Revista
Proceso
N0 2000, 28 de febrero de 2015
Sobre
las ruinas de la PGR se proyecta la Fiscalía General/JORGE
CARRASCO ARAIZAGA
La
salida de Jesús Murillo Karam de la PGR no solamente deja un grave vacío en la
dependencia en lo que respecta a las investigaciones pendientes sobre la
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la matanza de civiles en
Tlatlaya perpetrada por militares, los dos casos que tienen en crisis al
gobierno de Enrique Peña Nieto. Deja a la institución prácticamente
desmantelada y plagada de encargados de despacho. Es decir, en ruinas y como
puente hacia la construcción de la Fiscalía General de la República.
Cuando
Jesús Murillo Karam asumió la titularidad de la Procuraduría General de la
República en diciembre de 2012, su diagnóstico fue que la PGR estaba
desmantelada… Dos años y tres meses después, la deja aún peor: desarticulada,
sin mandos y con el apremio de convertirse en la Fiscalía General de la República
bajo un nuevo sistema de justicia penal.
Con
excepción del director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás
Zerón de Lucio, la salida de Murillo Karam produjo un auténtico vacío en la
procuraduría a pesar de las investigaciones pendientes en torno a la
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la matanza de civiles a
manos de militares en Tlatlaya, los dos casos que tienen en crisis al gobierno
de Enrique Peña Nieto.
La
salida del procurador, anunciada por Televisa a través de Joaquín López Dóriga
la noche del jueves 26, casi 24 horas antes de que se oficializara, estuvo
acompañada de la salida de la subprocuradora de Asuntos Jurídicos e
Internacionales, Mariana Benítez Tiburcio, quien será candidata a diputada
plurinominal por el PRI en las elecciones del 7 de junio próximo.
De
forma inicial, esa misma versión sostuvo que el reemplazo de Benítez Tiburcio
sería la senadora con licencia del PRI Arely Gómez González Blanco, quien en la
práctica fungiría como responsable de la PGR, toda vez que en caso de ausencia
del procurador, esa subprocuraduría se erige en encargada de despacho.
El
viernes 27 por la tarde, sin embargo, Peña Nieto propuso al Senado de la
República a Arely Gómez como nueva titular de la PGR. Es la segunda mujer
propuesta al frente de la procuraduría después de Marisela Morales en el
gobierno de Felipe Calderón.
Peña
Nieto perfiló así a Arely Gómez como candidata a ser la primera titular de la
Fiscalía General de la República (FGR), instancia que va a sustituir a la
centenaria Procuraduría General de la República, de acuerdo con la reforma
política electoral de febrero de 2014.
El
propósito, según la iniciativa de ley enviada por el presidente al Congreso en
septiembre del año pasado, es sacar a la procuración y administración de la
justicia del ámbito del Ejecutivo Federal para que la FGR sea un ente autónomo
transexenal, por lo que el fiscal general durará nueve años en el encargo.
La
iniciativa fue aprobada por la Cámara de Diputados en diciembre último, pero
aún está en espera de ser aprobada en el Senado. Como secretaria de la Comisión
de Justicia de esa cámara, Arely Gómez fue una de las responsables, junto con
el presidente de esa instancia, el panista Roberto Gil Zuarth, de que la ley de
la FGR no haya sido aprobada en definitiva, hasta ahora, en el actual periodo
ordinario de sesiones, que termina el 30 de abril próximo.
Además
de los casos de graves violaciones a los derechos humanos que tienen al
gobierno bajo el escrutinio internacional, la nueva encargada de la PGR deberá
tomar el principal pendiente que dejó Murillo Karam: el surgimiento de la FGR
en momentos en que, por mandato constitucional, entre en vigor la reforma penal
a mediados del próximo año.
La
ley de la FGR establece como principio la autonomía del fiscal respecto al
Ejecutivo Federal, y de manera expresa señala que deberá contar con dos fiscalías
especializadas: una en delitos electorales y otra en combate a la corrupción.
Por su pertenencia al PRI, que la postuló como senadora, la nueva titular de la
PGR, que aún debe ser ratificada por el Senado, y potencial candidata a ser la
primera fiscal general de la República, queda en entredicho.
Los
desafíos
Paulina
Sánchez, investigadora del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C.
(CIDAC) en el tema de la puesta en marcha del nuevo sistema de justicia penal
en México, dice que para la creación de la FGR Arely Gómez debe estar a la
altura de las reforma penal y de derechos humanos, al tiempo de construir la
autonomía.
“Quien
vaya a ser el fiscal general de la República debe saber de procuración de
justicia y tener la sensibilidad y capacidad de diálogo con otros poderes para
ejercer su autonomía de forma inteligente y no comprometer sus decisiones, pero
tampoco que lo aísle”, puntualiza.
Participante
en la evaluación de la secretaría técnica de la implementación de la Reforma de
Justicia Penal del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE),
refiere que para ejercer realmente su autonomía la FGR debe desarrollar muchas
capacidades técnicas y de políticas públicas.
Además,
de acuerdo con la ley, la fiscalía fungirá como representante de la sociedad y
al mismo tiempo deberá coordinarse con otros poderes estatales o federales para
determinar qué delitos son importantes, definir una política criminal y
trabajar con el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Paulina
Sánchez dice que además de gestionar la institución, Arely Gómez debe hacer
investigación policial, saber de servicios periciales, de atención a víctimas y
de mecanismos de justicia alternativa, como se prevé en la ley de la FGR.
Egresada
de la carrera de ciencias políticas y relaciones internacionales por el CIDE,
la académica comenta que la FGR estará obligada a hacer investigaciones
profesionales. “Aquí va a impactar qué tanto se va a cumplir con la reforma de
derechos humanos” de junio de 2011. Las investigaciones policiales tienen que
ser científicas para dar certezas, y no por medios ilegales como la tortura o
las confesiones obligadas, señala.
