7 jun 2015

El CJNG, poder emer gente en Centro y Sudamérica

El CJNG, poder emer gente en Centro y Sudamérica/RAFAEL CRODA
Revista Proceso 2014, 6 de junio de 2015
Como otras poderosas organizaciones mexicanas del narcotráfico, el Cártel de Jalisco Nueva Generación está operando en otros países. El mercado, las rutas y las conexiones ya existían, pero los golpes asestados por las policías nacionales y el descabezamiento de sus estructuras operativas en México han provocado que bandas como el Cártel de Sinaloa, el del Golfo y Los Zetas abandonen algunos corredores y dejen sueltas algunas alianzas con criminales centroamericanos y sudamericanos. Entonces llega el CJNG para reactivarlos en su provecho, según lo revelan los jefes antidrogas de varias naciones.
CARTAGENA, COLOMBIA.- La reconfiguración del narcotráfico en México por la caída de grandes capos de la droga ha tenido repercusiones en Centro y Sudamérica: los cuerpos policiacos de varios países de estas regiones han identificado en los últimos meses una creciente actividad del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La presencia del CJNG se extiende desde Guatemala hasta Perú y coincide con una serie de golpes que ha recibido este año en Colombia, Panamá, Perú y Ecuador el Cártel de Sinaloa, la organización criminal mexicana que más cocaína trafica de Sudamérica a Estados Unidos, según dijeron a Proceso jefes de las policías antidrogas de la región que participaron en la XXXII Conferencia Internacional para el Control de Drogas (IDEC, por sus siglas en inglés) en el balneario colombiano de Cartagena.

 “El Cártel de Sinaloa sigue siendo muy fuerte en Centro y Sudamérica, pero el CJNG es el poder emergente”, dice el director antidrogas de la Policía Nacional de Colombia, general Ricardo Restrepo.
 En las mesas de trabajo, los delegados de 106 países hablaron de las nuevas tendencias del narcotráfico internacional, incluida la reconfiguración de los cárteles mexicanos de la droga tras el debilitamiento de los del Golfo, Los Zetas, Los Caballeros Templarios y la organización de los Beltrán Leyva por la captura o muerte de sus líderes.
 De acuerdo con Restrepo –secretario general de esta edición de la IDEC–, los participantes mostraron “mucho interés” por los episodios de violencia que ocurren en México a raíz del enfrentamiento del CJNG con las fuerzas federales, así como por las pugnas entre las organizaciones criminales para ocupar los espacios que dejaron los capos abatidos y los capturados.
 Esto se debe, explica, a “las repercusiones que puede haber en la región”.
 Un caso que ilustra la expansión del CJNG es Guatemala, donde este grupo delictivo encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, ha tejido una red de alianzas con las estructuras criminales que manejaba Sebastiana Cottón Vásquez, Doña Tana, aprehendida el año anterior en México.
 El fiscal especial antidrogas guatemalteco, Óscar Dávila Mejicanos, indica que El Mencho reconfiguró la organización de Doña Tana en el noroccidente de Guatemala “y por esa zona el CJNG está trasegando cocaína procedente de Colombia”.
 El funcionario señala que el CJNG ha establecido “vínculos fuertes” al sur de la frontera. “Está ampliando su área de acción en toda la ruta centroamericana, desde que la droga sale de Perú, Ecuador o Colombia, y hemos detectado que esto es reciente, desde hace unos seis meses”, afirma.
 Dávila Mejicanos explica que, a pesar del ascenso del CJNG, la organización criminal dominante en Guatemala todavía es el Cártel de Sinaloa, que mueve grandes cantidades de cocaína por la región oriental del país. Los cargamentos, dice, llegan generalmente por vía aérea a pistas clandestinas en Honduras, de ahí son transportados a territorio guatemalteco y después a México.
 “Muchos de los narcotraficantes guatemaltecos están conectados directamente con el Cártel de Sinaloa”, comenta.
 Dice que Los Zetas llegaron a tener mucho poder en Guatemala, pero desde que en 2013 fue capturado en México su principal operador en el país centroamericano, Gerardo Jaramillo, El Yanqui, su estructura se desintegró y fueron desplazados por el Cártel de Sinaloa.
