Revista
Proceso
No. 2013, 30 de mayo de 2015...
PRD,
el mejor “aliado” del PRI en la capital/ROSALIA
VERGARA
Una
de las plazas electorales más competidas del país es la del Distrito Federal,
no sólo por la importancia económica y política de la ciudad, sino porque está
en juego el destino de la izquierda partidista mexicana. Como en ninguna otra
entidad, las mayores expectativas del PRD y de Morena se concentran en el
escenario de sus triunfos históricos.
La
fuerte competencia electoral entre el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) terminará en una
debacle para el primero en el Distrito Federal. Esto es lo que vaticina Martí
Batres, presidente nacional del Morena, a contrapelo de lo que afirma el
dirigente capitalino del PRD, Raúl Flores.
En
entrevistas por separado, ambos consideran que sus partidos saldrán triunfantes
en los comicios del 7 de junio, en los cuales se renovarán las 16 jefaturas
delegacionales, las 40 diputaciones locales de mayoría relativa y 26 de
representación popular.
Aunque
las encuestas de Mitofsky y Parametría le dan ventaja a Ricardo Monreal y Clara
Brugada, los candidatos de Morena a jefes delegacionales de Cuauhtémoc e Iztapalapa,
y en Tlalpan está dando la batalla por el mismo partido Claudia Sheinbaum, la
encuestadora Demotecnia le da ventaja al PRD por 10 puntos sobre Morena.
En
las intermedias de 2003 y 2009, los porcentajes del PRD decayeron. Hace seis
años decidió contender solo, pues rompió su alianza electoral con el Partido
del Trabajo y Convergencia, hoy Movimiento por la Democracia.
Aquel
año este semanario publicó: “El PRD pagó este 5 de julio (2009) el alto costo
de su división interna, al volver a ser la tercera fuerza política en la Cámara
de Diputados y poner en riesgo su predominio absoluto en el Distrito Federal.
Ni siquiera pudo conservar su votación histórica, pues bajó de 35% a 15% o
menos de las preferencias electorales.
“En
cualquier caso implica un retroceso en comparación con la elección intermedia
de 2003, cuando ese partido consiguió un centenar de curules y con la federal
de 2006, en el que obtuvieron la mayor votación de su historia, con 127
diputaciones (91 de mayoría relativa y 36 plurinominales)”. (Proceso 1705).
Altibajos
electorales
En
la Guía Electoral 2015, elaborada por Consulta Mitofsky y publicada el 27 de
mayo, se realiza un balance para entender las tendencias del voto hacia cada
partido. Ahí se destaca que el PRD comenzó a ganar distritos federales en 1994,
cuando obtuvo 71 curules.
En
las intermedias de 1997 aumentó a 125, pero en 2000, con la tercera candidatura
de Cárdenas y el fenómeno mediático del panista Vicente Fox con su campaña para
“sacar al PRI de Los Pinos”, se quedó con 50 curules.
Tuvo
una leve mejoría en las intermedias de 2003, con 97 diputados. Al año siguiente
la popularidad de López Obrador lo perfiló como presidenciable y el entonces
presidente Fox pretendió frenarlo promoviendo su desafuero por la supuesta violación
de una orden legal para construir una calle en un terreno expropiado por el
gobierno de la ciudad. Sin embargo, la maniobra de Fox fortaleció políticamente
a López Obrador, pues más de un millón de personas marcharon para repudiar su
desafuero.
Otro
intento por frenar a López Obrador fueron los videoescándalos, una serie de
grabaciones realizadas por el empresario de origen argentino Carlos Ahumada,
donde exhibía recibiendo fajos de billetes a perredistas como René Bejarano,
entonces presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal; el delegado en Tlalpan, Carlos Ímaz, y el miembro del Comité
Ejecutivo Nacional perredista Ramón Sosamontes. Al secretario de Finanzas del
gobierno capitalino en ese tiempo, Gustavo Ponce, se le grabó apostando en un
casino en Las Vegas.
