Revista
Proceso
No. 2013, 30 de mayo de 2015...
Escándalo
en la FIFA: “Vienen más malas noticias”/RAÚL
OCHOA
Es
el mayor golpe contra la corrupción de la FIFA en toda su historia. Un
operativo realizado a solicitud de Estados Unidos provocó la detención de siete
altos dirigentes del organismo que rige el futbol mundial, y de paso reveló el
océano de podredumbre en que se mueve dicha federación –océano que también
anega al futbol mexicano–. De hecho, vienen “más malas noticias para la FIFA”,
coinciden las autoridades que investigan el caso y el propio Joseph Blatter,
presidente de la agrupación futbolística.
Chuck
Blazer, pieza clave para revelar el mayor escándalo de corrupción en la
historia de la FIFA, sabe desde hace cuatro años que Televisa y la Federación
Mexicana de Futbol (Femexfut) pretenden controlar la Concacaf, uno de los dos
organismos investigados en la reciente trama que derivó en la detención de
siete altos dirigentes de la FIFA, en Zúrich, a petición de las autoridades de
Estados Unidos, por los delitos de fraude, extorsión y lavado de dinero en el
proceso de selección de las sedes de cuatro mundiales, así como de certámenes
organizados en el continente americano.
Hasta
ahora ningún directivo de la Femexfut, de Grupo Televisa, ni el presidente de
la FIFA, Joseph Blatter –quien pese a todo logró su quinta reelección el
viernes 29– ha sido mencionado en la indagatoria que el miércoles 27 llevó a la
policía suiza al arresto de los dirigentes de la FIFA –la mayoría de ellos del
Continente Americano.
El
gobierno de Barack Obama sospecha que la trama de sobornos movió 150 millones
de dólares. “Es sólo el principio. Se esperaba que los directivos cumplieran
las reglas que protegen al futbol. En vez de eso lo corrompieron por sus
propios intereses”, sentenció la fiscal general de Estados Unidos en el
Distrito Este de Nueva York, Loretta Lynch.
“Es
el comienzo de nuestro esfuerzo; no es el fin”, corroboró a su vez la secretaria
interina de Justicia, Nelly Currie. El propio Blatter reconoció un día después
de los arrestos que vendrán “más malas noticias en la FIFA”, la multimillonaria
organización que gobierna al deporte más popular del mundo.
Lynch
garantizó además que el Departamento de Justicia de su país está decidido “a
acabar con la corrupción en el mundo del futbol”. Y puso como ejemplo que las
investigaciones también descubrieron sobornos por 110 millones de dólares
relacionados con la Copa América 2016, a realizarse el próximo año en Estados
Unidos para conmemorar los 100 años del encuentro que organiza la Confederación
Sudamericana de Futbol (Conmebol).
“Los
detenidos utilizaron sus posiciones de confianza para solicitar sobornos a
cambio de los derechos comerciales, y lo hicieron una y otra vez, año tras año,
torneo tras torneo”, acusó Lynch el miércoles 27 en conferencia de prensa junto
al director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en
inglés), James B. Comey.
La
fiscalía estadunidense detalló que detectó al menos una docena de
conspiraciones mientras investigaba la corrupción en la FIFA.
Según
las acusaciones presentadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y
el FBI, los funcionarios de la FIFA solicitaron sobornos a empresas de mercadotecnia
y de otros rubros.
Entre
los certámenes corrompidos están las eliminatorias mundialistas de la Concacaf,
el torneo Copa Oro y la Concachampions, así como la Copa Libertadores y la Copa
América, en los que México participa pese a que no es miembro de la Conmebol.
Historia
oscura
Por
una u otra causa, la Concacaf siempre ha estado bajo sospecha. Chuck Blazer
denunció en octubre de 2011 que tanto Justino Compeán como Televisa conspiraron
en su contra para que saliera de la Secretaría General de ese organismo.
“Tengo
el sentimiento de que México sí influyó para que me fuera de la Secretaría
General de la Concacaf. Tengo claro que la Femexfut presionó para esto”,
aseguró Blazer, quien fuera el segundo hombre de mayor rango en el organismo.
“¿Fui
presionado? Sí, por Televisa y Justino; se sintieron ofendidos por decirles que
usaran la Copa América para preparar su equipo olímpico. El otro problema era
la cantidad de dinero, por ejemplo, que ellos recibían. Televisa, claramente,
quiere controlar la situación. No creo que estuvieran contentos la última vez
que hablamos de cómo se iba a jugar esta competencia (Copa América)”, dijo
Blazer en entrevista al programa Futbol Picante de la cadena estadunidense
ESPN.