 El fiscal especial guatemalteco sostiene que la organización que encabezó Joaquín Guzmán, El Chapo, y que ahora dirigen Ismael Zambada, El Mayo, y Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, también provee de armamento de alto poder a sus socios guatemaltecos y hondureños.
 “Con esas armas, los socios del Cártel de Sinaloa le están peleando el terreno a otras bandas rivales, tanto en Guatemala como en Honduras”, afirma el funcionario, quien considera que “los enfrentamientos tan fuertes que están ocurriendo en México con el CJNG nos obligan a tener más cuidado con las actividades de este grupo en Guatemala”.
 Volando al sur
 Fuentes de inteligencia de la Policía Nacional de Colombia (PNC) consultadas por Proceso señalan que la organización de El Mencho y los hermanos Abigael y José González Valencia, Los Cuinis, comienza a estar presente en este país sudamericano.
 “Tenemos información que así nos lo indica, pero todavía no disponemos de evidencia o una detención que nos permita corroborar judicialmente su presencia”, indica una de las fuentes.
 Según un reporte de la institución, el Cártel de Sinaloa es la organización delictiva mexicana con mayores “alianzas criminales” en Colombia para el tráfico internacional de estupefacientes, mientras que los cárteles de Juárez, del Golfo y Los Zetas registran un notable descenso en sus contactos con las bandas criminales colombianas.
 El informe señala que el grupo del Mayo Zambada y El Chapo Isidro tiene negocios con el Clan Úsuga, la banda más poderosa de Colombia. Ésta, dirigida por Dairo Antonio Úsuga, Otoniel, es objeto de un operativo en el que participan mil policías antidrogas. En los últimos cuatro meses fueron capturados unos 300 de sus integrantes pero su líder ha logrado evadirse.
 El Cártel de Sinaloa también se abastece de cocaína con la organización criminal Los Rastrojos, la segunda más fuerte de Colombia, y con la banda de un delincuente conocido como El Árabe, agrega el informe policiaco.
 Los operativos de la PNC contra las mafias criminales y la estrategia colombiana de incrementar las labores de intercepción de cargamentos de cocaína han golpeado las operaciones del Cártel de Sinaloa en ese y otros países de la región.
 El mes pasado fue aprehendido en Bogotá el mexicano Juan Carlos Espinoza de los Monteros, alias Lacosste, cuya extradición solicita Estados Unidos bajo cargos de organizar el contrabando de cargamentos de cocaína a ese país para el Cártel de Sinaloa.
 Lacosste, de 36 años y oriundo de Culiacán, Sinaloa, aceptó en un principio colabo­rar con autoridades de Departamento de Justicia estadunidense que lo visitarían en la prisión colombiana donde está recluido para cerrar un trato judicial. Pero antes de que éste se concretara lo visitó un connotado abogado penalista de Bogotá y, tras dialogar con él, Espinoza de los Monteros rechazó el ofrecimiento.
 Un investigador colombiano del caso indica que el abogado fue enviado por Heriberto Zazueta Godoy, Capi Beto, a quien el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ubica como allegado del Mayo Zambada y encargado de lavar activos del Cártel de Sinaloa. Por esa razón Zazueta Godoy enfrenta cargos en una corte federal del norte de Illinois, en Estados Unidos, y sus propiedades y cuentas en ese país quedaron bloqueadas.
 Operadores del Cártel de Sinaloa han sido detenidos en el último año en Ecuador, Panamá y Perú.
 El director de la Policía Nacional de Panamá, Omar Pinzón, afirma que en su país “hay una participación muy grande de cárteles mexicanos en el tráfico de las drogas”. Ese país es un lugar de tránsito de cocaína hacia Norteamérica y Europa, así como un “centro de negocios” donde los grupos delictivos realizan transacciones financieras relacionadas con la compraventa de estupefacientes.­
 “Aquí han estado Los Zetas, pero su presencia ya ha bajado mucho y está muy fuerte el Cártel de Sinaloa. Al CJNG lo estamos empezando a ver”, dice Pinzón.
