Muchas
gracias, de un incondicional amante del buen fútbol.
Son
años en los que por culpa de dos tipos muy extraños, la atención mediática no
le pudo dar el tiempo y espacio que en cualquier otra época, incluso no
tan globalizada, se le hubiera dedicado.
Lionel
Messi y Cristiano Ronaldo juegan en otra dimensión, el mundo del fútbol aún no
esta listo para ellos. Meten más o menos 60 goles por temporada durante las
ultimas seis, ipso facto cuando se les culpa de jugar solo para ellos,
consiguen entre 20 y 30 asistencias, número que cualquier jugador que por lo anterior
se caracterice, presumiría orgulloso.
Tan
solo con haber leído la breve presentación del párrafo anterior, no queda lugar
a duda de quienes son los dos “mejores” jugadores de la época. Da poca oportunidad de debate a un romántico
como yo, que siempre recordará el fútbol del que se enamoró.
El
de Xavi Hernández. Si Xavi hubiera
jugado en una época sin videos, le tendría que contar a mis hijos del mejor
pasador de la historia, en un juego normal la pelota le llegaba 100 veces y en
85 la convertía en ventaja; de “alguien”
que jugo más de 700 partidos con el Barcelona y más de 130 con la selección
española. Que ganó dos Euro Copas y un Mundial, 8 ligas de España, 2 o 3 Copas
del Rey y 3 o 4 Champions League. En todas como pilar y en la mayoría, como
absoluto.
Afortunadamente
hay videos y muchos. Así podre seguir viendo a un jugador que simplemente
perfeccionó el juego. Tomaba el balón ya
con el cuello en alto y tenía en la mira a seis jugadores distintos, de todos
ya conocía su siguiente movimiento o quizás, sus siguientes dos o tres.
Veía
tanto más que los demás que incluso, cuando tuve la oportunidad de verlo en el
estadio y con las ventajas que me daba la vista panorámica, no me quedaba más
que esperar la repetición.
En
un equipo siempre hay espacio para jugadores como el, pero son muy pocos, los
que en un mundo tan superficial como el del fútbol, logran la inmortalidad sin
ser aquellos que meten los goles o los evitan con barridas o atajadas.
Aunque
lo llegaste a merecer, nunca ganaste un Balón de Oro, pero ¿qué importancia
tiene un premio, para alguien que su simple nombre significa amar, respetar,
construir, mejorar, enseñar y ganar?.
Diría
Mecano que andamos cortos de genios, pero entonces Serrat tendría un mejor
final por que si “todo pasa y todo queda y lo nuestro es pasar lo tuyo seguro
será quedarte”.
De
un incondicional amante del buen fútbol, muchas gracias.
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