La
gran confusión/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
Traducción: José María Puig de la Bellacasa.
La
Vanguardia | 23 de mayo de 2015
Una
vieja canción estudiantil alemana decía: “Al salir del pub (o del bar), todo
parece muy raro… Lo que estaba a la izquierda está ahora a la derecha, la calle
es sinuosa; a izquierda y derecha, todo esto ha cambiado, los edificios están
al revés, ¿cómo va uno a encontrar el camino?”.
Esta
es, a grandes rasgos, la situación en la Europa de hoy y del mundo en general.
Por supuesto, sabíamos que la izquierda se había vuelto conservadora en el
Este, que la economía socialista se había convertido en capitalismo de Estado.
Pero nadie sabía hasta dónde llegaría esto. ¿Quién habría podido predecir que
un líder de la derecha rusa declararía que los ultraconservadores europeos “se
convertirían en nuestra quinta columna”?
Nadie
podría haber imaginado lo que esto significaría en la política exterior. Irán
era el principal enemigo de los estadounidenses y ahora el establishment
washingtoniano intenta apaciguar a Teherán mientras que los saudíes y los
estados del Golfo tratan de obtener garantías de seguridad estadounidenses
contra la agresión iraní. Los turcos se han vuelto más antioccidentales, al
menos en su retórica. Primero eran sólo antiisraelíes, pero ahora no les gustan
todos los que les dicen que han matado a los armenios. Sin embargo, su
situación económica no es tan buena y han de tener cuidado sobre hasta dónde
pueden llegar contrariando a sus vecinos. Parecían volverse más amigables con
los rusos, pero ahora los rusos han apoyado demasiado a los tátaros de Crimea y
también han hecho buenas migas con los armenios, cosa que Ankara no desea en absoluto.
Los turcos habían abrigado la esperanza de fortalecer su posición en Asia
Central, pero esto no ha gustado mucho a uzbekos y kazajos ni a los rusos; todo
es más complicado de lo que parecía hace dos años.
Los
estadounidenses parecen temer mucho al Estado Islámico; es decir, a quienes
quieren un gran Estado islámico y un califato. Pero si países como Egipto y
Kenia adoptan medidas enérgicas contra ellos, Washington se vuelve aprensivo:
no vayáis demasiado lejos, la situación podría volverse en contra vuestra y
nuestra. Es cierto que aumenta el número de jóvenes radicales de EE.UU. y otros
países occidentales que se unen a los yihadistas en Oriente Medio y Asia.
¿Saben los estadounidenses lo que quieren hacer cuando estos militantes
regresen a Occidente?
Rusia
sigue siendo un problema para EE.UU.; Putin sigue pensando que la
desintegración de la Unión Soviética fue el mayor desastre geopolítico del
siglo pasado. Pero ¿hasta dónde quiere llegar para restablecer la URSS?
¿Tratará de reunir las piezas de la antigua “unión inquebrantable” como decía
el himno soviético o sólo las partes en que los rusos étnicos eran la mayoría?
En otras palabras, ¿sólo Moldavia, el este de Ucrania y la Rusia Blanca o
también los países bálticos?
Rusia
se enfrenta a problemas económicos… Hasta ahora, la caída del valor del rublo
no ha tenido un impacto importante sobre la economía. Pero esto ya parece estar
cambiando. Se han recortado los salarios de los empleados estatales. Los
recortes no han sido muy drásticos, pero coinciden con otros recortes del
presupuesto, casi en todas las partidas excepto en defensa. Putin ha tenido un
gran apoyo popular mientras que los gobiernos de Europa Occidental sólo podían
soñar con un 70%-80% de apoyo popular. Sucede, sin embargo, que ese apoyo se
basaba en el supuesto de que las cosas en Rusia irían bien, especialmente en el
campo económico. Si esto cambiara, el apoyo disminuiría casi con seguridad.
En
este momento los diplomáticos rusos empiezan a argüir que en realidad no
dependen tanto de los estadounidenses ni de Europa sino que, dado que han
establecido estrechas relaciones políticas y económicas con China, se sienten
razonablemente seguros. Pero esto es sólo la parte más pequeña del panorama
general. Aparte del hecho de que la economía china tampoco ha marchado muy bien
últimamente, hay que pagar un precio si se establece una relación más estrecha
con China. Este precio pasa a segundo plazo desde el punto de vista de los
chinos. Y esta es una perspectiva que los rusos no acarician en absoluto.
Algunos observadores han estado advirtiendo en contra y diciendo que Rusia
debería mantener abiertas todas sus opciones. A quienes advierten de este
peligro se les ha indicado que callen o hablen en voz baja. Pero todo el mundo
en Moscú sabe la verdad. ¿Cómo puede haber igualdad entre dos países a largo
plazo si la población de uno de ellos es casi diez veces mayor que la del otro
y su economía representa tres o cuatro veces la del otro?
Hace
dos años se dijo que mientras algunos países occidentales no prosperan y
algunos orientales afrontan problemas, a los BRIC (países en desarrollo) parece
irles bien. No obstante, fíjense en Brasil: el último índice del PIB es de
menos 0,2%. Sin embargo, India informa de un índice de más de un 7% e
Indonesia, de más de un 5%, así que hay esperanza y no hay razón para
desesperarse.
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