Amor en silencio/Francisco Gómez Maza
Hoy
no voy a escribirme en papel,
ni
a enviarte e-mails con mala ortografía,
donde
la coma es traicionera:
Mi
corazón late muy fuerte.
No
requiero de la palabra,
plena
de frialdad, de rigidez de témpano.
Es
más, hoy ya no quiero hablarte.
Enmudezco.
Sólo te admiro.
(Hoy
no necesito de tí,
atento,
servicial, amigo diccionario.)
Y
me envuelvo de el silencio,
inmóvil,
quedo y atemporal.
Quiero
embriagarme con tus ojos,
profundamente
adormecido y extasiado.
Hoy
no hay más noches oscuras.
Resplandeces
más que la Luna.
Lejos
del mundanal ruido,
tus
manos suaves se posan en mis manos rudas.
Verbo
hecho carne de tu carne;
hablar
silente, suave, gentil.
Hoy
puedo escribirme en Tí;
escribirme
desnudo en tu cabellera.
Dormir
sin sueños ni ensueños.
Ahora
estamos encarnados.
Levantemos
una tienda.
Vivamos
en ella la Eternidad feliz.
Sacra,
eterna comunión
de
dos cuerpos trasustanciados.
Voces
y música calladas.
Solos,
Tu y yo: amorosa soledad.
Arrebatados
por el Viento:
en
el ojo del Infinito.
Quedémonos
aquí, dormidos:
dos
soledades dulcemente acompañadas.
Tú,
escribiéndote en mí.
Yo,
escribiéndome en Ti.
Aticemos
la llamarada;
destilemos
almíbares de hojas de arce.
Bañémonos
de miel oscura.
Preñemos
de amor la Eternidad.
Francisco
Gómez Maza
Jueves
15-07-10
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