El Delegado Pontificio de los Legionarios de
Cristo, Cardenal Velasio de Paolis, nombró al P. Gianfranco Ghirlanda, como
encargado de los consagrados del Regnum Christi, y al P. Agostino Moran, como
encargado de las consagradas del mismo movimiento.
El. P. Ghirlanda
es un jesuita italiano que ha sido rector de la Pontificia Universidad
Gregoriana de Roma, mientras que el P. Montan, también italiano, es un
sacerdote josefino experto en derecho canónico. Ambos hacen parte del grupo de
4 consejeros del Cardenal De Paolis.
Los nombramientos
los dio a conocer el Cardenal en una carta a los consagrados del Regnum Christi
con fecha 15 de febrero, en la que recuerda las recientes jornadas de reflexión
que han tenido a inicios del mes.
También se refiere
a la aceptación de la renuncia de Malén Oriol, que era la asistenta general
para la vida consagrada femenina, y la salida de unas 30 consagradas que desean
vivir su vocación fuera del movimiento y bajo la autoridad de un Obispo.
A las consagradas
que han decidido salir "después de un prolongado tiempo de reflexión de varios
años", el Cardenal les pide no dejarse "arrastrar por la tentación de
hacer labor de proselitismo o de persuadir a otras que están firmes y quieren
perseverar fieles a los compromisos asumidos".
"Como
justamente se exige el respeto por la opción de quien abandona esta obra, el
mismo respeto cabe esperar hacia quienes –y son la grandísima mayoría– han
elegido perseverar en la opción ya hecha en el Regnum Christi", añade.
Roma, 16 de
febrero de 2012. El Delegado Pontificio para la Legión de Cristo y el Regnum
Christi, Card. Velasio De Paolis, C.S., acaba de enviar la siguiente carta a
todos los consagrados y consagradas del Regnum Christi, manifestándoles su
cercanía, aclarando algunas inquietudes y anotando disposiciones para el camino
de reflexión y renovación en el que se encuentran actualmente.
*****
(TRADUCCIÓN DEL
ORIGINAL ITALIANO)
Roma, 15 de
febrero de 2012
Queridas
consagradas y queridos consagrados en el Regnum Christi:
El Visitador
Apostólico entregó la relación conclusiva de su visita en el mes de septiembre
de 2011. Se la agradecimos y nos pusimos a estudiarla. Él subraya muchas cosas
buenas; pero con ellas señala también no pocas que corregir o mejorar. En
obediencia al encargo recibido de la Santa Sede hemos puesto manos a la obra
para emprender el camino de discernimiento. Los comienzos han sido más bien
trabajosos. A medida que avanzábamos el camino se ha ido clarificando.
Nos hemos dado
cuenta de que era necesaria ante todo una “fase iluminativa” que nos permitiese
especificar más claramente la vía por recorrer. Por eso hemos hecho el esfuerzo
de reunirnos, ayudarnos y sostenernos en la voluntad de renovar nuestra
adhesión a la consagración en el Regnum Christi.
Los encuentros tenidos con
este fin en México y en Brasil bajo la guía del P. Ghirlanda, y aquí en Roma,
guiados por mí con la ayuda del P. Agostino Montan, han sido, en boca de todos,
sumamente positivos. Los hemos concluido convencidos de que la reflexión sobre
la vocación a la vida consagrada en el Regnum Christi va por buen camino, que
vuestra vocación es auténtica, reavivando así el compromiso de custodiarla y de
perseverar en ella.
Al reflexionar
sobre la vocación a la vida consagrada laical en el Regnum Christi en unión con
la Legión de Cristo, hemos encontrado puntos de sustancial consonancia que
respondían a la experiencia vivida por tantos de vosotros durante muchos años:
hemos estado de acuerdo en la vocación a la vida consagrada laical, hemos
convenido que la forma asociativa era el camino a seguir, hemos confirmado que
la consagración en el Regnum Christi está ligada al carisma de la Legión, en la
perspectiva —que debemos ahondar todavía— de una única “familia carismática”,
construida sobre un único carisma participado de forma diversa por los
legionarios, los consagrados y los miembros laicos no consagrados. Junto a
estos elementos ya adquiridos, hemos señalado también los medios para llevar a
cabo la cooperación con los padres legionarios, aunque muchos puntos quedan
todavía pendientes de mayor clarificación. Nos hemos dado cuenta de que también
hacía falta tiempo de reflexión dentro de nuestras comunidades. Se ha
manifestado el deseo de no tener prisa y de dar más espacio a la reflexión. A
esta conclusión hemos llegado también mis colaboradores y yo. Hemos pensado por
tanto en prolongar el espacio de reflexión y en revisar también algún punto en
nuestra planeación del trabajo, con el fin de preparar mejor la constitución
interna del gobierno de la asociación de los consagrados y de las consagradas.
Entre tanto hemos
debido dar también una respuesta a la asistente general Malén Oriol, que desde
hace tiempo había manifestado su voluntad de retirarse del cargo de asistente
general, no del tercer grado del Regnum Christi. Así volvió a plantearlo en una
reunión de consagradas. A pesar de intentar que desistiera, finalmente se ha
tenido que tomar constancia de su voluntad y acoger su renuncia. Le agradecemos
su servicio y esperamos que pueda continuar su compromiso como consagrada en el
Regnum Christi, poniendo al servicio de esta obra su larga experiencia y la
riqueza de sus cualidades personales.
Estas novedades
nos han inducido a mí y a mis colaboradores a actualizar el programa de acción
que indicaba en mi última carta. Hemos decidido que la fase iluminativa se
prorrogue hasta la Pascua. El P. Gianfranco Ghirlanda y el P. Agostino Montan
continuarán siguiendo de cerca esta fase y darán las oportunas instrucciones,
de acuerdo conmigo, para que este periodo dé frutos más abundantes.