Respecto
a la reforma constitucional penal de 2008 para la entrada en vigor de la
justicia adversarial en todo el país a partir de mediados de 2016, dice que el
tiempo se está agotando para los cambios profundos que se requieren.
Explica:
“La creación de la FGR supone un proceso penal en igualdad de condiciones con
la defensoría, mientras que los agentes policiales de la propia fiscalía
tendrán que probar ante el juez que su investigación respeta los principios
constitucionales, como el de presunción de inocencia. Además, se tendrá que
capacitar a los ministerios públicos y a los mediadores de justicia
alternativa”.
Por
si fuera poco, la ahora procuradora general propuesta recibirá una PGR
descabezada no sólo por la salida de Murillo Karam y Benítez Tiburcio, sino
porque áreas sustanciales, como la Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), están prácticamente acéfalas.
La PGR opera ahora sólo con encargados de despachos, empezando por su titular,
las subprocuradurías y hasta algunas fiscalías.
Como
encargado de despacho de la SEIDO estaba hasta hace unos días Jorge Hugo Ruiz
Reynaud, luego de que el titular de la subprocuraduría desde el sexenio pasado
era Rodrigo Archundia Barrientos, quien oficialmente se hizo cargo de la
subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo,
supuestamente responsable de organizar la operación de las vicefiscalías que
tendrá la FGR.
Pero
Ruiz Reynaud también salió de la SEIDO y apenas el 25 de febrero quedó como
encargado Abraham Eslava Arvizu, hasta entonces jefe de la Unidad de Asalto y
Robo de Vehículos.
La
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales también
tiene un encargado. Se trata de Francisco Camberos Hernández. Éste sustituyó al
ahora candidato a diputado por el PRI en Yucatán, Cleominio Zoreda Sotelo,
quien ya fue secretario general de Gobierno en ese estado durante la gestión de
Víctor Cervera Pacheco como gobernador.
Lo
mismo ocurre en la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del Delito y
Servicios a la Comunidad, que tiene como encargada del despacho de asuntos a
Eliana García Laguna, desde la renuncia de Ricardo García Cervantes en mayo
último.
En
la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), de
la que Arely Gómez fue titular el sexenio pasado y que, según la ley de la FGR,
será una de las principales tareas de la nueva institución, apenas la semana
pasada se designó a un nuevo titular, Santiago Nieto Castillo, luego de que
desde finales del año pasado su anterior titular, Alfredo Orellana, anunció su
salida.
Bajo
desempeño de la PGR
“La
PGR está desmantelada. Hay puro encargado de despacho, pero esa es una
constante que ha padecido la institución en los últimos 20 años o más, y esa
inestabilidad se ha traducido en un desempeño muy bajo”, dice en entrevista el
litigante penalista Gabriel Regino García.
Añade:
Ahora hay una gran cantidad de plazas orientadas al tema netamente
administrativo, no al personal sustantivo de investigación criminal, como son
las fiscalías. Hay mucha gente que trabaja con nombramientos distintos, con
plazas de otras áreas. Así ha sido en las dos últimas décadas y se ha
recrudecido en los últimos 10 años, con los gobiernos del PAN y lo que va del
actual del PRI.
El
gobierno de Carlos Salinas tuvo cinco titulares de la PGR; el de Ernesto
Zedillo dos; Vicente Fox, dos: Felipe Calderón, tres; y Enrique Peña Nieto ya
lleva dos. En conjunto, 14 procuradores en 26 años, lo que en promedio equivale
a un cambio de titular de la PGR cada año ocho meses y medio.
Ha
sido un periodo de modificaciones en sistemas penales, experimentos y cambios,
dice Regino, quien no pone reparos en el perfil de la nueva encargada de
despacho de la PGR. Refiere que la mayoría de los procuradores en el país no
son penalistas ni policías, ni han tenido funciones semejantes. Cita los casos
de Jorge Carpizo, con Salinas; Antonio Lozano Gracia, con Zedillo; y Arturo
Chávez, con Fox, quien llegó desde la procuraduría de Chihuahua.
A
pesar de su experiencia jurisdiccional y administrativa en la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), de su paso por la propia PGR como titular de la
Fepade y de haber sido secretaria de la Comisión de Justicia del Senado, Arely
Gómez carece de experiencia en la investigación criminal. Sin embargo, tendrá
que recomponer la PGR para su operación inmediata y su tránsito hacia la FGR.
“Es
cierto que Arely Gómez no tiene experiencia investigadora. Ahí vamos a ver de
quién se rodea, que son quienes van a operar la procuraduría”, dice Gabriel
Regino, abogado penalista, profesor universitario y exsubsecretario de
Seguridad Pública del Distrito Federal.
Regino
destaca el hecho de que la ahora encargada de la PGR haya trabajado en áreas
vinculadas con la administración pública y en áreas muy cercanas al quehacer de
la procuraduría. Una de ellas, el Poder Judicial de la Federación (PJF). En
particular, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde fue
secretaria de estudio y cuenta, Oficial Mayor y secretaria particular de
Mariano Azuela cuando éste era presidente de la SCJN y del Consejo de la
Judicatura Federal.
Gabriel
Regino comenta que, al margen de las cuotas de género, Gómez tiene experiencia
en el manejo de presupuesto y en la función jurisdiccional, además de que viene
del Senado y en particular de la Comisión de Justicia. Pero ahora, dice, tiene
que poner orden administrativo en la PGR, además de prepararla para ser
transformada en la FGR. El reto inmediato es la capacitación del personal,
apunta el exjefe policial.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario