por cumplir con su labor.
Muchísimas gracias por su atención.
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