7 jun 2015

De un incondicional amante del buen fútbol/ Jónathan Himelfard

Muchas gracias, de un incondicional amante del buen fútbol. 
 Son años en los que por culpa de dos tipos muy extraños, la atención mediática no le pudo dar el tiempo y espacio que en cualquier otra época, incluso no tan  globalizada, se le hubiera dedicado. 
 Lionel Messi y Cristiano Ronaldo juegan en otra dimensión, el mundo del fútbol aún no esta listo para ellos. Meten más o menos 60 goles por temporada durante las ultimas seis, ipso facto cuando se les culpa de jugar solo para ellos, consiguen entre 20 y 30 asistencias, número que cualquier jugador que por lo anterior se caracterice, presumiría orgulloso.  
 Tan solo con haber leído la breve presentación del párrafo anterior, no queda lugar a duda de quienes son los dos “mejores” jugadores de la época.  Da poca oportunidad de debate a un romántico como yo, que siempre recordará el fútbol del que se enamoró. 

 El de Xavi Hernández.  Si Xavi hubiera jugado en una época sin videos, le tendría que contar a mis hijos del mejor pasador de la historia, en un juego normal la pelota le llegaba 100 veces y en 85 la convertía en  ventaja; de “alguien” que jugo más de 700 partidos con el Barcelona y más de 130 con la selección española. Que ganó dos Euro Copas y un Mundial, 8 ligas de España, 2 o 3 Copas del Rey y 3 o 4 Champions League. En todas como pilar y en la mayoría, como absoluto.
 Afortunadamente hay videos y muchos. Así podre seguir viendo a un jugador que simplemente perfeccionó el juego.  Tomaba el balón ya con el cuello en alto y tenía en la mira a seis jugadores distintos, de todos ya conocía su siguiente movimiento o quizás, sus siguientes dos o tres.  
 Veía tanto más que los demás que incluso, cuando tuve la oportunidad de verlo en el estadio y con las ventajas que me daba la vista panorámica, no me quedaba más que esperar la repetición. 
 En un equipo siempre hay espacio para jugadores como el, pero son muy pocos, los que en un mundo tan superficial como el del fútbol, logran la inmortalidad sin ser aquellos que meten los goles o los evitan con barridas o atajadas.  
 Aunque lo llegaste a merecer, nunca ganaste un Balón de Oro, pero ¿qué importancia tiene un premio, para alguien que su simple nombre significa amar, respetar, construir, mejorar, enseñar y ganar?. 
 Diría Mecano que andamos cortos de genios, pero entonces Serrat tendría un mejor final por que si “todo pasa y todo queda y lo nuestro es pasar lo tuyo seguro será quedarte”. 
 De un incondicional amante del buen fútbol, muchas gracias.

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