 En Ecuador, tan sólo este año han sido detenidos 11 mexicanos en diferentes operativos antidrogas. El 30 de mayo cayeron dos en manos de la policía ecuatoriana, que los identifica como enviados del Cártel de Sinaloa.
 Temor al contagio
 El director antinarcóticos de la Policía Nacional de Ecuador, general Edmundo Moncayo, señala que la fuerte lucha que se libra en Colombia contra las bandas criminales involucradas en la producción y procesamiento de cocaína obliga a los cárteles mexicanos “a mandar a su propia gente para asegurar los embarques, y eso lo estamos también notando en nuestro país”, que es una ruta de salida de la droga producida en territorio colombiano y en Perú.
 “Un sinnúmero de ciudadanos mexicanos está haciendo actividades ilícitas en Ecuador. Están haciendo el negocio, el transporte y la supervisión. Las organizaciones en México están mandando a gente de su entera confianza, que son mexicanos”, indica.
 De acuerdo con Moncayo, aunque el Cártel de Sinaloa es el que más operaciones ilícitas realiza en Ecuador, tiene “indicios” de que enviados del CJNG llegaron a su país.
 El pasado lunes 1, una unidad antinarcóticos decomisó en el puerto ecuatoriano de Guayaquil un cargamento de 700 kilos de cocaína, camuflada en harina de pescado. La droga tenía como destino el puerto mexicano de Manzanillo, Colima, zona de influencia del CJNG.
 Moncayo señala que es necesaria una mayor coordinación con las autoridades mexicanas para profundizar las investigaciones sobre los vínculos del Cártel de Sinaloa y el CJNG con organizaciones delictivas ecuatorianas. “Pero la coordinación con México no está como quisiéramos, nos está faltando ese feeling”,­ indica el general.
 El martes 2, en la XXXII IDEC, Moncayo y su colega colombiano Ricardo Restrepo anunciaron que, en una operación conjunta, sus corporaciones decomisaron en alta mar 740 kilos de cocaína que había salido en lanchas rápidas de Esmeraldas, Ecuador, y tenía como destino las costas del Pacífico mexicano.
 Restrepo dijo que la operación se preparó en aguas territoriales colombianas y en ella se capturó a cuatro ecuatorianos, pero el cargamento pertenecía al Cártel de Sinaloa.
 En la cita mundial de jefes antinarcóticos, los delegados de Venezuela, Panamá, República Dominicana y Perú mencionaron durante las mesas de trabajo que en los dos últimos años en sus países se han interceptado avionetas con droga tripuladas por pilotos mexicanos.
 El director antidrogas de la Policía Nacional de Perú, general Julio Mercado, dice que avionetas de matrícula mexicana tienen gran actividad en las zonas cocaleras de ese país, desde donde llevan la pasta base de ese estupefaciente a zonas selváticas de Brasil y Bolivia para transformarla en clorhidrato de cocaína y llevarla después a Centro y Norteamérica.
 “Hay una especie de puente aéreo y muchas pistas de aterrizaje clandestinas en las zonas cocaleras. Lo hemos descubierto con operativos conjuntos que hemos hecho con Brasil y Bolivia. Y hemos encontrado la presencia del Cártel de Sinaloa mayormente”, dice el general Mercado.
 Explica que hasta hace pocos años Perú era un centro de operaciones importante del Cártel de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix, pero a esa organización “ya no la hemos detectado”.
 En cambio, agrega, “se ha hablado de que tenemos presencia de algunos agentes del CJNG, pero tenemos que confirmarlo con la inteligencia respectiva. Estos cárteles se mueven alrededor del mundo y sobre todo en países donde hay producción de droga. Entonces no sería extraño que capturáramos a algún elemento de ellos”.
 Mercado, quien fue agregado policial en la Embajada de Perú en México entre 2012 y principios de 2014, afirma que el CJNG “está supliendo a muchos cárteles mexicanos que han perdido a sus principales cabecillas, y debemos permanecer muy alerta para que toda esa violencia que están generando allá no nos llegue a nosotros acá”.


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