–¿Televisa
y la Femexfut quieren (dominar) la Concacaf? –cuestionaron los comentaristas al
robusto y controvertido personaje en octubre de 2011, días antes de que se
separara del cargo.
–Estoy
seguro que así es. Se ha creado una confederación sólida que cualquiera quiere
controlar y manejar. Tenemos buenos productos, buenos juegos y un entorno
profesional de respeto. Habrá que ver qué deciden los nuevos directores, si
menos competencias o quieren dar más dinero a las asociaciones. Si consideran
que lo que tenemos es excelente, es por mí; si creen que es malo también es por
mí. Televisa sí quiere el control de la Concacaf y no ha estado de acuerdo en
las decisiones que se toman acá.
Blazer
refirió que la diferencia con Compeán estalló en 2011. La Femexfut quería
enviar a la selección mayor a la Copa América (un certamen organizado por la
Conmebol), y mandar al combinado olímpico, de menor nivel, a la Copa Oro,
encuentro organizado por la Concacaf. Blazer obligó a Compeán a que priorizara
el evento del organismo al que México pertenece.
“La
situación con México en la Copa América es que ya no tenía por qué estar nunca
más en ese torneo –que sanciona la Conmebol– y los ayudé a encontrar la
solución”, reviró.
“Les
dije: ‘¡Escúchenme, ya no pueden mandar a sus equipos igual a la Copa Oro y la
Copa América! Esto se terminó en 2007’. Fuimos tardíos en la decisión en ese
entonces, pero se hizo. En la edición de 2011 ya no lo pudieron hacer, y México
lo sabía. Desde 2009 le enviamos un escrito diciéndole que ya no podía ir. Al
final, los sudamericanos, Televisa y Justino vinieron a buscar una solución… lo
platicaron entre ellos. Querían mandar al equipo mayor (a la Copa América) y
les dije que no, el mayor debía venir a la Copa Oro”.
“Justino
hizo mucho ruido, y me sorprende, siendo que lo apoyé para que viniera al
Comité Ejecutivo de la Concacaf. Lo consideraba mi amigo, pero es inconsistente
en reconocer el éxito de México y de la Concacaf”, fustigó.
Compeán
fue designado vicepresidente de la Concacaf por la zona Norteamérica en mayo de
2011, cargo que hasta la fecha mantiene. El lunes 25 él anunció su jubilación
de la Femexfut (“Fue esta Navidad pasada cuando las manecillas del reloj me
empezaron a pellizcar”), que preside desde 2006 y dejará el próximo 31 de
julio. Su lugar será ocupado por Decio de María, titular de la Liga Mx, quien a
la vez heredará su sitio a Enrique Bonilla, actualmente director general de la
Liga Mx.
Piezas
clave
Charles
Chuck Gordon Blazer es un extrovertido estadunidense que lo mismo aparece en
una sesión fotográfica personificando a Santa Claus que a un diablo, o rodeado
de su inseparable guacamayo. Fue miembro del Comité Ejecutivo de la Concacaf de
1996 a 2013, y secretario general de esa agrupación de 1990 a 2011.
Blazer
–quien se declaró culpable de haber obtenido de la Concacaf 20 millones de
dólares de manera ilegal, cargo por el que enfrenta un proceso judicial en su
país– es uno de los cuatro “soplones” del FBI que ayudaron a develar el mayor
caso de corrupción en la historia de la FIFA. El exsecretario general de la
Concacaf, de 70 años, cooperó con el Departamento de Justicia de Estados Unidos
y el FBI para delatar a los altos funcionarios del máximo órgano rector del
futbol, gracias a un micrófono colocado en su llavero, que durante meses grabó
comprometedores diálogos de quienes fueran sus compañeros y aliados. De igual
manera recabó documentos confidenciales que facilitaran las investigaciones.
Gracias
a esos elementos, a primera hora del miércoles 27, en Zúrich, la policía suiza
irrumpió en el lujoso hotel Baur Au Lac para aprehender, en vísperas del
congreso de la FIFA, a siete directivos de ese organismo sospechosos de
corrupción y lavado de dinero.