Mientras continúan
los trabajos de la fase iluminativa, y en espera de iniciar la reflexión sobre
el estatuto con una comisión apropiada, tenemos que prepararnos a afrontar el
problema del gobierno. Es necesario que el grupo de los consagrados y las
consagradas tenga su propio gobierno interno. Para llevar a buen puerto este
proyecto hemos creído oportuno tomar las decisiones que indico a continuación.
En primer lugar, ha parecido conveniente simplificar y unificar el gobierno de
las consagradas y consagrados, suspendiendo la figura de la asistente general
para las consagradas y del asistente general para los consagrados, que era
Diego de Robina. Aprovecho con gusto la ocasión para agradecer a este último su
generosidad y el esfuerzo por cumplir su cargo al servicio de los consagrados.
Esperamos seguir valiéndonos todavía de su experiencia y dedicación.
Además, para
acelerar el proceso, unificar los esfuerzos y ayudar en la común reflexión
entre la Legión y las personas consagradas del Regnum Christi, reservo al
Delegado Pontificio las competencias del Superior General respecto de la vida
interna de las consagradas y consagrados. Encargo al P. Gianfranco Ghirlanda
que acompañe, con mi autoridad, el grupo de los consagrados, y al P. Agostino
Montan el de las consagradas, por lo que se refiere al gobierno de la vida
interna. Me refiero al gobierno interno típico de una asociación de fieles. De
momento no tenemos intención de entrar en las cuestiones relacionadas con el
gobierno en cuanto participación en el carisma, la espiritualidad y el
apostolado en colaboración con la Legión y los demás componentes del Movimiento
Regnum Christi.
De ahora en
adelante, por tanto, para el gobierno general hágase referencia en el caso de
los consagrados al P. Ghirlanda, y en el de las consagradas al P. Montan. Para
el gobierno territorial, en cambio, mientras no se constituye el gobierno
interno propio del grupo de las consagradas y los consagrados, continúan las
competencias de los superiores territoriales, llamados a actuar en estrecha
unión con el P. Ghirlanda y el P. Montan, los cuales deferirán al Delegado
Pontificio las cuestiones más relevantes, especialmente los cambios,
nombramientos y dispensas de los compromisos de vida consagrada.
Estas medidas hay
que situarlas en el horizonte de los puntos ya definidos, dentro del camino
recorrido hasta el día de hoy para examinar la vocación al tercer grado del
Regnum Christi. Estos puntos son: la confirmación de la vida consagrada laical,
la forma de sujeto propio como asociación reconocida para los consagrados y
consagradas, y la participación en el carisma, espiritualidad y apostolado de
los Legionarios. Me parece importante subrayar que estas decisiones se han
tomado después de haber consultado al Superior General y a su Consejo, que las
comparten.
Hay en todos
nosotros un total acuerdo acerca del hecho que los consagrados y consagradas
deben gozar de una sana autonomía, lo cual implica que se trate de una realidad
asociativa con una subjetividad propia. La participación en el carisma,
apostolado y espiritualidad, que forma parte de la identidad del grupo, se
concreta en la colaboración con los Legionarios de Cristo. La forma de llevar a
cabo esta colaboración se debe precisar por medio de la reflexión que se tendrá
tanto por parte de las consagradas y consagrados del Regnum Christi como por parte
de los mismos Legionarios de Cristo.
Mayores detalles
se darán próximamente, sobre todo con ocasión de un encuentro de los directores
territoriales y de las asistentes territoriales, que se tendrá en Roma lo antes
posible, de acuerdo con la dirección general de la Legión.
En estos días, en
los que hemos vivido momentos de intensa comunión y renovada alegría al
descubrir una vez más la belleza de la consagración, hemos tenido también la
tristeza de saber que algunas hermanas han pedido dejar el Regnum Christi.
Ellas afirman haber llegado a esta decisión después de un prolongado tiempo de
reflexión de varios años. Les agradecemos el bien que han hecho y también el
que afirman haber recibido. Ellas merecen que se respete su opción. Me permito
expresar la esperanza de que ninguna de las que tiene intención de dejar el
Regnum Christi se deje arrastrar por la tentación de hacer labor de
proselitismo o de persuadir a otras que están firmes y quieren perseverar
fieles a los compromisos asumidos. Como justamente se exige el respeto por la
opción de quien abandona esta obra, el mismo respeto cabe esperar hacia quienes
—y son la grandísima mayoría— han elegido perseverar en la opción ya hecha en
el Regnum Christi.
Hace falta, sin
embargo, tomar conciencia de que las que han decidido salir no pueden ya
permanecer en puestos de responsabilidad y guía, como el de asistente
territorial o directora. Pido a los superiores territoriales, una vez
consultada la comunidad de las consagradas —si se trata de la directora de un
centro— o al menos las directoras de los centros —si se trata de una asistente
territorial—, que propongan al Delegado Pontificio el nombre de la persona que
se considere idónea para la responsabilidad, de manera que se pueda proceder a
su nombramiento provisional, en espera de proceder lo antes posible al
nombramiento definitivo.
Vivimos en la
alegría los momentos de gracia y de luz; vivimos en la fe en el Señor los
momentos oscuros, sabiendo que nuestra vida está siempre, indefectiblemente, en
las manos de Dios, que siempre nos ama, nos perdona y nos renueva.
Un cordial saludo
con la bendición de Dios. Pido también una oración por mí y por mis
colaboradores, que estamos a vuestro servicio.
Afectísimo,
Velasio Card. De
Paolis, C.S.
Delegado
Pontificio
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