Todo
fue en vano. En 2006, con el tabasqueño como aspirante presidencial y pese a
que denunció fraude electoral, el PRD obtuvo la votación más alta de su
historia: ganó 123 diputaciones y el 35% de la preferencia electoral. En esa
ocasión, los perredistas se aliaron al Partido del Trabajo y Convergencia en la
coalición Por el Bien de Todos.
Sin
embargo, en 2008 el PRD sufrió una severa crisis, producto de la encarnizada
pelea por su dirigencia. La controversia por la elección interna se prolongó
alrededor de siete meses y terminó con el nombramiento de Jesús Ortega Martínez
como presidente nacional por un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación (TEPJF).
En
enero de 2009, en un intento por dejar atrás la disputa que les restó fuerza
electoral, las principales corrientes del PRD, incluida Nueva Izquierda o Los
Chuchos, prometieron impulsar a los candidatos a diputados federales afines a
López Obrador y éste se comprometió a promover a los aspirantes postulados por
el partido.
Se
pretendía formar la Coalición Salvemos a México, pero la lucha por las
candidaturas para diputados federales por la vía plurinominal rompió los
acuerdos. López Obrador apoyó al PT y MC, lo que no le perdonaron Los Chuchos.
Los
tres partidos de izquierda compitieron por su cuenta. Los perredistas
obtuvieron sólo 71 escaños y su preferencia electoral bajó del 35% al 12%. En
2012 se recuperaron. La segunda candidatura presidencial de López Obrador, en
alianza con PT y MC en la coalición Movimiento Progresista, les dio a los
perredistas 100 curules y su abanderado Miguel Ángel Mancera asumió la jefatura
de gobierno capitalino sin problemas poselectorales.
El
“colectivo” perredista
Raúl
Flores, presidente del PRD capitalino, considera que en el camino hacia el
presente proceso electoral su partido superó el reto de contrarrestar la
expectativa de que se iba a desmoronar:
“Decían
que la fecha de caducidad del partido era este 7 de junio en el Distrito
Federal, pero podría asegurar que no es así. El partido pudo remontar, buscar
la unidad, encontrarla, buscar las formas de acuerdo. Y retomamos algo, de lo
cual venimos: pudimos encontrar otra vez la forma de juntarnos como colectivo y
trabajar hacia el colectivo. Es un punto alentador para la izquierda”.
Según
Flores, el PRD remontó en la ciudad y contagió a los capitalinos, que ya tienen
mejor ánimo para participar en la elección. “Ha habido contienda en el Distrito
Federal y el PRD ha estado presente. Creo que eso es un tema alentador. Vamos
el día 7 de junio a ratificar la mayoría. No tengo duda”, añade el ahora
candidato a diputado local por la vía plurinominal, avalado el 27 de mayo por
el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF).
Sobre
las cuestionadas alianzas con partidos que no son de izquierda, como Nueva
Alianza o Encuentro Social, argumenta que buscar acuerdos es una práctica
normal de la izquierda:
“Siempre
he dicho que nosotros no construimos murallas. Tendemos puentes, y en ese
sentido no es nuevo. Eso es lo que sabemos hacer. El PC fue de unidad, el PSUM
fue de unidad, y el PRD fue el gran partido de unidad. Venimos de esa tradición
política. Más bien habrá que pensar, por otro lado, qué va a pasar con el
recuento de las cosas, cuando se tengan que ver los saldos de haber dividido a
la izquierda mexicana y los responsables”.
En
cuanto a los acercamientos que se le atribuyen con el PRI para frenar las
aspiraciones electorales de Morena, Flores responde:
“Ningún
acercamiento con el PRI. En ese sentido, el único contacto que tenemos es para
la distensión de algún conflicto. Justo ayer encontramos, y ya están
denunciados ante el Ministerio Público, a gente de la campaña de Hanna La
Madrid que estaba repartiendo despensas en Coyoacán. No hay ninguna posibilidad
de arreglo de nada. Lo de Cuajimalpa no fue una agresión cualquiera: fue una
agresión brutal por parte del PRI. En lo que sí me declaro culpable es de no
haber encontrado los caminos de distensión y de diálogo que permitan tener una
convivencia más civil, más pacífica”.
Sobre
Morena, comenta que debe ser muy estresante militar en un partido donde debes
hacer lo que te dicen y no lo que quieres.
El
pasado 5 de mayo, en el marco del 26 aniversario del PRD, su presidente
nacional, Carlos Navarrete, reconoció que hasta 2012 tuvieron figuras
emblemáticas entre sus filas. Para esa fecha ya habían renunciado Cárdenas,
López Obrador, Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas, exjefes de gobierno
capitalino. Mancera no está afiliado a ese partido.
“Los
partidos políticos son la unión de muchos ciudadanos y también la presencia de
figuras emblemáticas. Es una mezcla emblemática. El PRD tuvo figuras
emblemáticas desde su nacimiento hasta el 2012, hace prácticamente tres años.
Pero los partidos también son colectivos de personas. Hoy veo un colectivo de
miles, de cientos de miles de perredistas en toda la República”, declaró
Navarrete en entrevista radiofónica.
“El
PRD es el PRI del DF”
Martí
Batres, presidente nacional de Morena, resalta que de acuerdo con sus
mediciones internas el PRD registró una caída de 30 puntos respecto de 2012,
tomando en cuenta que en esa elección federal alcanzó 35 puntos.
“Tenemos
conocimiento de las mediciones que se han hecho en diversos lugares, sabemos
que Morena va arriba en la mitad de las delegaciones. Está peleando la otra
mitad, incluso en las mediciones que está haciendo el propio Gobierno del
Distrito Federal, porque una cosas son las encuestas que pagan y otra las que
ellos mismos han hecho”, explica.
Comenta
que independientemente de la votación que consiga el que fuera su partido, como
proyecto ya murió, pues carece de elementos éticos e ideológicos para
representar a la izquierda como lo hizo durante 25 años. Ahora es imposible,
dice, porque el PRD ya se convirtió en un aliado del régimen, del gobierno más
derechista y reaccionario que hemos tenido desde Miguel de la Madrid.
“Finalmente
se unió al partido con el que rompió en 1989”, el PRI, dice, en alusión a los
integrantes de la Corriente Democrática del tricolor que renunciaron a éste
para formar, con diversos representantes de la izquierda, el PRD.
Irónicamente,
señala Batres, ahora ese partido mantiene “negociaciones con el gobierno
federal para que le ayuden a ganar gubernaturas en Michoacán y Guerrero. Ahí
están haciendo todas las trampas del mundo. El PRI y el PRD, que son los que
controlan el tribunal en Guerrero, echaron abajo la candidatura de Marcial
Saldaña, de Morena en Acapulco para favorecer al PRD. Sacan la Ley
Anticorrupción en estos días. ¿Quién escolta a Enrique Peña Nieto para
publicarla?: los líderes parlamentarios del PRD, o sea Miguel Barbosa de un
lado, y Julio César Moreno del otro, el de los senadores y diputados, respectivamente”.
Por
eso afirma que hay una mimetización del PRI y del PRD en la capital del país.
“¿Por
qué al PRI ya no le interesa dar la batalla en el DF? Porque tiene al PRD. ¿Por
qué el PRI no da la batalla en Chiapas? Porque tiene al Partido Verde Ecologista
de México. El PRI ya no lucha en el Distrito Federal; de por sí está muy
amolado, pero prácticamente desde el 2012 se retiró. Cedió su terreno, lo poco
que tenía, al PRD, y en este trienio ha habido una mimetización: el PRD hace la
labor del PRI: es el que tiene golpeadores, es el que amedrenta, el que hace
guerra sucia. ¿Para qué necesitas al PRI? ¿Quieres una guerra sucia contra
Morena? Ahí tienes al PRD. Ya ni se mancha las manos el PRI. El PRD en el DF es
el PRI del DF”.
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