Después
de identificarse en la conserjería el hotel y pedir las llaves de las
habitaciones donde se alojaban los sospechosos, los agentes suizos ingresaron a
las alcobas para capturarlos. A los acusados, que no opusieron resistencia, les
permitieron llevar consigo sus equipajes. Todo esto ocurrió a dos días de que
se realizara el Congreso de la FIFA, donde Joseph Blatter, rodeado de
sospechas, logró elegirse por quinto periodo consecutivo. El dirigente suizo,
que ya suma 17 años en el poder, permanecerá en el cargo cuatro años más.
Nunca
antes en la historia de la FIFA se había registrado una redada de tal naturaleza
por petición de la justicia de Estados Unidos, que ya ha solicitado las
extradiciones.
Los
capturados son Jeffrey Webb, el ahora destituido presidente de la Concacaf y
vicepresidente de la FIFA; Eduardo Li, presidente de la Federación de Futbol de
Costa Rica y miembro del Comité Ejecutivo de la Concacaf; el nicaragüense Julio
Rocha, miembro de la FIFA; el uruguayo Eugenio Figueredo, vicepresidente de la
FIFA; el venezolano Rafael Esquivel, vicepresidente de la Confederación
Sudamericana de Futbol (Conmebol); el brasileño José María Marín, expresidente
de la Confederación Brasileña, y el británico Costas Takkas, asesor de la
Concacaf.
Pero
hay otros implicados. En total, la justicia de Estados Unidos incluyó a otros
dos funcionarios de la FIFA en sus indagatorias y a cinco particulares
responsables de empresas de marketing. Los dirigentes son Jack Warner, quien
fue presidente de la Concacaf y se entregó el mismo día de la redada a la
justicia de su país, Trinidad y Tobago. Salió libre tras pagar una fianza de
400 mil dólares, y el paraguayo Nicolás Leoz, vicepresidente de la FIFA y
expresidente de la Conmebol, quien terminó internado en una clínica privada de
Asunción, impactado por el escándalo.
Los
cinco empresarios indagados son Alejandro Burzaco (Argentina), dirigente de
Torneos y Competencias; Aaron Davidson (EU), presidente de Traffic Sports USA;
Hugo y Mariano Jinkis (Argentina), dirigentes de Full Play SA, y José Margulies
(Brasil), de Valente Corp. y Somerton Ltd.
En
los últimos años las acusaciones contra el presidente de la FIFA han ido en
aumento, aunque hasta ahora ninguna autoridad judicial le ha probado nada. En
2002, Blatter fue señalado de mala gestión financiera por el entonces
secretario general del organismo, Michel Zen-Ruffinen, quien poco después fue
obligado a renunciar.
Como
sea, las autoridades suizas revelaron que se espera la extradición de los
involucrados a Estados Unidos, donde una fiscalía de Nueva York los investiga
por haber aceptado sobornos y comisiones desde principio de los noventas a la
fecha. Los esperan hasta 20 años de prisión.
El
Departamento de Justicia de Estados Unidos los acusa de corrupción en los
últimos 24 años. Las investigaciones implican las elecciones de las sedes de
los mundiales de Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022.
Los
fiscales estadunidenses detectaron la existencia de una organización mafiosa,
de fraude masivo y de lavado de dinero. Derivado de lo anterior, el gobierno de
Obama anunció el bloqueo de las cuentas en varios bancos suizos y de Estados
Unidos por donde pasaron las transferencias bancarias indagadas, que implican
sobornos por 150 millones de dólares en la cesión de derechos de televisión
para las competiciones avaladas por la FIFA.
En
medio de todo esto, Chuck Blazer, nacido en Nueva York, fue señalado por el
Departamento de Justicia de Estados Unidos como uno de los cuatro hombres que
se declararon culpables de conspiración en asuntos de crimen organizado, fraude
electrónico, lavado de dinero y evasión de impuestos.
Los
hijos del expresidente de la Concacaf, Jack Warner –Daryan y Daryll Warner–
también aceptaron su responsabilidad, igual que José Hawilla, propietario y
fundador de la empresa Traffic Sports, con sede en Brasil, quien devolvió 151
millones de dólares a las autoridades estadunidenses. Todos ellos cooperan en
las investigaciones contra sus otrora colegas.
Antes
de convertirse en informante del FBI, en 2013 Blazer fue acusado de recibir 20
millones de dólares de la Concacaf para un centro de desarrollo de futbol que
resultó ser propiedad de sus familiares. Fue suspendido 90 días por la
FIFA.
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